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COLUMNAS

Natalia Sindejewa, campeona de la libertad

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Por: Alejandro Navas García, profesor de Sociología de la Universidad de Navarra.

El M 100 Media Award, creado por un grupo de editores y comunicadores europeos, distingue a periodistas que han sobresalido por defender la democracia y la libertad de expresión. El premio de este año acaba de concederse a la rusa Natalia Sindejewa (el de 2016 correspondió a Roberto Saviano).

El testimonio de Sindejewa, avalado por su trayectoria profesional, impresiona por sencillo y conmovedor. Junto con su marido, Alexander Winokourow, exbanquero, fundó en 2010 el canal de televisión Doschd (Lluvia). Se autocalifica de «canal optimista». En un principio, emitía en Internet y destacaba por la notable interacción con su audiencia. Poco a poco empezó a cubrir diversas regiones rusas a través de satélite y cable. Saltó a la fama cuando se convirtió en el único que informó de las protestas tras las elecciones legislativas de 2011. La audiencia creció con una fuerza espectacular. Como daba sitio a voces críticas con el Gobierno, algo inusual en los medios rusos, se ganó, de modo involuntario, el calificativo de «canal opositor». Como era previsible, el Gobierno tomó cartas en el asunto y empezó el acoso a Doschd: recortes publicitarios por parte de las empresas locales, presiones a los anunciantes extranjeros, censura, anulación del contrato de alquiler del estudio. Tuvo que intervenir el propio Putin, con uno de sus típicos ejercicios de doble lenguaje: a la vez que subrayaba que «ningún miembro de organismos oficiales participa en operaciones de persecución a los medios», denunciaba a «los enemigos que operan en el interior del país, manipulados desde el extranjero».

Las vicisitudes que debía sobrellevar el canal despertaron interés y apoyo, también fuera de Rusia. Por ejemplo, el Committee to Protect Journalists dio al redactor jefe, Michail Sygar, el premio a la libertad de expresión de 2014. Pero el reconocimiento de la opinión pública internacional no bastó: el canal tuvo que replegarse y volver a sus orígenes; actualmente emite solo en Internet y vive sobre todo de las suscripciones de sus sesenta mil abonados (la cuarta parte, extranjeros). Las retransmisiones en directo constituyen dos tercios de su programación, con especial hincapié en la política: informativos, mesas redondas, debates. Además, conciertos, documentales, artes plásticas, programas experimentales. Televisión de nivel, a pesar de la precariedad de recursos.

El lema del canal es tan simple como exigente: Hablamos de asuntos importantes a gente importante. Sindejewa explica que considera «importantes a las personas que todavía piensan, que se preocupan por las cosas. Trabajamos para ellas desde hace siete años y no queremos dejarlas en la estacada… Damos mucha relevancia al diálogo con nuestros espectadores, porque no podríamos existir sin ellos. La ventaja de Internet es que obtenemos su feedback en el acto».

En las declaraciones de Sindejewa se advierte un inequívoco tono crepuscular: «Luchamos por mantener viva una profesión que se extingue lentamente: el periodismo. Contrastamos informaciones, damos voz a opiniones contrapuestas, no estamos sometidos a una determinada línea editorial, como sucede con los medios gubernamentales. Repito una y otra vez que cuando en un país reina la mentira, la verdad se convierte en oposición al Gobierno. Pero eso no nos convierte en partidistas, aunque defendemos valores liberales».

Nos admira el talante positivo, casi alegre, de la gente que hace Doschd: «El que sigamos vivos es motivo suficiente para no desesperar. Importa mucho creer en uno mismo, y, también, confiar en que las cosas pueden cambiar. Por eso, y a pesar de todo, seguimos siendo optimistas». Sindejewa no se plantea abandonar su país, a pesar de las reiteradas ofertas que ha recibido: «¡Esta es nuestra patria! Veo a Rusia como un amigo enfermo al que no querría dejar solo».

Como es característico de los verdaderos héroes, Natalia Sindejewa se ha hecho famosa sin pretenderlo, casi contra su voluntad: «Vivo y trabajo con miedo. No era nuestra intención convertirnos en un canal de oposición: Tan solo queríamos ofrecer un buen programa y ganar algo de dinero. Vivo en el presente, minuto a minuto. Respiro, hago yoga, me tomo de vez en cuando una copa de vino con mi marido, procuro estar al lado de mis hijos. En definitiva, sigo adelante. Siento una libertad interior que nadie puede quitarme».

