DEPORTES
Octavos de final de la Liga de Campeones
El Real Madrid, ante el Leipzig y las bajas.
Las ausencias del portero titular, Thibaut Courtois, de 3 centrales de los 4 lesionados -con Nacho Fernández recién recuperado para la cita- más Jude Bellingham como factor diferencial-, marcan el regreso del Real Madrid a la Liga de Campeones, alertado por el aviso que le dio el Leipzig en la fase de grupos de la pasada edición, pero también con la firmeza irrefutable con Carlo Ancelotti en octavos de final.
Con la tranquilidad que le concede tener media LaLiga EA Sports en el bolsillo, después de iniciar la cuenta atrás para ser monarca, al golear al Girona en el duelo por el liderato y ver el desplome de sus rivales directos, Barcelona y Atlético de Madrid, el conjunto merengue vuelve a su terreno preferido, la Champions.
Examen
Exultante por el rendimiento del grupo en la necesidad. Sobreponiéndose a cada una de las bajas en el camino desde el inicio del curso, por importantes que hayan sido, de nuevo Ancelotti encara un examen en la dificultad. Sin el portero que marca la diferencia. Sin centrales ni Bellingham, el futbolista que está haciendo historia en su primer curso de blanco con 20 dianas, en una mutación futbolística sin precedente, de un centrocampista en su arribo a Valdebebas.
Obligado a innovar, Carletto debe resolver varias interrogantes. La primera en la portería, donde Andriy Lunin se ha asentado pero el técnico italiano ha mantenido el discurso de la rotación en competiciones. Le tocaría el turno a Kepa Arrizabalaga, pero debe manejar y valorar el rendimiento o la salud del grupo. Al continuar con una defensa sin líderes en el centro por las lesiones de rodilla de Eder Militao y David Alaba, por la inoportuna lesión muscular de Antonio Rudiger.
Emergencia
Todo apunta a la continuidad de Aurélien Tchouaméni en una demarcación a la que se ha adaptado bien en la urgencia. Y el regreso de Dani Carvajal al lateral.
La dimensión que va adquiriendo un centro del campo con Toni Kroos al mando, Eduardo Camavinga y Fede Valverde como escuderos, los convierte en indiscutibles. Del sustituto de Bellingham depende el sistema. El recambio natural es Brahim Díaz como mediapunta, pero Ancelotti estudia la opción de incluir a Joselu como 9.
París, EFE.
La atleta Marie-José Perec y el judoca Teddy Riner encendieron el pebetero de los Juegos de París, que se elevó en globo desde el jardín de las Tullerías, como colofón a una ceremonia inaugural excepcional, pese a la lluvia.
Mientras la canadiense Céline Dion, reaparecida para la ocasión, cantaba de manera vibrante el Himno al Amor de Edith Piaf desde lo alto de la Torre Eiffel, el fuego olímpico tomó aire, luego de un último tramo del relevo memorable, en el que participaron Zinedine Zidane, Rafael Nadal y Nadia Comaneci, entre otras leyendas.
El pebetero es un anillo de siete metros, pendiente de un globo aerostático de 30 metros de diámetro situado en los jardines de las Tullerías.
Fue la última sorpresa de una secuencia memorable, historia viva del deporte y del olimpismo.
Zidane apareció en el Trocadero, avanzó con la antorcha por la pasarela entre gritos de Zizou, Zizou, y se aceró a un Nadal aparecido por arte de magia en el escenario ante el asombro de los asistentes.
El gran campeón español se dirigió hacia el río Sena, donde le esperaban en una barca la también tenista estadounidense Serena Williams, la gimnasta rumana Nadia Comaneci y el atleta norteamericano Carl Lewis. Veinticinco medallas olímpicas en un mismo bote.
Pero el homenaje al tenis no había terminado.
Cuando el barco llegó enfrente del Louvre, Amelie Mauresmo, plata olímpica en Atenas 2004, tomó la llama y corrió con ella hacia el museo. Allí se la pasó al exbaloncestista Tony Paker y juntos corrieron por la explanada emblemática en busca de tres deportistas paralímpicos: Nantenin Keita, Alexis Hanquinquant y Marie-Amélie Le Fur.
El grupo fue creciendo con nombres notables de la historia del deporte francés hasta que llegó a las manos de Perec y de Riner, dos triples campeones olímpicos.
Se acercaron al globo. El anillo de fuego prendió al instante. Desde la Torre Eiffel, Céline Dion inundó la noche de París con su voz.
París, EFE.
En una secuencia memorable, historia viva del deporte y del olimpismo, Zinedine Zidane, Rafael Nadal, Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis se pasaron la antorcha olímpica camino del pebetero de los Juegos de París.
Entre gritos repetidos de Zizou, la leyenda del futbol francés apareció en el Trocadero, sede del final de la fiesta, y entregó el fuego sagrado del olimpismo a Nadal, quien avanzó hacia el río Sena y tomó allí una barca. En ella lo esperaban la tenista estadounidense Serena Williams, la gimnasta rumana Nadia Comaneci y el atleta norteamericano Carl Lewis.
La llama había llegado al Trocadero de la mano de un misterioso personaje encapuchado, al que desde el comienzo de la ceremonia se vio recorriendo París con la antorcha, por canales, calles, tejados y museos, a veces en directo, casi siempre en imágenes grabadas. El recorrido había empezado, también en video, de la mano de Zidane.
El campeón del mundo recuperó la llama y se la entregó al mejor tenista de la historia sobre la tierra parisina de Roland Garros, donde ha triunfado en 14 ocasiones.
El jugador español es también campeón olímpico en dos oportunidades, en 2008 en individual y en 2016 en dobles.
La delegación de Guatemala hace su aparición en la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Portando la bandera guatemalteca están Waleska Soto, destacada tiradora, y Kevin Cordón, experimentado jugador de bádminton.
