Comunícate con nosotros al 1590

Revista Viernes

“Lo que tenemos en nuestras manos es único e irrepetible”

Publicado

-

El antiguo Centro de Restauración de Bienes Muebles (Cerebiem), ahora Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales Muebles, es una entidad que desde 1978 vio la luz gracias a la iniciativa de Edna Núñez de Rodas.


Toda su evolución nos la explica el experto en arte Luis Manuel Muñoz, quien en mayo pasado cumplió 40 años de trabajar para la entidad. “La historia de este departamento surge, básicamente, a partir de la concientización del Estado luego del problema que se enfrenta con el terremoto de San Gilberto en 1976”, inicia su relato.


A lo que suma: “Ella (Edna Núñez de Rodas) funda este departamento que se llamaba Taller de restauración. Lo hace con ayuda internacional, pide a la OEA que se dé apoyo; de hecho, algún mobiliario todavía es de esa época”, detalla.


En 1978 se inicia la búsqueda de profesionales que tuvieran alguna vinculación con el arte. Aparece Ramiro Irungaray. “Luego se fortalece la parte de pinturas de caballete. Ahí se pide apoyo a México a la escuela de Churubusco. Así es como se va formando el taller, un poco empíricamente, tratando de fortalecerse, cuando surge el siguiente problema ¿cómo profesionalizar a los restauradores? La misma licenciada Núñez de Rodas era, coincidentemente, directora del Departamento de Arte de la Facultad de Humanidades. Ella decide crear, con apoyo del Cerebiem, la carrera de restauración en la Universidad de San Carlos (Usac), que hasta la fecha sigue funcionando y es la única en Guatemala que ofrece la titulación de Técnico en Restauración de Bienes Muebles, es decir que este departamento es la madre de esa carrera de restauración y lo ha sido desde siempre”, resalta Muñoz.


En 1984, el experto inicia su carrera técnica de restauración en la Usac y es invitado a ser practicante: “Yo era apenas un jovencito saliendo del colegio de Infantes e iniciando en la universidad y resultó mi sorpresa que no era práctica, sino que me contrataban de una vez. Empecé como auxiliar el 1 de mayo del 1984, así que este 1 de mayo cumplí exactamente 40 años de laborar en este departamento. Yo entré aquí todavía siendo menor de edad, poniendo mi fe de edad, ni siquiera tenía cédula. Ha sido mi único trabajo”, recuerda.


Continua sus estudios con una Licenciatura en arte y posteriormente con una Maestría de Historia en Arte, además de varias especializaciones en México, España y Japón.


Una de sus primeras intervenciones fue un cuadro firmado por Carlos Mérida Oda al Quetzal, que se encuentra en el Museo de Arte Moderno, ya que en sus comienzos fue auxiliar de restaurador de pintura.
En 1992, ingresa la imagen de Jesús Nazareno de los Milagros, de la iglesia de San José, para ser restaurada. El encargado era Ramiro Irungaray, quien en esa época tenía quebrantos de salud por lo que Muñoz se ofrece a apoyarlo, ya que le gustaba la labor que se realizaba en la sección de escultura.

Es debido a esta coincidencia que se traslada de restauración de pintura a escultura. “Ahí es donde me cambio, precisamente a trabajar con la imagen de Jesús de los Milagros, es mi primera imagen trabajada bajo la supervisión y la dirección de mi maestro Ramiro Irungaray, y así es como empiezo en la parte de escultura, que es donde más me desarrollé, del 92 para acá. La pintura nunca la abandoné y hago trabajos eventuales”. Después pasa a ser el encargado de la unidad de escultura y actualmente es el coordinador de todos los proyectos del departamento, que incluyen pintura, escultura y material prehispánico.


Y es que el antes llamado Cerebiem tiene tres ejes de operación que son pintura de caballete, escultura policromada y material prehispánico, en el que ven cerámica, piedra y madera. Reciben piezas de patrimonio religioso y laico que provenga de instituciones como museos, casas de cultura o de centros culturales, no trabajan para personas particulares y todo proceso lleva una solicitud, papelería a presentar y la intervención de la pieza no tiene costo. En la actualidad la lista de espera para trabajos llega hasta 2027.


