MUNDO
Campo de refugiados fue atacado
Al menos 28 personas murieron en un ataque aéreo contra un campamento de refugiados en el noroeste de Siria, cerca de la frontera con Turquía, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, que reportó el deceso de menores y mujeres en la provincia de Idlib.
Al menos 28 personas murieron en un ataque aéreo contra un campamento de refugiados en el noroeste de Siria, cerca de la frontera con Turquía, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, que reportó el deceso de menores y mujeres en la provincia de Idlib.
Los Comités Locales de Coordinación, otro grupo activista, afirmaron que murieron no menos de 30 personas. El campamento es hogar de refugiados que han huido de las cercanas provincias de Alepo y Hamas.
Videos del lugar, que circulaban en redes sociales, mostraron al menos una decena de carpas incendiadas, cuerpos calcinados y cuerpos de víctimas mientras eran subidos a una camioneta tipo picop.
Horas antes
Un carro bomba explotó en la plaza principal de una aldea y cuando un grupo se reunió para ayudar a las víctimas, un atacante suicida en motocicleta detonó sus explosivos cerca del lugar, ocasionando la muerte de 10 personas, informó la prensa local y el gobernador regional.
MUNDO
Milton no supuso el peor de los escenarios, pero ocasionó muertes y destrucción en Florida
EFE
Las autoridades de Florida mostraron su alivio tras constatar que el huracán Milton no ocasionó el peor escenario previsto, si bien el ciclón, que entró por la costa oeste, ha dejado destrucción en algunas áreas y al menos 16 decesos, en su mayoría por tornados en el centro y sur del estado.
«Si bien, afortunadamente, se evitó el peor de los casos con esta tormenta, aún trajo destrucción y daños en varias partes del estado», reconoció hoy el gobernador estatal, Ron DeSantis, en rueda de prensa, en la que puso de relieve el efecto de los tornados en condados como St. Lucie, donde dejó cinco muertos.
El gobernador explicó que es difícil prepararse para estos violentos fenómenos meteorológicos, los cuales en este caso fueron muy fuertes y llegaron muy rápido en varias partes del estado.
Las autoridades estatales, con ayuda del Gobierno federal, se abocan hoy a tareas de rescate en áreas que han sufrido inundaciones considerables por las lluvias que trajo Milton, cuyas bandas exteriores del lado norte arrojaron mucha agua hasta localidades de tierra adentro.
De acuerdo a DeSantis, los socorristas han rescatado hasta el momento a 1.600 personas y 140 animales que se hallaban atrapadas en zonas inundadas, y se mantienen operativos hoy 31 equipos aéreos de rescate que sobrevuelan el área.
Un helicóptero de la Guardia Costera de EE.UU. rescató el jueves a un hombre que fue hallado «aferrado a una hielera con un chaleco salvavidas» flotando en el mar, a unos 48 kilómetros (30 millas) de la costa de Longboat Key, al norte de Sarasota, en el oeste de Florida, informó la dependencia federal.
Más de dos millones aún sin energía
De acuerdo a la web especializada PowerOutage, más de 2,2 millones de clientes de Florida se encuentran hasta el mediodía de este viernes sin electricidad, en especial en los condados asentados en el trayecto que siguió Milton.
Este huracán de categoría 3 tocó tierra la noche del miércoles con vientos de 205 kilómetros por hora en Siesta Key, cerca de Sarasota, y atravesó la península para salir por la costa este al Atlántico la mañana del jueves.
La ciudad de Tampa se halla hoy todavía en su gran mayoría sin energía y con varios semáforos sin funcionar, lo que ha llevado a la muerte de una mujer durante un accidente de tráfico ocurrido la noche del jueves, como confirmó hoy la Policía local.
La alcaldesa de Tampa, Jane Castor, precisó hoy que el 65 % de los semáforos no operan y que hay agentes dirigiendo el tránsito en las principales intersecciones.
De igual modo, en una rueda de prensa Castor señaló que muchas de las gasolineras de la ciudad se hallan todavía inoperativas, en gran medida por la calles inundadas que impiden el traslado de combustible desde el puerto local a las estaciones de servicio.
