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COLUMNAS

La mascarilla nos robó la sonrisa

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José Benigno Freire Profesor Facultad de Educación y Psicología. Universidad de Navarra

En los últimos meses vivimos con la actividad constreñida, también los deseos, los proyectos, los sueños…, como enjaulados psíquicamente. Esta situación alimenta la tan nombrada “fatiga pandémica”, cuyos ingredientes principales son: cansancio, incertidumbre, miedo, tristeza. Este cóctel comprime la personalidad y abate el ánimo, lo cual se exterioriza en un comportamiento teñido de apatía y un carácter más irritable y quisquilloso de lo habitual.

Me sirvo de un ejemplo para intentar explicar, de forma sencilla, las consecuencias de ese encorsetamiento psicológico: supongamos que una persona sale a pasear con unos zapatos dos números menos del que usa. Los efectos resultan fácilmente imaginables: regresa con los pies doloridos, hinchados, maltrechos, sumamente sensibles, reaccionará destemplada y desproporcionadamente al más leve roce; quizá con rozaduras o ampollas; con ansia de liberarse de las apreturas y lanzar impulsivamente los zapatos por los aires.

Apliquemos el lenguaje del ejemplo al psiquismo contraído. En primer lugar, se siente una necesidad casi física de liberar la tensión condensada y expandir las emociones (liberarse de los zapatos). Proclives a las explosiones de ira, que también liberan carga emocional (lanzar los zapatos al aire). Aumenta la susceptibilidad y la irritabilidad: molesta la menor contrariedad (sensibles a un leve roce). Con una continuada sensación de malestar (pies doloridos) que aviva el mal humor y la tosquedad en las formas. Incluso pueden aparecer leves heridas psíquicas (rozaduras): ansiedad, insomnio, atonía, pesadillas, rigideces en la conducta…

Seguramente nos encontramos en ese estado de cansancio agarrotado, y también las personas de nuestro entorno familiar, laboral, social. En consecuencia, es del todo natural que, como se suele decir, “salten chispas” por menudencias o trivialidades; que aumenten los desplantes, las contestaciones ariscas, las respuestas desabridas, las quejas, los refunfuños, las indelicadezas… También que terminen con cierto acaloro las conversaciones o comentarios sobre la actualidad, prontos hoy al apasionamiento o a las opiniones encontradas. Para amortiguar esa sensación mortecina, entra en juego la amabilidad, cuya finalidad es parar el golpe al primer envite. Ante cualquier situación incómoda o descortés, responder sin entrar al trapo, frenando el exabrupto de raíz o desviando la atención. Vale un sencillo “perdón”, “no me di cuenta”, “lo siento”, “ahora lo traigo”, “disculpa”… Si frente a un envite brusco respondemos con amabilidad, rebajamos la tensión y la situación o conversación no se enrarece; al contrario, se pacifica. El otro queda confuso, como desarmado, pues suponía una contestación al mismo nivel. La amabilidad actúa, como el calor que derrite el hielo. Cultivar la amabilidad es, en definitiva, dominar el arte de aquietar y apaciguar el ambiente con una palabra cordial, un comentario agradable, una salida divertida o una broma ocurrente y oportuna. Conseguir un roce menos, y después otro, y otro…

Hoy, la amabilidad ofrece un recurso tremendamente oportuno y eficacísimo: el silencio, saber escuchar. La fatiga pandémica abate, descorazona a muchas personas; personas que, o desahogan, o explotarán como un géiser: la amabilidad les presta un auxilio, escuchando con atención y empatía. Y también con el silencio en esas conversaciones, tan comunes en estos tiempos, que parecen un concurso de noticias calamitosas: ahí gustar la amabilidad de no echar más leña al fuego, callar. Y procurar finalizarlas con un comentario esperanzador.

Nunca es fácil ser amable, menos en épocas de turbulencia, y sin contar con la herramienta más genuina y expresiva de la amabilidad: ¡la sonrisa! ¡La mascarilla nos robó la sonrisa! “La sonrisa es contagiosa, pandémica, por muy gris que sea el día” (Jesús Montiel). Habrá que aprender a sonreír con la mirada. Y suplir con un cálido tono de voz y el gesto apacible, satélites de la palabra amable.