Los más destacados


Al consultar sobre piezas destacas que han restaurado menciona que a nivel prehispánico hay una pequeña olla chocolatera, de Río Azul; un vaso de un guerrero Jaguar del sitio arqueológico El Naranjo, y un dintel de madera de chicozapote, entre otros. En pintura hay muestras de González Goyri; cuadros de gran formato como Santo Domingo Los Mártires de Polonia o de Santo Tomás. También han trabajado departamentos como Quiché.


A nivel escultórico han limpiado la escultura del papa San Juan Pablo II, que está en la avenida Las Américas; las bancas de la Plaza España, con la reintegración de color; la plaza México del Cerrito del Carmen, con el trabajo de azulejos.


En escultura religiosa Jesús Nazareno de los Milagros, de San José; Jesús Nazareno del Consuelo, de La Recolección; Jesús Nazareno las Tres Potencias, de La Parroquia; el Nazareno de la Indulgencia, de Beatas de Belén; Jesús del Rescate, de Santa Teresa; el Señor Sepultado, de La Recolección; Cristo del Amor, de Santo Domingo; sepultados de El Calvario, La Parroquia y San Francisco.


Nuestra Señora la Soledad, de Santo Domingo, que fue intervenida con María Salomé y María de Cleofás; El Niño de la Demanda, de la Merced; el Resucitado de El Calvario; la Virgen del Rosario; la Inmaculada de Catedral; de San Francisco, del Guarda Viejo; Cristo de los Reyes de la Catedral; de la Preciosa Sangre de San Francisco; Jesús Nazareno y a la Virgen de Dolores de San Cristóbal El Bajo, La Antigua Guatemala; Virgen de Dolores y Señor Sepultado y Jesús Resucitado de San Sebastián, Retalhuleu y de otros departamentos.


Juan Manuel Barrientos es el actual jefe del departamento y manifiesta que la entidad actualmente cuenta con 15 personas trabajando en las diversas áreas: “Va a ser necesario ir llenando cupos para para poder solventar todas las necesidades que tiene el patrimonio”.


Y el personal se hace poco, ya que cada labor conlleva varios procesos que deben que cumplir. “Tenemos que ir a hacer la evaluación respectiva al lugar para poder hacer un dictamen, una evaluación in situ del estado de conservación de la obra y, posteriormente, vemos calendario para recibirla; se le dan algunas medidas preventivas de protección a los tenedores o propietarios para que la obra se mantenga en buenas condiciones antes de ingresarla”.


Agrega que tienen un proyecto establecido desde el inicio de esta administración que es instalar el área científica. “Nosotros aquí hacemos los procedimientos adecuados correspondientes, con nuestras herramientas y con los conocimientos adquiridos con base en la experiencia y al legajo académico. Tenemos algunas debilidades, esto es el área científica, en el mundo los restauradores y los talleres de instituciones tienen un departamento, un procedimiento de análisis físico-químico. Hemos estado enfocados en estos últimos meses en ver la implementación de un taller de análisis, que no solamente pueda analizar lo que lo que viene acá, sino que podamos apoyar a los arqueólogos que trabajan en otras secciones, dentro de la institución”, expresa Barrientos.


Llamado a la reflexión


Ambos entrevistados coincidieron en hacer un llamado a restauradores particulares: “Me gustaría hacer énfasis de que no solo existe el Cerebiem; también, el Consejo Nacional para la Protección de La Antigua Guatemala con su taller de restauración, y la opción de que restauradores privados intervengan patrimonio cultural, pero muchas veces estos últimos omiten el procedimiento administrativo legal que debe llevarse dentro de las instituciones emisoras de autorización. A veces son obras que están en el ojo público, digamos que son muy mediáticas, más que todo en prehispánico y escultura religiosa, y esto puede crear inconformidad en alguno de los devotos en el caso de la de la escultura religiosa, o de algún arqueólogo en el caso de lo prehispánico, a veces ellos (los restauradores) se ven envueltos en situaciones legales que no tienen el respaldo de una resolución administrativa y ocasionalmente llegan hasta procesos legales.

