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COLUMNAS

El 157

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¿Cómo castigar a ”su“ diputado con la no reelección, si ni siquiera sabe quién es su diputado? ¿Cómo premiarle, si lo hacen bien, si desconoce usted quién es su diputado?

Con todo respeto, la única reforma constitucional que tiene sentido es aquella que instale al pueblo en el Congreso.

Y es por ello que, nuevamente, y durante todo el tiempo que fuere preciso, volverá a ser el tema central de esta columna –tema recurrente– la necesidad de que el pueblo mismo, a través de los diputados que elija en DISTRITOS ELECTORALES PEQUEÑOS se instale en el Congreso.

Esta, la reforma política, la verdadera reforma –la reforma de la que no se habla– la reforma de los DISTRITOS ELECTORALES PEQUEÑOS –es la única que tiene importancia– y que puede definir –instalado ya el pueblo en el Congreso– todas las restantes.

La reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos fue un auténtico fracaso y conducirá –inexorablemente– a más de lo mismo y otro tanto ocurre con las pretendidas reformas al sector Justicia que, al final de cuentas, no habrían venido a ser sino un parche más, entre todos los parches realizados.

¿En qué se beneficia usted de las Reformas que se hicieron a la Ley Electoral y de Partidos Políticos sostenidos como fueron sostenidos (1) el monopolio de la postulación de candidatos a diputados en los partidos políticos (2) el listado nacional de diputados (3) los distritos electorales gigantescos, con sus largos listados distritales que jamás permitirán –tal y como ocurre con el listado nacional– que sepa usted quién es su diputado. Distritos gigantescos y listados por los que resulta ilusorio que usted tenga contacto personal alguno con los diputados –ni siquiera como candidatos–y que impiden que pueda usted premiarles o castigarles con su voto.

¿Cómo castigar a “su” diputado con la no reelección, si ni siquiera sabe quién es su diputado? ¿Cómo premiarle, si lo hace bien, si desconoce usted quién es su diputado?

¿En qué benefician las reformas si el período de los diputados sigue tan largo como ahora, cuatro años, en las actuales circunstancias, tiempo más que sobrado para que los diputados, si alguna vez lo tuvieron, pierdan todo contacto con los electores?

¿En qué benefician las reformas a la ley electoral y de partidos políticos si las campañas –sostenidos los distritos electorales inmensos– seguirán siendo tan
caras y costosas, como siempre?

El Congreso de la República seguirá tan ajeno a la población como lo ha sido hasta la fecha, puesto que la culpa no la tienen las personas que lo integran, sino la forma en que se eligen.

¿En qué podría beneficiarle a usted que los magistrados y jueces, en lugar de ser seleccionados a través del sistema de comisiones de postulación, necesariamente corrupto (ni la academia, ni los colegios profesionales se encuentra más allá del bien y del mal), parche que se planteaba como que si fuera la solución perfecta, en qué podría beneficiarse usted, me pregunto, con que este venga a ser sustituido por otro parche que podría ser incluso más peligroso que el anterior, un todopoderoso Consejo de la Carrera Judicial y un Ministerio Público despojado de su función más importante, velar por el estricto cumplimiento de las leyes –en otras palabras– en poner todos los huevos en la canasta de aquellos que a lo largo de nuestra historia se han caracterizado por ser los esbirros y encubridores? La verdadera reforma es la política –la reforma de los DISTRITOS ELECTORALES PEQUEÑOS– la única que puede situar al pueblo en el Congreso (que puede situarle a usted en el Congreso) y, en consecuencia, la única que deja de constituir un mero parche y se erige en un verdadero y definitivo generador de cambio: el cambio político, motor de todos los restantes.

¿Puede haber un efectivo combate en contra de la corrupción sin contar con el Congreso, en manos del Congreso el presupuesto y las leyes?

Si usted quiere ser candidato a diputado –en el SISTEMA DE DISTRITOS PEQUEÑOS– bastará con que usted se inscriba como tal, innecesario el aval de un partido político y, de igual forma, al igual que usted, cualquier otro ciudadano.

En su distrito –DISTRITO PEQUEÑO– se elegiría un solo diputado, de tal forma, que el candidato ganará la elección y –en consecuencia– el único puesto en disputa –si obtiene más votos– en este sistema –el de los distritos electorales pequeños– se gana o se pierde (gana el que obtiene más votos y punto) sin que exista para los perdedores premio de consolación alguno.