Universidad de Navarra
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COLUMNAS

Modernización de la gestión pública en las instituciones públicas (III)

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Israel Gómez Córdova
Jefe Departamento de Documentación y Divulgación
[email protected]

Todo ello exige a los gobiernos visiones estratégicas, coherencia en las políticas, coordinación en su ejecución y actores sociales que operen conforme a reglas e incentivos adecuados para permitir el desarrollo de sus potencialidades y capacidades.

Además, los gobiernos gestionan las condiciones y la calidad de vida de las personas; dadas las enormes necesidades insatisfechas de la mayoría de los ciudadanos, concentran mucho de las demandas y expectativas en cuanto a su atención dentro de las instituciones públicas.

En esta misma línea, las competencias delegadas a los gobiernos son aquellas que, correspondiendo legalmente a la nación, se atribuyen para su ejecución, supervisión, vigilancia o control a las autoridades.
Actualmente los gobiernos están adoptando como política en su sistema funcional la Modernización de la Gestión Pública; a fin de caracterizarse por fomentar mecanismos para fortalecer sus capacidades en cuanto a la atención de los ciudadanos y promover la idoneidad de la gestión e imagen institucional.

Es menester que deba ir acompañada con los recursos necesarios.

En este sentido, la ciudadanía responde con satisfacción y participa activamente asegurando que las instituciones que los representan se organicen en sus aspectos funcionales para atender las necesidades de ellos basándose en los enfoques de derechos humanos.

Así también, la modernización de la gestión pública ha ido trascendiendo; en estos últimos tiempos, se ha vinculado al gobierno abierto y electrónico, promoviendo las buenas prácticas de atención a los ciudadanos.

No obstante, es sugerible analizar las conclusiones de diferentes estudios a fin de identificar los principales aportes sobre la modernización de la gestión pública y su influencia en la atención a la ciudadanía desde las instituciones públicas en los últimos años.

Es evidente que para que la modernización de la gestión pública sea eficaz, es menester que deba ir acompañada con los recursos necesarios para poder satisfacer los requerimientos en la atención a los ciudadanos.

Además, también es necesario que la política de modernización de la gestión pública sea implementada con urgencia en las instituciones y poderes del Estado que aún podrían estar en proceso, con la finalidad de que se continúe maximizando la eficiencia de la gestión pública por parte de los funcionarios públicos en todas las instituciones de la administración pública.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Sobre el autismo y la madre Tierra

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António Guterres

Secretario General de las Naciones Unidas

[email protected]

Sobre el autismo. El 4 de abril se conmemoró el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, lo cual es una ocasión para reconocer y celebrar las importantes contribuciones de las personas con autismo en cada país y comunidad. 

Sin embargo, en todo el mundo esas personas siguen encontrándose con barreras que les impiden disfrutar de sus derechos fundamentales a la educación, el empleo y la inclusión social, propugnados por la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. 

Como cuestión de derechos fundamentales, los gobiernos deben invertir en sistemas de apoyo comunitario más sólidos, programas de educación y capacitación inclusivos y soluciones accesibles y basadas en la tecnología para que las personas con autismo puedan disfrutar de los mismos derechos que las demás.  

Para ampliar el apoyo y la inversión en países y comunidades es imprescindible trabajar hombro a hombro con las personas con autismo y sus aliados. 

Hoy y todos los días, unámonos para hacer realidad sus derechos y lograr un mundo inclusivo y accesible para todos. 

Sobre la Madre Tierra. Dependemos de la naturaleza que nos da los alimentos que comemos, el aire que respiramos y el agua que bebemos.

La humanidad se comporta como ”hijo ingrato“ de la Madre Tierra.

Sin embargo, hemos sumido al mundo natural en el caos, envenenando nuestro planeta con la contaminación, aniquilando con gran liviandad especies y ecosistemas y desestabilizando el clima con las emisiones de gases de efecto invernadero. La humanidad se comporta como “hijo ingrato” de la Madre Tierra

Estas acciones perjudican a la naturaleza y a la humanidad. Estamos poniendo en peligro la producción de alimentos, contaminando el aire y los océanos, creando un medioambiente más peligroso y menos estable, y frenando el desarrollo sostenible. 

