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COLUMNAS

El voto nulo

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Para que el voto “nulo” pudiera llegar a tener un valor jurídico y que este no se preste a confusiones, sería necesario que se le asignasen previamente los efectos que tendría y –además– que se le asignara una casilla propia en la papeleta electoral: la casilla que se podría llamar, del voto nulo.

El valor que algunos le han querido asignar al voto nulo y que sería el de rechazo a todas las opciones, es conocido, en otros sistemas, con el nombre de reopen nominations, algo así cómo decir: no votamos por ninguno de los propuestos, propóngannos ustedes, nuevamente. Sin embargo, para que el voto “nulo” pudiera tener ese valor habría de convenirse previamente –la pertinente reforma antes de que se abra el proceso electoral– convenirse en cuanto a su significado y su valor y –llegado el momento– asignarle una casilla en la papeleta, de tal forma que quien quiera anular su voto marque la casilla “voto nulo”, una casilla igual a la de cualquiera de los otros contendientes: el voto nulo, de esta forma, un candidato más, una más de las opciones. Esta casilla especial se haría necesaria –si tal efecto queremos– puesto que, de no ser así –dado ese sentido específico que se le quiere dar al voto nulo– podría confundirse con el voto nulo que se produce por mera confusión e, incluso, con el voto nulo que se emite por placer, por ejemplo, y sin otra intención que la de la simple satisfacción de hacerlo.

Si el voto nulo fuera superior al total de todos los votos emitidos, válidos y nulos (votos en blanco y nulos “tradicionales”, fuera de la casilla del voto nulo) –a buen entendedor, pocas palabras– se comprendería, legal y políticamente, como un más que atendible rechazo a la oferta electoral. Se hizo ya la pertinente reforma que da un significado al voto nulo si este supera la mitad más uno el total de votos emitidos, en cuyo caso, tal el efecto, la necesidad de que las elecciones se repitan pero no se estableció la necesidad de una casilla específica, y, en consecuencia, se confundirán los votos nulos que persiguen ese resultado con los votos nulos que se producen por mera confusión.

No nos hemos tomado la molestia de intentar que se cumpla la Constitución, y ya nos proponemos renovarla. Salvo la reforma del artículo 157 –necesaria– ninguna, al menos de momento, es relevante. No nos hemos tomado la molestia de lograr que funcionen las cuatro instituciones de control no jurisdiccional del ejercicio del poder: la Contraloría General de Cuentas, el Ministerio Público, la Procuraduría General de la Nación y el Procurador de los Derechos Humanos, y ya nos proponemos reformarla. (Salvo la reforma del 157, al menos de momento, ninguna es necesaria). Reforma, sí, importante, y que implica no solamente la de la Ley Electoral y de Partidos Políticos sino de la propia Constitución de la República (artículo 157) es la de la creación de distritos electorales pequeños – aproximadamente 60 mil ciudadanos en cada uno– para lograr que el candidato a diputado – una sola diputación por cada distrito – sepa a ciencia cierta quiénes son sus electores –en otras palabras, a quién se debe– y sepa el elector quién es su diputado. Para que sepa

–el electo– quiénes son quienes, si bien hace su trabajo, habrán de premiarle con la reelección, pero si lo hace mal, le castigarán con la derrota: El elector, por su parte, empoderado del premio o del castigo y –máxime– si reducido a dos años el período constitucional del diputado electo. El distrito, se gana o se pierda, una forma correcta para que no se den en el Congreso “los colados”, diputados que nadie llega a saber –a ciencia cierta– por qué llegaron y sin que sepan estos –por su parte– a quiénes representan. Este sistema, el que propongo, puede llevar, también, a absurdos y, así, por ejemplo, que un grupo político ocupe el segundo lugar en todos los distritos y, en consecuencia, no llegue a tener ni un solo diputado, pero –sumados todos los votos de esos segundos lugares pudiera ser incluso– la fuerza electoral mayoritaria.

Este defecto posible podría aliviarse con la supervivencia de los diputados electos por lista nacional, lista esta, en la que se adjudican las curules en proporción directa a los votos obtenidos – siendo la lista nacional una propuesta partidaria que se hace a nivel nacional y que debería implicar –sería lo deseable– la presencia de las mejores y más notables figuras del partido. Sin embargo, ese listado nacional es la antítesis misma del sistema de distritos pequeños y es un listado que nos ha hecho mucho daño –lejanos los electos y los electores– por lo que, en mi criterio, debe descartarse. ¿Quién es su diputado? Poder responder a esta pregunta lo cambia todo, y la respuesta solamente es posible en un sistema de distritos pequeños, eliminados los listados.

