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Revista Viernes

Mario García lleva el arte en las venas

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Proveniente de una familia de artistas, el pintor, escultor y muralista Mario García comenta a Revista Viernes sus inicios y su evolución profesional, la que ahora es acompañada por las nuevas generaciones de su familia. 

El amor por las artes fue inculcado por su padre, quien desde niño lo llevaba al teatro. “Él recibió cursos de dibujo por correspondencia, y al ver todo esto que mi papá había trabajado, sus materiales, el óleo, los lápices, y los cuadernos, a mí me despertó el interés. Yo calculo que eso fue a la edad de 5 años. Ha pasado mucho tiempo”, explica al contar su historia. 

A los 16 años vendió su primera obra, que fue un retrato solicitado por un profesor que veía potencial en él, ya que observaba sus bocetos de caricaturas y retratos. 

Se ha especializado con maestros de la talla de Dagoberto Vásquez y Manolo Gallardo, entre otros. Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) y también ha recibido cursos de dibujo y grabado en escultura. 

Al consultarle cuáles eran las artes preferidas para trabajar expone que no podría decir qué es lo que más gusta. “Cada área tiene su encanto. Siempre trabajo bocetos; luego, me encanta pintar y cuando hago escultura puedo llenarlas de vida con el color, ya que estamos trabajando figuras en metal resina con acabado automotriz, entonces, toda esa variedad de materiales nos da muchas posibilidades para manifestar lo que queremos transmitir”. 

Destaca que su padre también tenía un taller y por eso forjar hierro, soldar y pintar con estos materiales automotrices es muy familiar para él. 

Legado familiar 

Así como García aprendió de su antecesor el amor por las técnicas, él continúa esta herencia, ya que sus hijos son sus principales aprendices. “Gracias a Dios, somos una familia de artistas, mi esposa fue modelo de fotografía de Luis González Palma; mis hijos tienen el gusto por las artes plásticas, Rodrigo, por la escultura; eso es lo que él hace. A mi hija Gema le fascina la pintura, pero también está incursionando en la escultura y pues creo que es una herencia de parte de mi papá y le doy gracias a Dios por ello”, afirma. 

Otra actividad que trabajan en conjunto es su página web García EstudioNET, que maneja junto a Rodrigo y Gema, ya que utilizan la tecnología para promover su trabajo.

Sueño de libertad 

Es una colección de esculturas en metal, hierro forjado, resina, mármol y pintura automotriz. El nombre Sueño de libertad proviene del anhelo que tuvo de volar; por eso utiliza un elemento universal como el avioncito de papel y siempre le acompaña un niño con los brazos extendidos como señal de libertad y confianza. 

Hay otra que es complementaria de esta, El Guardián, en donde el personaje principal está en una postura de vuelo. “Está planeando al cuidado al resguardo de sus sueños de lo más preciado que es la familia, los aviones a los cuales él está observando o vigilando, para mí representan mi familia y pues, definitivamente, el guardián sería en este caso yo. Siempre trato de manifestar lo que pienso, lo que vivo”, explica García. 

De igual forma, expone que por medio de estos aeroplanos representa libertad, ya que todos agarran diferente dirección. No significa que no se van a cuidar; “eso es lo que trato de manifestar con esta colección”, finaliza. 

Katheryn Ibarra Fotógrafo: Mario León
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Revista Viernes

“Mi padre volverá por una decisión afectiva y política”

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Aún no hay fecha para repatriar de Francia los restos de Miguel Ángel Asturias ni se ha decidido un lugar para que moren a perpetuidad en Guatemala. Sin embargo, se prevé que los trámites no se extiendan más de un año, según el hijo del Nobel de Literatura 1967 y Lenin de la Paz 1966.

En los párrafos siguientes se sintetiza una agradable plática con este ingeniero electromecánico que, pese a vivir en la capital de Argentina desde 1958, no ha perdido la chispa ni el acento chapín.

Desde que los civiles regresaron al poder, en 1986, varios gobiernos, incluidos los de Jimmy Morales y Alejandro Giammattei, quisieron repatriar a su papá. ¿Por qué su familia sí accedió con Bernardo Arévalo?