En este sistema se adjudica la única diputación que se disputa en el distrito a quien obtiene más votos, sin el uso de fórmulas raras para hacerlo: Se cuentan los votos y –quien tenga más votos– es el diputado. Su diputado.

En este sistema, además, el sistema de los DISTRITOS PEQUEÑOS, las campañas electorales resultan más baratas, puesto que el candidato se dirige a un número más reducido de electores –los electores de su distrito pequeño– todos estos al alcance de su mano; los candidatos conocen a los electores y los electores a los candidatos, con la toral y lógica consecuencia de que los electores saben –a ciencia cierta– quién es su diputado, el diputado que, en el Congreso, representará los intereses, principios y valores de los habitantes de su distrito –sus electores–.

Y algo muy importante –fundamental– en el SISTEMA DE DISTRITOS PEQUEÑOS hace esa cercanía que no se pierda el cordón umbilical entre los electores y el electo, puesto que este sabe muy bien que si es desleal con sus electores –si no hace bien su trabajo– estos le negarán la reelección, en la elección siguiente: La sagrada sanción del voto.

Así como en 1985 se produjo en Guatemala una auténtica revolución –la municipal– revolución que se produjo a través de la introducción de un solo artículo de la Constitución –el que dotó de recursos al municipio por primera vez en nuestra historia– artículo 257, esta vez, podría también producirse con una sola reforma, la del 157, “su centenario” –la que establezca el SISTEMA DE DISTRITOS PEQUEÑOS que, con todo respeto, comparto nuevamente con usted–la única reforma que puede conducirnos a una Guatemala distinta, la que decida el pueblo cuando ya está instalado en el Congreso.

¿Cuál es el miedo?

Quienes tienen el poder, quienes siempre lo han tenido, quedan expuestos a perderlo y ¡claro está! Es más que probable que lo pierdan.

¿Es ese el miedo?

No tendré miramiento alguno en poner en evidencia la ignorancia o incluso el dolo de quienes buscan seguir parchando la Constitución con reformas que no cambian nada y que incluso pueden empeorarlo todo –reformas que dejan– que lo dejan a usted, tan lejos del poder, como siempre ha estado.

Buscaré el debate, abierto y sin tapujos, con columnistas, instituciones y personas que sigan lloriqueando, sin encontrar el camino o que lo propongan errado y quedará abierto mi blog para el debate.

¿Habré de enfrentarme a todo? ¿Me encuentro solo en la reforma que propongo? Pues, la verdad, no me importa. He sabido siempre y sé nadar –cuando creo en algo– contra toda corriente, amén de que estoy convencido de que los jóvenes encontrarán en este sistema –el de los DISRITOS PEQUEÑOS– el camino que buscaban, tal y como lo encontrarán las poblaciones indígenas y los migrantes y que serán estos quienes lo enriquezcan y lo perfeccionen.

Las poblaciones indígenas, en el SISTEMA de los DISTRITOS PEQUEÑOS, ganarán múltiples distritos y su voz y su poder de decisión se encontrarían por primera vez en el Congreso.

¿Cuál es el miedo?

Existiendo distritos electorales constituidos en el extranjero podrían votar los migrantes y tener sus diputados, más importante para esto –incluso– contar con su diputado, que con el propio Presidente, su diputado, voz y generador de consensos para la protección de sus derechos.

El número de distritos, contando incluso con el distrito o distritos a constituirse en el extranjero, sería de 158 (aproximadamente 60 mil los votantes de cada distrito) y, en consecuencia, no aumentaría el número de diputados: Los mismos 158, pero –obviamente– no los mismos.

¿Imposible ya –el tiempo nos ha consumido en la caricia de tantas “ocurrencias”– y de tanto parche, todos estériles –imposible–, ya que pudiera hacerse la reforma del artículo 157 de la Constitución de la República y aplicársela en las próximas elecciones generales, junio de 2019?

Podría ser imposible, en efecto ¡Lamentable! Pero, si ya no para su aplicación de estas ¿Por qué no aprobarlas y someterlas a la ratificación del pueblo, precisamente, en las elecciones de 2019, como una
papeleta más en las mismas –mínimo el costo de hacerlo–, de tal forma, que las elecciones de 2023 puedan realizarse ya con el nuevo sistema, la nueva forma de elegir a los diputados que integran el Congreso, el Congreso, la clave de todo, en sus manos el presupuesto y las leyes.

La introducción del artículo 257 hizo real el municipio –autonomía sin recursos, no es autonomía– y la reforma del 157 hará real la democracia, democracia, sin representación, no es democracia.