Juntos debemos restablecer la armonía con la naturaleza, adoptar modalidades de producción y consumo sostenibles y protegernos de los peligros, al tiempo que creamos empleo, reducimos la pobreza y promovemos el desarrollo sostenible.  

Esto significa poner freno a la pérdida de biodiversidad, poner fin a la contaminación y reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo.

Significa apoyar a los Pueblos Indígenas, a las comunidades locales y a las personas más afectadas por las crisis de la contaminación, el clima y la biodiversidad.

Significa ofrecer justicia climática a los países que se están llevando la peor parte del caos climático y movilizar rápidamente los fondos y la ayuda que necesitan para tomar medidas sobre el clima, proteger la naturaleza y promover el desarrollo sostenible. 

Los países deben elaborar nuevos planes nacionales sobre el clima acordes con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura mundial a 1.5 grados centígrados, que pueden servir también como planes nacionales de transición o de inversión y que apuntalen el desarrollo sostenible para las generaciones futuras.

Por su parte, el G20 debe liderar la eliminación rápida, justa y financiada a nivel mundial de los combustibles fósiles, de forma progresiva, y poner fin a las subvenciones que destruyen la naturaleza, como las que financian la producción desenfrenada de plásticos que asfixian el planeta. 

Reparar las relaciones con la Madre Tierra es la madre de todos los retos de la humanidad. Debemos actuar, y rápido, para crear un futuro mejor para todos.

(La Asamblea General designó el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra a través de una resolución adoptada en 2009. También la fecha coincide con la Resolución 73/284, Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, 2021-2030).

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Rusia-Ucrania: lo que sucede y lo que vendrá (VI)

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Mathieu  González

Facultad de Artes Liberales

Predeciblemente, frente a esta situación la población rusa ha aumentado su racismo y su maltrato a las minorías étnicas y los emigrantes. Ante este panorama político y militar, ¿cuáles son los escenarios posibles? Junto a los problemas políticos internos en ambos bandos, especialmente en lo que concierne a las capacidades políticas para movilizar a la población, está el papel de otros países; en primer lugar, China, que si bien ha apoyado a Rusia, lo ha hecho de forma moderada.

China no ha aplicado hasta ahora sanciones económicas contra Rusia, aprovechando así las oportunidades de negocios abiertas, pero por otro lado no le ha proporcionado ayuda militar ni reconocido las anexiones de regiones ucranianas (esto último, por razones de política interna, ya que una modificación de fronteras sería perjudicial para la posición china en Taiwán y en el Tíbet).

Si China mantiene esta ambigüedad estratégica, las noticias son positivas para Ucrania, ya que a largo plazo ni Corea del Norte ni Irán tienen la capacidad de satisfacer las necesidades rusas.

Una política más asertiva por parte de China le daría a Putin medios de los que hoy en día no dispone.

En cambio, una política más asertiva por parte de China le daría a Putin medios de los que hoy en día no dispone, si bien aumentaría la dependencia de su régimen al gigante chino.

En segundo lugar están las elecciones de noviembre en Estados Unidos. Un triunfo de Trump iría en interés de Putin, ya que una presidencia republicana reduciría, tal vez completamente, la ayuda a Ucrania.

Esto obligaría a los países europeos a aumentar aún más su ayuda, lo que, en las condiciones políticas actuales, no es seguro que pueda hacerse. En cambio, una reelección de Biden, sobre todo si va acompañada de un control demócrata del Parlamento, aseguraría por un tiempo más la ayuda desde Norteamérica.

Finalmente, en cuanto a la situación del frente, lo más probable es que en los próximos meses se presenten modificaciones locales que no tengan mayor importancia estratégica.

Como ya indicamos, los cambios en el frente serán producto de lo que se produce cuando uno de los bandos logra sobrepasar al otro en la capacidad de regenerar su fuerza, a partir de las capacidades de las que dispone. 

Colaborador DCA
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