OPINIÓN
En busca de la juventud perdida
Suele ocurrir que a partir de cierta edad uno se rebela contra sus nuevos cumpleaños.
Suele ocurrir que a partir de cierta edad uno se rebela contra sus nuevos cumpleaños.
En épocas anteriores a la actual era muy fácil distinguir entre un joven y un viejo. Bastaba observar cómo vestía y hablaba uno y otro. Hoy, en cambio, es difícil hacer esa distinción, como consecuencia de que muchos viejos (no todos) tienden a imitar el comportamiento y las costumbres de los jóvenes.
Suele ocurrir que a partir de cierta edad (los 50, por ejemplo) uno se rebela contra sus nuevos cumpleaños y no entiende por qué le felicitan; vería más lógico que le dieran el pésame.
Actualmente se evita marcar excesivamente las diferencias de edad con signos externos, (al contrario de las personas mayores de antes, que un mal día se vestían de negro y ya no cambiaban).
Todo esto es comprensible. Lo que, en cambio, considero incomprensible es que se pretenda vivir como el joven que ya no se es. Quien haga esto último vivirá de espaldas a su realidad personal, creando una posible crisis de identidad y generando confusión en sus familiares y amigos. Un viejo que se disfrace de joven solo conseguirá ser objeto de mofa. Se cuenta que unos padres, abrumados y desesperados porque no sintonizaban con un hijo joven, decidieron darle una supuesta positiva sorpresa: aparecer ante él vestidos al estilo hippie. ¿Reacción del hijo? Enfado y decepción: “A mi edad se puede hacer el ridículo, pero no a la vuestra”.
No se trata simplemente de un problema individual, como lo prueba que las palabras “vejez” y “viejo” están cayendo en desuso, por haber adquirido un sentido peyorativo, siendo sustituidas por continuos eufemismos: tercera edad, edad de oro, etcétera. Es la sociedad misma la que está adoptando un falso juvenalismo.
Ese planteamiento no resiste la prueba del algodón (de la realidad): «La juventud tiene su verdad y su belleza mientras dura. Si se intenta estirarla más allá de sus límites, se hace crónica, a la manera de las enfermedades (…) Al querer agarrarse demasiado al fugitivo brillo de la juventud, se corre el riesgo de caer en el estado semineurótico que los psicoanalistas llaman «fijación del pasado», y de ahí a no saber acoger los preciosos dones de la madurez y de la vejez.
Lo que nos define como jóvenes no es la falta de achaques, sino la disposición para afrontarlos. La juventud es una actitud positiva ante el paso del tiempo.

COLUMNAS
Cuidemos nuestra cultura
Leonel Guerra Saravia
Cultura es, creencias, valores y comportamientos que se comparten en un grupo; por ejemplo, un grupo religioso o una nación. La cultura incluye el lenguaje, las costumbres y las creencias acerca de las funciones que desempeñan las personas y las relaciones entre ellas.
Algunas de las tribus de indios americanos más conocidas son los apaches, los sioux, los cheroquis o los cheyenes, pero existieron otras muchas como los pies negros, los arapajó o los navajos. Estas contaban con un gran número de población y además desempeñaron un papel destacado en la historia de los Estados Unidos.
Las altas culturas precolombinas surgieron en Mesoamérica y Sudamérica. De Norte a Sur podemos nombrar a los mexicas, mixtecas, toltecas, mayas, xincas, chibchas e incas. Los pueblos registrados son: Atacama, Ava guaraní, Aymara, Chané, Charrúa, Chorote, Chulupi, Comechingón, Diaguita-Calchaquí, guaraní, Huarpe, Kolla, Lule, Maimará, Mapuche, Mbyá guaraní, Mocoví, Omaguaca, Ona, Pampa, Pilagá, quechua, Rankulche, Sanavirón, Tapiete, Tehuelche, Toba (Qom), Tonocote, Tupí Guaraní, Vilela.
Mantienen y desarrollan sus entornos y sistemas ancestrales.
