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COLUMNAS

El secreto de los jubilados mayores que no caen en la vejez

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Gerardo Castillo Ceballos

Profesor de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra

Cuando a la crisis de la “tercera edad” se une la crisis de la jubilación, la persona que lo vive suele sumirse en un estado de perplejidad y angustia. Tras muchos años de actividad laboral, se encuentra de golpe con ocho horas diarias vacías. ¿Ahora qué hago?

Para que el cambio afecte menos, es aconsejable no abandonar  el trabajo de forma brusca. Es mejor hacerlo gradualmente. Un modo fácil de empezar a llenar ese vacío es practicar un hobby y un deporte adecuado a los gustos y posibilidades personales. Es la ocasión de hacer cosas que siempre quisimos hacer pero nos lo impidió la falta de tiempo. Por ejemplo, salir a pescar en un bote de remos.

Algunas personas deciden dedicarse únicamente a descansar («lo he merecido»). De ese modo dilapidan la experiencia y sabiduría adquiridas con los años; además, la ociosidad continuada genera aburrimiento y sentimiento de inutilidad. Esas personas renuncian a nuevas responsabilidades, a mantener  inquietudes de tipo cultural y a seguir aprendiendo (incluso gozando  de buena salud y no teniendo más de 60 años). Esta postura suele tener dos posibles causas:

1-Se ve el hecho de la jubilación como una evasión y como una liberación casi total de  deberes, como un tiempo de vida permisiva. Criterio correcto: uno se jubila de su trabajo profesional, pero no de vivir como miembro de una familia (padre y abuelo), como ciudadano, como cristiano, etc.

2- Inadaptación a la «tercera edad» Es verdad que con el paso de los años se pierden facultades, pero esa pérdida se suele reducir cuando las facultades se siguen ejercitando, como lo confirman vidas como las de los músicos Rodrigo y Casal, que mantuvieron una gran actividad intelectual hasta una edad muy avanzada. Se puede ser muy mayor sin ser viejo. «No se envejece por haber vivido un cierto número de años; uno se hace viejo por haber desertado del ideal» (Mac- Arthur).

¿Existen argumentos sólidos para justificar la actitud de seguir aprendiendo después de la jubilación? Propongo dos que expongo a continuación.

1-Mantener el cerebro en buen estado. Conservar activas las capacidades intelectuales con la lectura, con nuevos aprendizajes (por ejemplo, un idioma, informática…) y con ejercicios de pensamiento creativo.

2- No quedar descolgado del mundo nuevo en el que se está viviendo. El doctor Luis María Gonzalo sugería a las personas mayores que tomaran  medidas para no vivir como desterrados y extraños en su propia tierra. Y les animaba a mantener interés por los acontecimientos y a vencer los primeros síntomas de cansancio cuando se está leyendo un libro o una revista.

Aunque para algunos la jubilación es considerada como el período final de la vida, la etapa útil y productiva de una persona no tiene nada que ver con un límite de edad. La etapa de la jubilación  puede ser, incluso, mejor que la anterior si se sabe plantear.

Realizar un voluntariado es una actividad muy beneficiosa y satisfactoria, tanto para las personas ayudadas como para quienes las ayudan. Son estas últimas las que más aprenden y mejoran personalmente ocupándose de servir  a otras, porque esa buena disposición despierta y estimula lo mejor de sí mismos.  Esa nueva tarea aumenta su autoestima, estimula el ejercicio de habilidades que estaban ocultas y amplía el círculo de personas con quienes se relacionan. Se evitan así cuatro males frecuentes en la vida del jubilado y de la persona mayor que deterioran el cuerpo y el espíritu: la ociosidad, el aburrimiento, la vida sedentaria y el aislamiento.

Los voluntarios deben tener una vida  coherente con los valores que intentan estimular en el proceso de mejora personal de quienes atienden (alegría, paciencia, solidaridad, fortaleza, etc.). También necesitan una actitud de formación permanente. Sugiero un libro de reciente publicación muy innovador sobre el apoyo a personas mayores:  Pedrojuan Viladrich: “La unión hace la fuerza. Cartas entre veteranos aprendices”.

El libro contiene  casos reales basados en experiencias ocurridas en el voluntariado. Por medio de ellos se ejemplifica la actividad de los voluntarios mayores que se ocupan de la formación personal de  otras personas mayores que suelen vivir en residencias geriátricas. Describe cómo esos voluntarios se comunican entre sí para intercambiar experiencias por medio de cartas. El secreto de ese comportamiento ejemplar es considerarse aprendices en cada nueva edad, estando abiertos a lo nuevo y al futuro.

Este planteamiento coincide con la tesis de Azorín: “La vejez es casi tan solo la pérdida de la curiosidad”. Para los “veteranos aprendices”, cada nuevo año es sembrar en nuevas tierras para recoger nuevas cosechas.