Sí quisiera enfatizar esa situación e instar a todos los que laboren de forma privada a que hagan sus procedimientos en el marco de la legalidad y de la administración del patrimonio”, recomienda Barrientos.


Mientras que Muñoz hace una invitación: “Que este trabajo se haga profesionalmente, con seriedad técnica científica y no simplemente porque tengo el placer o el gusto de pintar o repintar, que es lo que sucede muchas veces. Estamos lastimando este patrimonio, se está perdiendo por estas intervenciones que ahora llaman restauraciones y que no lo son, porque es gente que no recibe toda la instrucción adecuada o le falta entender esa enorme responsabilidad que tiene con la historia, porque lo que tenemos en nuestras manos es único, original e irrepetible, y lo que hagamos sobre estas piezas no tiene vuelta atrás”.


Si desea comunicarse al Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales Muebles, pueden escribir a [email protected].

Katheryn Ibarra Fotógrafo: Cecilia Vicente
Seguir leyendo

Revista Viernes

Alimentos que relatan una historia

Publicado

-

El cacao, el tamal de carne y la piedra de moler son parte de la arqueogastronomía que fusiona el mundo antiguo con el presente

Se ha preguntado los orígenes de algunas recetas, de sus métodos de preparación, utensilios o ¿cuánto ha evolucionado desde hace más de tres siglos el tamal de carne? ¿Qué dicen las vasijas sobre lo que consumían antes los antepasados o cómo lo preparaban? Una combinación de disciplinas despeja las dudas sobre estas interrogantes.


Arqueogastronomía es un término emergente en Latinoamérica, estudia la alimentación en el mundo antiguo, a través de la historia y la arqueología. De acuerdo a la página web kuanum se centra en aprender las formas de transformar los alimentos desde los tiempos más antiguos hasta la actualidad. “Los rastros que quedan en las vajillas, en los desperdicios o incluso en los depósitos de las letrinas, es decir, los váteres de los antepasados romanos, nos ayuda a saber qué se comía en el pasado y cómo se hacía”, cita.


María Regina Moraga domina el tema de los alimentos y la arqueología porque estudió profesionalmente ambas. Es arqueóloga y chef guatemalteca, pionera en el desarrollo de la propuesta teórico metodológica de arqueogastronomía, que estudia la relación entre la comida y las culturas mesoamericanas. Aún se considera un concepto nuevo, el cual se diferencia de la historia de la gastronomía porque aplica los conocimientos obtenidos a partir de las técnicas propias de la ciencia.


“El término es nuevo para América Latina, lo pensé sin saber si existía y luego averigüé en Internet, porque mi intención era algo que nos identificara como guatemaltecos”, expresó la profesional. Indicó que en México, por ejemplo, se trabaja mucho la antropología de la alimentación y aquí es diferente; además, encontró que esta práctica la usaban en Italia y España. “Ellos la utilizan para propiciar el turismo arqueológico”, aseveró.


Moraga ha impartido cursos en universidades, charlas, conferencias, para brindar una visión integral de la alimentación que pasa por diferentes períodos de la historia en Guatemala, prehispánico, hispánico, al explorar técnicas de investigación como el análisis e interpretación que permiten hacer sobre los restos arqueológicos y la reconstrucción a través de inferencias de las preparaciones, los métodos, utensilios que se usaron hasta la actualidad. De cómo cada coyuntura afectó el modo de hacerlos y también las implicaciones en la cosmovisión. Empezó con gastronomía mesoamericana, pero como investigadora continuó sus estudios porque, como bien enfatiza, no se puede desligar la gastronomía de la identidad del país.


