COLUMNAS
Mejor economía
Leonel Guerra Saravia
Con el transcurso de los años, Guatemala está tratando que, en su país, todos estén satisfechos. “El crecimiento inclusivo es un crecimiento económico cuyos beneficios se distribuyen por toda la sociedad, sin dejar a nadie atrás y generando oportunidades para todos; en particular, para quienes encuentran demasiadas barreras para mejorar sus condiciones de vida”.
La Economía Inclusiva enfatiza la responsabilidad de las empresas para, a través de la ética, asegurar la sostenibilidad y el Estado de Bienestar a las futuras generaciones. Es un esbozo de la economía que viene.
El poder económico se logra: crear oportunidades de empleos buenos y decentes y medios de vida seguros.
El Desarrollo Sostenible busca satisfacer las necesidades de las generaciones presentes.
Apoyar las prácticas de negocio inclusivas y sostenibles. Promover la mejora de las políticas gubernamentales y las instituciones públicas justas y responsables.
Para conseguir el desarrollo económico sostenible, las sociedades deberán crear las condiciones necesarias para que las personas accedan a empleos de calidad, estimulando la economía sin dañar el medioambiente.
La economía se mejora si fomentamos la innovación e infraestructuras resilientes creando comunidades y ciudades capaces de producir y consumir de forma sostenible. Reducir las desigualdades en el mundo, especialmente las de género. Cuidar el medioambiente combatiendo el cambio climático y protegiendo los océanos y ecosistemas terrestres.
De acuerdo con su definición, el Desarrollo Sostenible busca satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones del futuro, contando con tres factores claves: sociedad, economía y medioambiente. Se debe mejorar la sostenibilidad social. Tomar medidas por la crisis climática. Generar una economía sostenible. Consumir de manera responsable.
Fomentar la innovación. El desarrollo sostenible mejora la calidad de nuestras vidas, protege nuestro ecosistema y preserva los recursos naturales para las generaciones futuras. Las expresiones desarrollo sostenible, desarrollo sustentable y desarrollo perdurable se aplican al principio organizador para alcanzar los objetivos de desarrollo humano y al mismo tiempo sostener la capacidad de los sistemas naturales de proporcionar los recursos naturales y los servicios del ecosistema en función de los cuales dependen la economía y la sociedad, atendiendo muy especialmente, la preservación de sitios históricos y culturales.
COLUMNAS
Libros amigos (I)
Joseluís González
profesor y escritor
@dosvecescuento
Leer libros que acaba de publicar gente cercana, alguien a quien nos vinculan los dones de la amistad, hace mayor el afecto. Y multiplica, como una imprenta, el tesoro de la admiración.
Dirigido a uno de sus pocos amigos, al erudito y además singular ser don José González de Salas, Quevedo (1580-1645) compuso a los cincuenta y tantos años ese soneto de ecos senequistas que empieza “Retirado en la paz de estos desiertos”, de estas soledades. Se refería a la tranquilidad, quizá tampoco tanta, por los pleitos en que se enzarzó don Francisco, saboreada en una localidad entre la Mancha y Sierra Morena, Torre de Juan Abad, de la que él era señor, un título heredado.
El soneto ensalza con acierto el valor de la lectura y la capacidad de revelación que se hospeda en los libros clásicos. El acto prodigioso de leer, entendido como una conversación, una de las ocupaciones más verdaderamente humanas que hemos recibido.
El acto prodigioso de leer, entendido como una conversación, una de las ocupaciones más verdaderamente humanas que hemos recibido.
Voy a referirme a libros recientes de tres personas amigas que, afortunadamente, siguen en este mundo apasionante y que podrán publicar aún más obras.
Es fácil que la camaradería y la fascinación me nublen parte de la capacidad crítica, si es que me queda. Quienes admiramos el estilo y la conducta de Clarín (1852-1901) estamos prevenidos, gracias a él, ante esa plaga ruidosa de la “sociedad de bombos mutuos”. La superficialidad y el incienso dulzón de las alabanzas aturden.