¿Quién es su diputado?

¡No debemos descansar hasta lograrlo! ¿Cuál es el miedo?

Acisclo Valladares Molina
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COLUMNAS

Priorizando la vacunación para personas con discapacidad

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Consejo Editorial Conadi

Desde la pandemia de Covid-19, la inmunización se ha constituido como un tema de trascendental importancia, al ser una herramienta crucial para salvaguardar a nuestras comunidades. El acceso equitativo a la vacunación no solo constituye un componente esencial de la atención primaria de salud, sino que también se establece como un derecho humano fundamental.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha subrayado que sin las vacunas, las epidemias de numerosas enfermedades prevenibles podrían resurgir, dando lugar a un aumento significativo en los casos de enfermedad, discapacidad y, lamentablemente, fallecimientos.

Por consiguiente, resulta imperativo tomar conciencia sobre la importancia de que los programas de inmunización sean accesibles para todas las personas, especialmente para aquellas que viven con alguna discapacidad.

La vacuna salva millones de vidas cada año.

La International Disability Alliance (IDA) ha emitido un llamado enérgico instando a los países a implementar planes de vacunación que prioricen a todas las personas con discapacidad. Este colectivo enfrenta barreras tanto actitudinales como ambientales que pueden obstaculizar su acceso a los servicios de salud, lo cual subraya la necesidad de una atención prioritaria.

Es importante tener en cuenta que las personas con discapacidad, según su condición, pueden estar especialmente expuestas a enfermedades infecciosas y correr un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves. Por lo tanto, la vacunación adquiere una relevancia aún mayor para proteger su salud y bienestar.

La Red Latinoamericana de Organizaciones de Personas con Discapacidad y sus Familias (Readis) ha destacado que las personas con discapacidad constituyen un grupo vulnerable dentro de la población, lo que implica la necesidad de que los gobiernos garanticen y prioricen la vacunación para este segmento, independientemente de diversos factores como género, edad o tipo de discapacidad.

Para garantizar el derecho a la salud de las personas con discapacidad y crear un entorno seguro, es esencial incluir a asistentes personales, cuidadores familiares y trabajadores de servicios relacionados con la discapacidad en los programas de vacunación.

Esto supondría un avance significativo en la priorización de los sectores vulnerables que conforman nuestra sociedad. En el ámbito nacional, el Organismo Legislativo ha dado pasos importantes para garantizar el acceso a los programas de vacunación, como la aprobación en 2022 del Decreto 6-2022, Ley de Vacunación, normativa que garantizará la vacuna voluntaria y gratuita a todos los guatemaltecos y que hace posible la inmunización con pertinencia cultural en todos los departamentos del país.

La Semana Mundial de la Inmunización, celebrada del 24 al 30 de abril, nos brinda la oportunidad de unirnos al llamado global para garantizar programas de vacunación dirigidos a personas con discapacidad y sus familias. La salud es un derecho fundamental respaldado constitucionalmente, y su provisión debe ser equitativa y libre de discriminación.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

El abandono de la lectura

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Mary Macmillan

Facultad de Artes Liberales

En los últimos años se ha visto un aumento significativo en la producción de textos dirigidos a un público infantil. Numerosas editoriales tanto consolidadas como aquellas que conocemos como independientes han considerado explícitamente en sus catálogos a esos “locos bajitos”, como diría Serrat. Si visitan ferias de libros habrán notado esta oferta de libros colorinches, incluso para pre lectores con tapas duras, con una variedad de temas y estilos singulares que marcan cada propuesta editorial.

Los niños de hoy en día son “consumidores” de libros y los padres están dispuestos a invertir económicamente en este ítem. Sin embargo, ocurre un fenómeno curioso y preocupante: una vez que el niño supera la etapa de la infancia y entra a la adolescencia o a la preadolescencia, deja de leer o interesarse por comprar nuevos libros.

Se supone que si un niño está familiarizado con el libro tanto como objeto como con el proceso de lectura seguiría de modo casi espontáneo con la lectura en niveles más complejos.

Por supuesto que siguen leyendo los textos de lectura obligada en sus colegios, pero ya no compran sus propios libros. ¿Por qué ocurre este fenómeno? Intentaré dar algunas luces. Se supone que si un niño está familiarizado con el libro tanto como objeto como con el proceso de lectura seguiría de modo casi espontáneo con la lectura en niveles más complejos.