Fue una decisión afectiva y política, con la que hubieran estado de acuerdo mi padre y mi hermano Rodrigo (el fallecido comandante guerrillero Gaspar Ilóm, personaje de Hombres de maíz). Creo que Miguel Ángel Asturias ayudará a fortalecer a este Gobierno, al cual apoyamos.

Aunque no se sabe cuándo retornarán los restos, ¿no le parece que son fechas simbólicas propicias el 19 de octubre, día de su nacimiento, o el 20 de ese mes, por el aniversario de la Revolución?

Sería hermoso que volviera en este año que el gobierno de Bernardo Arévalo ha decretado en su honor, pero no sabemos cuánto tiempo llevarán los trámites en Guatemala y Francia, los cuales vamos a apresurar.

Entrevista a Miguel Ángel Asturias Amado, hijo del premio nobel Miguel Ángel Asturias.

¿Y dónde le gustaría que descansara? ¿En el Cementerio General, en el gran centro cultural que lleva su nombre…?

Hemos vistos algunos lugares, pero no puedo dar información hasta que los tengamos seguros, porque no sabemos si puede estar en algún sitio que no sea un camposanto.

Este año deberá aprovecharse para divulgar la obra de su papá, la cual, es innegable, no tiene suficiente alcance.

Sí, incluso en idiomas mayas, aunque son difíciles de traducir, pero ya tenemos colaborando al Ministerio de Cultura. Quiero se traduzca al menos en cinco de esos idiomas, libros como Leyendas de Guatemala (editada por primera vez en 1930) en k’iche’ y otro que se está perdiendo en Petén

Ese ministerio y el de Educación deben comenzar a introducir a los patojos en Miguel Ángel Asturias, pero de una forma didáctica, no agresiva, para que les dé placer leerlo.

Como las cartas que su papá les mandó a usted y a su hermano mientras vivían en México, en 1947, durante el gobierno de Juan José Arévalo.

Mi papá era agregado cultural en México enviado por el papá del actual presidente, donde vivía con mi hermano Rodrigo (8 años) y yo (6 años), pero tuvo que regresar a Guatemala por algunos trámites. Todas las semanas nos escribía una carta en la que había un saludo y nos contaba un cuento.

Cuando a los 17 años llegué a Buenos Aires, a pedido de mi papá, pasé “en limpio” El Alhajadito y allí se incluyeron las cartas que se llamaron Los Cuentos de Cuyito, pues así me decían en mi familia. Años después los separé y los publicamos en la editorial Piedra Santa.

Su papá vivió la mayor parte de su vida fuera del país: Francia, México, El Salvador, Argentina…

Lo último fue de lo más duro. Después de la contrarrevolución de 1954, Carlos Castillo Armas destituyó a la mayoría de los diplomáticos, incluido mi papá, quien llegó a Argentina sin pasaporte ni nada. En ese país le dieron un documento que se llamaba “Pasaporte de no argentino”, que era para las personas sin patria.

¿Y con ese documento regresó a Guatemala?

En 1959, con un salvoconducto de 10 días, él viene al país y recibe homenajes por sus 60 años, de parte de la Universidad de San Carlos de Guatemala y de asociaciones de estudiantes y trabajadores.


Gobernaba el coronel Miguel Idígoras Fuentes, padrino de bautizo de su hermano Rodrigo.

Él y mi papá eran compadres.

¿Cuándo fue la última vez que estuvo en el país?

En 1966, después de haber recibido el Premio Lenin de la Paz (galardón de la disuelta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y haber sido nombrado embajador de Guatemala en Francia por el presidente Julio César Méndez Montenegro. Las calles estaban llenas de gente saludándolo y un grupo de indígenas lo designó “Hijo Unigénito de Tecún Umán” y recibió un bastón de mando.

¿Y dónde está ese bastón, además del pergamino y el medallón del Nobel?

Siempre lo colocaba en la cabecera de su cama, pues era el reconocimiento que más amaba. Desde que murió está junto con los otros galardones en la Biblioteca Nacional de Francia y estamos haciendo trámites para que vuelvan a Guatemala.

Voy a hacer una comparación exagerada, pero en ese tiempo su papá era tan famoso como el Rey Pelé.

