COLUMNAS
Muy poca seriedad en el comunicado conjunto de CIDH y OACNUHD (I)
Apesar de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Comisión que constituye un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos, OEA, tiene ya muchos años de haberse establecido y es notable, en consecuencia, su experiencia en la materia, así como que también, desde hace varios años –no tantos, pero sí los suficientes– se estableció, dependiente esta de la Organización de las Naciones Unidas, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Guatemala (OACNUDH) y que –desde hace más de 10 años– quedó establecida la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, CICIG, parecería ser que la citada Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la citada Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Guatemala (OACNUHD) no han llegado a comprender para qué fue establecida la Comisión Internacional contra le Impunidad en Guatemala (CICIG). Comisión que a nuestra iniciativa y, de común acuerdo, establecimos con la Organización de las Naciones Unidas. Esta falta de comprensión resulta inaceptable y le hace mucho daño a las instituciones, puesto que denota muy poca seriedad en el manejo de las mismas, extremo que mina –y gravemente– su autoridad y su prestigio.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Guatemala (OACNUDH), a través de un comunicado fechado el 27 de junio, en las ciudades de Guatemala y Washington, comunicado de corte absolutamente burocrático (así como para taparle el ojo al macho) condenan los asesinatos de defensores de derechos humanos integrantes de organizaciones indígenas y campesinas que han tenido lugar recientemente en Guatemala.
El colmo de los colmos sería que no lo hicieran –condenarlos– pero colmo, también, y grave, que no lo hicieran antes. Tanto la CIDH como la OACNUDH expresan en su comunicado –y también sería el colmo que no lo hicieran– su preocupación ante la situación de riesgo en la que se encuentran las y los defensores de derechos humanos y el incremento de hechos de violencia y ataques en su contra. (El empleo de “las y los” sitúa el comunicado en la burocrática corrección política ¡Misión cumplida!). La tardía condena y la tardía preocupación –propias de la burocracia– se sustentan, según el comunicado en que, según información recibida, el 9 de mayo de 2018 el señor Luis Arturo Marroquín, líder del Comité de Desarrollo Campesino (Codeca) y defensor del desarrollo rural de los pueblos indígenas y de los campesinos, fue asesinado en el departamento de Jalapa y, al día siguiente, el 10 de mayo, José Can Xol, líder del Comité Campesino del Altiplano (CCDA) y autoridad ancestral, fue asesinado en el departamento de Alta Verapaz, habiendo sido asesinado tres días después, en el mismo departamento, el 13 de mayo, Mateo Chamán Paau, también defensor e integrante de CCDA, el Comité Campesino del Altiplano. Cabe señalar que estos asesinatos se habían ya perpetrado cuando la exfiscal general de la República y jefe del Ministerio Público rindió su última conferencia de prensa, conferencia que diera en presencia del comisionado de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) –copartícipe de la misma– habiendo omitido –increíble, pero cierto– cualquier referencia a los crímenes citados y, ya no digamos, a investigaciones y persecuciones que, en torno a estos, se hubieren realizado y debieran realizarse, omisión que hice ver desde estas mismas páginas, habiendo señalado, además, del gravísimo peligro de la omisión perpetrada, ya que el primer asesinato no perseguido y castigado deja abiertas las puertas –de par en par– para todos los asesinatos sucesivos. Quien no respeta una vida, ninguna respeta, y quien tolera el irrespeto de una –aunque sea una sola– el de todas tolera.
El tardío y burocrático comunicado conjunto CIDH–OACNUDH, más de cuarenta días después del primero de los crímenes (para su reacción y acción –a tiempo– es que existen estas entidades) continúa recogiendo que el 1 de junio falleció Ramón Choc, otro defensor del Comité Campesino del Altiplano (CCDA), después de un ataque con arma blanca en el que resultó con lesiones graves y que, el 4 de junio, fueron asesinados, en Jutiapa, Alejandro Hernández y Florencio Nájera, dos líderes de Codeca y el 8 de junio, en Jalapa, Francisco Munguía, los tres, como consecuencia de ataques con machete.
