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COLUMNAS

La Fiscal General y los cantos de sirena

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Ya he citado varías veces la sabia sentencia popular que reza,” Quien te quiere, te aporrea”, cita que he reiterado para que se comprenda que la crítica no es la consecuencia de un mal querer –en absoluto– sino de preocuparse por aquel que nos importa. Y así, si no me importara, dejaría pasar –sin más– los errores políticos de la Fiscal General, errores que comprometen su mandato y su futuro.

Pienso que se hizo daño cuando después de haber declarado tajante y categóricamente –no una sino varias veces– que no buscaría la reelección, terminó diciendo alentada por la upa que le hiciera el Comisionado (una upa carente de tino) que “consideraría” buscarla, pretensión que no tendría nada de malo si no fuera porque que, al afirmarla, se desdijo de sus palabras anteriores: Falta de firmeza en sus decisiones, la imagen –en el mejor de los casos– pero que suena también –más grave aún– a artimaña y engaño esperar el momento propicio para retractarse de lo dicho y buscar la reelección. Para bien suyo volvió a desdecirse –menos mal– y regresó a lo que había anunciado anteriormente, que no intentaría reelegirse pero, para entonces, se había hecho ya el daño que se hizo.

De igual forma –deslumbrada por otros cantos de sirena– no sé si también del Comisionado o tan solo de la clase mediática y de grupos que se especializan en cantarlos , ha venido a decir, en varias ocasiones, que podría considerar una eventual candidatura presidencial, declaración política que la expone al entredicho propio de los vaivenes políticos y que viene a apuntalar la idea de que las acusaciones penales –a través de shows mediáticos– han perseguido fines distintos que los que le corresponden a la acusación penal.

Se puso la Fiscal General a la altura de los políticos en plena arena política y empieza a tener reacciones políticas, tal la tenida de parte del Vice Presidente del Congreso que la tilda de querer eliminar –a través de las acusaciones mediáticas– a posibles contendientes.

El mandato de la Fiscal General se encuentra ya a punto de vencer –concluye el próximo 18 de mayo, ni un día antes, ni uno después– distando de esa fecha tan sólo cien y tantos días –semana Santa de por medio, y– el consejo que me permito darle –consejo no pedido pero que me lo agradecerá algún día– es que se abstenga de hacer campaña política en el tiempo que le resta de mandato (que deje de referirse a sus aspiraciones políticas, las tenga o no) analice muy cuidadosamente el uso mediático de las acusaciones penales y se dedique a hacer exclusivamente lo que le corresponde, velar por el estricto cumplimiento de las leyes y perseguir a sus infractores.

Son muchísimos quienes guardan prisión provisional, medida excepcional que sólo debe dictarse y sostenerse si existe peligro de fuga o de que –con la libertad– se obstaculicen las investigaciones –lo que en la mayoría de los casos, si alguna vez aplicó, ya no aplica– muchas las prisiones provisionales, decía, pero pocas las sentencias. Cuando cesen los cantos de sirena, cuando se encuentre ya en su casa, será el momento de evaluar su eventual participación política; La clase mediática no es más que un engaña bobo cuyo encanto se debe superar y para ello nada mejor que la reflexión en el seno del hogar, cuando ya lejos del poder.

Es El Quien da la autoridad y Quien la quita. No lo olvide la Fiscal General ni coma ansias que no debe comer: ansias que indigestan. Thelma Aldana es una mujer que por su tesón, admirable, llegó a estar donde se encuentra, habiendo empezado en el Organismo Judicial por los oficios más humildes hasta llegar a su propia Presidencia, desde los de limpieza hasta los de comisaría, oficialía, secretaría, judicatura, magistratura de sala y de Corte Suprema y Presidencia. Toda una vida, desde abajo hasta la cumbre, y que estuvo a punto de truncar la CICIG cuando la tachó para ser electa Magistrada relacionándola, nada más y nada menos, temeraria con los “jueces de la impunidad. “Sin conocerla personalmente, pero puesto en autos de su trayectoria, la defendí entonces precisamente cuando la clase mediática, la misma que ahora la lisonja estuvo a punto de hundirla para siempre.

La conocí personalmente cuando postulantes para el cargo de Fiscal General y, sin cita previa, invitado por ella, invitación improvisada hablamos por más de una hora, oportunidad que tuve para aquilatarla en cuánto vale. Dos veces la visite como Fiscal General y encontré en ella a la misma persona amable, dispuesta a oír y , exponiendo los propios, a ampliar el ámbito de sus conocimientos.