Dentro de las charlas que doy en Guatemala las preguntas más difíciles son las que me hacen los patojitos. ¿Díganme quién es el mejor jugador del mundo?, les pregunto, y todos me responden que Messi. Por eso puedo decir que Miguel Ángel Asturias fue el Messi de la literatura.

¿Ha leído toda su obra?

Las novelas, sí, pero hay muchos artículos periodísticos que no conozco, donde hablaba de la vida diaria, o sus crónicas de viajes. Puedo asegurar que ahora se publican sus libros en muchas partes del mundo y me llegan ejemplares en diferentes idiomas.

Hay una entrevista con Miguel de Unamuno, de cuando su papá era joven…

Tengo la correspondencia que intercambiaron, incluso una carta en la que mi papá le pide apoyo para la Universidad Popular, la cual fundó con otros estudiantes
universitarios.

De esa época es la tesis de abogado (“El problema social del indio”), por que aún califican de racista a su papá.

Mucha gente quiso poner a mi padre en contra de las comunidades indígenas. La tesis es un documento sociológico sobre problemas reales que existían en Guatemala, y él denunció las condiciones de explotación de los indígenas, además del analfabetismo y alcoholismo en que vivían.

En otro tema, la casa donde vivió su papá, en el barrio de Candelaria, está muy deteriorada. ¿No le parece que sería un buen sitio para un museo?

Yo soy el dueño de esa propiedad y me da tristeza que se está viniendo abajo, pues hasta ahora nunca hemos tenido apoyo de ningún gobierno.

Queremos reconstruirla y convertirla en un pequeño museo y que sea la Casa Cultural Miguel Ángel Asturias. Es un proyecto que requiere fondos, los que vamos a comenzar a buscar en Guatemala y el extranjero.

Su papá será el personaje más relevante en regresar al país en las últimas tres décadas, como ocurrió en octubre de 1995 con los restos del coronel Jacobo Árbenz Guzmán.

Eso fue apoteósico.

Por último, hay una frase que se atribuye a su papá sobre que “en Guatemala solo se puede vivir borracho”.

Usted la dice muy educado, pues la frase es vulgar. Conociendo el vocabulario de mi padre le puedo decir que él nunca habría dicho eso, pues él sufrió mucho al país pero amaba a Guatemala.

Redacción DCA Fotógrafo: Danilo Ramírez
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Revista Viernes

Conmemoran vida y obra de la gloria literaria

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En este 2024, dos fechas importantes se marcan respecto al Premio Nobel de Literatura, Miguel Ángel Asturias: se cumplen 50 años de su fallecimiento, y el 19 de octubre, 125 años de su natalicio. El pasado 9 de junio, el presidente de la República, Bernardo Arévalo, firmó un acuerdo gubernativo para celebrar su legado.

Como parte de los festejos, se realizó un acto conmemorativo en el Palacio Nacional de la Cultura, con la participación del mandatario; la vicepresidenta Karin Herrera; la ministra de Cultura y Deportes, Liwy Grazioso Sierra y Miguel Ángel Asturias Amado, hijo del laureado escritor. Asimismo, se inauguró la muestra itinerante Vida y obra de Miguel Ángel Asturias, en colaboración con la Embajada de Francia y la Alianza Francesa, que estará abierta al público hasta el 28 de junio, de 10:00 a 16:00 horas, en el mismo recinto.

Asimismo se entregó la publicación de dos obras del literato, por parte de la Dirección General de Desarrollo Cultural del Ministerio de Cultura y Deportes: El señor presidente y Leyendas de Guatemala, títulos traducidos al idioma kaqchikel y que serán presentados, en el transcurso del año, en sus versiones en idioma k’iche’.

Sus pasos artísticos y de vida

En la exposición se aprecian fotografías de su niñez y juventud, formación académica con la tesis de su licenciatura El Problema Social del Indio, su estadía en París, sus dibujos, su faceta de periodista y diplomático, y sus numerosos viajes por el mundo. “He recorrido muchos países palmo a palmo, y puedo asegurar que no he encontrado uno más bello que Guatemala. Yugoslavia es muy parecida en su topografía. Grecia, muy bella, Italia también, pero no hay una como Guatemala”, citado por Blanca Asturias, en Asturias en su vida y en su trabajo de 1975.