Agregó que una vez que se pueda empezar con la distribución de combustible, el foco del reparto estará primero en las áreas afectadas por Milton.
En el área de Tampa, cuya población se encuentra aún recuperándose de los efectos del huracán Helene y se temía lo peor con Milton, no se registraron grandes subidas del nivel del mar por la marejada ciclónica y el principal daño se ha producido por los vientos, los cuales «no necesariamente han sido los más fuertes que se hayan visto Florida», como señaló hoy DeSantis.
DeSantis ofreció su rueda de prensa en la localidad de St. Petersburg, en concreto en una calle donde una grúa de construcción cayó por los vientos del huracán en un edificio de oficinas, que entre otras acoge la sede del diario Tampa Bay Times, ganador de varios premios Pulitzer.
El ciclón fue el segundo que impactó en la costa de Florida que da al Golfo de México, por donde el pasado 26 de septiembre entró el poderoso Helene, de categoría 4, y continuó una senda de destrucción por seis estados del sureste de EE.UU. y acabó con la vida de al menos 230 personas.
Este viernes, la Casa Blanca anunció que el presidente Joe Biden visitará Florida el domingo para examinar las áreas afectadas por Milton.
La administradora de la Agencia Federal de Manejo de Emergecias (FEMA, en inglés), Deanne Criswell, se halla presente en el área afectada y supervisando las labores de unos 1.200 equipos de rescatistas que se hallan rastreando las áreas urbanas damnificadas.
MUNDO
España instala una clínica para tratar a los migrantes que cruzan la selva del Darién
Moncho Torres
Después de días de caminata para cruzar la peligrosa selva del Darién, frontera entre Colombia y Panamá, cientos de migrantes llegan a una remota población indígena, donde la cooperación española ha instalado una clínica para atender sobre todo a niños y mujeres, muchos arrastrando los pies llenos de úlceras, agotados, o incluso víctimas de abusos sexuales.
Situado a la orilla del río Tuquesa, Bajo Chiquito triplica a diario su población con la llegada de más de un millar de migrantes, la mayoría venezolanos, que después de registrarse ante las autoridades panameñas se instalan con sus tiendas de campaña en fincas privadas o canchas de deportes. Otros optan por dormir en las hamacas alquiladas por los indígenas en sus precarias viviendas de madera.
En la calle principal del poblado, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) puso en marcha a finales de septiembre una pequeña clínica para responder a esta emergencia como parte del proyecto START (Equipo Técnico Español de Ayuda y Respuesta, por sus siglas en inglés).
«El START es un esfuerzo de la cooperación española que consiste en un hospital de campaña que se nutre de voluntarios de todas las comunidades autónomas, orquestado a través del Ministerio de Salud de España» y el aporte de otros ministerios, explica a EFE en el interior de la clínica la jefa de la Oficina de Acción Humanitaria de la AECID, Lucía Prieto.
Prieto acaba de llegar a Bajo Chiquito tras ascender por el rio durante varias horas en canoa, acompañada del embajador de España en Panamá, Guzmán Palacios, y otros cooperantes, para conocer cómo avanza este proyecto en el que trabaja un equipo de doce personas, compuesto por personal médico y enfermería de urgencias, obstetricia, pediatría y epidemiología.
Tras recibir el visto bueno del Ministerio de Salud de Panamá, se busca «atender al flujo de población migrante y a las poblaciones de acogida que sufren la presión en los servicios que hay en la zona», explica.
Este caso tiene la particularidad de que no se trata de una emergencia repentina que requiere un gran despliegue de START, como fue el caso del último terremoto en Turquía, sino es una «crisis crónica o de tracto lento», donde se necesita una asistencia más pequeña, un modelo que esperan replicar en otros países.
«El objetivo ha sido responder a un pico agudo de llegada, que según la información y los flujos de años anteriores se producía entre los meses de septiembre y noviembre», detalla la jefa de Acción Humanitaria.
