COLUMNAS
6.1 millones de personas han abandonado Venezuela en los últimos 10 años.
El informe Desprotegidas: Violencia de género contra mujeres venezolanas refugiadas en Colombia y Perú sostiene que esas personas “enfrentan violencia y discriminación en todos los espacios de sus vidas por su género y nacionalidad”. El texto recuerda que 6.1 millones de personas han abandonado Venezuela en los últimos 10 años. Colombia ha acogido a 1.84 millones; Perú, a 1.29 millones, y las mujeres representan 50 y 58 por ciento de la población venezolana en territorio colombiano y peruano, respectivamente. Según AI, en el espacio público las agresiones ocurren tanto en las rutas migratorias como en sus lugares de residencia, y, en el ámbito familiar, las mujeres enfrentan violencia económica, patrimonial, física y sexual, sobre todo de sus parejas o exparejas. En cuanto al entorno laboral, sufren diversas formas de violencia y explotación laboral, incluida la cooptación para trabajo con fines de explotación sexual. AI considera que las personas venezolanas cuentan con necesidades de protección internacional y tienen derecho a solicitar el reconocimiento de su condición de personas refugiadas. “Ante esta violencia omnipresente, AI concluye que los Estados colombiano y peruano claramente no cumplen con su obligación de garantizar una vida libre de violencia y discriminación a las mujeres refugiadas venezolanas”, dice el informe. También estarían en deuda con su deber de garantizar el acceso a la justicia de las mujeres sobrevivientes de violencia basada en género. “Muchas mujeres venezolanas, víctimas de violencia machista y cuyas vidas están en riesgo, prefieren no denunciar por temor a ser expulsadas del país, debido a su estatus de documentación”, dijo Marina Navarro, directora ejecutiva de AI en Perú. Agregó que “la situación de violencia y vulnerabilidad que enfrentan se agrava por la ausencia de protocolos especializados para atenderlas y protegerlas”, y por ello “la regularización migratoria es un paso fundamental para que puedan denunciar las violencias que enfrentan”. La investigación que da soporte al informe se realizó durante el primer semestre de 2022 “de manera virtual y en terreno, incluyendo misiones a Lima y Tumbes en Perú, y Bogotá, Cúcuta y Soacha, en Colombia”. AI dijo que entrevistó a 63 mujeres refugiadas venezolanas y realizó 45 entrevistas de investigación con entidades de sociedad civil, incluidas organizaciones conformadas por venezolanas, organismos internacionales e instituciones estatales. El informe afirma que según cifras oficiales la violencia de género contra mujeres refugiadas en Colombia (4165 casos en 2020) aumentó 71 por ciento entre 2018 y el año pasado, y en Perú (1818 casos en 2021), en 31 por ciento entre 2019 y 2021. “La xenofobia, el estatus migratorio, los mitos sobre la inseguridad provocada por personas extranjeras, los prejuicios relacionados con la sexualidad percibida de las mujeres, aunado a los roles de género preestablecidos socialmente, aumentan la vulnerabilidad de mujeres venezolanas refugiadas”, asentó el informe. Se expone que las mujeres venezolanas no tienen un acceso efectivo a la protección internacional y a los procesos de regularización migratoria.
COLUMNAS
Gestión por resultados y gestión municipal (III)
Lic. Francisco Leal
Asesor de Gerencia
Esto supone un giro importante en la manera tradicional de gestionar el municipio y, por lo tanto, requiere una voluntad política explícita de las autoridades municipales para ser abanderadas del cambio y para ejercer el poder de influencia en todos los vecinos del municipio y en las entidades públicas allí presentes para se involucren en el logro de los resultados del desarrollo municipal.
Para lograr este cambio, es necesario efectuar un proceso de desarrollo intelectual estructurado en los integrantes del Concejo Municipal para formular objetivos realistas que mediante estrategias innovadoras permitan la consecución de los resultados que efectivamente mejoren las condiciones de vida de la población.
En este sentido, es necesario que las municipalidades planifiquen con mayor precisión los resultados tangibles que esperan lograr en el desarrollo del municipio para identificar, formular, y ejecutar los programas y proyectos que contribuyan a generar los cambios deseados en torno a mejores servicios municipales, mayores oportunidades de trabajo y emprendimiento para los vecinos y mejor calidad de vida para todos.
Deben tener una visión clara del municipio que esperan construir.
Para ello, no solo deben tener una visión clara del municipio que esperan construir sino contar con el personal idóneo para diseñar y ejecutar la estrategia que les permita avanzar en este futuro.
Deben utilizar la planificación estratégica de modo que se tracen metas más realistas, se aclaren las responsabilidades y se logren acuerdos en torno a la visión futura del municipio y sobre las estrategias que deben aplicarse para lograr los resultados, con el fin de que estas generen cambios positivos y sostenibles en las condiciones de vida de la población.
Para lograr el avance en la generación de cambio, es necesario realizar el seguimiento y la evaluación que permitan determinar los logros y resultados alcanzados en cada etapa del desarrollo municipal.
Por lo tanto, en su cultura organizacional, se requiere del compromiso explícito del Concejo Municipal para liderar la aplicación de la gestión por resultados en cada una de sus fases y de todo el personal de la municipalidad para hacer efectivo el logro de los resultados del desarrollo municipal.
Finalmente, la gestión municipal basada en resultados requiere que los alcaldes, actuando como gerentes de la municipalidad, analicen de forma permanente el grado en que los resultados previstos tienen una probabilidad razonable de lograrse.
