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COLUMNAS

Una copia de la Sábana Santa de 1571 (I)

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Ricardo Fernández Gracia 

Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro

Custodian celosamente las Carmelitas Descalzas de San José de Pamplona una de las contadísimas copias del siglo XVI de la Sábana Santa, conservada y venerada en Turín, pese a los avatares y los traslados forzosos de la comunidad desde su histórica sede de la Plaza del Castillo, lo que habla del aprecio de las monjas por la pieza.

Los sucesivos editores de la vida de la fundadora del convento, la madre Catalina de Cristo, aportaron la noticia de su existencia y periplo, que se completa con algunas pequeñas precisiones de otras fuentes documentales. Hace veinticinco años, Jesús Arraiza y Gabriel Imbuluzqueta escribieron sobre ella en este mismo rotativo Diario de Navarra (4 de abril de 1996). Hoy, gracias a los estudios del Centro Español de Sindonología, particularmente los de Daniel Duque Torres, podemos valorar y contextualizar más adecuadamente la pieza.

La pieza fue un obsequio del alcalde de la ciudadela de Pamplona a la priora de las Carmelitas Descalzas de Pamplona, la madre Catalina de Cristo. Así nos lo refiere la biógrafa de esta última, la religiosa de la misma orden, Leonor de la Misericordia (Ayanz y Beaumont, 1551-1620), mujer culta, escritora, delicada y creativa.

El texto, con tintes hagiográficos, fue publicado por Efrén de la Madre de Dios en 1982 y por Pedro Rodríguez e Ildefonso Adeva en 1995; en esta última ocasión, con numerosas notas y con abundante aparato crítico. El relato original es el que sigue: “Estaba en Pamplona por castellán de la ciudadela don Fernando de Espinosa, sobrino del cardenal Espinosa. Él y doña María Fajardo, su mujer, era grande la devoción que habían tomado a nuestra madre, y se les pareció bien, pues le dieron la mejor joya que tenían en su casa, que fue el Santo Sudario que el duque de Saboya se le dio por su mano viniendo de Italia en tiempo de su tío el cardenal era vivo.

Es uno de los cuatro o cinco que hay en España como es natural.

Es uno de los cuatro o cinco que hay en España como es natural. Está en la casa de Pamplona y se muestra jueves y viernes santo, con gran devoción de toda aquella ciudad”. El hecho de mencionar al cardenal indica, con gran probabilidad, que el sudario fue un donativo para él, por su alto significado diplomático y político, por mano quizás de su sobrino, al que vino a parar, por donativo de su tío, antes de pasar a las monjas.

En el inventario de reliquias de la comunidad de Carmelitas Descalzas se anota del siguiente modo: “Primeramente la SABANA SANTA o sudario de Nuestro Redentor Jesucristo. Esta preciosa reliquia se la regaló a la Venerable Madre Catalina de Cristo el señor don Fernando Espinosa, natural de Castilla y sobrino del cardenal Espinosa, a quien se la dio el duque de Saboya, viniendo de Italia, y es uno de los cuatro o cinco que hay en España. Antiguamente estaba colocada esta reliquia sobre la reja del coro entre cristales y cortinas preciosas, pero en la actualidad se conserva en una arca preciosa que se intitula de la Reliquias, y sólo se saca al público el Sábado Santo, y se le encienden siete velas”.

A la luz de este último texto y también del anterior parece probable, como hemos indicado, que el primer destinatario de la pieza fuese el cardenal Diego de Espinosa y Arévalo (1513-1572), inquisidor general, regente del Consejo Real de Navarra, presidente del Consejo de Castilla y hombre de total confianza de Felipe II, hasta el punto que pidió su cardenalato para nombrarle regente, en 1567, cuando el monarca decidió ir a Flandes personalmente ante el agudizamiento de los problemas en aquellas tierras. Sobre este personaje de primera línea existen trabajos que aclaran aspectos de su vida de los profesores José Antonio Escudero, González Novalín y Orella y Unzué.

Cuando don Diego contaba con cuarenta y cuatro años, en 1556, fue designado como regente del Real Consejo de Navarra y como tal tuvo que elaborar los autos acordados, revisar el denominado Fuero Reducido y nombrar a los alcaldes de Corte interinos. 