En 2023 se produjo el récord histórico de migrantes que atravesaron el Darién, con más de 520.000, pero contra todos los pronósticos, que esperaban que ese flujo aumentara este año, se ha percibido un fuerte descenso los últimos meses, por lo que se estima que en 2024 unos 320.000 atravesarán esa selva -con más de 260.000 hasta ahora-, lo que representa una reducción del 38 % frente al récord previo.
El embajador opina que «se aprecian factores endógenos que inducen a pensar que es plausible que esta cifra vuelve a incrementarse en 2025, y se ha señalado entre otros motivos el proceso electoral en Venezuela (…) y luego muy pendientes de la situación de las elecciones en noviembre» en Estados Unidos, principal país al que desean llegar los migrantes.
La clínica, según recalcó el embajador a EFE, operará hasta finales de noviembre y luego se espera que tome el relevo otro organismo humanitario.
«El pie del Darién»
En la clínica, el personal sanitario se prepara para el pico habitual de pacientes por la tarde, cuando acuden los migrantes recién llegados a la población, donde no pasarán más de un día para por la mañana siguiente ir en canoa hasta Lajas Blancas, un centro de recepción migratoria.
Francisco Casas es el coordinador de Sanidad del equipo START en esta misión, donde les han asignado sobre todo la atención a menores, embarazadas o controles ginecológicos. Explica a EFE que están «atendiendo, según los cálculos, a un 10 % de las personas que entran en tránsito, más o menos, depende del volumen que entren, hay días que llegan más de 1.000 personas».
El día anterior, del registro oficial de 943 personas llegadas a Bajo Chiquito, atendieron en la clínica a 83 pacientes, entre los que aproximadamente hay también un 10 % de población local, detalla. Los migrantes llegan «básicamente agotados, deshidratados, con muchos problemas de la piel, con laceraciones, con golpes».
En la clínica se han encontrado además con una particularidad que han bautizado «el pie del Darién», por el tipo de problemas que traen, provocados sobre todo por un tipo de botas de plástico que llevan «casi todos, es un modelo (…) de muy mala calidad, y traen el pie mojado durante cuatro días».
«Son unas úlceras horribles por llevar el pie mojado sin desabrochar la bota, unas úlceras muy malas. (…) Ahora mismo les ves bamboleantes, porque ni siquiera son capaces de apoyar las plantas de los pies, se están despellejando», detalla Casas.
También hay casos de violencia sexual, como uno que atendieron la noche anterior de una joven atacada en uno de los campamentos antes de partir hacia la selva, en el lado colombiano, pero también reciben a pacientes asaltados por grupos armados en la jungla, donde los roban y, como también confirmaron a EFE varios migrantes, en algunos casos las violan.
MUNDO
Las secuelas que dejaron las pandillas en El Salvador
Hugo Sánchez
Ocultas, en parajes escabrosos y bajo tierra, yacen aún en El Salvador las heridas dejadas por las pandillas como fosas clandestinas, donde las autoridades y familiares dan por hecho que se encuentran restos de desaparecidos, enterrados ahí para evitar dejar rastro.
A principios de este mes, después de más de dos años de iniciada la llamada «guerra contra las pandillas», implementada por el Gobierno del presidente Nayib Bukele para combatir a estos grupos, y ante el silencio oficial, las autoridades dieron con un nuevo cementerio clandestino, donde trabajan, pero no hablan de ello.
Este tipo de lugares, que se han contado por decenas en los años más violentos de la historia reciente salvadoreña, han sido sitios de peregrinación de quienes buscan a sus desaparecidos, principalmente madres.
Uno entre medio centenar
Este cementerio, del que se desconoce la cantidad de osamentas que podría contener, se ubica en las riveras de un cauce que atraviesa la localidad de Tonacatepeque, que en idioma náhuatl significa «cerro muy fértil», al fondo de un barranco de unos 25 metros de altura.
Desde arriba, al borde de la caída, es posible observar tierra removida, agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), unas carpas grises con distintivos de la Fiscalía General de la República (FGR), y a reos en fase de confianza que usualmente el Gobierno utiliza para tareas pesadas.
