El violonchelista, director de orquesta y docente hace un repaso por su trayectoria.

Con camisa blanca, corbatín y su violonchelo, Ricardo del Carmen Fortuny (Guatemala, 1969) se pone delante de la cámara para interpretar a Domenico Gabrielli o Johann Sebastian Bach. Estos días, en que las restricciones por la pandemia lo mantienen alejado de los escenarios, sigue compartiendo su talento a través de las redes sociales, porque si hay algo que no se detiene es su amor por el arte. El músico, director de orquesta y docente, repasa su vida en Los de siempre.

El flechazo

Ricardo del Carmen Fortuny creció rodeado de arte. Nada fue impuesto, dice, y desde muy pequeño se sintió atraído por la música y por su instrumento. Su padre fue el director de orquesta Ricardo del Carmen, y en aquellos tiempos, los años 70, era común que los solistas invitados visitaran la casa de los directores. Fue así como, con tan solo 3 años y 9 meses, el niño se encontró de frente con el violonchelista estadounidense Leonard Rose: “Es una suposición, pero creo que verlo, definitivamente me impactó”.

Intérprete

Con tan solo ocho años, Del Carmen Fortuny empezó a estudiar el violonchelo de la mano del que considera su “único maestro”, el gran Eduardo Ortiz Lara. En el Conservatorio Nacional de Música German Alcántara se formó, de 1978 a 1988. “Es una carrera larga. Todo tiene que ser muy pausado, como en la enseñanza de cualquier arte o disciplina”, asegura. 

Aún en sus años de conservatorio, en 1985, Del Carmen Fortuny tocó por primera vez con la Orquesta Sinfónica Nacional. De la máxima institución musical del país, ha formado parte ininterrumpidamente desde 1991, e, incluso, actualmente ejerce como secretario de su Consejo Directivo. Junto a la agrupación atesora grandes momentos, como sus interpretaciones solistas de la obra Kol Nidrei, de Max Bruch.

Pero el intérprete también acumula presentaciones fuera de nuestras fronteras. En 1990 participó en el I Festival Musical del Pacífico, en Japón, como parte de una orquesta de jóvenes profesionales al mando de Leonard Bernstein. Con la Orquesta Millennium, de Dieter Lehnhoff, viajó a España, México y Venezuela; y en 2008, junto al marimbista Robelio Méndez, fue invitado a participar en el Festival Internacional del Conservatorio Rimsky-Korsakov, en San Petersburgo, Rusia.

Concepto global

El músico también ha ejercido como director de orquesta, una faceta que, inicialmente, le debe a Geraldina Baca-Spross; y como director del Coro Ricardo del Carmen, fundado por su padre en 1967. “Parte del ser un músico integral es conocer varias disciplinas. No se debe escuchar música solo de nuestro instrumento, sino para piano, para órgano tubular, música de cámara, sinfónica, de instrumentos de viento. Uno debe explorar”, enfatiza. 

Otra dimensión importante de su carrera ha sido la docencia, tanto en el Conservatorio Nacional de Música como en la Escuela Municipal de Música. De esta labor destaca poder compartir su experiencia con las nuevas generaciones, así como conocer la forma en la que estas piensan y sienten.

Durante la cuarentena, el guatemalteco no se ha separado de su violonchelo. Gran admirador de la música barroca desde los 14 años, ha dedicado parte de su tiempo a subir extractos de las composiciones de Domenico Gabrielli y Johan Sebastian Bach a su canal de YouTube: Ricardo del Carmen Fortuny. Su consigna es sencilla: “La gente también necesita del arte”.

Priscilla León López