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COLUMNAS

El terrible crimen de Felipe Alejos

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El juez que conoce del antejuicio promovido en contra del diputado Felipe Alejos, primer vicepresidente del Congreso de la República, resume en términos poco menos que lapidarios el informe en el que recomienda que NO se le retire la inmunidad y que el antejuicio promovido en su contra se declare sin lugar, términos que hacen evidente que no podría prosperar ninguna acusación en su contra (“Improsperable”, dice el juzgador) puesto que ningún acto suyo es censurable.

Importante, en verdad, que el juzgador haya podido superar el acoso de “acusadores” propios y extraños, así como de comunicadores que han sucumbido a la tentación de hacer política con la acusación penal. El juez pesquisidor concluye su informe, con todo respeto, como debe ser, salvando el mejor criterio de la Corte Suprema de Justicia, tribunal que habrá de pronunciarse en pocas horas y que es de esperar que también logre sobreponerse a las presiones mediáticas y aprecie con todo rigor la deleznable instrumentalización que se ha hecho de la acusación penal con evidentes fines políticos.

Los acusadores plantearon la solicitud de antejuicio en el momento justo en el que podían hacer daño político al diputado Alejos, a las puertas de la elección de Junta Directiva del Congreso 2018, “sustentados” en hechos ocurridos en el año 2O15, “oportunamente resucitados”. Como siempre, se realizó la consabida conferencia de prensa para sorprender incautos y presentar como “culpable” a nuestro congresista , conferencia de prensa a la que siguió la clac mediática, con la copla introducida, sorprendida o “motivada” ¡Vaya usted a saber! El juez a cuyo cargo estuvo la investigación pudo establecer que el diputado jamás tuvo relación de ningún tipo con una de las empresas citadas por los “investigadores” y que, con la otra, su simple recomendación de que se defendiera interponiendo un amparo –válido remedio jurídico para superar un agravio– sin que haya recibido dinero alguno o que haya tratado de influir en los magistrados de la Sala de la Corte de Apelaciones que conoció de la acción planteada (pretensión esta que –además– declararon los magistrados sin lugar) no constituye delito alguno. Fiscales sudamericanos, los nuestros complacientes la clac mediática y sus titiriteros, son responsables de la descalificación sufrida por la Comisión que establecimos, sumergida en las turbias aguas de la acusación penal politizada, determinantes todos estos de que su mandato no haya sido renovado y que resulte irrepetible ya para otros países. Es importante para que todo quede claro desde el principio que la devolución de crédito fiscal a que pudo haber coadyuvado –si a ello hubiera coadyuvado Felipe Alejos– se habría tratado, en todo caso, de una devolución legítima de crédito fiscal, es decir, de una devolución a la que tenía pleno derecho la entidad mercantil que lo pidiera y que –si viviésemos en un verdadero estado de Derecho– se le habría debido devolver, sin más, y dentro del plazo prudencial y legal establecido.

No se habría tratado pues de la artimaña, hecha por muchos, de aparentar un crédito fiscal inexistente y que, en consecuencia, su devolución, constituye ni más ni menos que una defraudación al patrimonio del Estado. A este, lo que se le imputa, es el uso de su influencia para lograr la devolución de un crédito fiscal legítimo ¡terrible crimen! uso de influencia que no hizo pero que, bueno es señalarlo, si lo hubiese hecho tal sería su “deleznable crimen” , influir para que se hiciera lo correcto. No debería ser necesaria asistencia profesional alguna para lograr la devolución de un crédito fiscal legítimo pero es tal la negligencia o la malicia de nuestra burocracia que no se produce como debería producirse lo que obliga a que existan profesionales y bufetes que se especializan sobre el tema.

La falta de devolución –y a tiempo– del crédito fiscal legítimo puede quebrar a las empresas puesto que estas, en sus adquisiciones, pagan el IVA y, sin embargo, cuando venden, no pueden cobrarlo, lo que ocurre en el caso de las exportaciones y también en el de las empresas que comercializan la medicina genérica, medicina exenta del impuesto para quien la adquiere en tanto que el vendedor no puede cargarlo y quien para llegar a concretar la venta ha tenido que pagar el IVA por todo cuanto adquiere, sean bienes o servicios. El IVA, impuesto al valor agregado, lo que grava y pretende gravar en cada transacción es única y exclusivamente el valor que se agrega al bien o al servicio con esa transacción específica, evitando que se grave, cada vez, todo el producto ¿Felipe Alejos, un criminal por haber coadyuvado –si es que lo hubiera hecho (no lo hizo)– a la devolución de créditos fiscales legítimos? ¡Por favor!

Por perseguir la acusación penal lo que no se debe perseguir y que no constituye delito, se deja de perseguir a los defraudadores del patrimonio del Estado que se inventan créditos fiscales que no existen y “recuperan” lo que no les corresponde.

