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COLUMNAS

Los ministros en pleno (I)

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Cuentan –humorismo chapín– que un cristiano fue lanzado a los leones y que uno de los feroces felinos, tras desgarrarle un muslo, se disponía a devorarlo. El populacho, como es natural, se encontraba divertido, feliz y satisfecho. El cristiano, sin embargo, así finaliza la historia, logró sobreponerse y, sacando fuerzas de flaqueza, alcanzar los testículos del león y apretarlos con tal fuerza que este no quedó para más que para quejidos lastimeros. El populacho, entonces, molesto y enardecido, increpó al cristiano y le exigió: “¡Pelea limpio, cristiano! ¡Pelea limpio, infeliz!”

Los ministros del Gabinete de Gobierno no llegaron a un extremo semejante, pero, ¡oh escándalo de escándalos!, hicieron presencia en una vista pública en que lo único que se discute –esta es la esencia– es si tiene o no tiene el Estado y –específicamente– aquel que electo por el pueblo –formula y dirige esu política exterior y sus relaciones diplomáticas– la potestad de declarar no grato a un diplomático que se encuentre ante sí acreditado.

No se trata el asunto que se ventila de si el embajador es más o menos simpático o de si le cae bien o mal a uno; no teniendo nada que ver la simpatía personal, en absoluto, ni el reconocimiento que se pueda tener de su capacidad y de sus méritos, y menos aún, las relaciones con el Estado que le ha acreditado, Estado con el que nada se discute –sino simple y llanamente– de esto es de lo único que se trata –que el Estado, a través del órgano competente para hacerlo– ha ejercitado su potestad soberana de considerar no grata la presencia del diplomático, sin que exista precedente en el mundo de que un tribunal se haya entrometido en el ejercicio de esta potestad, por demás, una potestad que corresponde al Organismo Ejecutivo.

El tema no es si tiene o no tiene razón el Estado en cuanto a la apreciación que ha hecho de las declaraciones del diplomático, sino simple y llanamente que el Estado –aquel que tiene en este la potestad de hacerlo el único– de decidir sobre el asunto, así lo ha hecho y decidido. (En el caso concreto ni siquiera se llegó a tal declaración sino a la invitación hecha al Estado que le acreditó de retirarle, sustentado esto en que quien puede lo más –hacer la declaración– puede lo menos, invitar a su retiro, fórmula esta cuya oportunidad y conveniencia podría discutirse pero no en los tribunales.

Resulta “simpático” que se critique que los ministros que integran el Gabinete se hayan hecho presentes en la sala de vistas “sin haber sido citados”, y que los mismos que hacen esa crítica y que se rasgan las vestiduras sean los mismos que han callado e incluso aplaudido cuando embajadores de otros países se han hecho presentes en esa misma sala y en las salas de otros tribunales, “sin citación alguna”.

¿Necesidad de citación para que pueda concurrir alguien a una vista pública? ¡Por favor!

¿Necesidad de citación para que el alcalde Arzú pudiera acudir a la desafortunada conferencia de prensa que tuvo la necesidad de evidenciar? ¿Los extranjeros, sí pueden –los embajadores, incluso, a granel– pero, los guatemaltecos, no? ¿Embajadores de otros países, sí, pero ministros de nuestro propio Gobierno, no? Injerencia en la administración de justicia por asistir –como público– a una vista ¡Por favor! ¿Conveniencia, o no, de haberlo hecho? Esa es harina de otro costal, ajena a lo jurídico.

La solicitante del amparo no se presentó a la vista pública, porque la vista pública a celebrarse no fue solicitada por ella y –por lo visto– solamente le gustan los espectáculos por ella preparados y que puede controlar.

La vista, en efecto, fue solicitada por la autoridad impugnada, autoridad que –así– quiso transparentar lo discutido. En esta vista, por lo visto, fue tomado por sorpresa el pacto de farsantes y no llevó este las barras que acostumbra, habiendo sido la presencia de los ministros –y no la de las clacs tradicionales– la que ocupó los espacios de la sala.

Los ministros de Estado son responsables de sus respectivos ministerios, de los acuerdos gubernativos firmados por el Presidente cuando los refrendan y por los decididos con el Presidente (el vice toma también parte) en Consejo de Ministros, salvo que hagan constar su disidencia.

El tema del amparo, reitero, no es la mayor o menor felicidad de lo decidido, sino la potestad de hacerlo que, si tal potestad no corresponde al Presidente, sino al tribunal, sobran ya la Constitución de la República, la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y los usos y costumbres internacionales que rigen la materia: nuestra Corte de Constitucionalidad por encima de las normas, nacionales o internacionales: por encima, incluso, de la Corte Celestial.