La cultura de América Latina comprende las expresiones formales e informales de los pueblos de América Latina, e incluye todo tipo de expresiones culturales, literarias, artísticas y también los elementos de la cultura moderna y popular como la música, el arte local, la danza, los elementos religiosos y sus costumbres.
¿Cuáles son las características de los pueblos originarios de América? Tienen sistemas sociales, económicos o políticos propios. Tienen lenguas, culturas y creencias propias. Mantienen y desarrollan sus entornos y sistemas ancestrales como pueblos específicos. La civilización de Caral, considerada la más antigua de América al desarrollarse hace 5 mil años en la costa central de Perú, realizó intercambios comerciales con otras sociedades de los Andes, la Amazonía, el sur de Ecuador y el norte de Chile, según su descubridora, la arqueóloga Ruth Shady.
La Cultura Maya fue una de las civilizaciones mesoamericanas más importantes en América; tenían mucho conocimiento astronómico, arquitectura peculiar, gran conocimiento de matemáticas y muchos más avances que otras civilizaciones de esa época no tenían. Las dos primeras civilizaciones que surgieron en la historia fueron la civilización mesopotámica, en un lugar llamado Mesopotamia (hoy Irak), entre los ríos Tigris y Éufrates. La civilización egipcia, alrededor del río Nilo.
Contesta: la cultura latinoamericana es sumamente compleja y diversa, fruto de un complejo proceso de sincretismo e hibridación que tuvo lugar tras la conquista y colonización del continente por los imperios ibéricos (España y Portugal) del siglo XV, y en menor medida por Francia.
La cultura contribuye de manera positiva y eficaz a través de estrategias y acciones que contemplan el desarrollo social y económico inclusivo, a la sostenibilidad medioambiental, la convivencia, la cohesión social, la paz y la seguridad.
ARTES
FRANCISCO IBÁÑEZ, REY DE LOS TEBEOS
Alejandro Alonzo
https://linktr.ee/elcomicbuquero
Foto: Cortesía Ediciones B
En el ámbito de los cómics españoles (también conocidos como tebeos), pocos nombres gozan de tanta reverencia e importancia como Francisco Ibáñez Talavera (1936-2023), un querido dibujante y escritor de cómics barcelonés cuya carrera abarcó casi 70 años. Su genio creativo produjo una amplia gama de personajes e historias que continúan cautivando a audiencias jóvenes y mayores.
Desde muy pequeño desarrolló una gran afición por el cómic, tanto nacional como estadounidense. A los once años, publicaron un dibujo suyo en la revista Chicos, lo cual fue el inicio de una serie de contribuciones para revistas como Nicolás, Chicolino y Liliput. Aunque estudió contabilidad y trabajó como botones en un banco, su corazón estaba en los cómics y a los 21 dejó su empleo para dedicarse totalmente al dibujo.
Francisco Ibáñez es quizás mejor conocido por su creación de la icónica historieta Mortadelo y Filemón, que debutó en 1958 en la revista Pulgarcito. La serie gira en torno a las alocadas aventuras de dos torpes agentes secretos, Mortadelo y Filemón, que trabajan para la agencia de inteligencia ficticia T.I.A. (Técnicos de Investigación Aeroterráquea). El humor de la serie se caracteriza por la comedia de payasadas, situaciones absurdas y juegos de palabras inteligentes.
Ibáñez fue el creador de decenas de populares personajes como Mortadelo y Filemón.
Además de Mortadelo y Filemón, también creó series como: 13 Rue del Percebe, Rompetechos, El botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio y Chicha, Tato y Clodoveo. El estilo artístico de Ibáñez se caracteriza por su simplicidad, diseños de personajes muy expresivos y líneas limpias.
Su capacidad para transmitir humor a través de expresiones faciales y lenguaje corporal es un testimonio de su dominio de la narración visual. Este estilo único ha contribuido al atractivo duradero de sus personajes e historias. Ibáñez recibió una serie de distinciones, como el Gran Premio del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, el Premio Haxtur al Autor que Amamos (el cual compartió con Quino), y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
Las contribuciones de Francisco Ibáñez al mundo del cómic se extienden mucho más allá de sus queridos personajes. Su legado perdurable radica en su capacidad para capturar la esencia de la cultura y la sociedad española en sus obras. A través del humor y la sátira, abordó cuestiones políticas, sociales y culturales, proporcionando a los lectores un espejo para reflexionar sobre sus propias vidas.