 

Universidad del Desarrollo
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COLUMNAS

Fomentando la empleabilidad inclusiva: un compromiso social

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Consejo Editorial Conadi

En el contexto del Día Internacional de los Trabajadores, es imperativo dirigir la atención hacia la promoción de la inclusión laboral de las personas con discapacidad.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define la empleabilidad como “la capacidad de una persona para encontrar y mantener un empleo, progresar en él y adaptarse a los cambios a lo largo de su vida profesional”.

Sin embargo, al analizar la situación de las personas con discapacidad en el ámbito laboral, observamos que durante muchos años han enfrentado una tasa de desempleo considerablemente más alta que aquellas sin discapacidad. Incluso cuando logran acceder a un empleo, suelen enfrentarse a condiciones laborales precarias, salarios inferiores y menos beneficios.

En el sector empresarial son pocas las compañías que han adoptado medidas concretas de inclusión en nuestro país. Para ampliar los espacios disponibles, las empresas deben superar la falta de adaptación a la diversidad funcional de sus empleados.

En el sector empresarial son pocas las compañías que han adoptado medidas concretas.

Esto implica mejorar las condiciones de accesibilidad, seguridad y diseño en los lugares de trabajo, así como implementar ajustes razonables y medidas de apoyo necesarias para facilitar la integración de las personas con discapacidad.

Garantizar la empleabilidad es un factor clave para lograr la integración laboral y social de las personas con discapacidad, asegurando la no discriminación y ofreciendo igualdad de oportunidades en el ámbito laboral, así como en las oportunidades de promoción y ascenso.

Es esencial que como sociedad nos comprometamos a crear y mantener entornos que faciliten, permitan y promuevan la accesibilidad, la inclusión y la integración de este sector de la población en el mundo laboral.

Según el resumen estadístico del informe del empleo de 2022, del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, 21 mil 294 personas con discapacidad son empleadas, representando el 1.5 por ciento de la fuerza laboral del país.

El Conadi, impulsor de políticas de inclusión en el país, a través de su Dirección Técnica y el departamento de Promoción de Acceso a los Derechos de las Personas con Discapacidad, ha centrado parte de sus esfuerzos en la promoción de la inclusión laboral de las personas con discapacidad.

Esto incluye la creación de oportunidades laborales tanto en el sector público como en el privado, así como la sensibilización de los líderes empresariales y la incidencia ante organizaciones para fomentar su participación plena y efectiva.

Este trabajo tiene como objetivo garantizar el cumplimiento de los derechos establecidos en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ratificada por el Estado de Guatemala, incluyendo el derecho a la igualdad y no discriminación, la concienciación y el acceso al trabajo y empleo.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Gripe H5N1: ¿la próxima pandemia? (III)

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Ignacio López-Goñi
Miembro de la Sociedad Española de Microbiología

La de 1957, originada a partir de la aparición de un nuevo patógeno del tipo H2N2 por
recombinación entre virus de aves y humanos; la de 1968, que causó una nueva cepa H3N2 también originada por la mezcla de virus de aves y humanos, y la amenaza de pandemia en 2009 por una cepa H1N1 cuyo origen fue la recombinación entre virus de la gripe del cerdo, de aves y cepas humanas. En este caso, a diferencia del H1N1 de 1918, causó “solo” unas 200 mil muertes.

El virus H5N1: una pandemia de gripe en aves que ha saltado a mamíferos

A finales de los 90 apareció en China el virus H5N1, causando una gran mortalidad en aves silvestres y casos puntuales en humanos. Posteriormente, llegó a Europa a través de las aves migratorias y empezó a circular de forma masiva y diversificarse.

Desde 2020 se ha detectado una variante de H5N1 (denominada 2.3.4.4b) muy virulenta que ha infectado a muchas aves: patos, gansos, gaviotas, gallinas, pelícanos, cisnes, buitres, águilas, búhos, cuervos… Especies que antes no padecían la enfermedad han sufrido mortalidades nunca vistas.

Todo esto demuestra que no es un salto esporádico de aves a mamíferos.

Además, no solo ha aumentado significativamente el número, sino también la extensión de los brotes en Asia, Europa, África y América. Se han sacrificado cientos de millones de aves en EE. UU. y Europa. El virus H5N1 se puede clasificar como una auténtica pandemia en aves, lo que se denomina una panzootía.

En los últimos meses, el H5N1 también se ha detectado en muchos mamíferos: tejones, osos, gatos, linces, nutrias, mapaches, delfines y marsopas, hurones, visones, zorros, leopardos, cerdos… En octubre de 2022 se identificó en Galicia (España) un brote en una granja de visones y hubo que sacrificar cerca de 50 mil animales. Unas semanas antes se había detectado en alcatraces y gaviotas, por lo que el virus pudo “saltar” de estas aves a los visones.

El patógeno presentaba una mutación en un gen de la polimerasa que podría facilitar su replicación en mamíferos. En 2023 hubo brotes masivos en focas y leones marinos en Escocia, Perú, Brasil, Uruguay y Argentina, con mortalidades inéditas.