Nadie es perfecto y menos aún el desempeño de la función pública, siempre con luces y sombras, aciertos y errores. Que pesen más sus aciertos y sus luces, aciertos y luces que no se desvanezcan en los inevitables entredichos políticos. El Comisionado de la CICIG, al final de cuentas, ave de paso. La Fiscal General, guatemalteca, y esta, su patria. Antes de pensar en algo más, concluya su periodo constitucional y la importante función que el Presidente de la Republica –por mandato constitucional expreso– la llamó a servir

Acisclo Valladares Molina
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COLUMNAS

La elección es sencilla: justicia o impunidad

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Los diputados del Congreso de la República enfrentan una disyuntiva histórica: fortalecer el sistema democrático y velar porque se imparta justicia, o perpetuar la impunidad y corrupción que han impedido el desarrollo del país y alcanzar mayores niveles de prosperidad.

El dilema, fácil de resolver, le llega a los parlamentarios con la propuesta de reforma al
Artículo 14 de la Ley Orgánica del Ministerio Público (MP), que promueve el presidente
Bernardo Arévalo. En esencia, hay que decirlo claramente, la referida modificación permitirá retomar las causas que legalicen el retiro de Consuelo Porras, quien se ha atrincherado en el cargo con un objetivo muy claro: asegurar la inmunidad propia y la de quienes integran el llamado pacto de corruptos.

Pero más allá de cumplir con la demanda social de concluir con “el oscuro ciclo” de Porras, el anteproyecto restituye la independencia del MP y lo obliga a rendir cuentas sobre sus actos, una responsabilidad que tienen todas las entidades estatales, la cual es común en las naciones democráticas del mundo.

Conviene aclarar que la Fiscal General y sus aliados en el Ministerio no se enfrentan a revanchismos políticos o venganzas personales, como sugieren las teorías conspirativas que provienen de algunos individuos y sectores. Estos funcionarios, muchos de ellos vetados en 43 países por su presunta complicidad en el saqueo del erario, confrontan a una ciudadanía que está consciente de que mientras la Fiscal General continúe en el puesto, la transparencia y la probidad en el aparato público continuarán siendo utopías.

Insistimos. En breve, esta legislatura, que ha enviado mensajes esperanzadores y optimistas, deberá elegir entre construir una Guatemala en donde ministros, diputados, magistrados y fiscales sean los buenos que rechazan a los malos y no al revés, donde los patos no solo le disparan a las escopetas, sino que se roban el armamento para perpetrar nuevos asaltos.

Editor DCA
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COLUMNAS

La sociedad de la impaciencia (II)

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Gerardo Castillo Ceballos 

Facultad de educación y Psicología de la Universidad de Navarra

Para el impaciente el tiempo avanza muy lentamente, lo que le lleva a sentirse ansioso. En cambio, para el paciente los momentos de espera son más llevaderos y le ayudan a disfrutar de la vida en el presente. La paciencia nos permite reflexionar sobre nuestras acciones, pensamientos y emociones; ello posibilita tomarnos el tiempo necesario para pensar en las consecuencias de nuestras acciones y elegir respuestas más adecuadas. Mientras que la persona impaciente toma soluciones rápidas y convencionales, la paciente puede explorar ideas nuevas y llegar a soluciones más creativas.

Necesitamos tener paciencia con todas las personas que nos relacionamos, pero, sobre todo, con uno mismo. Es un factor muy importante de las relaciones interpersonales: entre padres, entre padres e hijos, entre jóvenes y mayores, entre maestros y alumnos… Las personas pacientes están dispuestas a seguir trabajando incluso si los resultados no son inmediatos. La paciencia está presente en la mayoría de los éxitos de los inventores e investigadores, ya que les permitió alcanzar el triunfo a base de repetir una y otra vez los ensayos, corrigiendo y volviendo a empezar tantas veces como fue preciso hasta conseguir el objetivo. Los deportistas también basan sus éxitos en la paciencia, insistencia y dureza de sus entrenamientos. 

La paciencia no es pasividad ante el sufrimiento o un simple aguantarse; es tener la fortaleza para aceptar con serenidad el dolor y las pruebas que la vida pone en nuestro camino. Las personas pacientes, al reflexionar antes de actuar, ven con más claridad el origen de los problemas y la mejor manera de solucionarlos. 