Continuará
COLUMNAS
Narrativa y dramaturgia alineadas
Luis Rodrigo Carrillo Flores
Viceministro de Cultura
La alineación de planetas o estrellas supone anuncios de acontecimientos en el planeta Tierra y sus habitantes: cambios climáticos, milagros, riqueza para algunos y pobreza para otros, malos humores, amores y odios también. Como el Universo es energía, puede que ese ordenamiento lineal de cosas celestes altere el yin y el yang de todo.
Este año, acontecimientos culturales y artísticos tomaron presencia en la agenda del país. En junio 9, los 50 años del fallecimiento de Miguel Ángel Asturias; en octubre 19, los 125 años del nacimiento del Gran Lengua y ese mismo día los 30 años del fallecimiento del dramaturgo Hugo Carrillo, ambos acontecimientos en el preludio de las celebraciones del aniversario de la Revolución de Octubre de 1944.
Como el Universo es energía, puede que ese ordenamiento lineal de cosas celestes altere el yin y yang de todo.
Estos dos escritores trabajaron alguna vez juntos: Asturias en la narrativa con su novela El señor Presidente, que dio lugar a que Carrillo escribiera la versión para teatro de esa novela. Además, ambos escritores, habitantes de otra dimensión, comparten terrenos en esta vida: en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias se ubica el Teatro de Cámara Hugo Carrillo; dos elementos que se suman a lo que podríamos decir una alineación, pero cabe mencionar uno más: el estreno mundial de la versión dramática de la novela de Asturias cumplió 50 años de haber sido estrenada en la sala de teatro de la Universidad Popular.
Estos acontecimientos han sido conmemorados; las efemérides dieron lugar a la declaratoria, por parte del Gobierno de Bernardo Arévalo, del año conmemorativo de Miguel Ángel Asturias que va del 9 de junio del 2024 al 9 de junio del 2025, lo cual sirvió para recordar su vida, obra e influencia.
Cantatas, conciertos, exposiciones, ediciones especiales, bailes alegóricos, carreras deportivas, certámenes y marimbas vibrando en salones, calles y teatros, han puesto al Gran Moyas en los sentidos de muchos guatemaltecos que leen y releen los escritos de Asturias.
El 19 de octubre se estrenó el montaje Homenaje a las dos grandes plumas, al narrador y al dramaturgo. Miguel Ángel Asturias y Hugo Carrillo pudieron ver, desde algún palco especial, a sus personajes contando la historia de un dictador al que el pueblo le sufrió hambre, frío, muerte y miedo, novela y drama tan universales, porque sus textos se vuelven espejo de lo que aconteció en países de este subcontinente y en otras partes del planeta donde un infame hombre ha hecho su
voluntad y antojo vanidoso.
La Gran Sala Efraín Recinos del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias ha recibido a miles de personas para ver con ojos propios lo que se cuenta en las páginas de la más icónica novela asturiana, con una puesta en escena llena de talento actoral y direccional que lograron arrancar minutos de aplausos como reconocimiento a esa buena complicidad que tuvieron Asturias y Carrillo, para hacer que una gran historia se pueda leer y ver con pasión…
COLUMNAS
156 mil razones
Patricia Letona D.
[email protected]
Hoy tengo 156,638 razones para escribir: cada uno de los jóvenes que, según el Ministerio de Educación, se graduará este año de las 144 carreras de nivel medio autorizadas. Son 156 mil sueños, 156 mil historias, y 156 mil puertas que deberían abrirse al futuro, pero no siempre ocurre así.
Para muchos de estos jóvenes, haber completado la educación media fue un privilegio, un esfuerzo diario entre limitaciones y obstáculos. Sin embargo, ahora enfrentan la realidad de la vida adulta, donde el siguiente reto es, en muchos casos, conseguir un empleo formal que les permita alcanzar un ingreso estable.
Para muchos de estos jóvenes, haber completado la educación media fue un privilegio.
En el mercado laboral, la competencia es feroz, las ofertas de empleo suelen no cumplir con las expectativas salariales y, con frecuencia, exigen una experiencia que los recién graduados aún no poseen.