De mis amigos, procuro que de todas las personas, prefiero ver en primer lugar lo positivo, la imagen que derrite los defectos. Aquí no reseño sesudamente novedades, aquí animo a leer.
Una galería de testimonios sobre amores y decepciones y más que nada felicidad y cortesía. Y un ensayo que es un encuentro fogoso: como vivir relacionando y relacionándose, cavilando, con salero y pasión, con ángel. También un libro de poemas con temperatura narrativa y humor sincero que ha necesitado veintibastantes años de biografía. Va por ustedes.
Continuará…
COLUMNAS
Peregrinación del Naufragio de Pedro Gobeo (IV)
Teo Peñarroja
Revista Nuestro Tiempo
No existe ninguna referencia moderna a esta obra en ninguna parte porque todos los ejemplares se perdieron en la noche de la historia. Se conoce que hubo un ejemplar en la Biblioteca Nacional de México en 1898, pero anda en paradero ignoto.
En 1950, un librero barcelonés vendió el último ejemplar del que hay constancia documental a un particular y, más de setenta años después, no se sabe nada de ese último libro. Hasta 2004. Había un hombre en la Universidad de Jaén, Raúl Manchón, experto latinista, que había dedicado varios años a la búsqueda de ese libro extremadamente raro.
Después de rebuscar en las bibliotecas de medio mundo halló el único ejemplar conocido en la Universidad de Mannheim. Este unicum es un ejemplar de la primera edición española de 1610 al que le faltan las últimas dieciséis páginas, que se arrancaron en algún momento de sus más de cuatro siglos de vida.
Tanto el naufragio de Pedro Gobeo como el de su libro constituyen dos tramas inverosímiles.
Ese mismo año, 2004, Miguel Zugasti estudiaba a otro viajero del Siglo de Oro, Pedro Ordóñez de Ceballos, y Manchón y él intercambiaron correos electrónicos con noticias e información inédita sobre sus respectivos campos de estudio. Esa clase de amistades que propicia la vida académica, tal y como consigna Zugasti en una entrevista. Su relación profesional se alargó casi dos décadas y era ya un hecho consolidado cuando llegó la pandemia.
Por aquel entonces, Manchón constató con cierto desasosiego que su hallazgo, como sucede con más frecuencia de la que nos gusta pensar, no encontraba quien lo estudiara. Después de pensarlo durante una semana, el tema requería meses de trabajo casi exclusivo, Zugasti decidió recoger el guante de Manchón y hacerse cargo de la reedición contemporánea del libro de Pedro Gobeo. Primero preparó una edición filológica y académica.
Tanto el naufragio de Pedro Gobeo como el de su libro constituyen dos tramas inverosímiles y sin embargo verdaderas. El resultado, publicado en mayo de 2023 con prólogo de Luis Gorrochategui, es un apasionante libro de aventuras del todo actual, una de esas rarísimas ocasiones en las que un lector moderno puede asistir a la reedición de un texto que llevaba cuatrocientos años fuera de circulación y que, sin embargo, nos habla todavía hoy, de un modo brutalmente sincero, de la condición humana. Queda ahora un interrogante abierto: dónde están las dieciséis páginas que faltan al final del libro.
La obra moderna sí tiene final, traducido de una de esas versiones alemanas, pero mucho más corto que el original. El profesor Zugasti confía en que la publicación de Naufragio y peregrinación y la repercusión mediática del hallazgo espoleen la investigación de otros colegas hasta que la historia de la literatura pueda averiguar cómo termina esta narración épica.
COLUMNAS
El manual de Carreño
SELVIN CARPIO
En segundo grado de la educación primaria en Guatemala, allá por los años ochenta, los estudiantes llevábamos una materia que se llamaba Moral y Urbanidad.