Pero no es así. Una primera respuesta a este problema radica en la enorme oferta de libros para niños que no poseen una suficiente calidad literaria que le permita hacer una experiencia de lectura significativa.

Muchos padres no lectores conciben la compra de libros para sus hijos como una inversión en términos de un capital informativo o de lectura como herramienta laboral. Pero la experiencia de lectura implica muchos aspectos que van más allá de lo informativo.

Un libro es un espacio en el que se nos introduce en un entramado simbólico, de tradiciones culturales previas, de estructuras narrativas complejas y también de belleza estética. Llenar al niño con libros colorinches no es necesariamente llevarlo a una competencia lectora.

En una experiencia de lectura el niño se plantea sus propias preguntas, cultiva un lenguaje rico en resonancias y connotaciones, sigue una narración de la que se hace parte con apuestas anticipatorias, rechaza o confirma finales, se mueve en planos morales sobre conductas o comportamientos de los personajes, etcétera.

La lectura es un acto complejo en el que la mediación de un adulto empático y criterioso sigue siendo de suma importancia. Es lo que la estudiosa de literatura infantil, Teresa Colomer, denomina como “implicación sociofamiliar”.

Esto porque “a menudo no hay adultos formando ese entramado socioafectivo en casa ni en el entorno social”. En los tiempos que corren este planteamiento puede ser juzgado de adultocéntrico y de impositivo.

Pero desconocer la importancia de la mediación es olvidar el contexto intergeneracional en que brota el trascendental hábito de la lectura por gusto. Entendemos la mediación lectora como un compartir y debería estar lejos de situaciones del tipo “adivina qué tengo en la cabeza” (Gordon Wells).

Es decir, ese hábito docente en el que “los niños se esforzaban por saber qué esperaba el maestro que respondieran, en lugar de pensar realmente en el cuento sobre el que eran interrogados” (Colomer). La lectura libre que surge del mismo sujeto solo perdurará si ha sido previamente impulsada por un adulto interesado en el niño, que sabia y prudentemente lo ayude a encontrar ese libro que lo estimule y lo introduzca en su propio camino.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

¿Es posible un mundo sin plásticos? (II)

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Andrea Cocchini 

Profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Navarra

Estos datos manifiestan la inadecuación de los sistemas de reciclaje actuales, así como de alternativas, aparentemente más sostenibles, como los plásticos biodegradables o los bioplásticos.

Claro está que no se puede pedir que el futuro tratado regule y resuelva los múltiples retos, técnicos, económicos y sociales, que suponen todas las fases de vida de los plásticos (la extracción de las materias primas, el diseño de los productos, su consumo, la gestión y el traslado transfronterizo de los desechos plásticos).

El borrador sugiere excluir del ámbito de aplicación del futuro tratado las fases de extracción y transformación de las materias primas necesarias para la producción de plásticos.

No obstante, en atención a la gravedad y la urgencia del problema, parece que una (¿quizás ya la única?) solución aún posible para invertir el rumbo al que nos llevan las cifras referidas sería la inclusión en el nuevo tratado de una prohibición a los estados partes de producir nuevos plásticos innecesarios. Sin embargo, después de la tercera ronda de negociaciones del INC (de las cinco previstas), la sensación es que los delegados estatales no están realmente barajando esta posibilidad, ni siquiera a medio plazo.

En el momento en que se escribe, disponemos de un segundo borrador de tratado que será el documento de referencia para las negociaciones de la cuarta sesión, que tienen lugar del 21 al 30 de abril de 2024 en Ottawa (Canadá). El documento recoge las diferentes posturas de los representantes nacionales durante la tercera ronda de negociaciones que tuvo lugar en Nairobi (Kenia), en noviembre de 2023.

Este segundo borrador cubre un amplio abanico de alternativas, en ocasiones diametralmente opuestas. Por un lado, mantiene la propuesta de prevenir, reducir progresivamente y eliminar la futura contaminación plástica para 2040, reflejando así las posturas de los países más interesados en erradicar el problema, como los reunidos en la Alianza de Pequeños Estados Insulares.

Por otro lado, de acuerdo con los Estados que proponen centrarse más en la gestión racional de los residuos plásticos y en la mejora del diseño del plástico para hacerlo más reciclable (como los del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo), el borrador sugiere excluir del ámbito de aplicación del futuro tratado las fases de extracción y transformación de las materias primas necesarias para la producción de plásticos (esencialmente, crudo y gas).

  Continuará… 

Colaborador DCA
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