«La dictadura es un poder que se apoya directamente en la violencia y no lo coarta ninguna ley». Así justificaba Lenin su programa tras la revolución de noviembre. La primera medida que adoptó el nuevo Gobierno fue instaurar la censura de prensa. Cien años después, ya sin comunismo, las circunstancias no han variado demasiado. En el último ranking de libertad de prensa en el mundo, elaborado por Reporteros Sin Fronteras, Rusia ocupa el puesto 148 entre 180 países. Las estatuas de Lenin y Stalin han caído de sus pedestales, pero sus convicciones se mantienen vivas en las ideologías de muchos políticos. Por ejemplo, en los diputados de Podemos, que han presentado en el Congreso una ley mordaza que pondría en peligro la libertad de expresión. También nosotros necesitamos Natalias Sindejewas.

Redacción DCA
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COLUMNAS

Priorizando la vacunación para personas con discapacidad

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Consejo Editorial Conadi

Desde la pandemia de Covid-19, la inmunización se ha constituido como un tema de trascendental importancia, al ser una herramienta crucial para salvaguardar a nuestras comunidades. El acceso equitativo a la vacunación no solo constituye un componente esencial de la atención primaria de salud, sino que también se establece como un derecho humano fundamental.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha subrayado que sin las vacunas, las epidemias de numerosas enfermedades prevenibles podrían resurgir, dando lugar a un aumento significativo en los casos de enfermedad, discapacidad y, lamentablemente, fallecimientos.

Por consiguiente, resulta imperativo tomar conciencia sobre la importancia de que los programas de inmunización sean accesibles para todas las personas, especialmente para aquellas que viven con alguna discapacidad.

La vacuna salva millones de vidas cada año.

La International Disability Alliance (IDA) ha emitido un llamado enérgico instando a los países a implementar planes de vacunación que prioricen a todas las personas con discapacidad. Este colectivo enfrenta barreras tanto actitudinales como ambientales que pueden obstaculizar su acceso a los servicios de salud, lo cual subraya la necesidad de una atención prioritaria.

Es importante tener en cuenta que las personas con discapacidad, según su condición, pueden estar especialmente expuestas a enfermedades infecciosas y correr un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves. Por lo tanto, la vacunación adquiere una relevancia aún mayor para proteger su salud y bienestar.

La Red Latinoamericana de Organizaciones de Personas con Discapacidad y sus Familias (Readis) ha destacado que las personas con discapacidad constituyen un grupo vulnerable dentro de la población, lo que implica la necesidad de que los gobiernos garanticen y prioricen la vacunación para este segmento, independientemente de diversos factores como género, edad o tipo de discapacidad.

Para garantizar el derecho a la salud de las personas con discapacidad y crear un entorno seguro, es esencial incluir a asistentes personales, cuidadores familiares y trabajadores de servicios relacionados con la discapacidad en los programas de vacunación.

Esto supondría un avance significativo en la priorización de los sectores vulnerables que conforman nuestra sociedad. En el ámbito nacional, el Organismo Legislativo ha dado pasos importantes para garantizar el acceso a los programas de vacunación, como la aprobación en 2022 del Decreto 6-2022, Ley de Vacunación, normativa que garantizará la vacuna voluntaria y gratuita a todos los guatemaltecos y que hace posible la inmunización con pertinencia cultural en todos los departamentos del país.

La Semana Mundial de la Inmunización, celebrada del 24 al 30 de abril, nos brinda la oportunidad de unirnos al llamado global para garantizar programas de vacunación dirigidos a personas con discapacidad y sus familias. La salud es un derecho fundamental respaldado constitucionalmente, y su provisión debe ser equitativa y libre de discriminación.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

El abandono de la lectura

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Mary Macmillan

Facultad de Artes Liberales

En los últimos años se ha visto un aumento significativo en la producción de textos dirigidos a un público infantil. Numerosas editoriales tanto consolidadas como aquellas que conocemos como independientes han considerado explícitamente en sus catálogos a esos “locos bajitos”, como diría Serrat. Si visitan ferias de libros habrán notado esta oferta de libros colorinches, incluso para pre lectores con tapas duras, con una variedad de temas y estilos singulares que marcan cada propuesta editorial.

Los niños de hoy en día son “consumidores” de libros y los padres están dispuestos a invertir económicamente en este ítem. Sin embargo, ocurre un fenómeno curioso y preocupante: una vez que el niño supera la etapa de la infancia y entra a la adolescencia o a la preadolescencia, deja de leer o interesarse por comprar nuevos libros.

Se supone que si un niño está familiarizado con el libro tanto como objeto como con el proceso de lectura seguiría de modo casi espontáneo con la lectura en niveles más complejos.