“Todo se refleja en el sabor de la comida y su idioma, que nos identifican que somos del mismo país. Ahí me doy cuenta de que faltaba un término para unificar ambas disciplinas”, mencionó. También recalcó que la arqueología va a brindar esa historia evolutiva de los procesos gastronómicos para entender cómo es la de hoy. Reconstruir la historia culinaria de Guatemala por medio de la evidencia que proporciona la arqueología desde la perspectiva de la interpretación y aplicación de la cocina.

Algunos datos de la experta

La gastronomía petenera es diferente, porque está más relacionada con la península yucateca y Belice.
No hay receta maya, enfatizó la arqueóloga, pues en ningún dintel o vaso aparece una descripción estandarizada del proceso. A su consideración, no existen las recetas mayas, tampoco definirla como comida típica: “Nuestra memoria, no alcanza para dimensionar la evolución de 500 años y cómo ha trascendido”. Ejemplifica cómo desde el siglo XVI han cambiado la preparación de los tamales en los pueblos originarios. “Es comida tradicional guatemalteca, debido a que señalarla como típica es un concepto pobre para definir algo elaborado con procesos, tradición, raíces y herencia”, declaró.
Mostró su preocupación de que los jóvenes solo ingieren comida rápida y los preparados, de perder los momentos para compartir con la familia, la identidad como célula principal de la sociedad, también la de sus comunidades.

Congreso de Gastronomía Guatemalteca

En el Tercer Congreso de Gastronomía Guatemalteca que se realizó en Tikal Futura Hotel & Convention Center, en el marco de la Feria Alimentaria 2024, se expuso sobre principales descubrimientos de la presencia del cacao en los monumentos arqueológicos de los mayas en Guatemala. La especialista durante su exhibición explicó sobre sus orígenes, las vasijas, representaciones artísticas, regiones dónde se manifestaba, rutas principales de distribución y más.
El kakaw: fruto de los dioses mayas demostró cómo este influyó en la cultura guatemalteca desde la época prehispánica hasta el presente.
El escritor colombiano Alonso Sánchez Baute explicó: “Varias investigaciones han concluido que el origen del cacao no hay que buscarlo ni en México, ni en Honduras, ni en Guatemala, sino aquí, en Suramérica”.
De cómo el simbolismo y mitología: el significado espiritual del cacao para los mayas y otras culturas mesoamericanas, de su asociación con dioses y rituales. “Era muy preciado en la cultura maya donde se asociaba con el simbolismo del inframundo por necesitar la sombra del cacahuananche para crecer”, expresó Tomás Pérez Suárez, investigador del Instituto de Investigaciones Filológicas del Centro de Estudios Mayas.
Dentro de los elementos y métodos que han trascendido se incluye la piedra de moler, así como las técnicas y los métodos artesanales y de raíces ancestrales, como calentar esta herramienta al momento de trabajar. También conservar mezclas clásicas, como atol de masa y cacao (chilate), mezclas de achiote, pinol con achiote y otras.

Marisol Vásquez Fotógrafo: Norvin Mendoza
Seguir leyendo

Revista Viernes

La insólita historiadel Himno Nacional

Publicado

-

Carente de autor, cambio de letra, elogios, conspiraciones y más, han pasado en las crónicas de la realización del canto patrio

“¿Qué es un himno? una canción que condensa, libre y fiera, el amor, el alma entera de un pueblo, de una nación; es justicia, es redención, cuando canta la igualdad; es viento de tempestad en que los héroes se encienden cuando iracundos defienden su tierra y libertad”, se leyó en el estreno del Himno Nacional de Guatemala, el 14 de marzo de 1897, en el desaparecido teatro Colón.


Este no tenía las mismas estrofas que hoy en día se entonan, y para lograr tener un himno propio se recorrió un largo camino que tuvo cambios en dos siglos diferentes.