El diputado, obviamente, constituye noticia y una persecución penal en su contra, aunque ilegítima, rinde los frutos mediáticos que no rendiría la persecución de quienes, desconocidos, defraudan el patrimonio del Estado obteniendo la devolución de créditos fiscales que se inventan. Si todo se llevara como debería llevarse, no serían necesarios profesionales ni bufetes que se dedicasen a la devolución del crédito fiscal, servicios que obviamente, tal y como ocurre con todo servicio, deben pagarse. Gran upa el caso contra Alejos, diputado y, sin embargo, ningún caso en contra de los defraudadores que cobran créditos fiscales que no existen.

Casos como el que se ha montado en contra de Felipe Alejos deberían dilucidarse única y exclusivamente ante los tribunales de justicia y si abordo el tema en esta columna es porque la acusación hecha en su contra fue de índole mediática, habiéndosele presentado como culpable, con todo tipo detalles, acusación mediática que ejerce una gran presión sobre los jueces ya que si se atienen a esta, se les ensalza pero que si la contradicen, se les lincha, su futuro profesional en juego. Cuando se acusa mediáticamente, se impone una defensa y discusión mediática de la acusación puesto que de poco sirve en estos casos la solución judicial del caso, si no se supera el agua derramada por la acusación y la condena mediáticas que fueron realizadas y –además– para que los jueces no se dejen amedrentar por la avalancha mediática sabedores de que existen opiniones divergentes sobre el tema y que de igual forma que pueden truncar su carrera las críticas que se les puedan hacer por prestarse a lo incorrecto, también pueden truncarla por no hacer lo que deben, ajustados sus fallos a las leyes. ¿Será correcto que se vea delito donde no lo hay ? ¿Será correcto que se someta el juez a las corrientes de opinión que son creadas por las acusaciones mediáticas, carentes en la realidad de consistencia alguna? ¿Será correcto que se atente en contra de la majestad de nuestra Corte con acusaciones políticas y espurias, los tribunales sometidos, así, a inconfesables fines y pasiones?

Un insulto llevar a conocimiento de nuestros tribunales ¡Qué pérdida de tiempo! las acusaciones carentes de fundamento alguno, motivadas por razones distintas a aquellas de la ley, acusaciones calificadas por los acusadores como “perfectas”, con la maligna insinuación de que esa “perfección” la destruyen nuestros jueces, ¡Por favor!

Acisclo Valladares Molina
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Buenas prácticas para mejorar la gestión pública (II)

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En esta línea, en la era tecnológica presente, la complejidad del mundo actual ha llevado a expertos en las ramas más diversas a definir teorías, técnicas, métodos o conceptos que puedan llevar al éxito a la gestión pública. La idea preconcebida de que las políticas públicas corresponden a acciones decididas, llevadas a cabo y autorizadas por el Estado, representado por el Gobierno, de cara a proteger o promover un bien considerado como de interés público, ha dado paso a una sistemática evolutiva en que la administración pública se comporta como una empresa privada que busca satisfacer de la mejor manera las necesidades de sus clientes. 

Con ello, se busca que la gestión pública se aproxime a lo administrado, de forma que este se sienta parte de ella que permita aumentar la satisfacción percibida por la sociedad respecto de sus servicios públicos. 

Una sociedad sin una eficiente gestión pública es una sociedad desarticulada y sin capacidad de gestionar la voluntad de sus ciudadanos, sin instituciones públicas, un grupo humano no es una sociedad, es algo más parecido a una horda. Por lo que, parece más cierto es que es imprescindible y que lo que debe suceder es que paulatinamente mejore en la gestión que realiza y que es su razón de ser. 

Su valor estriba fundamentalmente en el conjunto de vivencias que tiene en el desarrollo de la sociedad y que son la materia prima para categorizarla como una de las modalidades de la acción gubernamental. En este sentido, el mundo de la administración pública son los hechos sociales, políticos y gubernamentales. Distante de ellos se convierte en una caja de pandora. Su organización y funcionamiento tienen justificación en las relaciones de sociabilidad que configuran a la comunidad civil y política.

Por tanto, el espacio y el tiempo que les corresponden determinan su modo de obrar en el cumplimiento de las tareas relacionadas con el orden, la seguridad, la promoción económica y el bienestar social. 

En el claro devenir del futuro, el desarrollo científico y tecnológico, la formación de la nueva economía, la vigencia de la sociedad del conocimiento y la democratización del poder son rubros que tienen elementos no convencionales, que están influyendo en el desempeño propio de la gestión
pública.

Colaborador DCA
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“No hay democracia sin justicia social…”

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El irrespeto a los derechos laborales, así como la malnutrición y la pobreza, son solo algunos de los males que afectan a la sociedad guatemalteca, aspectos ante los que el gobierno encabezado por el presidente Bernardo Arévalo y la vicegobernante Karin Herrera enfocó sus esfuerzos durante las útimas horas.

Ayer, en un inusual acto, Arévalo recibió, frente al Palacio Nacional de la Cultura, a los líderes de sindicatos que participaron en la marcha por la conmemoración del Día Internacional del Trabajo, de quienes recibió demandas de crear los mecanismos que permitan mejores condiciones laborales, protección social, seguridad ocupacional y respeto a las actividades sindicales. Ante ellos y miles de asistentes que se dieron cita en la Plaza de la Constitución, el mandatario renovó su compromiso con los valores fundamentaltes de la democracia y la justicia social.

