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COLUMNAS

Testimonios de Guerra

…quemaba muchísimo; es como si la sangre hirviera.Yo solo quería que parase.

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Dr. Jorge Antonio Ortega G.

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Luego de quince días de las operaciones de retirada del ejército ruso, fueron develados los lugares donde se realizaron los crímenes de guerra y tortura, gracias a la ayuda de las víctimas ucranianas. Los testimonios y evidencias son recolectadas en las regiones que estuvieron invadidas por las fuerzas del Kremlin durante ocho meses. El testimonio de Dmytro Bilyi, un policía ucraniano de 24 años, describe que una docena de soldados rusos irrumpió en su casa en agosto, dándole dos opciones: entregar su pistola o su madre y su hermano desaparecerían.

Bilyi no dudó en entregar su arma reglamentaria a los soldados, que portaban su armamento de combate individual y el rostro cubierto. Lo sacaron arrastrado de su hogar en un poblado de nombre Chornobaivka al sur de Ucrania y lo trasladaron a una cárcel en la capital regional cerca de Kherson, lugar donde fue torturado durante días con descargas eléctricas en los genitales y las orejas. En su testimonio, recordó Bilyi: “Era como el infierno por todo mi cuerpo… quemaba muchísimo; es como si la sangre hirviera … Yo solo quería que parase”. De estos lugares (salas de interrogatorio y torturas) se han identificado cinco en la ciudad de Kheron y otras cuatro en la región de Kherson, donde los ucranianos dicen que fueron confinados y sufrieron golpes, choques eléctricos, interrogatorios y amenazas de muerte según la policía de Ucrania que investiga y recolecta evidencias y testimonios.

Las organizaciones de derechos humanos, expertos en la materia y autoridades advierten que las acusaciones y relatos conocidos por el momento son solo el inicio de los expedientes abiertos sobre los crímenes de guerra.

La información sobre estos atropellos sobre la población ucraniana es múltiple y enorme, se basa en la persecución de civiles, principalmente, explicó con detalle Oleksandra Matviichuk, responsable del Centro de Libertades Civiles (grupo local de derechos). “Me temo que aún quedan por delante descubrimientos espantosos en Kherson”. En entrevistas realizadas por The Associated Press con cinco personas que dijeron haber sufrido torturas o detenciones arbitrarias de fuerzas rusas en Kherson o que conocían a personas que desaparecieron y soportaron abusos, afirmaron que los rusos se llevaban a cualquier persona que sospecharán que colaboraba con el Ejército de Ucrania: sacerdotes, soldados, maestros o médicos sin motivo concreto; supuestamente, por ser simpatizantes de las fuerzas o resistencia ucraniana.

Otros testimonios corroboran que luego de ser detenidos en celdas abarrotadas, recibían raciones mínimas de una raquítica sopa y mendrugos; se les obligaba a aprender el himno de Rusia, mientras escuchaban los gritos de los torturados a una pared de distancia. La policía nacional ucraniana afirma a través de su vocero Andrii Kovanyi que soldados rusos cometieron más de 460 crímenes de guerra en zonas de Kherson ocupadas hasta hace poco. Las torturas se perpetraban en dos comisarías, un centro de detención, una prisión y un centro médico privado donde se encontraron porras de goma, bates de béisbol y una máquina para aplicar descargas eléctricas.

Igor, en su testimonio, relata que en septiembre fue detenido y llevado a una sala de interrogatorio, le ordenaron que se quitara la camisa y que pusiera las palmas de las manos en la puerta de metal para aumentar el flujo de electricidad y el dolor provocado por la pistola eléctrica. Un soldado ruso le dijo a Igor “¿Estás listo? Ahora vas a gritar como una perra … No saldrás de aquí, y te mataremos”. Documentar los crímenes en Kherson será un desafío porque ninguna otra ciudad tan grande ha estado ocupada por los rusos por tanto tiempo, indicó Brian Castner (asesor de crisis de Amnistía Internacional). Las pruebas deben reunirse y conservarse para mantener la cadena de custodia, para cuando haya justicia internacional, las pruebas sean sólidas y se puedan deducir responsabilidades, señaló la policía en Kherson, que investiga, reúne testimonios y pruebas.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Así nació la imagen real del mundo (II)

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Ana Eva Fraile
Revista Nuestro Tiempo

Desde este puerto inicia su viaje Una tierra prometida y muestra, sobre fondo azul, los álbumes científicos e intelectuales del siglo XVIII. Entre ellos, los cuadernillos L’Anatomie y L’Astronomie de La Enciclopedia, de Diderot y D’Alembert, dos dimensiones que ilustran la ambición de la ciencia por desentrañar cualquier área de conocimiento.

