Por: Mariajose
Rosales Solano
mariajose.rosalessolano
@gmail.com
El trabajo de los textiles está presente en la historia de la humanidad, de la misma manera, el comercio de los alimentos ha sido una actividad económica. En la actualidad, son industrias que producen ganancias y condiciones precarias de trabajo. Entre trabajo forzado y esclavización. Según la revista de Brigadas Internacionales de Paz, la maquila es “cierto tipo de industria caracterizado por utilizar insumos y tecnología en gran parte importados, emplear mano de obra local y destinar su producción a la exportación”. Es tan precaria la situación del empleo que la mayoría de personas están obligadas aceptar salarios tan bajos que ni siquiera cubren la canasta básica vital. El salario mínimo (2018) para maquilas –sí, tiene un renglón especial– es de Q82.46 por día y Q2,508.15 al mes y los horarios son de 12, 14, hasta 16 horas diarias. Compañeras de la organización Cambridge relatan su rutina de trabajo: entran de madrugada y salen de noche, seis días a la semana. Deben almorzar en 15 minutos y solo tienen permiso de ir una vez al baño. Uno de los sectores más activos en las luchas sindicalistas fue el de las personas trabajadoras de las industrias textiles. Rosadelia Galicia y Olimpia Gatica, dos líderes sindicalistas organizadas en AMUCV y en la Alianza Política Sector de Mujeres, argumentan las condiciones inhumanas en las cuales mujeres de diferentes lugares de Guatemala viven por su trabajo en maquilas (textiles, comida, flores). Existen más de mil empresas registradas como maquilas. En 2016 se aprobó la Ley Emergente para la Conservación del Empleo, la cual contempla la exoneración de impuestos a maquilas y callcenters. Esta ley sustituye a la Ley de Fomento y Desarrollo de la Actividad Exportadora y de Maquila de 1989. Los beneficios son la exoneración del Impuesto sobre la Renta (ISR), de aranceles, del impuesto a la importación y del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
La clasificación de maquila a la producción ha desarrollado una condición laboral de trabajo forzado en la era de la industrialización.