Llega el verano, y los destinos turísticos por excelencia son las playas y balnearios, aunque si no se lleva un plan de qué actividades hacer al aire libre, puede volverse tedioso y hasta aburrido permanecer dentro de una piscina o sentado en la arena.

El cambio de ambiente busca, además, incluir una rutina que promueva un estilo de vida saludable por medio del ejercicio; por lo tanto, presentamos una serie de deportes que se pueden practicar en los distintos lugares vacacionales, desde trotar hasta el snorkelling, para los más osados.

Submarinismo

También conocido como buceo, requiere de una formación previa antes de practicarse en mar abierto, y el snorkelling, que no incluye un tanque de oxígeno, es otra modalidad de esta práctica submarina. En nuestro país hay 9 lugares que despuntan para tener contacto con la naturaleza acuática: Punta de Manabique, Izabal; Santa Cruz La Laguna, Sololá; laguna de Ayarza, Santa Rosa; El Quetzalito, Puerto Barrios, Izabal; lago de Atitlán, Sololá; Cenotes de Candelaria, Nentón, Huehuetenango; Las Lisas, Santa Rosa, y Cráter Azul, Sayaxché, Petén. Se puede abocar a agencias como PanaDivers, Pro Divers y Ati Divers, entre otras, para referencia de expertos en este tipo de aventura.

Correr

Una práctica que puede llevarse de la ciudad o iniciarse en la playa y volverla un hábito es la de correr. Aunque en el pasado se escuchaba sobre los peligros de trotar a la orilla del mar, hoy en día se habla más de los beneficios, como reducir la ansiedad, fortalecer los tobillos y bajar el cansancio. Se recomienda hacerlo en horas en las que no afecte el sol, no haya mucha afluencia de personas y en zonas de arena lisa. El usar o no tenis queda a discreción de la persona.

Paddle surf

También se le conoce como SUP, actividad que se inició en las playas de Waikikí, Hawái. Se practica sobre aguas tranquilas, generalmente en lagos o lagunas o playas sin oleaje, para hacer travesías por la costa. Esta actividad pone en movimiento cada músculo del cuerpo y ofrece la posibilidad de mejorar el equilibrio. En Guatemala, Viking SurfSUP es una empresa que se dedica a organizar viajes y enseña esta entretenida práctica.

Volibol de playa

Cualquier espacio abierto con 2 varas, 1 red y 1 pelota es suficiente para practicar este deporte. Aunque es mejor hacerlo sobre arena blanca, también se puede lograr sobre la volcánica del Pacífico guatemalteco, siempre cuidando no quemarse los pies. Se recomienda un balón de PVC con superficie resistente al agua, pues es más suave al tacto.

Surf y windsurf

A la popular tabla se le adhirió una vela para convertirse en uno de los deportes extremos más populares del planeta. Las olas más altas y el viento más fuerte hacen que este sea más vistoso. La playa El Paredón, Sipacate,

Escuintla, está considerada entre las 10 mejores para el desarrollo de estas disciplinas. Ya sea solo con la tabla o con la vela, siempre debe tenerse precaución con bañistas distraídos o con otros deportistas tratando de entrar en el oleaje.

Kayak

Principalmente desarrollado en aguas en calma, como lagos y lagunas, también se puede desarrollar en las playas del Atlántico guatemalteco. No hace falta comprar uno, pues normalmente hay empresas en las orillas que ofrecen este servicio para hacer paseos, según sea el caso.

Vela

Hemos escuchado hablar de Juan Maegli, Andrea Aldana, Irene Abascal o Jason Hess, aventurados en aguas abiertas con sus veleros, y nos imaginamos qué tan difícil puede ser. Hace falta experiencia antes de embarcarse, pero en el lago de Amatitlán se encuentra el lugar para aprender esta disciplina. Existen navíos más grandes en los cua-les uno puede ir como pasajero, que parten de las principales marinas o clubes acuáticos, como la del Pez Vela en el Puerto San José.

Futbol de playa

El deporte más popular del planeta llevado a la orilla del mar; solo se necesita un balón, pero como se juega descalzo es mejor uno acondicionado para la práctica de este deporte. Siempre es bueno revisar el área de juego para evitar lesiones con objetos que devuelve la marea o que otras personas han dejado botados.

Max S. Pérez