Como una situación que repercute de forma negativa en la formación de la niñez y juventud, calificaron organizaciones sociales la suspensión de clases en escuelas del país, debido a la medida del magisterio como una presión para que se homologue el pacto colectivo.
La preocupación fue externada por la Gran Campaña Nacional por la Educación (Gcnpe) y el Observatorio Nacional de la Calidad Educativa (ONCE), los cuales, mediante un comunicado, exponen que el cierre de establecimientos pone en riesgo los objetivos de aprendizaje de los alumnos.
El ministro de Educación, Oscar Hugo López, expuso que no hay justificaciones para que los docentes no asistan a las aulas, porque el proyecto del acuerdo ha seguido con los pasos que corresponden y en ninguna instancia ha tenido dictamen negativo.
En el comunicado, las entidades recuerdan que el Congreso de la República recibió esta semana una iniciativa de Ley, firmada por el presidente Jimmy Morales, que persigue un incremento de Q961.7 millones al presupuesto de la cartera, recursos que se destinarían al reajuste salarial de los aproximadamente 150 mil mentores.
Reflexión
Frente a ese panorama, el llamado, tanto de las instancias no gubernamentales como de las autoridades ministeriales, es la reflexión de los docentes que aún mantienen la medida, pues, derivado de monitoreos, se ha constatado que sí hay centros educativos que no interrumpieron su labor, lo cual “evidencia el compromiso con el cumplimiento de los 180 días mínimos contemplados en el calendario escolar”.
López aseguró que la plantilla magisterial que no imparte clases es del 22 por ciento, y confió en que pronto se retomen los procesos de enseñanza.