Durante su residencia en Francia, conoció a algunos personajes mundiales como el mimo Marcel Marceau, el general Charles de Gaulle, escritores latinoamericanos como Juan Rulfo, Ventura García Calderón, entre otros.

Marisol Vásquez Fotógrafo: Norvin Mendoza
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Revista Viernes

La esencia periodística, artística, intelectual, diplomática y más…

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Miguel Ángel Asturias ganó dos premios relevantes para Guatemala: el Premio Lenin de la Paz (1966) y el Nobel de Literatura (1967), pero más allá de sus obras y logros a través de las letras, se desempeñó como diplomático y periodista. En sus estudios redescubrió sus propias raíces por medio de la antropología y la literatura maya que imprimió en su trayectoria. 

Talante combativo y compromiso social desde su juventud 

Junto a otros estudiantes, Asturias fundó en 1922 la Universidad Popular como un proyecto comunitario. Estudió un año Medicina y luego se pasó a la Escuela Facultativa de Derecho y Notariado de la Universidad de San Carlos de Guatemala, donde se graduó de abogado en 1923 y le otorgaron el Premio Gálvez para su tesis sobre la problemática de los indígenas. En la Usac estableció la Asociación de Estudiantes Universitarios y la de Estudiantes El Derecho, además de participar activamente en la Tribuna del Partido Unionista. 

Miguel Ángel Chirimoyas o Moyas Asturias es el responsable en su totalidad de la letra de la última estrofa del himno universitario La Chalana, con la inspiración de José Luis Chocochique Balcárcel, David el Gato Vela y Alfredo el Bolo Valle Calvo.

Faceta política

Se involucró en la política como representante de la Asociación General de Estudiantes Universitarios y, cuando estuvo en el Instituto Nacional Central para Varones, participó en el levantamiento contra el expresidente Manuel Estrada Cabrera al organizar huelgas. Sus compañeros de clase formaron en 1920 lo que ahora se conoce como la Generación del 20.

Fue elegido diputado al Congreso Nacional tras la caída del régimen de Jorge Ubico y la elección del presidente reformista Juan José Arévalo, en 1944. Así comenzó una carrera diplomática en 1946, sin dejar de escribir durante su servicio en varios países de Centroamérica y Sudamérica. El premiado novelista ostentó cargos como representante en Buenos Aires en 1947 y París en 1952. 

En 1966, el mandatario electo, Julio César Méndez Montenegro, llega a la Presidencia en Guatemala y le devuelve su ciudadanía al también poeta; además, es nombrado embajador en Francia, donde ocupa el cargo hasta 1970 y se establece permanentemente en París. 

Amor literario

Su influencia surgió gracias a su participación en organizaciones sociales, lo que se refleja en muchas de las escenas en las novelas El Señor Presidente y Viernes de Dolores. En 1930 publicó su primer libro Leyendas de Guatemala, le siguieron con los años Hombres de maíz, Viento fuerte, el Papa verde, Mulata de tal, Cuentos y leyendas, entre otras.

Después de graduarse de jurista, viajó a Europa, y en la capital francesa estudió Antropología en la Sorbona. En esa institución compartió con el círculo de escritores y artistas de Montparnasse y comenzó a escribir poesía y ficción. En 1925 inició con la traducción al español del libro sagrado de los mayas el Popol Vuh, en el que se dedicó durante 40 años. 

Y en 1967 se convirtió en el segundo escritor latinoamericano al consagrarse con el máximo galardón de las letras. 

Carrera periodística 

Cuando Asturias regresó a Guatemala, en 1933, trabajó como periodista. Fundó y editó la revista de radio El diario del aire, que se transmitía por medio de radio TGW. Se unieron Óscar Rodríguez Fossal y Francisco Soler y Pérez; los tres eran redactores del diario El Liberal Progresista. 

Escribió varios volúmenes de poesía en esta época, siendo Sonetos el primero, publicado en 1936.

Además, en 1970 fue presidente del jurado del Festival de Cine de Cannes.

Marisol Vásquez
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