El tema del transfuguismo es también un problema sumamente delicado que algunos quisieran resolver a la brava, disponiendo que todo aquel que abandone el grupo que lo llevó a la posición parlamentaria debe ser excluido, buena intención que bien puede conducir a una inconveniente tiranía de partidos, eliminada la personalidad del diputado y aplastada su conciencia. La reforma que se hizo a la Ley Electoral y de Partidos Políticos castiga el transfuguismo y –no siendo esto lo que quiso aunque vaya usted a saber– consolida la tiranía de los partidos, en sus manos, el monopolio de la postulación y sancionados quienes se salgan de sus redes.

El voto nulo –y con esto concluyo– toma finalmente un significado; se trata de una opción más en la papeleta electoral, adicional a aquella de los candidatos: si el voto nulo triunfa –mayoría absoluta– la elección habrá de repetirse, confundida la intención de los que esto querían con la de aquellos que simplemente se equivocaron al emitir su voto.

Acisclo Valladares Molina
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COLUMNAS

Priorizando la vacunación para personas con discapacidad

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Consejo Editorial Conadi

Desde la pandemia de Covid-19, la inmunización se ha constituido como un tema de trascendental importancia, al ser una herramienta crucial para salvaguardar a nuestras comunidades. El acceso equitativo a la vacunación no solo constituye un componente esencial de la atención primaria de salud, sino que también se establece como un derecho humano fundamental.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha subrayado que sin las vacunas, las epidemias de numerosas enfermedades prevenibles podrían resurgir, dando lugar a un aumento significativo en los casos de enfermedad, discapacidad y, lamentablemente, fallecimientos.

Por consiguiente, resulta imperativo tomar conciencia sobre la importancia de que los programas de inmunización sean accesibles para todas las personas, especialmente para aquellas que viven con alguna discapacidad.

La vacuna salva millones de vidas cada año.

La International Disability Alliance (IDA) ha emitido un llamado enérgico instando a los países a implementar planes de vacunación que prioricen a todas las personas con discapacidad. Este colectivo enfrenta barreras tanto actitudinales como ambientales que pueden obstaculizar su acceso a los servicios de salud, lo cual subraya la necesidad de una atención prioritaria.

Es importante tener en cuenta que las personas con discapacidad, según su condición, pueden estar especialmente expuestas a enfermedades infecciosas y correr un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves. Por lo tanto, la vacunación adquiere una relevancia aún mayor para proteger su salud y bienestar.

La Red Latinoamericana de Organizaciones de Personas con Discapacidad y sus Familias (Readis) ha destacado que las personas con discapacidad constituyen un grupo vulnerable dentro de la población, lo que implica la necesidad de que los gobiernos garanticen y prioricen la vacunación para este segmento, independientemente de diversos factores como género, edad o tipo de discapacidad.

Para garantizar el derecho a la salud de las personas con discapacidad y crear un entorno seguro, es esencial incluir a asistentes personales, cuidadores familiares y trabajadores de servicios relacionados con la discapacidad en los programas de vacunación.

Esto supondría un avance significativo en la priorización de los sectores vulnerables que conforman nuestra sociedad. En el ámbito nacional, el Organismo Legislativo ha dado pasos importantes para garantizar el acceso a los programas de vacunación, como la aprobación en 2022 del Decreto 6-2022, Ley de Vacunación, normativa que garantizará la vacuna voluntaria y gratuita a todos los guatemaltecos y que hace posible la inmunización con pertinencia cultural en todos los departamentos del país.

La Semana Mundial de la Inmunización, celebrada del 24 al 30 de abril, nos brinda la oportunidad de unirnos al llamado global para garantizar programas de vacunación dirigidos a personas con discapacidad y sus familias. La salud es un derecho fundamental respaldado constitucionalmente, y su provisión debe ser equitativa y libre de discriminación.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

El abandono de la lectura

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Mary Macmillan

Facultad de Artes Liberales

En los últimos años se ha visto un aumento significativo en la producción de textos dirigidos a un público infantil. Numerosas editoriales tanto consolidadas como aquellas que conocemos como independientes han considerado explícitamente en sus catálogos a esos “locos bajitos”, como diría Serrat. Si visitan ferias de libros habrán notado esta oferta de libros colorinches, incluso para pre lectores con tapas duras, con una variedad de temas y estilos singulares que marcan cada propuesta editorial.

Los niños de hoy en día son “consumidores” de libros y los padres están dispuestos a invertir económicamente en este ítem. Sin embargo, ocurre un fenómeno curioso y preocupante: una vez que el niño supera la etapa de la infancia y entra a la adolescencia o a la preadolescencia, deja de leer o interesarse por comprar nuevos libros.

Se supone que si un niño está familiarizado con el libro tanto como objeto como con el proceso de lectura seguiría de modo casi espontáneo con la lectura en niveles más complejos.

