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COLUMNAS

Todo, a estas alturas, en términos ya absolutos, suena a político (II)

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Es obvio que la explicación completa no vendía para fines periodísticos y que fue, así, que la noticia se sirvió en estos términos “Hijo y hermano del Presidente de Guatemala, capturados por corrupción”, dándose a entender lo que no era y mintiéndose, además, puesto que el hijo jamás fue capturado, habiendo acudido al tribunal a su llamado, algo que también hubiera hecho el hermano, si llamado, pero a quien prefirió capturársele y con escándalo, así como allanar su vivienda con el evidente propósito de magnificar la noticia fabricada.

Tiene que llamarnos poderosamente la atención que en toda la entrevista, publicada como lo fue en un medio español, no se haya hecho mención alguna –tampoco en el artículo– del caso de la Terminal de Contenedores de Puerto Quetzal, caso multimillonario de defraudación que involucra –como cabeza de la misma– a una empresa española y a un ciudadano español, ciudadano español cuya extradición a Guatemala no ha sido capaz de conseguir la Comisión, como incapaz también ha sido de perseguir el comiso en favor del Estado, como pena accesoria, de todos los instrumentos del delito, inversiones y coimas incluidas.

No hablar para un medio español de esa defraudación, de la extradición y del comiso, carece de sentido, tal y como carece de sentido desacreditar en el extranjero a las autoridades guatemaltecas y al Estado: a Guatemala misma. Hablar con medio español de algo que se relaciona con los delitos que se imputan a ciudadano español, hubiera sido un tanto más propio del profesional contratado por la Organización de las Naciones Unidas, dentro del giro de su oficio –del oficio para el que fuera contratado–, que despotricar en contra de las autoridades de la República de Guatemala en el extranjero, función para la cual no fue contratado, ni compete a la
Comisión establecida.

La entrevista y el artículo tienen el mérito –con las mentiras en que ambos incurren–, de exhibir de cuerpo entero lo que vino a afectar –para mal– el trabajo de la Comisión establecida, la politización de la misma (inaceptable en la persecución penal) y la conversión de esta en un show mediático, con muchísimos fuegos artificiales y
pocos resultados.

Se jactan, entre entrevista y artículo, de haber encarcelado a un expresidente y a siete exministros de Estado, pero se abstienen de explicar que se hizo por haber firmado estos un Acuerdo Gubernativo en Consejo de Ministros, acuerdo que la acusación penal señala de inconstitucional y que, de serlo, en efecto, podría constituir delito pero que jamás ha sido declarado como tal por el único tribunal que puede hacerlo, la Corte de Constitucionalidad, y –es más– sin que ni siquiera se haya promovido la declaración citada, mal exhibidas personas que jamás debieron serlo, agua derramada que no se recoge: el expresidente Alvaro Colom y los exministros Ferraté, de Molina, Fuentes Knigth y otros.

Procesados el expresidente Pérez Molina y la exvicepresidenta Baldetti; en el caso del primero, no se ha dictado sentencia alguna y, en el de la segunda, dictada en uno de los casos que se sigue en contra suya, aún no se trata de una sentencia firme.

La persecución de personajes –rinde créditos mediáticos– y no así la de asesinos, secuestradores y extorsionistas –la obsesión por lo mediático, uno de los males de la Comisión y, así, la absurda persecución– aún se empeña en ella, de empresarios que haciendo uso de su propio dinero, dinero limpio de legítima procedencia, hicieron aporte (a través de empresas dedicada a hacer entregas por terceros) a los fiscales que debían cuidar mesas electorales en las pasadas elecciones, para asegurar que estas se hicieran correctamente y que se hiciera correcto el conteo de los votos (viático para comidas y transporte) en tanto que ninguna persecución en contra del financiamiento de campañas electorales –a nivel nacional– con dinero del narcotráfico.

Lo espectacular, lo político, encandilaron la labor de la Comisión que establecimos con la ONU y, a pesar de las pertinentes advertencias –hechas a tiempo– (quien te quiere, te aporrea) persistió en ello y en los errores, a lo que lo mediático conlleva.

La politización es tal, que se señala como anticomunistas a quienes critican sus errores, viendo anticomunistas y comunistas, como micos aparejados en el tema, amalgamada con el pacto de farsantes, corruptos vestidos de primera comunión, fomentándose la división de lo humano en géneros de buenos y de malos, géneros estos que no existen.