El inicio de la historia


El 24 de julio de 1896, se publicó un acuerdo para convocar a un concurso literario y musical: “Considerando: que se carece en Guatemala de un himno nacional, pues el que hasta hoy se conoce con ese nombre, no solo adolece de notables defectos, sino que ha sido declarado oficialmente como tal; y que es conveniente dotar al país de un himno que por su letra y música responda a los elevados fines que en todo pueblo culto presta esa clase de composiciones; El presidente de la República acuerda: 1º.- Se convoca un concurso para premiar en público certamen el mejor himno nacional que se escriba y la mejor música que a él se adapte. Para el efecto, el plazo para la presentación de las obras al ministerio de instrucción pública, en pliego cerrado y con la contraseña que en tales casos se estila, terminará el día 15 de octubre próximo. Un jurado compuesto de personas competentes calificará las obras presentadas, en los quince días siguientes a la citada fecha; y designada que sea la que definitivamente deba adoptarse como himno nacional, se hará circular impresa, a fin de que sea conocida por los filarmónicos que quieran tomar parte en el concurso musical. Este se cerrará el 1º. De febrero de 1897, y otro jurado de iguales condiciones que el anterior, calificará las obras y designará la que merezca el premio. 2º.- El premio consistirá en una medalla de oro con su correspondiente diploma para los autores de la letra y música que fueren designados por los jurados respectivos, premios que se adjudicarán de una manera solemne y en la forma que se establezca, el día 15 de marzo de 1897, día en que se romperán las plicas que contengan las firmas de los concurrentes. 3º.- En este concurso sólo podrán tomar parte los guatemaltecos. -Comuníquese. Reina Barrios”.


Entre los trabajos presentados no hubo alguno que fuese de aceptación, y el que resultó ganador fue un texto con firma anónima: “a nuestro juicio, el himno que empieza con las palabras <> y lleva al pie la de <>, entre paréntesis es el que mejor responde a las condiciones de la convocatoria”, firmó el jurado calificador, del cual era miembro José Joaquín Palma.


Y fue así como el 28 de octubre de 1896 se publicó el Acuerdo Gubernativo con el texto ganador del himno nacional y, posteriormente, el 19 de febrero de 1897 el que daba por ganador a don Rafael Álvarez, quien tuvo calificación preferente para musicalizar la letra antes presentada.


Polémico anonimato


Desde que se anunció que el poema ganador era anónimo hubo varias teorías para dar con el autor. Uno de ellos fue Manuel Cabral, quien al momento de que José Joaquín Palma confesó su autoría, expuso: “Juré a mi amigo el poeta Palma, que jamás, por ningún motivo ni circunstancia, faltaría a la promesa de guardar el incógnito sobre la paternidad del poema del himno nacional. Ahora que él mismo ha tenido a bien darse a conocer como el autor, no me queda más que pedirle mil perdones por haber cargado temporal e involuntariamente con sus laureles, sin sospechar nunca que esta actitud hidalga y honrada me acarrearía tantas amarguras y desazones en los últimos días de mi vida”.


Es de suponerse que Palma recibió grandes halagos y el reconocimiento no solo por escribir el poema, sino por todo el cariño que mostró al país. El 23 de julio de 1911, Palma yacía enfermo y se organizó un homenaje de la prensa de Guatemala hacia el poeta, este se realizó en el foyer del desaparecido teatro Colón. Y finalmente falleció el 2 de agosto del mismo año.


Las variantes


El 26 de julio de 1934 se divulga un nuevo Acuerdo Gubernativo en el que se aprobaron las reformas al símbolo patrio. Este trabajo fue realizado por el gramático, académico y filólogo José María Bonilla Ruano y su finalidad fue de que la letra representara mejor a los guatemaltecos.


Recientemente el Ministerio de Cultura y Deportes lanzó el libro Anotaciones Críticodidácticas sobre el poema del himno nacional de Guatemala, escrito realizado por Bonilla Ruano en 1934 cuando se trabajaron las variantes, en este se ubica toda la historia, datos, consideraciones y conceptos que usó para realizar las modificaciones, también un himnario universal y en el cierre el himno nacional en los idiomas q’eqhi’, k’iche’, garífuna y kaqchikel.


Desde 1935, fecha en que se publicó, no se había impreso una segunda edición hasta que ahora, 89 años después “vuelve a ver la luz para continuar ilustrando a los interesados en conocer cercanamente la necesidad de estas reformas”, se indica en el texto.