Además, el sistema educativo guatemalteco, plagado de retos en cuanto a calidad, con frecuencia no brinda las competencias que necesitan para un mercado laboral cada vez más complejo. Al carecer de opciones formales, muchos jóvenes se ven obligados a buscar trabajo en el sector informal, enfrentando condiciones laborales precarias, salarios bajos y otros retos. Para muchos, en “emprendimiento” no es tanto una elección como una necesidad, un recurso de subsistencia.
Si sabemos que nuestra sociedad no puede absorber a todos estos jóvenes que año tras año ingresan al mercado laboral, el sistema educativo debería al menos prepararlos mejor para enfrentar esta realidad. Dotarlos de herramientas como el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de resolver problemas, habilidades necesarias en un mercado laboral que demanda adaptabilidad y flexibilidad, puede hacer una gran diferencia. La educación no puede limitarse a la transmisión de conocimientos; debe enfocarse en formar personas capaces de moverse en un mundo competitivo y globalizado.
Imaginemos un sistema educativo que enseñe a nuestros jóvenes innovación, habilidades tecnológicas, finanzas personales, inteligencia emocional y liderazgo. Imaginemos que les da las herramientas para enfrentar los desafíos de la vida adulta con seguridad y resiliencia. Un pequeño porcentaje logrará continuar sus estudios superiores, pero el costo de la educación universitaria en Guatemala, especialmente en instituciones privadas, es una barrera importante. Las opciones públicas, aunque más accesibles, son muy limitadas y no siempre están al alcance de quienes viven lejos de los centros urbanos.
No lo tienen nada fácil. Y para muchos, ante la falta de oportunidades en su tierra, la migración se convierte en la alternativa principal para aspirar a una vida digna, aun con los riesgos y desafíos que implica.
La mejor manera de frenar la migración es ofrecer esperanza y oportunidades aquí, en Guatemala. Es urgente que tanto el Gobierno como todos los sectores comprendan la importancia de invertir en nuestra juventud, en su educación y en su formación. No es solo un esfuerzo por el presente; es la base para un futuro donde nuestros jóvenes puedan vivir, crecer y prosperar en su propio país. Jóvenes que se gradúan este año, de corazón les deseo lo mejor.
Unidad de Comunicación y Relaciones Públicas
CONADI, Guatemala.
El poder de una palabra es tan grande que contribuye a crear realidades. A menudo las personas con discapacidad enfrentan estereotipos y estigmas que van desde ser llamados el especial, el angelito, el mudito u otros terminos incorrectos que los infantilizan o angelizan; esto puede suceder por el simpre hecho del temor para hablar o al expresarse con una persona con discapacidad; como de las malas ideas que la sociedad ha creado alrededor de las diferentes condiciones de discapacidad.
Al referirnos al tema es importante derrumbar los ideales de prejuicios instalados en el contexto de las personas con discapacidad; con el tiempo se han formado dos tipos de violencias la infantilización y la angelización, pero, ¿qué son?: la infantilización de la discapacidad es cuando se considera a las personas con discapacidad como infantes, aún siendo adultos, se utilizan terminos condescendientes, hablandoles en diminutivo, como “el sordito”, “la cieguita”, “el tontito”, y “el enanito”. La angelización de la discapacidad es la creencia de que las personas con discapacidad son “ángeles”, “santos” o “buenos”, generando estereotipos sobre la discapacidad y eliminando la individualidad de ser humano.
Como sociedad caemos en este tipo de acciones y vulneramos los derechos de personas con discapacidad.
Como sociedad caemos en este tipo de acciones y vulneramos todos sus derechos fundamentales. Las personas con discapacidad pueden realizar actividades cotidianas, trabajar, estudiar, hacer deporte, vivir una vida política, participar activamente en la sociedad y ejercer otros derechos.
Es imposible que una persona logre una vida independiente si los demás deciden y hacen todo por ellas. Es importante que siempre tratemos a las personas con discapacidad como adultos; el término correcto siempre será decir “persona con discapacidad”.
Si como comunidades les brindamos oportunidades, medidas de accesibilidad, ajustes y apoyos necesarios; cambiamos las costumbres y percepciones; nos permitimos luchar por encaminarnos hacia una plena inclusión e igualdad de oportunidades; velar por promover la reflexión y acciones que permitan construir y avanzar hacia una sociedad inclusiva y accesible para todos y todas.