La modalidad de los emplazamientos a la que he venido recurriendo para desenmascarar farsas y mentiras se impone para hacerlo en el caso de la entrevista publicada y, así, emplazo a todo aquel que pueda hacerlo para que se nos pongan a la vista (a) la condena –jamás habida– del hermano y del hijo del Presidente, y (b) la condena del Presidente –tampoco nunca habida–.
El próximo enero, no más tarde del lunes 21, serán convocadas en Guatemala Elecciones Generales y –precisamente– para enero, anuncia la entrevista que el profesional contratado para dirigir la Comisión podría regresar a Guatemala –contrario a lo dicho por el Secretario General de la ONU, de que realizaría sus actividades desde Nueva York–, momento poco oportuno para hacerlo dada la politización habida, a veces empujada y otras, por mérito propio –a menos de ocho meses, para entonces de que la Comisión desaparezca–, politización que pondrá en duda todo cuanto haga.

  Continuará…

Acisclo Valladares Molina
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Destitución de Fiscal General es un asunto de principios y valores

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La decisión del presidente de la República, Bernardo Arévalo, de dejar en manos del Organismo Legislativo la posibilidad de que la Fiscal General y jefa del Ministerio Público (MP), Consuelo Porras, pueda ser removida es una acción que permitirá terminar con uno de los períodos más
lamentables en la existencia del ente a cargo de defender el Estado de derecho y evitar el saqueo de los fondos públicos.

De hecho, durante su primera cadena de radio y televisión, en la que informó sobre el anteproyecto de reforma a la normativa que rige al MP, el mandatario anticipó que “el oscuro ciclo de Consuelo Porras debe terminar ya”, confiado en que los parlamentarios se unirán a la cruzada nacional que demanda el retiro inmediato de alguien que es vista como defensora a ultranza de políticos, exfuncionarios y empresarios corruptos y de perseguir, mediante casos simulados, a quienes critican y cuestionan su errado proceder.

Ignorada por la comunidad internacional (43 naciones le niegan el ingreso a su territorio) y vista como una paria en Guatemala, Porras se aferra al cargo valiéndose de argucias legales que han impedido que el jefe de Estado la cese de sus funciones, como clama la mayoría de ciudadanos, quienes no se explican por qué, habiendo tantas evidencias contra Alejandro Giammattei, Miguel Martínez, ministros y secretarios que integraron ese desgobierno, ella ha sido incapaz de avanzar en casos que evidencian el asalto al erario.

Como lo mencionó el mandatario, el cargo de Fiscal General es el único que no le rinde cuentas a nadie y su permanencia depende de sí mismo; sin embargo, es tiempo de que se corrijan los errores, con el fin de que los responsables de la investigación sean removidos cuando, como ocurre en este caso, su permanencia genera daños irreparables a la nación, bloquea la probidad y, sobre todo, ofrece respiro a los sinvergüenzas que se han enriquecido de manera ilícita, vil y despiadada.

Jorge Castillo
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500 añosy la política

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Después de 297 años de dominación colonial, se inicia la independencia en 1821 con 123 años de dictaduras liberales y conservadoras destruyendo el poder y la autoridad maya, no así la autoridad para recolectar tributos, 10 años de primavera democrática con la revolución del 1944 en donde se estableció proceso electoral y apertura de participación de los mayas a cargos en los ayuntamientos y en el Congreso, pero la ultraderecha con el apoyo del Gobierno de los EE. UU. interrumpieron el desarrollo del gobierno revolucionario y nuevamente el inicio de otros 30 años (1954/1984) de dictaduras de gobiernos militares en donde se acentúan las injusticias, la explotación, la exclusión, el racismo y el despojo hacia el pueblo maya, 1985 inicia una nueva etapa conocida como democrática y en donde han desfilado 12 gobiernos incluyendo el actual que preside Bernardo Arévalo, el 95 por ciento de los gobernantes son civiles y solamente un militar firmante de la paz en lo que va esta era. La Constitución Política de Guatemala de 1985, aunque de manera proteccionista reconoce por primera vez que Guatemala está formada por diversos grupos étnicos y que “el Estado reconoce, respeta y promueve sus formas de vida” Art. 66. 1996 firma de los Acuerdos de Paz y el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas reconoce que la nación guatemalteca tiene un carácter multiétnico, pluricultural y multilingüe y el Estado asume una serie de compromisos respecto a este. Pero en los 39 años democráticos no hay igualdad, inclusión ni relaciones armónicas entre los pueblos como lo caracteriza la democracia. 

Ahora, Guatemala y el nuevo gobierno tienen la oportunidad de corregir el rumbo de la política nacional y hacer posible la consolidación democrática con el desafío de facilitar la coexistencia armoniosa y equitativa entre los pueblos: maya, xinka mestiza y garífuna. 