También, se han descrito brotes en gatos domésticos en Polonia y Corea del Sur. Incluso se ha detectado como causante de mortalidad en aves y mamíferos silvestres en la región antártica. Todo esto demuestra que no es un salto esporádico de aves a mamíferos, sino de transmisión sostenida.

Se confirma así la transmisión del virus H5N1 entre mamíferos, algo inusitado. No solo puede suponer una amenaza de salud pública, sino un problema de preservación de la biodiversidad.

Y ahora también en el ganado vacuno. El pasado mes de marzo, las autoridades estadounidenses anunciaron que el virus H5N1 se había detectado por primera vez en ganado vacuno lechero en ocho estados. Se trata del mismo tipo 2.3.4.4b que se ha extendido por todo el planeta. Aunque, como hemos comentado, es altamente patógeno en aves, las vacas afectadas solo sufren falta de apetito y reducción en la producción de leche.

Se ha confirmado la infección de un trabajador de una de las granjas, pero el único síntoma ha sido una conjuntivitis. Las pruebas no han encontrado cambios que harían el virus más transmisible a los humanos. También, se ha informado de la presencia de fragmentos del virus en muestras de leche pasteurizada.

En personas se han descrito casos muy esporádicos. Desde la primera detección, ocurrida en 1999 en China, se han registrado alrededor de 900 casos, siempre en individuos en contacto muy estrecho con aves u otros animales. Afortunadamente, este virus no es transmisible entre personas.

Sin embargo, en determinadas situaciones, su letalidad en humanos puede llegar al 50 por ciento. Recordemos que virulencia y transmisibilidad son cosas distintas.

El virus H5N1 se está extendiendo cada vez más en aves y mamíferos. Pero para que acabe siendo pandémico debería conseguir más capacidad de transmitirse por vía aérea entre humanos, mejorar su capacidad de entrar dentro de nuestras células y de multiplicarse y ser capaz de evadir el sistema inmunitario.

Que ocurra toda esta combinación correcta de mutaciones es difícil… pero no imposible. Es un virus que nos viene avisando desde hace tiempo, se acerca cada vez más. El hecho de que cada vez se aísle de más especies de mamíferos y se empiece a transmitir aumenta las posibilidades de que cambie o se recombine.

A medida que la población humana se expande y el medioambiente se deteriora, se altera la relación entre personas y animales y se crean nuevas oportunidades de contacto y transmisión de enfermedades. Todo esto pone de manifiesto la importancia de una estrategia de colaboración y comunicación entre todos los sectores que participan en el cuidado de la salud humana, animal y mediambiental.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Prohibición de celulares en los colegios

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Luis Enrique Santana
Investigador Escuela de Comunicaciones y Periodismo

“¡Tengo 23 años en Instagram!”, nos cuenta entre risas una estudiante de 12 años. “¿Pero cómo si no tienes teléfono?”, le preguntan. “Es que tengo mi cuenta en el teléfono de mi prima con un correo que mis papás no conocen”. Otra estudiante de similar edad: “Antes me hacían bullying en Instagram, eran unas niñas de otro colegio”. Un tercer estudiante dice: “Si no entiendo algo en matemáticas, no me importa, porque en la tarde puedo buscarlo en YouTube y así lo puedo entender a mi ritmo”.


No pongamos energías legislativas en medidas cortoplacistas.

Estas experiencias que emergen de la investigación son cruciales de considerar en la discusión legislativa que busca prohibir los celulares en los colegios. A diferencia del espacio presencial, en el digital prohibir no implica cuidar ni proteger, porque la posibilidad de acceder a contenidos y relaciones digitales traspasa los muros de la escuela y el dispositivo de turno.

Hoy día son los celulares, mañana serán los relojes inteligentes y pasado un dispositivo más invisible y difícil de controlar. No pongamos energías legislativas en medidas cortoplacistas y superficiales, abordemos los problemas de fondo, como exigir a los servicios de plataformas digitales la protección de derechos de la infancia y el desarrollo de diseños apropiados a cada edad.

Si bien hay diversos testimonios de docentes y directivos que indican que la presencia del celular en el colegio es conflictiva, si no logramos llegar a acuerdos y definir reglas del juego para un uso positivo y responsable al interior de la comunidad educativa, ¿dónde lo hacemos entonces? Las familias deben involucrarse no solo controlando el tiempo en línea, sino guiando críticamente la experiencia digital y resguardando los espacios de desarrollo que afectan positivamente la salud, el aprendizaje y el bienestar general, como la actividad física o los espacios para compartir con familia y amigos.

Los equipos directivos deben actualizar sus protocolos para regular los usos positivos y negativos de acuerdo con su proyecto educativo. Para ello es necesario desarrollar las capacidades docentes y facilitar los espacios para dialogar y definir un plan formativo al interior de las comunidades educativas. No podemos renunciar a educar.

Colaborador DCA
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