La rivalidad entre Ford y Ferrari es histórica en el mundo del automovilismo y sobrepasa la velocidad y los triunfos. En su más reciente cinta, el director James Mangold narra la historia del piloto Ken Miles y el veterano diseñador de vehículos Carrol Shelby, quienes con Ford, en los años 60, retaron a la poderosa Ferrari en las 24 horas de Le Mans. Esta aventura llega hoy a las salas de cine nacionales piloteada por sus dos protagonistas: Matt Damon y Christian Bale.

Para encender motores

El drama central de Ford v Ferrari pone en marcha la acalorada relación entre Carroll Shelby y Ken Miles. Desde el principio, el director James Mangold sabía qué actores quería para encarnar las figuras centrales: Matt Damon y Christian Bale. “Los dos son sumamente talentosos”, comenta realizador en las notas de producción compartidas por 20th Century Fox. 

Mangold afirma que cada intérprete tenía cierta afinidad con su papel. Al igual que el legendario piloto y constructor de carros de carreras Carroll Shelby, el estatus de celebridad de Damon se remonta a décadas. “Ha sido una estrella de cine casi toda su vida. Porta la notoriedad y la fama de esta inmensa y prolongada trayectoria, pero también se enfrenta a las preguntas que todo actor se hace a sus 40, de la misma manera en la que Shelby tiene que verse y reinventarse cuando la historia comienza”, indica. 

Acerca de su personaje, Damon apunta: “Shelby había sido un gran piloto y llegado al pináculo de su carrera. Debido a sus problemas con el corazón, perdió su gran amor. Estaba a punto de borrarse en el olvido y ser otro tipo urgido por intentar vender carros a la gente. La oportunidad que le dio Ford solo se da una vez en la vida. Los riesgos eran inmensos para él, así como para Miles. Este es un punto de inflexión en la vida de ambos”. 

Nuevo reto 

Por su parte, Bale ha forjado una carrera creando personajes audaces y, cuando se trata de interpretar a gente de la vida real, ya sea Dicky Eklund en The Fighter o Dick Cheney en Vice, se sumerge de manera notable en el papel hasta canalizar su esencia. También tiene una reputación de
ser apasionado y franco, como lo fue Ken Miles, quien manejó tanques en la II Guerra Mundial antes de encontrar su camino en las pistas de carreras. 

“En muchas formas, Ken Miles y Christian son similares en personalidad”, asegura Mangold. “Christian es un actor notablemente talentoso, a quien no le gusta ser una estrella de cine. Le encanta el trabajo cuando puede sentir que tiene control sobre él, cuando está tras el volante, por decirlo de alguna manera. Es británico y también tiene conexiones con los vecindarios de clase trabajadora del Reino Unido. Sabía que le iba a encantar la ida de entrenar y pilotear para este filme”.

Para Bale, interpretar personajes reales ofrece libertad, porque tienen gestos definidos, excentricidades y voz, y todo está justo ahí. “Puedes verlos en video o puedes traerlo al set y tener una conversación con él. Me siento más liberado cuando encarno una persona real porque sé que no es mi ego el que me impulsa a tomar decisiones”, afirma el ganador del Óscar en 2011 por The Fighter. 

Peter Chernin, uno de los productores de la cinta, resalta que Bale y Damon están entre el pequeño grupo de los actores más brillantes de la actualidad:“Ambos tienen una tendencia a desaparecer en sus papeles, sin perder potencia de notables estrellas de cine”. Para el productor, los intérpretes, que, por cierto nunca habían trabajado juntos, representan el último prototipo masculino de la vieja escuela: valerosos, humildes y afables. •*Con información de 20th. Century Fox

Redacción DCA