La cosmovisión maya se caracteriza por el establecimiento de un mundo en equilibrio, de una relación armónica entre los seres humanos y con la naturaleza y de allí el concurso de los mayas en salvaguardar el sistema político democrático con su transición gubernamental con la esperanza de superar la histórica política de sometimiento. Loq’oj k’amik le k’aslem (hora de apreciar la vida)  

Colaborador DCA
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Una cita con Adrián Recinos

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Dr. Jorge Antonio Ortega Gaytán

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El enigmático andamiaje del paso del tiempo con su predicción me volvió a
concertar una cita con el legado de uno de los escritores de renombre de antaño, Adrián Recinos Ávila, significativo para Guatemala en el mundo académico, político y diplomático del siglo pasado y, por siempre. La semana del 17 de enero del año en curso, por iniciativa del Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica (Cirma), nos dimos cita en la Muy Leal y Muy Noble Ciudad de Santiago de los Caballeros, la Junta directiva de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala AGHG, los descendientes de nuestro distinguido escritor e invitados especiales. 

Mi primer contacto con él fue con uno de los trabajos de mayor repercusión de Adrián Recinos, la traducción y publicación del Popol Vuh, el cual fue descubierto en la Biblioteca Newberry, de Chicago Illinois, Estados Unidos. Una lectura obligatoria en la primaria, de aquella primera convivencia hace más de medio siglo. Un viaje fascinante al universo al inframundo Xibalba; la crónica del caminar de los gemelos, la creación de hombre de maíz, los mitos, desde la cosmovisión maya. Luego vinieron otras citas con el escritor guatemalteco, con la lectura y análisis de El Memorial de Sololá (1950), Los títulos de los señores de Totonicapán (1950); y Crónicas Indígenas  (1957), con lo cual completé el conocimiento del ámbito previo a la conquista y, como todo ello, posteriormente la lectura de los documentos que Recinos tradujo y publicó para nuestras generaciones y las próximas. Otras publicaciones siguieron en su vida, como: Don Pedro de Alvarado: conquistador de México y Guatemala, Monografía del Quetzal, y varios ensayos de Doña Leonor de Alvarado (1958). Ciudad de Guatemala, crónica desde su fundación hasta los terremotos de 1917–1918 (1922); y una de sus obras de mayor prestigio como historiador fue La Monografía del Departamento de Huehuetenango (1913). Disfrutando de un ambiente agradable en el inmueble que ocupa la sede de Cirma en La Antigua Guatemala, luego del saludo protocolario, se dio la presentación del archivo personal digitalizado de Adrián Recinos Ávila por intermedio de cada una de las personas que participaron en la odisea de organizar, estabilizar, catalogar, digitalizar y asegurar el legado del guatemalteco, tarea titánica que duro tres años según la explicación de la directora del archivo histórico, Thelma Porres, de dicha entidad, que además expuso la importancia de un archivo personal en los siguiente términos: “Un archivo personal es aquel que contiene los documentos generados y recibidos por una persona a lo largo de su vida, incluyendo todas sus funciones y actividades, independiente del soporte…”, “… diversidad de material personal como oficial: fotografías, cartas, conferencias, discursos, documentos personales, entrevistas, fichas de investigación, folletería, hojas sueltas. Invitaciones, libretas de bolsillo, listas de referencias, memorándums, periódicos, postales, publicaciones, recortes de periódicos, semanarios, tarjetas, telegramas y otros”. Luego, Thelma nos guió, en un recorrido por la vida de nuestro compatriota desde su nacimiento en La Antigua Guatemala un 5 de julio de 1886, hijo de Teodoro M. Recinos y de Rafaela Ávila. Hizo sus estudios en el Instituto Nacional Central para Varones, donde se graduó en 1902 y obtuvo el título de Bachiller en Ciencias y Letras. Contrajo nupcias con María Palomo Martínez, con quien procreó cinco hijos: Beatriz, Isabel, María, Adrián y Laura. Durante su época de estudiante universitario en la Facultad de Derecho, publicó sus primeros escritos (1905), fue catedrático del Instituto Para Varones y en la Facultad de Derecho. Fundó una institución literaria denominada El Ateneo Batres Montúfar, Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y sociales (1921); Miembro fundador del Partido Liberal; así mismo, de la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala (1923), director de la Academia de la Lengua de Guatemala; presidente de la Asamblea Legislativa (1926), además de haber participado como candidato en las elecciones a la Presidencia de la República en 1944. 

Colaborador DCA
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