La presencia de los ministros que forman parte del Gabinete de Gobierno fue sana porque los hay, al igual que embajadores y funcionarios diplomáticos, que son dados a desempeñarse sin la debida consecuencia política ( “ocupo el cargo, sí, pero nada tengo con el Gobierno) ejemplar, por cierto, en este aspecto, el embajador de los Estados Unidos de América cuando, recién llegado a Guatemala, cortó de tajo a periodistas que lo acosaban con preguntas tendenciosas que buscaron exhibirle: “Yo no voy a criticar o contradecir a mi Presidente. Él fue quien me nombró para venir a este país”, contundente declaración hecha por todo un funcionario de carrera, de la que muchos, entre nosotros, deberíamos aprender.

                                                                Continuará

Acisclo Valladares Molina
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COLUMNAS

Priorizando la vacunación para personas con discapacidad

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Consejo Editorial Conadi

Desde la pandemia de Covid-19, la inmunización se ha constituido como un tema de trascendental importancia, al ser una herramienta crucial para salvaguardar a nuestras comunidades. El acceso equitativo a la vacunación no solo constituye un componente esencial de la atención primaria de salud, sino que también se establece como un derecho humano fundamental.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha subrayado que sin las vacunas, las epidemias de numerosas enfermedades prevenibles podrían resurgir, dando lugar a un aumento significativo en los casos de enfermedad, discapacidad y, lamentablemente, fallecimientos.

Por consiguiente, resulta imperativo tomar conciencia sobre la importancia de que los programas de inmunización sean accesibles para todas las personas, especialmente para aquellas que viven con alguna discapacidad.

La vacuna salva millones de vidas cada año.

La International Disability Alliance (IDA) ha emitido un llamado enérgico instando a los países a implementar planes de vacunación que prioricen a todas las personas con discapacidad. Este colectivo enfrenta barreras tanto actitudinales como ambientales que pueden obstaculizar su acceso a los servicios de salud, lo cual subraya la necesidad de una atención prioritaria.

Es importante tener en cuenta que las personas con discapacidad, según su condición, pueden estar especialmente expuestas a enfermedades infecciosas y correr un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves. Por lo tanto, la vacunación adquiere una relevancia aún mayor para proteger su salud y bienestar.

La Red Latinoamericana de Organizaciones de Personas con Discapacidad y sus Familias (Readis) ha destacado que las personas con discapacidad constituyen un grupo vulnerable dentro de la población, lo que implica la necesidad de que los gobiernos garanticen y prioricen la vacunación para este segmento, independientemente de diversos factores como género, edad o tipo de discapacidad.

Para garantizar el derecho a la salud de las personas con discapacidad y crear un entorno seguro, es esencial incluir a asistentes personales, cuidadores familiares y trabajadores de servicios relacionados con la discapacidad en los programas de vacunación.

Esto supondría un avance significativo en la priorización de los sectores vulnerables que conforman nuestra sociedad. En el ámbito nacional, el Organismo Legislativo ha dado pasos importantes para garantizar el acceso a los programas de vacunación, como la aprobación en 2022 del Decreto 6-2022, Ley de Vacunación, normativa que garantizará la vacuna voluntaria y gratuita a todos los guatemaltecos y que hace posible la inmunización con pertinencia cultural en todos los departamentos del país.

La Semana Mundial de la Inmunización, celebrada del 24 al 30 de abril, nos brinda la oportunidad de unirnos al llamado global para garantizar programas de vacunación dirigidos a personas con discapacidad y sus familias. La salud es un derecho fundamental respaldado constitucionalmente, y su provisión debe ser equitativa y libre de discriminación.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

El abandono de la lectura

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Mary Macmillan

Facultad de Artes Liberales

En los últimos años se ha visto un aumento significativo en la producción de textos dirigidos a un público infantil. Numerosas editoriales tanto consolidadas como aquellas que conocemos como independientes han considerado explícitamente en sus catálogos a esos “locos bajitos”, como diría Serrat. Si visitan ferias de libros habrán notado esta oferta de libros colorinches, incluso para pre lectores con tapas duras, con una variedad de temas y estilos singulares que marcan cada propuesta editorial.

Los niños de hoy en día son “consumidores” de libros y los padres están dispuestos a invertir económicamente en este ítem. Sin embargo, ocurre un fenómeno curioso y preocupante: una vez que el niño supera la etapa de la infancia y entra a la adolescencia o a la preadolescencia, deja de leer o interesarse por comprar nuevos libros.

Se supone que si un niño está familiarizado con el libro tanto como objeto como con el proceso de lectura seguiría de modo casi espontáneo con la lectura en niveles más complejos.