COLUMNAS
El 11-S y el renacer de la mirada crítica en Hollywood (III)
Pablo Castrillo
Profesor del Departamento de Cultura y Comunicación Audiovisual
Y la lista continúa en un mosaico de reflexiones críticas sobre el sistema bancario mundial (The International, 2009), la falsa justificación de la invasión de Irak (Green Zone, 2010), la corrupción de los procesos internos en los partidos políticos (Los idus de marzo, 2011), el cuestionamiento del estatus moral de los Estados Unidos en la geopolítica global (La noche más oscura, 2012) y la cultura de compenetración entre la empresa privada y los representantes públicos en Washington, D.C. (Miss Sloane, 2016).
Temas persistentes de fondo. Aunque esta “nueva ola” del thriller político de Hollywood parece haberse aquietado en los últimos años –o quizá desplazado, en parte, al ámbito de las series–, los temas de fondo que han explorado persisten en el tiempo.
Los espectadores de Syriana recordarán sin duda la trágica impotencia y la punzante ironía de su final.
Pocos géneros han revivido con tanto acierto la honda preocupación kafkiana sobre la posibilidad de la acción efectiva del individuo en la sociedad moderna, burocratizada e hipermediatizada; a la que se añade el escepticismo acerca de la posibilidad de descubrir o revelar la verdad que organizaciones políticas y económicas tratan de oscurecer.
Los espectadores de Syriana recordarán sin duda la trágica impotencia y la punzante ironía de su final. En las pantallas de Hollywood tras el 11-S y la “guerra contra el terror”, como ya sucedió casi medio siglo antes, el viaje del héroe se torna un laberinto sin salida.
COLUMNAS
Un grito de unidad en el silencio
Doris Melissa Parada Gutiérrez
Vicepresidenta de la Asociación Nacional de Interpretes para Sordos y Sordociegos (Andisysc) y Consultora ONU, [email protected]
En un mundo que se esfuerza por abrazar la diversidad y la inclusión, en la Semana Internacional de las Personas Sordas, que se conmemora el 23 de septiembre, se alza como una semana de especial relevancia.
Con el lema de la ONU para el año 2023, La lengua de señas nos une, este día no solo nos insta a reconocer y respetar la comunidad sorda, sino que también nos recuerda la poderosa función que desempeña la lengua de señas en la comunicación y a su acceso a la información, permitiendo la comprensión mutua de ambos mundos, resaltando lo importante que es fomentar la lengua materna de las personas sordas y el rol que desempeñan los intérpretes profesionales de la lengua de señas dentro de la comunidad.
La lengua de señas es una manifestación única de la cultura y la comunicación de la comunidad sorda en todo el mundo. A pesar de sus múltiples variaciones, estas lenguas comparten un propósito común: Servir como un puente entre las personas y las culturas, que se ha observado a lo largo de su evolución que es una lengua comprensible, noble y accesible para todos.
El lema de este año, La lengua de señas nos une, resalta la importancia de reconocer que la comunicación no debe ser un obstáculo, sino un vínculo que une a las personas.
Esperanzas que unen fortalezas.
Es crucial comprender que la lengua de señas no son simples gestos o movimientos de manos; son idiomas completos, con una riqueza en expresión, con gramática, estructuración y vocabulario propios. Estas lenguas a nivel mundial desempeñan un papel esencial en la vida de las personas sordas, siendo una parte fundamental de su identidad y una herramienta vital para su participación en la sociedad.
A pesar de su importancia, la lengua de señas ha sido históricamente marginada en muchas partes del mundo. La comunidad de personas sordas de Guatemala hizo una gestión importante en 2020, con la Ley de la Lengua de Señas 03-2020.
Pero la falta de reconocimiento oficial ha llevado a la exclusión de servicios de interpretación y a la limitada disponibilidad de educación en lengua de señas. El lema de La Lengua de señas nos une hace un llamado urgente a cambiar esta situación, destacando la igualdad de importancia de la lengua de señas en comparación con otros idiomas.
La Agenda 2030 de la ONU, con su lema No dejar a nadie atrás, busca garantizar que todas las personas, independientemente de su origen étnico, género, discapacidad u otras características, tengan igualdad de oportunidades y acceso a los recursos necesarios para una vida plena.
Sin embargo, la comunidad de personas sordas se ha enfrentado durante mucho tiempo a diferentes tipos de barreras, pero la que más predominan son las barreras actitudinales que se manifiestan a través de prejuicios, estereotipos y la falta de conocimiento sobre la cultura y las necesidades de las personas sordas, lo que conduce a la discriminación y la exclusión, que han limitado su plena participación en la sociedad.
Acaba de concluir la cumbre de desarrollo sostenible 2023, existe preocupación por acercarnos al 2030 y no lograr los 17 ODS. Vale la pena unir voluntades. Espero que el ODS 10 sea una realidad, reduciendo desigualdades.
En esta semana Internacional de las personas sordas, es crucial reflexionar sobre el progreso logrado y recordar que aún queda mucho por hacer. La lengua de señas nos une nos recuerda que la comunicación es un derecho fundamental que no debe verse limitado por la discapacidad auditiva.
En un mundo donde la diversidad es nuestra mayor fortaleza, la comunidad de personas sordas nos ofrece una lección valiosa sobre la importancia de superar las barreras actitudinales y construir un futuro de igualdad y respeto para todos.
En este camino hacia la inclusión, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el Objetivo 10, actúan como faros que nos guían hacia un mundo donde la diversidad sea celebrada y donde verdaderamente “nadie sea dejado atrás”.
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