Sus dibujos enriquecieron los compendios sobre cartografía, astronomía, geodesia y nuevas especies.

Con precisión científica trabajaron también los artistas que se embarcaban en las expediciones, numerosas en ese periodo, para levantar acta del horizonte conocido o de nuevas maravillas. Sus dibujos enriquecieron los compendios sobre cartografía, astronomía, geodesia y nuevas especies, especialmente a raíz de que Carl von Linneo publicara en 1735 Systema naturae, su innovadora propuesta taxonómica para los reinos vegetal, mineral y animal.

En sala se encuentran, por ejemplo, los grabados coloreados a mano de Plantae Selectae, obra de los botánicos Trew y Ehret (que había conocido a Linneo), los dibujos en acuarela incluidos en la enciclopedia Libros ilustrados para niños, los álbumes Plantae officinales de Nees von Esenbeck, que investigó las propiedades médicas de las plantas, las litografías de orquídeas de James Bateman o el trabajo Historia natural de los loros, a los que François Le Vaillant pintó en sus hábitats, un acercamiento novedoso a la realidad.

La siguiente escala en esta travesía traslada al visitante a tierras egipcias, adonde el general Napoleón Bonaparte se dirigió en 1798 con hambre de conquista. A los más de 40 mil soldados se unieron 167 savants, que conformaban la Comisión de Ciencias y Artes.

El cometido de estos ingenieros, científicos y artistas era llevar a cabo una investigación exhaustiva sobre el país. Incluso se fundó el Instituto de Egipto. Aunque la campaña militar fracasó, los miembros de ambas instituciones no regresaron a Francia hasta la capitulación del general Menou, en agosto de 1801.

Solo unos meses después, a principios de 1802, comenzó la aventura editorial.

Continuará…

Colaborador DCA
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COLUMNAS

La seducción del negacionismo climático

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Cristóbal Bellolio

Escuela de Gobierno

El Demoledor es una película de 1993 protagonizada por Silvester Stallone, que versa sobre una armónica distopía donde se castigan los garabatos, la dieta es comida molecular y las relaciones sexuales son virtuales. La única disidencia vive en las cloacas a punta de hamburguesas de ratas, y de cuando en cuando sale a la superficie para asestar golpes terroristas. Su líder es Edgar Friendly.

El credo de Edgar Friendly es sencillo: no está dispuesto a que le digan cómo son las cosas, le gusta decir lo que piensa, y elegir cómo carajo vivir su vida, incluso si se trata de estallar de colesterol. Quiere comer carne hasta hartarse, fumar un cigarro “del tamaño de Cincinnati”, y correr empelota leyendo una Playboy, únicamente porque puede. Los malos no son ellos, que hacen lo que pueden por sobrevivir. Los malos son los de arriba, los que imponen su tiranía frígida y bien portada, que abusan del poder y secuestran los beneficios del progreso.

La negación del consenso climático tiene antecedentes ideológicos, o identitarios.

Friendly es un populista libertario. Populista, porque piensa que la sociedad está dividida en dos: la elite atiborrada y el pueblo postergado. No ve posibilidad de acuerdo, solo de conflicto. Lo que viene de arriba es paquete sospechoso. Pero también es libertario: quiere que la autoridad retroceda de su espacio vital, que no amenace su estilo de vida, que no arrebate sus hábitos de consumo.

El populismo libertario que representa Edgar Friendly es uno de los principales obstáculos que hoy enfrenta la lucha contra el cambio climático. Mucha gente le echa la culpa a la industria de combustibles fósiles y su lobby descarado. Pero hay otros factores que trascienden el interés pecuniario.