                                      Continuará… 

Universidad de Navarra
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COLUMNAS

Desafíos de la formación artística en Guatemala (I)

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Ethel Marina Batres Moreno

Dirección de Formación Artística

Ministerio de Cultura y Deportes

[email protected]

La Revolución de 1944 contribuyó a la promoción de la formación artística en Guatemala; para algunos, la época actual tiene semejanzas con aquella. Pero el país no florecerá mágicamente. Lograr cambios básicos requerirá planes viables y esfuerzos colectivos. ¿Juega algún papel la ciudadanía para mover engranajes transformadores? En cuanto a la formación artística, los retos son enormes. Una revisión de contexto puede ayudar a orientar el trayecto. 

Las primeras referencias a la formación de artistas en Guatemala se encuentran en el Pop Vuh: “Y eran pintores, músicos, artistas”, y se suman a toda una iconografía previa que las muestra. El libro sagrado k’iche’ al nombrar con propiedad a los artistas, implícitamente reconoce un proceso previo: el formativo. Éste se constata con la transmisión efectiva de saberes hasta nuestros días. 

En cuanto a formación artística los retos son enormes.

Hay manifestaciones ancestrales en los procesos de aprendizaje comunitario, en los repertorios, en el imaginario mostrado en textiles y bordados, en la cosmovisión expuesta en textos y otras representaciones, en las expresiones teatrales y danzarias, en la escultura, cerámica y otras. Esto refleja un legado cultural, artístico y pedagógico-artístico que principia a ser considerado con equidad bajo la divisa contemporánea de que “no hay saberes superiores a otros, únicamente diferentes”.

El reto a nivel formativo dentro de las comunidades actuales consiste en mantener viva la tradición, en resguardar elementos, en adaptarlos, refuncionalizándolos sincréticamente, en convertirlos en un reservorio vital capaz de dinamizarse constantemente y en propiciar la creación. Este es uno de los componentes a considerarse dentro de la
formulación de directrices pedagógicas para el país pluricultural que principia a reconocer la riqueza de su diversidad. 

Por otra parte, la invasión española añade otros elementos. La condición de Capitanía General favoreció las visitas y el asentamiento de artistas en Guatemala. La pionera escuela de primeras letras ya incluía la formación de “acólitos y cantantes de ceremonias y alabados”. Los centros de artes y oficios formaban orfebres, artesanos, pintores y escultores.

El obispo Francisco Marroquín en 1548 solicitó al rey de España la presencia de “un buen artistaque fomentara la enseñanza. En 1802, el compositor Rafael de Castellanos tenía en su escuela un claustro de 16 profesores de música Los saberes llegados de Europa tomaban prestigio y se extendían.

Este legado perdura y se ha desarrollado extraordinariamente. Toda tradición artística implica una tradición formativa, y la suma de esfuerzos repercute en el momento actual, cuyos desafíos son mayúsculos, pero prometedores. 

                             (Continuará) 

Colaborador DCA
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COLUMNAS

SVET: violencia sexual y su abordaje psicológico

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Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas

La violencia sexual es una problemática social que comprende conductas sexuales contrarias a la dignidad de quien la experimenta, lo cual repercute gravemente en el desarrollo integral de las personas víctimas de este delito, no solo en su salud física, sino en su bienestar psicológico, el de sus familias y comunidades.

Por ello, es fundamental su abordaje desde un enfoque multidisciplinario, que incluya, el psicológico, como consecuencia de los daños que este flagelo ocasiona en la salud física y emocional de las víctimas.

 ”El abordaje de la violencia sexual es fundamental desde el ámbito de la psicología“.

En ese contexto, la Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas (SVET), adscrita a la Vicepresidencia de la República, en cumplimiento de su mandato legal, impulsa acciones de formación y de sensibilización con una perspectiva amplia, que incluye el ámbito académico, especialmente el fortalecimiento de las capacidades de quienes de forma directa o indirecta, están involucrados en acciones de prevención, atención, acceso a justicia y reparación de las víctimas, con énfasis en los modelos de abordaje psicoterapéuticos. 

En ese sentido, la SVET realizó recientemente el seminario Prevención y atención integral en casos de violencia sexual. Aspectos legales, criminológicos y psicológicos, con el objetivo de fortalecer los conocimientos de docentes, estudiantes y profesionales del área científico-asistencial, involucrados en la prevención y atención de casos de violencia sexual. Esto para favorecer la identificación de casos, tomando como referencia el ámbito de la psicología. 

