El presidente de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE), Luis, Ortiz, confirmó ayer a este medio, que las tarifas del fluido se mantendrán invariables durante los próximos tres meses. La Resolución 86-2024, publicada ayer, solo establece la base tarifaria para el cálculo, como lo dicta la Ley General de
Electricidad.

La CNEE debe fijar la base tarifaria anual, y es lo que se publicó este 29 de abril. Además, la misma normativa refiere que las tarifas se revisan cada tres meses, pero no necesariamente implica que se
deben elevar.

Ortiz aseguró que las cuotas son las mismas que entraron en vigencia en abril de 2023: 2.33 quetzales por kilovatio/hora para la Distribuidora de Occidente (Deocsa); 2.20 por kilovatio/hora para la Distribuidora de Energía Eléctrica de Oriente (Deorsa) y Q1.47 por kilovatio/hora para la Empresa Eléctrica de Guatemala.

Hernán Guerra Fotógrafo: Archivo

Este año no habrá sorpresas en la economía guatemalteca. No se vislumbran bruscas alzas en el tipo de cambio, en las tasas de interés ni mucho menos en el aumento de la productividad.

El producto interno bruto (PIB) apenas crecerá un 3.5 por ciento, mientras el aumento de la población se prevé en 1.33 por ciento, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Al comparar el alza inflacionaria o el Índice de Precios al Consumidor, el saldo es de menos 0.5 por ciento, en virtud de que el PIB solo mejoraría un 3.5 por ciento.

Las proyecciones para 2025 tampoco son tan alentadoras, aunque el país tendría un ligero dinamismo y su crecimiento alcanzaría 3.6 por ciento. Al menos esas son las principales conclusiones del Banco de Guatemala (Banguat)al analizar las principales variables macroeconómicas del primer trimestre de 2024.
Tras la pandemia El 2020 fue el peor, debido a la pandemia del Covid 19.

Ese año Guatemala tuvo un retroceso a menos de 1.8 por ciento, para luego recuperar la senda alcista en 2021, al cerrar con un aumento de la productividad del 8 por ciento en 2021.

En adelante, la tendencia se repite y la nación recobra su margen histórico al mantener el aumento de la producción en un rango del 3 al 4 por ciento.

El presidente Bernardo Arévalo hace esfuerzos por mejorar el clima de negocios y atraer más inversión nacional y extranjera. Ha invitado a empresarios de Estados Unidos a que conozcan el escenario que ofrece Guatemala, aunque algunos analistas creen que esto llevará tiempo para tener sus frutos.

Por ahora, los sectores más dinámicos, aunque siempre lo han sido, son las actividades financieras y seguros, que aportan al PIB un 7.3 por ciento; luego siguen los alojamientos y servicios de comida, con 4.9 por ciento y las actividades inmobiliarias, con 5.1 por ciento de contribución al PIB. Según expertos, para que el país logre reducir los altos índices de pobreza, el PIB debe aumentar en no menos del 6 por ciento, de manera sostenida.

Hernán Guerra Fotógrafo: Mariano Macz

El año recién finalizado fue redondo para los concesionarios de autos nuevos en Guatemala. Sus ventas no tienen nada que envidiarles a otras actividades económicas; se dispararon un 22 por ciento hasta 54 mil 569 unidades, según registros de la Asociación de Importadores y Distribuidores de Vehículos Automotores (Aidva).

“El mercado se ha mantenido muy dinámico con crecimientos anuales, a partir de 2021. El aumento de las ventas en los últimos tres años ha sido de 36, 20 y 22 por ciento, respectivamente, hasta 2023”, reconoce el director de la Aidva, Jean Piere De Vaux.

Pero para 2024, el ritmo de crecimiento no podrá mantenerse y el incremeto rondaría el 5 por ciento, estima el director de Aidva.
Además, con la llegada de más marcas, la oferta en Guatemala es de las más competitivas de la región.

Las compañías son cada vez más creativas en su estrategia de ventas.

¿Y los híbridos y eléctricos?

Los vehículos híbridos (gasolina/eléctricos) tienen más preferencia sobre los 100 por ciento eléctricos. El mercado aún no ha madurado pero el factor más determinante, según el director de la Aidva, es el precio.
Al analizar un mismo modelo y marca, entre un eléctrico y un auto de combustión, el costo puede variar entre 30 o 40 por ciento.

El grupo de eléctricos muestra un crecimiento muy bajo en términos generales, aunque porcentualmente respecto a 2022 puede parecer asombroso (76 por ciento), señala el empresario. Pero en términos generales, de las ventas totales apenas representan menos de 0.4 por ciento. “A pesar haberse aprobado una ley de incentivos fiscales (desde el 2022), “no se ve un crecimiento abrumador”, añade De Vaux.

En cambio, los híbridos tienen mayor demanda y parecen ser una preferencia para el aprovechamiento de esta tecnología que puede reducir contaminaciones y gasto en combustible. En todo caso, el director de la Asociación sostiene que “es importante destacar que los precios son un factor importante en las decisiones de compras y su variación entre vehículos de combustión por un híbrido o bien hasta un eléctrico.

Explica que la ley de incentivos a estas unidades aún no se aplica al 100 por ciento, debido a una confusión. Solo se agrega al Impuesto de Primera Matrícula (Iprima). “Los demás beneficios no se han agregado a los sistemas de la SAT para híbridos, por diferentes interpretaciones al reglamento de la ley que emitió en Ministerio de Energía y Minas (295-2022)”. Considera que vulnera la ley (Decreto 40-2022) artículo 7, inciso “C”.

En suma, al analizar lo que ocurre en otros países, habría que ver el contexto político. De Vaux, ejemplifica el caso de China que, por ser una economía centralizada, obliga más el uso de eléctricos. Noruega, por sus altos impuestos a vehículos de combustión, también presiona más el uso de unidades eléctricas.

Hernán Guerra Fotógrafo: Mario León