El método de la salazón ha sido una de las técnicas antiguas de conservación de los alimentos y sigue siendo útil hasta la actualidad. Por ejemplo, la carne del bacalao es poco grasa y de consistencia blanda, ideal para cocer, tanto entera como en filetes. Hay que salarlo cuando está fresco y retirarle las espinas principales, permite secarse perfectamente; de esta manera, se conserva, facilita su transporte y dura varios meses. También, está el bacalao seco que se cura al aire sin añadir otros ingredientes.
El consumo de pescado es una tradición arraigada para los Viernes de Cuaresma como una comida deliciosa y esperada llevada a la mesa, esto incluye por supuesto al pescado seco, aunque se consigue durante todo el año, su comercialización se incrementa durante la Semana Santa porque para estos días se preparan algunos platos tradicionales como son el pescado seco forrado o el bacalao a la vizcaína.
El pescado lo compramos seco, estamos frente a un pescado particular en casa, debemos retirarle o a lo menos bajarle el nivel de sal de forma adecuada y por varias razones, porque buscaremos preservar el sabor natural y característico para disfrutarlo en la receta a preparar en la que el pescado será el ingrediente estrella por lo que deberá lucir suave, con una textura agradable, por supuesto de buen sabor y cuidando los niveles de ingesta de sodio en la dieta.
El pescado seco es una de las tradiciones culinarias de Semana Santa más arraigadas y esperadas para muchos.
Como en todas las recetas, los pasos a seguir están claros, pero siempre habrá secretos porque aquí la clave reside en quitar el nivel de sal del pescado que hace que guste o no guste para algunos la comida que les estamos ofreciendo. Entonces, la pregunta será: ¿cómo quitar el exceso de sal al pescado seco? La primera opción es desalar en agua fría o dejar en remojo el pescado y cambiar el agua varias veces.
Este procedimiento siempre se hace con agua fría o puede poner cubos de hielo al agua para evitar que el pescado se abra o pierda su textura.
Además, puede sumergir el pescado seco en leche. La leche ayudará a absorber la sal y suavizará el sabor del pescado. Deje reposar el pescado con leche fría durante un par de horas; luego, enjuague para eliminar cualquier exceso de sal. También, podrá colocar un diente de ajo sobre la piel del bacalao para contrarrestar el sabor salado.
El vinagre podrá ayudar a desalar el pescado seco. Mezcle, agua con un poco de vinagre, sumerja el pescado, estará menos salado y ablandará su textura.
Las preparaciones nos permiten impregnar el sello particular a nuestras creaciones culinarias. De manera que la desalación del pescado seco, además de mejorar el sabor, la textura y la presentación del plato, ofrecerá el nivel personal de sazón y en este caso puntual acorde al gusto y preferencias del nivel de sal por lo que el resultado será una experiencia para satisfacer una comida familiar de la temporada.