“Nos seguimos enfrentando a la mezquindad de quienes quieren que todo permanezca igual, de quienes se enriquecen a costa del pueblo, satisfechos y temerosos de perder sus privilegios, esa élite político criminal corrupta que ha cooptado las distintas instituciones del Estado y que se resiste a abandonarlas, a pesar del veredicto del pueblo en las urnas”, refirió el jefe de Estado al dirigirse a la multitud.

Horas antes de refrendar su compromiso con la clase obrera, Arévalo y Herrera lanzaron una ofensiva contra la pobreza y la malnutrición en siete municipios, tres de Huehuetenango, así como uno en los departamentos de Totonicapán, Chimaltenango, Sololá y Quiché. El programa, en el que están involucradas nueve instituciones estatales y que busca llevar adelante “una nueva posiblidad para vivir mejor”, se ampliará progresivamente hasta alcanzar los 114 municipios priorizados por sus niveles de pobreza y desnutrición.

El Gobierno está consciente de la “misión trascendental” que tiene por delante, pero, pese a los obstáculos que debe afrontar producto del deterioro institucional que encontró el binomio presidencial al asumir funciones, impulsa acciones para combatir los flagelos que enfrenta la sociedad, pues se siente acompañado por el pueblo de Guatemala al que se debe, toda vez que “la mayoría de guatemaltecos se cansó de ser estafada por esa estirpe de políticos corruptos, esa gente que se sabe merecedora de un futuro mejor y que está dispuesta a participar activa y honradamente en su construcción”, como lo afirmó Arévalo.

Editor DCA
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Entorno laboral seguro

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Joseph Dotu

Asociado de inclusión de la juventud,

OCR Guatemala

[email protected]

La cuestión de la seguridad en el trabajo es un tema de salud pública que se presenta a nivel global. Cada año, los accidentes y enfermedades en el trabajo causan la muerte de cerca de 2.9 millones de trabajadores, y 402 millones de personas se quedan con lesiones. Este problema no genera solamente un costo humano, sino también económico, que está estimado en un 4 por ciento del producto interno bruto mundial anual, casi 3 billones de dólares, según informes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Frente a este reto, los Estados adoptaron compromisos internacionales con el fin de proteger la fuerza laboral en el mundo. Entre estos está el Pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales (1966) que en su Artículo 7b estipula que “los Estados Parte en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al goce de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias que le aseguren en especial […] la seguridad y la higiene en el trabajo”.

En 2015, al adoptar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, los Estados declararon que este tema seguía siendo una prioridad compartida, al enfocar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 8 en el trabajo decente y las condiciones laborales. En la meta 8 de este ODS, los Estados miembros de la ONU resaltaron la importancia de “un entorno de trabajo seguro y sin riesgos para todos los trabajadores, incluidos los migrantes, en particular las mujeres y las personas con empleos precarios”. Para visibilizar estos temas, en 2003 la OIT declaró el 28 de abril como el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Esta conmemoración sirve para sensibilizar sobre la seguridad en el ámbito profesional e impulsar medidas de prevención de los accidentes en el trabajo, así como las enfermedades relacionadas con las diferentes profesionales.

Sin embargo; actualmente, ningún Estado ha alcanzado condiciones de trabajo seguras y saludable, para toda su fuerza laboral. El camino para mejorar el entorno laboral sigue siendo largo para muchos países, entre ellos, Guatemala. Dentro de la sociedad guatemalteca, las personas jóvenes son muy vulnerables a los riesgos laborales, especialmente las mujeres y los pueblos indígenas. Entre enero y octubre de 2023, 1 mil 096 accidentes laborales fueron registrados en Guatemala, principalmente en los sectores de la agricultura y de la industria, según fuente del Ministerio de Trabajo. En 2022 la tasa de informalidad laboral era de 70.8 por ciento, superando la tasa promedio de Latinoamérica, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Eso implica que las personas no siempre pueden cotizar a la seguridad social y tanto se quedan sin cobertura en caso de accidente. Además, se dificulta el control del cumplimiento de las normas laborales, generando un riesgo para la seguridad. La informalidad afecta particularmente a las personas jóvenes.  El 73.9 por ciento de las personas entre 13 y 30 años, ocupadas y asalariadas, reportaron trabajar sin el respaldo de un contrato, según fuentes oficiales en una encuesta publicada en 2020 por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa). Esta tendencia se agudiza para las personas jóvenes, de pueblos originarios, que tienen tres veces menor probabilidad de trabajar con contrato laboral, que las personas de otros grupos. Las mujeres enfrentan otro reto: el 68.7 por ciento de las jóvenes declaró encontrarse en situación de inactividad, en comparación con únicamente el 29.2 por ciento de los hombres jóvenes. Esta tendencia se explica, entre otros factores, debido a discriminaciones históricas que han sufrido estos grupos. Estos trabajos ayudan a millones de personas a no caer en la pobreza aguda. La fuerza laboral informal se distingue por salir adelante, a pesar de las barreras estructurales a las cuales se enfrenta. Es importante que esta dimensión sea incluida en el diseño de políticas públicas, para no dejar a nadie atrá

Colaborador DCA
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