Por supuesto que siguen leyendo los textos de lectura obligada en sus colegios, pero ya no compran sus propios libros. ¿Por qué ocurre este fenómeno? Intentaré dar algunas luces. Se supone que si un niño está familiarizado con el libro tanto como objeto como con el proceso de lectura seguiría de modo casi espontáneo con la lectura en niveles más complejos.

Pero no es así. Una primera respuesta a este problema radica en la enorme oferta de libros para niños que no poseen una suficiente calidad literaria que le permita hacer una experiencia de lectura significativa.

Muchos padres no lectores conciben la compra de libros para sus hijos como una inversión en términos de un capital informativo o de lectura como herramienta laboral. Pero la experiencia de lectura implica muchos aspectos que van más allá de lo informativo.

Un libro es un espacio en el que se nos introduce en un entramado simbólico, de tradiciones culturales previas, de estructuras narrativas complejas y también de belleza estética. Llenar al niño con libros colorinches no es necesariamente llevarlo a una competencia lectora.

En una experiencia de lectura el niño se plantea sus propias preguntas, cultiva un lenguaje rico en resonancias y connotaciones, sigue una narración de la que se hace parte con apuestas anticipatorias, rechaza o confirma finales, se mueve en planos morales sobre conductas o comportamientos de los personajes, etcétera.

La lectura es un acto complejo en el que la mediación de un adulto empático y criterioso sigue siendo de suma importancia. Es lo que la estudiosa de literatura infantil, Teresa Colomer, denomina como “implicación sociofamiliar”.

Esto porque “a menudo no hay adultos formando ese entramado socioafectivo en casa ni en el entorno social”. En los tiempos que corren este planteamiento puede ser juzgado de adultocéntrico y de impositivo.

Pero desconocer la importancia de la mediación es olvidar el contexto intergeneracional en que brota el trascendental hábito de la lectura por gusto. Entendemos la mediación lectora como un compartir y debería estar lejos de situaciones del tipo “adivina qué tengo en la cabeza” (Gordon Wells).

Es decir, ese hábito docente en el que “los niños se esforzaban por saber qué esperaba el maestro que respondieran, en lugar de pensar realmente en el cuento sobre el que eran interrogados” (Colomer). La lectura libre que surge del mismo sujeto solo perdurará si ha sido previamente impulsada por un adulto interesado en el niño, que sabia y prudentemente lo ayude a encontrar ese libro que lo estimule y lo introduzca en su propio camino.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

¿Es posible un mundo sin plásticos? (II)

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Andrea Cocchini 

Profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Navarra

Estos datos manifiestan la inadecuación de los sistemas de reciclaje actuales, así como de alternativas, aparentemente más sostenibles, como los plásticos biodegradables o los bioplásticos.

Claro está que no se puede pedir que el futuro tratado regule y resuelva los múltiples retos, técnicos, económicos y sociales, que suponen todas las fases de vida de los plásticos (la extracción de las materias primas, el diseño de los productos, su consumo, la gestión y el traslado transfronterizo de los desechos plásticos).

El borrador sugiere excluir del ámbito de aplicación del futuro tratado las fases de extracción y transformación de las materias primas necesarias para la producción de plásticos.

No obstante, en atención a la gravedad y la urgencia del problema, parece que una (¿quizás ya la única?) solución aún posible para invertir el rumbo al que nos llevan las cifras referidas sería la inclusión en el nuevo tratado de una prohibición a los estados partes de producir nuevos plásticos innecesarios. Sin embargo, después de la tercera ronda de negociaciones del INC (de las cinco previstas), la sensación es que los delegados estatales no están realmente barajando esta posibilidad, ni siquiera a medio plazo.

En el momento en que se escribe, disponemos de un segundo borrador de tratado que será el documento de referencia para las negociaciones de la cuarta sesión, que tienen lugar del 21 al 30 de abril de 2024 en Ottawa (Canadá). El documento recoge las diferentes posturas de los representantes nacionales durante la tercera ronda de negociaciones que tuvo lugar en Nairobi (Kenia), en noviembre de 2023.

Este segundo borrador cubre un amplio abanico de alternativas, en ocasiones diametralmente opuestas. Por un lado, mantiene la propuesta de prevenir, reducir progresivamente y eliminar la futura contaminación plástica para 2040, reflejando así las posturas de los países más interesados en erradicar el problema, como los reunidos en la Alianza de Pequeños Estados Insulares.

Por otro lado, de acuerdo con los Estados que proponen centrarse más en la gestión racional de los residuos plásticos y en la mejora del diseño del plástico para hacerlo más reciclable (como los del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo), el borrador sugiere excluir del ámbito de aplicación del futuro tratado las fases de extracción y transformación de las materias primas necesarias para la producción de plásticos (esencialmente, crudo y gas).

  Continuará… 

Colaborador DCA
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