Por supuesto que siguen leyendo los textos de lectura obligada en sus colegios, pero ya no compran sus propios libros. ¿Por qué ocurre este fenómeno? Intentaré dar algunas luces. Se supone que si un niño está familiarizado con el libro tanto como objeto como con el proceso de lectura seguiría de modo casi espontáneo con la lectura en niveles más complejos.

Pero no es así. Una primera respuesta a este problema radica en la enorme oferta de libros para niños que no poseen una suficiente calidad literaria que le permita hacer una experiencia de lectura significativa.

Muchos padres no lectores conciben la compra de libros para sus hijos como una inversión en términos de un capital informativo o de lectura como herramienta laboral. Pero la experiencia de lectura implica muchos aspectos que van más allá de lo informativo.

Un libro es un espacio en el que se nos introduce en un entramado simbólico, de tradiciones culturales previas, de estructuras narrativas complejas y también de belleza estética. Llenar al niño con libros colorinches no es necesariamente llevarlo a una competencia lectora.

En una experiencia de lectura el niño se plantea sus propias preguntas, cultiva un lenguaje rico en resonancias y connotaciones, sigue una narración de la que se hace parte con apuestas anticipatorias, rechaza o confirma finales, se mueve en planos morales sobre conductas o comportamientos de los personajes, etcétera.

La lectura es un acto complejo en el que la mediación de un adulto empático y criterioso sigue siendo de suma importancia. Es lo que la estudiosa de literatura infantil, Teresa Colomer, denomina como “implicación sociofamiliar”.

Esto porque “a menudo no hay adultos formando ese entramado socioafectivo en casa ni en el entorno social”. En los tiempos que corren este planteamiento puede ser juzgado de adultocéntrico y de impositivo.

Pero desconocer la importancia de la mediación es olvidar el contexto intergeneracional en que brota el trascendental hábito de la lectura por gusto. Entendemos la mediación lectora como un compartir y debería estar lejos de situaciones del tipo “adivina qué tengo en la cabeza” (Gordon Wells).

Es decir, ese hábito docente en el que “los niños se esforzaban por saber qué esperaba el maestro que respondieran, en lugar de pensar realmente en el cuento sobre el que eran interrogados” (Colomer). La lectura libre que surge del mismo sujeto solo perdurará si ha sido previamente impulsada por un adulto interesado en el niño, que sabia y prudentemente lo ayude a encontrar ese libro que lo estimule y lo introduzca en su propio camino.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

¿Es posible un mundo sin plásticos? (II)

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Andrea Cocchini 

Profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Navarra

Estos datos manifiestan la inadecuación de los sistemas de reciclaje actuales, así como de alternativas, aparentemente más sostenibles, como los plásticos biodegradables o los bioplásticos.

Claro está que no se puede pedir que el futuro tratado regule y resuelva los múltiples retos, técnicos, económicos y sociales, que suponen todas las fases de vida de los plásticos (la extracción de las materias primas, el diseño de los productos, su consumo, la gestión y el traslado transfronterizo de los desechos plásticos).

El borrador sugiere excluir del ámbito de aplicación del futuro tratado las fases de extracción y transformación de las materias primas necesarias para la producción de plásticos.

No obstante, en atención a la gravedad y la urgencia del problema, parece que una (¿quizás ya la única?) solución aún posible para invertir el rumbo al que nos llevan las cifras referidas sería la inclusión en el nuevo tratado de una prohibición a los estados partes de producir nuevos plásticos innecesarios. Sin embargo, después de la tercera ronda de negociaciones del INC (de las cinco previstas), la sensación es que los delegados estatales no están realmente barajando esta posibilidad, ni siquiera a medio plazo.

En el momento en que se escribe, disponemos de un segundo borrador de tratado que será el documento de referencia para las negociaciones de la cuarta sesión, que tienen lugar del 21 al 30 de abril de 2024 en Ottawa (Canadá). El documento recoge las diferentes posturas de los representantes nacionales durante la tercera ronda de negociaciones que tuvo lugar en Nairobi (Kenia), en noviembre de 2023.

Este segundo borrador cubre un amplio abanico de alternativas, en ocasiones diametralmente opuestas. Por un lado, mantiene la propuesta de prevenir, reducir progresivamente y eliminar la futura contaminación plástica para 2040, reflejando así las posturas de los países más interesados en erradicar el problema, como los reunidos en la Alianza de Pequeños Estados Insulares.

Por otro lado, de acuerdo con los Estados que proponen centrarse más en la gestión racional de los residuos plásticos y en la mejora del diseño del plástico para hacerlo más reciclable (como los del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo), el borrador sugiere excluir del ámbito de aplicación del futuro tratado las fases de extracción y transformación de las materias primas necesarias para la producción de plásticos (esencialmente, crudo y gas).

  Continuará… 

Colaborador DCA
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