El dirigente del Movimiento de Trabajadores de la Policía (MTP), Marvín Reyes, dijo a EFE que este cementerio es uno de 51 que las autoridades habrían ubicado y señalado, pero que su intervención se ha pospuesto.
«Ya se tenía conocimiento y han empezado a realizar las excavaciones para localizar víctimas que habían sido ejecutadas y enterradas ahí por miembros de esta pandilla», acotó.
Reyes relató que esta fosa se ubica al pie de uno de los «bastiones más fuertes» que tenía la pandilla Barrio 18, facción Sureños, en la zona conocida como Cumbres de San Bartolo, aunque colinda con la comunidad La Europea, ambas zonas populares y golpeadas por años por la maras.
«Hay una cantidad importante de fosas que contienen un número indeterminado de víctimas, que no se ha realizado ningún tipo de maniobra por parte de la Fiscalía por argumentar que ellos que no tienen recursos ni personal suficiente», lamentó.
A la fosa no se tiene acceso desde el área urbana, donde agentes de la PNC custodian la entrada a dos pasajes desde los que se tiene una vista más directa. En uno, tres agentes niegan el paso a periodistas, no dan razones.
En el otro punto, los policías permiten acercarse a una cinta amarilla entre la ropa recién lavada y tendida de los vecinos de ese lugar. Ninguno quiere decir nada, evitan responder, pero entre preguntas y esquivas reconocen que abajo hay forenses, que se trata de casos de larga data, que hay unidades especializadas involucradas.
Los habitantes del lugar, acostumbrados por años a guardar silencio para sobrevivir bajo el dominio de las pandillas, tampoco quieren hablar. Dicen no saber qué hacen abajo, en el fondo del barranco, los policías. Son esquivos, sonríen amablemente y siguen con sus vidas.
Tampoco desde Presidencia responden a la pregunta de EFE sobre el cementerio clandestino.
Búsqueda sin respuestas
El veinteañero Carlos Abarca desapareció el 1 de enero de 2022 en la capital salvadoreña, dos meses antes de que el Congreso y el Gobierno de Bukele instauraran un régimen de excepción, que suspende derechos constitucionales, para combatir a las maras o pandillas.
La medida, según el Gobierno, redujo el índice de homicidios en 2023 a 2.4 por cada 100 mil habitantes, de los 103 que se registraban en 2015, y habría dejado inoperantes las estructuras de las maras. Pero de los desaparecidos antes y durante el régimen las autoridades dicen poco, incluso han puesto bajo secreto el número de denuncias.
Eneida Abarca, la madre de Carlos, dijo a EFE en una conversación telefónica que se han cumplido más de 1.000 días de búsqueda de su hijo y denuncia que desde un principio las autoridades de seguridad no aplicaron el protocolo establecido, no revisaron cámaras, no buscaron la bitácora de llamadas.
Son tres equipos de investigadores los que han tenido su caso, ninguno le ha dado respuesta. El segundo equipo, recuerda, bloqueó sus comunicaciones para no recibir mensajes ni llamadas de la familia.
«Yo pensé que el año pasado le hubiéramos dado fin a esta búsqueda, pero (…) ellos no le dan celeridad al proceso», aunque «de los logros que hemos tenido es que no lo hayan cerrado», dijo.
Relató que un jefe de la Unidad de Investigación de la PNC le dijo, sin darle pruebas, que «su hijo ya está muerto», que no gastaría recursos en su búsqueda.
«Yo ahí entendí, aquí estoy sola en este barco», porque los desaparecidos «no son un capital político», lamentó.
El secreto de las fosas
Desde junio de 2022, la Fiscalía puso en reserva la información sobre las fosas y cementerios clandestinos diseminados en el país, datos que antes se proporcionaban abiertamente.
Según información obtenida por EFE antes de esta reserva, sumaban más de 150 cementerios clandestinos de las pandillas encontrados desde 2014, con más de 220 víctimas de la violencia.
Reyes, quien ha sido policía de carrera, comentó que en el país tienen «secuelas del accionar de las pandillas» y los cementerios y fosas han sido un método de las maras para «esconder los cuerpos» y «evitar que fueran localizados por las autoridades y se contabilizaran como homicidios».