A lo largo de los años, las obras de Ibáñez se han traducido a numerosos idiomas, ganando seguidores en todo el mundo. Sus personajes han aparecido en series animadas, películas e incluso atracciones de parques temáticos, consolidando aún más su lugar en la cultura popular.
COLUMNAS
Políticas estabilidad financiera
Saulo De León Durán
Superintendente de Bancos
Nos hemos referido en columnas anteriores a la resiliencia y estabilidad macroeconómica como una importante fortaleza del país, base para el crecimiento económico que, si bien no ha sido acelerado, sí ha sido sostenido, lo que se traduce en una paulatina mejora del ingreso por habitante, y por extensión se esperaría de las condiciones de vida de la población, que es en última instancia lo que importa.
Un aspecto fundamental de la estabilidad macroeconómica es, por supuesto, la estabilidad financiera, un concepto que la población intuye, pero que no siempre comprende, particularmente, lo relacionado con sus implicaciones.
Al respecto, pueden ofrecerse varias definiciones. Por ejemplo, el Banco Central Europeo indica que se puede definir como una situación en la que el sistema financiero -compuesto por intermediarios financieros, mercados financieros e infraestructura de mercado- es capaz de resistir perturbaciones y una corrección brusca de los desequilibrios financieros.
La SIB ha fortalecido la regulación y supervisión del sistema financiero.
De forma similar, la Reserva Federal (banco central) de los Estados Unidos de América apunta que un sistema financiero se considera estable cuando los bancos, otros prestamistas y los mercados financieros son capaces de proporcionar a los hogares, las comunidades y los negocios, el financiamiento que necesitan para invertir, crecer y participar en una economía que funcione bien y pueden hacerlo, incluso, cuando son golpeados por eventos o choques adversos.
Resulta evidente, en consecuencia, que mantener la estabilidad financiera es un elemento vital para las autoridades de banca central. Las crisis financieras suelen ser experiencias dolorosas que se traducen en una contracción de la actividad económica, inflación, depreciación del tipo de cambio y, en general, un retroceso en las condiciones de vida de la población.
Como alguna vez dijera el expresidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti: “El sistema bancario no conduce al paraíso, pero sí puede llevarnos al infierno en una tarde”. Como seguramente se recordarán, EE. UU. fue el protagonista de la denominada Crisis Financiera Mundial de 2007-2008, que ha sido calificada como su peor crisis desde la Gran Depresión de los años 30, la cual ocasionó una desaceleración de la actividad mundial, que también alcanzó a nuestro país.
Gracias a la fortaleza de las instituciones, al manejo prudente de las políticas económicas y a la confianza de los agentes económicos en el sistema financiero, Guatemala no ha experimentado una crisis financiera sistémica, como sí ha sucedido en varios países de la región.
En ese contexto, con propósito de actualizar y modernizar la tercera reforma monetaria y financiera, que como hemos indicado se realizó en 2002, la SIB ha fortalecido la regulación y supervisión del sistema financiero, por un lado, promoviendo la ampliación del perímetro de supervisión y, por otro, mediante la adopción de las recomendaciones de organismos internacionales para preservar la estabilidad del sistema financiero.
-
COLUMNAS5 años atrás
Logros 2018
-
Destacado5 años atrás
Miles bailan al ritmo de las comparsas carnavalescas de Río
-
ARTES5 años atrás
El arte de la Usac resguarda la historia
-
Destacado5 años atrás
Mineduc publica calendario escolar 2019
-
ARTES5 años atrás
Archivos audiovisuales recorren 100 años de historia del Museo del Prado
-
NACIONALES5 años atrás
Optimizan trabajo de la PNC para 2019
-
Destacado3 años atrás
La vacuna anticovid de Oxford/AstraZeneca se prueba por primera vez en niños
-
INTERNACIONALES5 años atrás
López Obrador rechaza alza de la violencia en México en primer mes de mandato