Planificación con rostro humano busca mejorar condiciones de vida en Alta Verapaz.

Un grupo de 13 instituciones gubernamentales, entre ellas 3 ministerios, trabajan en una hoja de ruta para garantizar acciones integrales desde los ámbitos sociales, económicos y ambientales, para la cual se está diseñando un programa piloto integrado para dirigir esfuerzos a 3 poblados inmersos en la pobreza y pobreza extrema de Panzós y Senahú, en Alta Verapaz.

Se trata de las comunidades Río Polochic, San Valentín y Lagartos o Nueva Jerusalén, donde tienen su residencia unas 166 familias que ya cuentan con medidas cautelares, situación a la que el Fondo de Tierras ha dado seguimiento desde el Modelo de Comunidades Agrarias Sostenibles.

El esfuerzo, liderado por las unidades de género de las instituciones citadas, busca el diseño de este plan piloto con rostro humano basado en resultados, especialmente dirigido al desarrollo y empoderamiento de las mujeres que viven en dichas fincas. 

Maribel Xulú, encargada de la Unidad de Género del Ministerio de (Mineco), explicó que en el ámbito de la provincia es en donde se pueden observar las mayores ine- quidades entre  mujeres rurales y urbanas.

De acuerdo con cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Guatemala, la desigualdad aún impera entre mujeres y hombres, en la población indígena y en áreas rurales. 

El 90 % de la pobreza alcanza a las poblaciones indígenas; la desigualdad resultante afecta especialmente a la población rural, a los pueblos indígenas y a las mujeres que sobreviven con altos índices de pobreza multidimensional, sin acceso a servicios básicos de saneamiento, educación, activos productivos o empleo.

 Por esa razón, afirma Xulú, el trabajo de la Mesa Técnica para el Desarrollo Rural con Enfoque de Género y Pueblos constituye un mecanismo para  atender las necesidades de las mujeres. Se espera trascender la atención a estas fincas aún con el cambio de autoridades, porque “no se puede olvidar que las inequidades sigan siendo las mismas, por lo que se dejarán plasmadas las líneas estratégicas para que se garantice el seguimiento a la atención.

La idea nació a partir de los compromisos que el Estado de Guatemala ha ratificado en materia de derechos humanos de las mujeres, específicamente en el tema de la mujer rural, por lo que se observó la necesidad de crear un mecanismo de coordinación interinstitucional, para responder a las demandas puntuales de mujeres y niñas de las áreas rurales. 

En 2017, las instituciones participantes firmaron una carta de entendimiento para el fortalecimiento e institucionalización, y este año empezaron con el programa piloto.

Radiografía socioeconómica

La comunidades Lagartos, Río Polochic y San Valentín, distantes 290 kilómetros de la ciudad de Guatemala, presentan una situación socioeconómica preocupante. Según un diagnóstico hecho en el lugar, sus pobladores viven en pobreza y pobreza extrema. En temas de alimentación se encuentra en subsistencia; hay poca producción de alimentos para el consumo local, especialmente de las mujeres y las niñas.

En adición, no existe organización para la producción de alimentos familiares (huertos familiares) ni tampoco se conocen técnicas para el manejo de las siembras o para tener acceso a una mejor alimentación.

Los proyectos productivos que actualmente se están desarrollando, especialmente el de la ocra, solo genera contratos individuales, por lo que los ingresos van dirigidos a pocos hogares. 

El proyecto productivo de arroz no es rentable, debido a la poca producción y la calidad que presenta. Asimismo, el cultivo de maíz presenta bajos rendimientos (por tipo y condiciones del suelo y las variedades que actualmente utilizan), mientras que la vulnerabilidad del clima es otra de las causas que lo afectan. 

Según el estudio, en época seca los niveles de agua son escasos, y en invierno los niveles pluviales son superiores a los necesarios, por lo que  en ambos se tienen pérdidas, lo que incrementa los niveles de pobreza. 

Por aparte, los ingresos de los comunitarios provienen del pago de jornales que los proyectos productivos les generan.  

La población no tiene acceso a fuentes de agua para consumo, por lo que su mayor provisión viene de la captación de agua de lluvia rudimentaria, únicamente en invierno. 

Carecen de centro de salud, tienen poca asistencia técnica para el abordaje de la prevención y saneamiento ambiental, y prácticamente no hay información de identificación de las personas que sufren de desnutrición aguda y crónica.  

En educación, no se cuenta con establecimiento educativo, aunque sí cuentan con el apoyo de los servicios de dos maestros que la comunidad paga.

Entidades protagonistas

Para atender las necesidades de las comunidades Río Polochic, San Valentín y Lagartos o Nueva Jerusalén, en Panzós y Senahú, Alta Verapaz, se hacen esfuerzos interinstitucionales, en los cuales participan los ministerios de Agricultura, Ganadería y Alimentación, de Trabajo, de Educación, de Economía, de Desarrollo social, de Salud Pública y Asistencia Social y de Finanzas, así como las secretarías de Seguridad Alimentaria y Nutricional, de Asuntos Agrarios, de la Mujer, y otras, como el Fondo de Tierras, Instituto Nacional de Estadística, Instituto Nacional de Bosques, Consejo Nacional de Áreas Protegidas y Vicepresidencia de la República. 

 Con información de Byron Dardón Garzaro/Mineco

Redacción DCA