La Dirección contra la Violencia Sexual de SVET fue la encargada de desarrollar el seminario, impartido en la Escuela de Ciencias Psicológicas del Centro Universitario Metropolitano (CUM), tras evaluar la necesidad de fortalecer a quienes brindan atención psicológica desde el ejercicio de la profesión, a través de diferentes centros de Práctica Profesional Supervisada y del Ejercicio Profesional Supervisado, en los que tienen contacto con población en situación de vulnerabilidad como niñez, adolescencia, personas sobrevivientes de violencia sexual, con discapacidad y adultos mayores, entre otras. Sumado a esto, brindarles insumos acerca del marco legal nacional e internacional en materia de violencia sexual, así como de las responsabilidades legales y éticas que adquieren en el ejercicio de su profesión.

Asimismo, los participantes reforzaron sus conocimientos sobre psicología forense, pautas de atención, criminología de la violencia sexual y ubicación de rutas de atención interinstitucional a seguir, para garantizar la protección, asistencia, restablecimiento de derechos y acceso a la justicia de las víctimas, así como el funcionamiento y competencias de algunas de las instituciones públicas vinculadas al abordaje de la violencia sexual. 

La SVET también trabaja en impulsar análisis de factores sociales, psicológicos y criminológicos, relacionados con la comisión de delitos de violencia sexual, por medio de alianzas estratégicas con diferentes instituciones a nivel nacional, como es el caso de la Universidad de San Carlos (USAC). 

Colaborador DCA
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COLUMNAS

A vueltas con la “lanza en astillero”de Alonso Quijano / don Quijote (II)

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Carlos Mata 

Grupo de Investigación Siglo de Oro (GRISO)

Así que alguien sabe qué es un astillero. Y siendo este un adorno —es decir, un exhibido símbolo de calidad social— de la casa de un hidalgo, no es verosímil que la lanza estuviera en olvido: era, eso sí, una lanza antigua, arma de los antepasados de don Quijote, mucho tiempo inactiva, pero la colocación en el astillero revela precisamente que su dueño quiere dejar clara su hidalguía y su vocación militar.

Era, no se olvide, aficionado a la caza, ejercicio sustitutorio de la guerra. Una lanza olvidada se coloca en un desván, en el establo, en el vano de una escalera, con otros objetos inservibles. Pero no es esto lo que sucede con la de don Quijote.

Cada día, al salir de su casa o al entrar en ella, el ingenioso hidalgo vería su lanza en astillero, su adarga antigua —tampoco olvidada—, dándole voces silenciosas, y algo en su interior iría acumulando la energía suficiente para que por fin embrazara su escudo, empuñara esa lanza que todos los días atraía su mirada, y saliera a correr sus aventuras por el antiguo campo de Montiel y por todo el universo mundo. No, la lanza de don Quijote no estaba en el olvido. Estaba exactamente en el astillero”.

Y no olvidemos el dato que aporta de que eran adorno.

En sentido semejante se expresaba Enrique Suárez Figaredo en un artículo publicado en Lanza Digital, diario de la Mancha el 1 de mayo de 2019, “La interpretación pertinente de ‘lanza en astillero’”: “¿Por qué leer en sentido figurado lo que tiene una lectura recta? El astillero (no de ‘astilla’, sino de ‘asta’) para una lanza es algo similar a lo que se emplea para los rifles de caza. […] ¿Acaso había de tenerlo en el fondo de un armario sepultado por los abrigos? Que un hijo-de-algo aldeano tenga una vieja lanza en su astillero, no ‘detrás de la puerta’, evidencia el melancólico y orgulloso recuerdo de los hechos de sus antecesores”.

Queda claro, pues, a tenor de la definición que brinda el Tesoro de Covarrubias (recordemos su fecha: 1611), que los astilleros ‘estantes para colocar las lanzas’ existían en la realidad; y no olvidemos el dato que aporta de que eran “adorno de la casa de un hidalgo”, como lo era Alonso Quijano, un hidalgo —eso sí— que soñaba con ser caballero andante.

Tampoco estará de más recordar —aunque sea una obviedad— que una palabra o una expresión pueden tener distintos significados, dependiendo del contexto y de la situación en que se empleen.
     

(Continuará)

Colaborador DCA
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