Por supuesto que siguen leyendo los textos de lectura obligada en sus colegios, pero ya no compran sus propios libros. ¿Por qué ocurre este fenómeno? Intentaré dar algunas luces. Se supone que si un niño está familiarizado con el libro tanto como objeto como con el proceso de lectura seguiría de modo casi espontáneo con la lectura en niveles más complejos.

Pero no es así. Una primera respuesta a este problema radica en la enorme oferta de libros para niños que no poseen una suficiente calidad literaria que le permita hacer una experiencia de lectura significativa.

Muchos padres no lectores conciben la compra de libros para sus hijos como una inversión en términos de un capital informativo o de lectura como herramienta laboral. Pero la experiencia de lectura implica muchos aspectos que van más allá de lo informativo.

Un libro es un espacio en el que se nos introduce en un entramado simbólico, de tradiciones culturales previas, de estructuras narrativas complejas y también de belleza estética. Llenar al niño con libros colorinches no es necesariamente llevarlo a una competencia lectora.

En una experiencia de lectura el niño se plantea sus propias preguntas, cultiva un lenguaje rico en resonancias y connotaciones, sigue una narración de la que se hace parte con apuestas anticipatorias, rechaza o confirma finales, se mueve en planos morales sobre conductas o comportamientos de los personajes, etcétera.

La lectura es un acto complejo en el que la mediación de un adulto empático y criterioso sigue siendo de suma importancia. Es lo que la estudiosa de literatura infantil, Teresa Colomer, denomina como “implicación sociofamiliar”.

Esto porque “a menudo no hay adultos formando ese entramado socioafectivo en casa ni en el entorno social”. En los tiempos que corren este planteamiento puede ser juzgado de adultocéntrico y de impositivo.

Pero desconocer la importancia de la mediación es olvidar el contexto intergeneracional en que brota el trascendental hábito de la lectura por gusto. Entendemos la mediación lectora como un compartir y debería estar lejos de situaciones del tipo “adivina qué tengo en la cabeza” (Gordon Wells).

Es decir, ese hábito docente en el que “los niños se esforzaban por saber qué esperaba el maestro que respondieran, en lugar de pensar realmente en el cuento sobre el que eran interrogados” (Colomer). La lectura libre que surge del mismo sujeto solo perdurará si ha sido previamente impulsada por un adulto interesado en el niño, que sabia y prudentemente lo ayude a encontrar ese libro que lo estimule y lo introduzca en su propio camino.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

¿Es posible un mundo sin plásticos? (II)

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Andrea Cocchini 

Profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Navarra

Estos datos manifiestan la inadecuación de los sistemas de reciclaje actuales, así como de alternativas, aparentemente más sostenibles, como los plásticos biodegradables o los bioplásticos.

Claro está que no se puede pedir que el futuro tratado regule y resuelva los múltiples retos, técnicos, económicos y sociales, que suponen todas las fases de vida de los plásticos (la extracción de las materias primas, el diseño de los productos, su consumo, la gestión y el traslado transfronterizo de los desechos plásticos).

El borrador sugiere excluir del ámbito de aplicación del futuro tratado las fases de extracción y transformación de las materias primas necesarias para la producción de plásticos.

No obstante, en atención a la gravedad y la urgencia del problema, parece que una (¿quizás ya la única?) solución aún posible para invertir el rumbo al que nos llevan las cifras referidas sería la inclusión en el nuevo tratado de una prohibición a los estados partes de producir nuevos plásticos innecesarios. Sin embargo, después de la tercera ronda de negociaciones del INC (de las cinco previstas), la sensación es que los delegados estatales no están realmente barajando esta posibilidad, ni siquiera a medio plazo.

En el momento en que se escribe, disponemos de un segundo borrador de tratado que será el documento de referencia para las negociaciones de la cuarta sesión, que tienen lugar del 21 al 30 de abril de 2024 en Ottawa (Canadá). El documento recoge las diferentes posturas de los representantes nacionales durante la tercera ronda de negociaciones que tuvo lugar en Nairobi (Kenia), en noviembre de 2023.

Este segundo borrador cubre un amplio abanico de alternativas, en ocasiones diametralmente opuestas. Por un lado, mantiene la propuesta de prevenir, reducir progresivamente y eliminar la futura contaminación plástica para 2040, reflejando así las posturas de los países más interesados en erradicar el problema, como los reunidos en la Alianza de Pequeños Estados Insulares.

Por otro lado, de acuerdo con los Estados que proponen centrarse más en la gestión racional de los residuos plásticos y en la mejora del diseño del plástico para hacerlo más reciclable (como los del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo), el borrador sugiere excluir del ámbito de aplicación del futuro tratado las fases de extracción y transformación de las materias primas necesarias para la producción de plásticos (esencialmente, crudo y gas).

  Continuará… 

Colaborador DCA
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