Se impartía tanto en las escuelas primarias nacionales como en los colegios privados; se nos enseñaba desde el aseo e higiene personal, hasta cómo debíamos comportarnos con nuestra familia, maestros, amigos y las personas en general. Se nos enseñó a saludar, a decir buenos días y todo lo relacionado a los buenos modales.
Buenos modales que los extranjeros que visitan nuestro país resaltan que es la principal característica que identifican a los guatemaltecos, esa cortesía que, según ellos, no la encuentran en ninguna otra parte del mundo.
Mucho de la fama de “educados” que tenemos los guatemaltecos, tuvo que ver el hecho que entre uno de los aciertos de la educación pública a mediados del siglo XX, en el llamado entonces “listado de materias” del pénsum de educación primaria, se introdujera una materia en la cual se enseñara la Urbanidad. Como en todos los países de Hispanoamérica, uno de los libros del cual se tomaron ideas, reglas, directrices o consejos para dicha materia, fue el llamado Manual de Carreño.
”El manual establece reglas y consejos sobre cómo comportarse, cuáles eran los deberes
morales…“.
El Manual de Urbanidad y Buenas Maneras, para uso de la juventud de ambos sexos de Manuel Antonio Carreño, fue un libro que tuvo mucho éxito en toda Latinoamérica y también en España durante el siglo XIX y su uso se prolongó hasta mediados del siglo XX. El manual establece reglas y consejos sobre cómo comportarse, cuáles eran los deberes morales, los deberes para con nosotros mismos y con
nuestros semejantes.
Carreño fue un diplomático venezolano nacido en 1812, aunque educado en España, lo cual le sirvió más tarde en su carrera de político y escritor. Su manual se dedica a preparar y formar a cada persona para su vida, resalta los valores de cada individuo, elevándolos al plano de la dignidad, el decoro y buena educación, los cuales deben caracterizar a cada ciudadano respetuoso de su familia y de su patria. Para él, la Urbanidad es el conjunto de reglas que tenemos que observar para comunicar dignidad, decoro y elegancia a nuestras acciones y palabras, y para manifestar a los demás la benevolencia, atención y respeto que le son debidos.
Un ejemplo de la dedicación y preparación con que elaboró los temas de su manual, lo vemos reflejado en el capítulo segundo, el cual se refiere al aseo de la persona y específicamente al aseo de la vestimenta que portamos, en el cual expone lo siguiente: “La limpieza en los vestidos no es la única condición que nos impone el aseo, es necesario que cuidemos además de no llevarlos rotos ni arrugados, el vestido arrugado puede usarse dentro de la casa, cuando se conserva limpio y no estamos de recibo, más el vestido roto no es admisible ni aún en medio de las personas con quienes
convivimos”.
Esto era porque se suponía entonces que esa aspiración de civilización se concretaba en el perfeccionamiento de las instituciones políticas; por lo tanto, también debía concretarse con las maneras y en los usos propios, y esa concatenación era la civilización. Aunque para muchos es un libro pasado de moda y desactualizado al mundo contemporáneo, el Manual no pasa desapercibido, teniendo en cuenta que por más de un siglo guio a muchas personas por una conducta de decoro y de bien, libre de ello, su lectura siempre resulta interesante.
-
COLUMNAS5 años atrás
Logros 2018
-
Destacado5 años atrás
Miles bailan al ritmo de las comparsas carnavalescas de Río
-
ARTES5 años atrás
El arte de la Usac resguarda la historia
-
Destacado5 años atrás
Mineduc publica calendario escolar 2019
-
ARTES5 años atrás
Archivos audiovisuales recorren 100 años de historia del Museo del Prado
-
NACIONALES5 años atrás
Optimizan trabajo de la PNC para 2019
-
Destacado3 años atrás
La vacuna anticovid de Oxford/AstraZeneca se prueba por primera vez en niños
-
INTERNACIONALES5 años atrás
López Obrador rechaza alza de la violencia en México en primer mes de mandato