ARTES
Ser Cobrizo enlaza arte e identidad
Las obras de ocho destacados artistas son parte de esta exposición virtual.
Para su primera muestra como curador de arte, Nando Yax decidió explorar los conceptos estéticos que rodean a los hombres indígenas y mestizos de piel morena. Ser Cobrizo, el nombre de la exposición, reúne 17 obras firmadas por ocho artistas: los guatemaltecos Eny Roland Hernández, Cedrick Arenales, Charlie Quezada, Juan Brenner y Manny Rionda; el estadounidense Daniel Cauche; el mexicano Dorian Ulises López Macías, y el salvadoreño Walterio Iraheta. Hasta el martes 20 de octubre, esta colección virtual e interactiva puede visitarse en Instagram (@sercobrizo).
Inquietud
Ser Cobrizo no es un concepto nuevo para Nando Yax, quien se define a sí mismo como un “descendiente maya quiché de piel morena”. “Mi inquietud sobre el tema surgió básicamente desde que estaba en mi adolescencia. Nunca me sentí identificado con la estética que veía en las películas, las revistas o los artistas, porque obviamente eran personas europeas, rubias, blancas, altas, y siempre existía esa separación”, relata.
Yax se formó como arquitecto y se ha labrado un importante nombre en la industria de la moda de nuestro país; dos etapas que, dice, no hicieron más que alimentar su inquietud de querer desglosar este concepto a través del arte: “Hablar de temas tan delicados como el racismo, la discriminación y el color de piel puede ser bastante shockeante y hacer la sangre hervir. Llevarlo a un plano estético y mezclar obras de artistas tan respetados, suaviza la discusión y la hace más digerible al público”.
Identidad
El proceso de investigación de Ser Cobrizo llevó al curador alrededor de cinco meses, mientras que reunir las obras le tomó dos meses y medio. Para dar vida a la muestra, seleccionó únicamente a artistas del género masculino. “Los hombres también tenemos que empezar a hablar de nuestra identidad, de cómo nos percibimos a nosotros mismos y de cómo nos permitimos expresar nuestros sentimientos”, indica Yax.
En la colección, el diálogo se establece desde piezas como Juan Diego el vendedor de rosas, de Eny Roland Hernández, y Henry Cristal, de Juan Brenner, hasta obras de series como Ser un hombre, de Daniel Cauche; Armadura de flores, de Manny Rionda; Robots, de Charlie Quezada; El tamaño importa, de Cedrick Arenales, y Kriptonita, de Walterio Iraheta. No falta un guiño a la fotografía de moda, como es el caso de la imagen firmada por Dorian Ulises López Macías.
Innovación
Ser Cobrizo no es innovadora únicamente en concepto, sino también en formato, pues se abre al público desde Instagram. “Aunque hacerlo desde la virtualidad obedece al tema del Covid-19, soy de una generación que creció con redes sociales de internet y estoy consiente de que son una gran fuente de discusión. No tienen fronteras, por lo que las posibilidades de llegar a otros públicos, del interior o el exterior, son infinitas”, apunta Yax. Sin embargo, no descarta que eventualmente pueda presentarla en físico, dentro de una galería.
A pesar de la temática, el curador asegura que esta exposición no pretende “señalar culpables”, sino invitar a reconocer nuestra identidad: “Somos descendientes tanto de conquistadores como de una cultura milenaria. Me gustaría que perdiéramos el miedo a tener esta discusión. Lo importante es sentirnos orgullosos de lo que somos”.
ARTES
Baby Reindeer: El estigma del trauma
Crédito de foto: Netflix
Todas las personas tenemos traumas, incluidas las que en este momento están pensando: “Yo, no”.
Es imposible librarnos de esas experiencias emocionalmente dolorosas que dejan una marca duradera en nuestra mente y en el cuerpo. Me refiero a accidentes, abuso físico o emocional, violencia y pérdida de un ser querido.
Lo interesante de los traumas es que el daño que nos generan puede ser inmediato o a largo plazo, provocando síntomas como ansiedad o depresión. Además, puede influir en como nos relacionamos con los demás y como percibimos el mundo que nos rodea.
Todo esto lo vemos reflejado de manera perfecta en Baby Reindeer (Bebé Reno, 2024), serie de Netflix de siete episodios que es brevemente reseñada como una historia de acoso, pero la verdad es que va más allá.
Pienso que la historia de Baby Reindeer conecta con la audiencia porque es honesta.