Notas de prensa


Luego de las enmiendas a la letra del canto patrio, varios medios nacionales y extra

njeros se pronunciaron, la mayoría elogiando el trabajo realizado por José María Bonilla Ruano. “Todo hombre culto aplaudirá el cambio que se ha hecho en algunas palabras del himno nacional de Guatemala. La forma anterior se escribió en la atmósfera turbulenta de la reforma, y, como era natural en tales circunstancias, se le dio voz poética a los sentimientos agitados del momento; hecho que dio por resultado que el himno fuera propio únicamente para aquellos que simpatizan tanto con las matanzas, la destrucción y ‘chocar el acero vibrante’”, refería la página editorial de El Mensajero en agosto de 1934.

Los cambios en el himno nacional

Antes
¡Guatemala feliz!… ya tus aras
No ensangrientan feroz el verdugo
Ni hay cobardes que laman el yugo
Ni tiranos que escupan tu faz

Ahora
¡Guatemala feliz!… que tus aras
No profane jamás el verdugo
Ni haya esclavos que laman el yugo
Ni tiranos que escupan tu faz

Antes
Si mañana tu suelo sagrado
Lo profana invasión extranjera
Tinta en sangre tu hermosa bandera
De mortaja al audaz servirá

Ahora
Si mañana tu suelo sagrado
Lo amenza invasión extranjera
Libre al viento tu hermosa bandera
A vencer o a morir llamará

Antes
Te arrancaron del potro sangriento
Y te alzaron un trono de amor

Ahora
Y lograron sin choque sangriento
Colocarte en un trono de amor

Antes
Es tu enseña pedazo de cielo
Entre nubes de nítida albura
¡ay de aquel que con mano perjura
Sus colores se atreva a manchar!
Ahora
Es tu enseña pedazo de cielo
En que prende una nube su albura
¡ay de aquel que con ciega locura
Sus colores pretenda manchar!

Antes
Que tus hijos valientes y altivos
Ven con gozo en la ruda pelea
El torrente de sangre que humea
Del acero al vibrante chocar

Ahora
Pues tus hijos valientes y altivos
Que veneran la paz cual presea
Nunca esquivan la ruda pelea
Si defienden su tierra y su hogar

Katheryn Ibarra Fotógrafo: Mariano Macz
Seguir leyendo

Revista Viernes

Así se desarrollan las festividades patrias

Publicado

-

Desde que se inicia septiembre, el fervor patrio llena las calles de la capital. Banderas, bandas escolares, desfiles y más se observan en varias calles, especialmente las del Centro Histórico.


Los preparativos


Desde el 2 de este mes se presentó el Pregón de Independencia, con un desfile que incluyó vehículos antiguos, al grupo de teatro Los Pregoneros de Antigua y el encendido de la antorcha desde el parque central, que estuvo a cargo del presidente de la República, Bernardo Arévalo. También se ha disfrutado de actos cívicos, festivales de bandas escolares, desfiles conmemorativos, concursos de gastadores y batonistas, entre otros.


Lo que viene


El 14 de septiembre, desde las 6:00, habrá encendido de antorchas en la plaza del Obelisco y a las 18:00 se izará la bandera nacional y leerá el Acta de Independencia. El 15, se realizará el desfile cívico con bandas escolares, latinas y marciales que desde el parque Jocotenango recorrerán el Centro Histórico; a las 17:45 será la arriada de la bandera, con lo que se cierran las actividades.

Katheryn Ibarra Fotógrafo: Mariano Macz
Seguir leyendo

Directorio

  • Dirección General: Carlos Morales Monzón
  • Coordinación General de Redacción: Miguel González Moraga
  • Coordinación de Información: Mario Antonio Ramos
  • Editores: Carlos Ajanel Soberanis, Jose Pelico, Erick Campos, Katheryn Ibarra y Max Pérez
  • Página Web: Magaly Alvarado

©2024 Diario de Centro América - Todos los derechos reservados.