George de Savile dijo que un hombre que es un maestro en la paciencia es un maestro en todo lo demás, y esto es especialmente cierto si nos paramos a pensar en las características de los genios. No es tanto el talento como el tiempo, el trabajo bien hecho y la perseverancia, lo que conduce a un descubrimiento científico o a una obra de arte. 

“No fueron mil intentos fallidos, fue un invento de mil pasos”. Estas fueron las palabras de Edison cuando dio a conocer al mundo el proceso por el cual había conseguido crear la bombilla incandescente de
alta resistencia.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

El día más aburrido de la historia

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Gonzalo Andrés Serrano

Facultad de Artes Liberales

Hace algunos años, a un grupo de científicos que tiene la suerte de recibir sueldo por cualquier cosa, se le ocurrió investigar, a través de un algoritmo, cuál era el día más aburrido del siglo XX. Después de hacer andar la máquina, llegaron a la conclusión de que fue el 11 de abril de 1954. De acuerdo con este trabajo, ese 11 de abril, ocurrido hace 70 años, solo tuvo tres acontecimientos importantes, aunque lejos de ser memorables: las elecciones generales en Bélgica, el nacimiento de un profesor de ingeniería turco y el fallecimiento del futbolista inglés Jack Shufflebotham.

Me dio tiempo de investigar un poco esta noticia y tratar de refutar una hipótesis que resulta poco histórica, además de que pasa por alto las particularidades y relevancia que pueden tener acontecimientos que nos parecen insignificantes, pero que logran tener consecuencias insospechadas, tal como indica aquella teoría del efecto mariposa. Bajo esta premisa, me aboqué a revisar aquellos hechos que sucedieron en Chile el domingo 11 de abril de 1954, con el fin de refutar la frivolidad del algoritmo. Parto señalando que ese día se celebró “Domingo de Ramos”, hecho que rememora la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén. Una fiesta para el mundo cristiano, aunque no muy distinto a lo que debió haber ocurrido en 1953 o en 1955. La crónica roja destacó un macabro hallazgo en las bodegas del bar “Tropezón de Santiago”, donde se había encontrado el cadáver de un obrero tendido en un charco de sangre. No hubo dudas de que no fue un “tropezón”, sino, por el contrario, un cruel asesinato. Para el occiso, Jorge Pérez Caro de 29 años, el 11 de abril fue un día importante, de hecho el último de su corta vida, asimismo para su familia, si es que tenía, ya que en el parte figuraba como soltero y sin domicilio conocido. Ese 11 de abril marcó el fin de la vida y destacada trayectoria del médico Jorge Castro Olivera, dos veces ministro de salud, decano de la Facultad de Medicina y vicerector y rector de la Universidad de Chile, aunque pocas veces recordado. Ese domingo, también en el área de la salud, el eminente médico francés Henri Gastaut, experto en epilepsia, visitó el puerto de Valparaíso y el hospital Deformes. Después del acogedor recibimiento que tuvo en el tradicional hospital porteño junto a su señora, fue festejado con un almuerzo en el Hotel Miramar. En el ámbito deportivo, en esa jornada dominical solo hubo partidos amistosos (punto a favor de los investigadores). Ganaron Audax e Iberia y, como si fuese una jugarreta del destino, hubo empate en los otros cuatro partidos. Santiago Wanderers igualó a dos goles contra Unión Española en Playa Ancha y su clásico rival hizo lo mismo en el estadio El Tranque contra Santiago Morning. Continuando en la búsqueda de datos que puedan resultar interesantes, revisé que la Agrupación Provincial de Santiago del Partido Democrático eligió a su nueva directiva, siendo Santiago Guzmán su nuevo presidente. La crónica del día siguiente, además, informó que también el 11, se ejecutó el mismo procedimiento en el Club Rotary de Cartagena. A las flamantes directivas elegidas en esa ocasión, se sumó el Círculo de Ferroviarios Jubilados que ratificó en la presidencia a Tomás Rebolledo. En fin, no quiero abusar de su paciencia. Me parece que ha sido un esfuerzo tan forzado como frustrante. Suficiente para dar mi brazo a torcer y coincidir con los científicos y su algoritmo de que el 11 de abril de 1954 solo merece ser recordado por ser el más aburrido en la historia del siglo XX. Concluyo con la esperanza de que esta columna no participe en un concurso similar.

Colaborador DCA
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