Esta serie oscura y dramática, y extrañamente graciosa por momentos, se basa en la historia real de su escritor y protagonista, Richard Gadd.
En los primeros capítulos, su personaje, Donny Dunn, conoce a Martha (Jessica Gunning), e inician una de las relaciones más sórdidas de la televisión actual. Ella comienza a acosarlo, hostigarlo. ¿Mil mensajes de texto durante una noche?
Pero el insoportable acoso de Martha es tan molesto como la postura y las decisiones de Donny. Y es aquí donde nace el verdadero objetivo de esta serie: ¿Por qué actúa así Donny? ¿Por qué sus reacciones nos parecen ilógicas, sonsas y estúpidas?
Pienso que la historia de Baby Reindeer conecta con la audiencia porque es honesta. Gadd, su creador, ya había comenzado a relatar esta experiencia en obras de teatro estilo espectáculo de un hombre (one-man show). Siento que para cualquier persona, enfrentar sus traumas es una tarea de coraje y valentía.
Uno de los comentarios más frecuentes que he recibido acerca de Baby Reindeer es que, si Donny o Martha hubieran buscado ayuda profesional para tratar sus traumas, la serie hubiera durado apenas 15 minutos.
Pero eso es lo especial de la salud mental, que resulta ser algo confuso, impredecible y profundamente personal. Los traumas acarrean estigmas, diversidad de experiencias, evolución del conocimiento, resistencia y dolor.
A pesar de estas complejidades, es importante continuar aprendiendo y hablando acerca de la salud mental para reducir el estigma, mejorar la comprensión y promover la atención y el apoyo adecuados para aquellos que lo necesitan, incluidos nosotros.
Es válido pedir ayuda, pero es más importante entender que la necesitamos.
Como el mismo Donny reflexiona: “Algunos huyen empacando sus maletas. Otros lo hacen al quedarse en el mismo lugar durante demasiado tiempo”.
ARTES
Canción de agradecimiento a la madre
Foto cortesía del intérprete
El cantautor guatemalteco Jorge Laynez presenta su cuarto sencillo, Gracias madre, que se desprende de la producción Ventanas de tus dedos. Esta es una composición llena de sentimiento que escribió hace años, cuando su mamá estaba viva. El tema se escucha en Deezer, Spotiy, Apple Music y más de 40 plataformas.
“En aquel momento la melodía era una forma de reconocimiento por sus sacrificios y su constancia por querer el bienestar para sus hijos”, comentó el cantante. Además, añadió que la frase “un hijo llora en silencio, por su madre que ya no está”; era una forma también de agradecer su existencia.
La producción estuvo a cargo de Ariel García, ganador de dos premios Grammy, y un grupo de músicos, como Benjamín Carazo, en el bajo; Felipe Guzmán, guitarras; Andrea Aguilar, coros; José López, batería y Ariel García, quien interpretó el piano y los sintetizadores. El video se grabó en la colonia Tikal III, zona 7 de la ciudad.
ARTES
Armonías vocales se escuchan en Amanecer
Las cantantes Magda Angélica y Karin Rademann presentan su colaboración artística con el tema Amanecer, que en su versión original forma parte del sexto disco de la artista, Ilhuikatzin, publicado en el 2007. Lanzaron esta canción a dúo y con un nuevo arreglo, realizado por Fernando Scheel y mezclado en los estudios Audiotrack por Jorge Estrada. Estará disponible a partir del 17 de mayo en todas las plataformas digitales.
Ambas expresaron que grabar juntas ha sido una exploración muy interesante, puesto que la soprano guatemalteca se ha desarrollado en el mundo del canto lírico y la cantante en la composición y el género del world music.
La melodía aborda la metáfora del amanecer como un signo de esperanza y también un momento en que todos los seres vivos se unen para celebrar el nacimiento de un nuevo ciclo. Magda Angélica relató que se inspiró en los sonidos que emiten diversos seres de la naturaleza en el momento del alba, así como en las tonalidades de luz que se van desarrollando a medida de que emerge un nuevo día.
“La música de Magda está cerca del corazón por su conexión con la esencia, la frescura de sus temas, ritmos y los sonidos que teje dentro de sus piezas”, dijo Rademann. Por su parte, la cantautora relata que admira el trabajo de Karin y el camino que se ha abierto dentro de su rama, pues es una de sus principales exponentes en el país.
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