La negación del consenso climático tiene antecedentes ideológicos, o identitarios. No todo populismo descree del consenso científico en la materia. Algún eco-populismo de izquierda habrá por ahí. No todos los movimientos plebeyos que resisten la agenda verde progresista, descreen de la realidad de la crisis climática. Algunos sencillamente no quieren pagar la cuenta del festín de economía carbonizada que se dieron otros.

Tampoco todo libertarianismo es negacionista. En principio, se puede aceptar la ciencia climática y discrepar de una política climática que implique ensanchar las atribuciones del estado. Más de alguno insistirá en soluciones privadas a los problemas públicos. Autores como Jason Brennan elaboran una justificación libertaria para la obligatoriedad de las vacunas. Del mismo modo, otros sostienen que la reducción de emisiones es un imperativo del principio de no-agresión.

Pero la combinación entre ambas vertientes ideológicas (el populismo libertario) combustiona un tipo distintivo de rechazo a la ciencia climática, que tiene un poder seductor en ascenso. De hecho, gran parte de los partidos de “derecha populista radical”, para utilizar la etiqueta de Cas Mudde, despliega esta narrativa: las elites buenistas y cosmopolitas que tienen sus necesidades materiales satisfechas, y pueden darse el lujo de posar de ciclistas veganos, le imponen al resto de la gente ordinaria una moralina verde tan paternalista como inviable: para moverse a la pega hay que echarle bencina al auto.

Adicionalmente, la sombra de las futuras restricciones toca la fibra de las clases medias y trabajadoras que se han partido el lomo por llegar aquí. Han hecho de sus hábitos de consumo contaminante un proxy de estatus. Y nada se defiende como el estatus. Mientras tanto, las Greta Thunbergs de este mundo amenazan con una distopía de brócolis y viajes de 35 horas en tren.

Aquí entra la seducción del discurso de Edgar Friendly. Su populismo libertario mata dos pájaros de un tiro: sospecho de la agenda climática porque (a) viene de las elites globalistas y (b) arrebata mis libertades.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Municipios al rescate de los SLEP

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Mauricio Bravo

Vicedecano de la Facultad de Educación

La implementación de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) ha sido un tema recurrente en el debate público.

Desde su creación, esta política se propuso como una gran reforma educativa destinada a mejorar la calidad y equidad en la educación pública. Sin embargo, debido a errores de diseño o al poco tiempo transcurrido, no ha logrado superar a los municipios en varios indicadores claves, como asistencia, deserción, rotación docente y puntajes Simce.

Estos resultados ponen en entredicho la eficacia de una reforma que, a pesar de sus buenas intenciones, no parece estar alcanzando los objetivos esperados.

Una de las principales falencias identificadas es que no se consideraron las buenas prácticas preexistentes en algunos municipios. 

Una de las principales falencias identificadas es que no se consideraron las buenas prácticas preexistentes en algunos municipios. Las reformas educativas de gran envergadura siempre deben tomar en cuenta las prácticas efectivas ya implementadas.

De lo contrario, no solo se desaprovechan conocimientos y experiencias valiosas, sino que también puede llevar a una implementación que no se ajusta a las realidades específicas de cada comunidad educativa.

Por otra parte, el corto plazo de implementación de los SLEP ha sido insuficiente para evaluar y ajustar adecuadamente sus resultados: “Las incidencias de las políticas educativas son muy diversas y pueden tardar años, incluso generaciones, en hacerse completamente visibles” (OECD Education Policy Evaluation 236, año 2020). Por tanto, antes de seguir avanzando en la implementación de nuevos SLEP, debemos realizar una evaluación robusta que permita identificar sus fortalezas y oportunidades de mejora.

Por último, la suposición de que un sistema educativo uniforme es la solución óptima para fortalecer la educación pública es un error. La diversidad de sostenedores, acompañados de mecanismos efectivos de regulación y supervisión, permite que estos funcionen como un sistema coherente y ordenado.

Además, la diversidad institucional puede ofrecer una respuesta más ágil y adecuada a las diversas necesidades locales, promoviendo así una mayor equidad y eficacia en el sistema educativo.

Colaborador DCA
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