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COLUMNAS

Cuando Darwin conoció a Maslow: el instinto del consumidor explicado

Publicado

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Rodrigo Guzmán
[email protected]
economianaranja
@agexport.org.gt

¡Señoras y señores, bienvenidos a la jungla del marketing moderno! Aquí, en este oasis de sabiduría empresarial, les propongo un safari a través del Serengeti del comportamiento del consumidor. ¿Nuestro objetivo? Descubrir cómo los instintos más primitivos de la humanidad, pueden ser la llave maestra para el éxito empresarial.

1. Cabeza: el cerebro curioso. Primero, la cabeza, donde la curiosidad no mató al gato, sino que lo llevó a inventar la rueda… y luego a patentarla. Piensen en Duolingo, ese simpático búho que te hace sentir culpable por no practicar tu francés. Esta empresa no solo sacia nuestra sed de saber, sino que también apacigua esa vocecita interna que nos recuerda nuestras promesas de año nuevo incumplidas.

O Google, el oráculo moderno, donde todas nuestras preguntas son respondidas, desde “¿Cómo se ata una corbata?” hasta “¿Por qué mi gato me mira feo?”. 2. Corazón: amor, nostalgia y un toque de Disney. Ahora, bajemos al corazón, ese músculo sentimental que bombea más que sangre: bombea emociones. Aquí es donde Disney juega su carta maestra.

¿Recuerdan esas mañanas de sábado, cereal en mano, viendo El rey león? Disney sí lo recuerda, y apuesta por ello. Con cada remake, Disney no solo vende entradas, vende recuerdos, envueltos en una cálida manta de nostalgia. Es un viaje a la infancia, pero con precios de adulto. 3. Estómago: la comodidad de Unilever.

Recuerden, en este safari empresarial, el instinto es el rey

Descendiendo al estómago, el guardián de nuestras necesidades básicas, encontramos a Unilever, el superhéroe de la despensa y el baño. Con marcas que van desde el helado Ben & Jerry’s hasta el shampoo Dove, Unilever no solo alimenta nuestros cuerpos, sino también esa parte de nosotros que insiste en que “un poco más de helado no hace daño”. Ellos entienden que, aunque nuestros ancestros cazaban mamuts, nosotros cazamos ofertas. 4. Genitales: ¿Qué están vendiendo realmente los perfumes? Finalmente, llegamos a los genitales.

Aquí entran las fragancias de Dior y Chanel. ¿Qué venden? No solo una fragancia, sino la promesa de ser ese misterioso personaje en un anuncio, aquel que no necesita Waze para encontrar el amor. El mensaje es claro: “Huele como nosotros yel mundo caerá a tus pies”. Una promesa atrevida, pero hey, ¿quién no quiere oler como un jardín francés? El marketing de los instintos. Así que,queridos lectores, cuando piensen en su próxima gran estrategia, recuerden:no están vendiendo un producto, están vendiendo una experiencia primal.

Ya Sea apelando a la cabeza, el corazón, el estómago o un poco más abajo, la clave está en conectar con esos instintos ancestrales. ¿Suena manipulador? Quizás. Pero, ¿acaso no es eso lo que nos hace humanos? Al final del día, si Darwiny Maslow hubieran tenido un podcast,probablemente habrían dicho: “Conoce a tu cliente, conoce su instinto”. Y ahora, después de este viaje por la sabana de los instintos humanos, permítanme presentarme.

Soy Rodrigo Guzmán, un ingeniero industrial que tomó un giro inesperado hacia el impresionante mundo del marketing. Mi pasión es mezclar análisis riguroso con creatividad para generar resultados sorprendentes. Trabajo en Eficiencia Web, un lugar donde esta fusión de análisis y creatividad cobra vida. En Eficiencia Web, nos especializamos en publicidad programática, un campo tan dinámico y cambiante como la sabana africana. Estamos encantados de recibirlos para colaborar en la creación de su próxima gran estrategia y campaña.

Juntos, podemos asegurarnos de que su marca no solo sobreviva, sino que prospere en el ecosistema digital. Queridos lectores y futuros socios,en Eficiencia Web entendemos que el marketing eficaz no se trata solo de alcanzar a la audiencia; se trata de conectar con ella a un nivel casi instintivo. Ya sea que su marca busque resonar con la curiosidad de la cabeza, la nostalgia del corazón, la comodidad del estómago, o el atractivo al mundo, estamos aquí para ayudarles a encontrar esa resonancia perfecta.

Recuerden, en este safari empresarial, el instinto es el rey. Y en Eficiencia Web, estamos listos para ser sus guías expertos en esta aventura. Así que, ¿están listos para ser el león en lugar de la gacela? Contáctenos y comenzamos a construir juntos su legado en la jungla del marketing.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Así nació la imagen real del mundo (II)

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Ana Eva Fraile
Revista Nuestro Tiempo

Desde este puerto inicia su viaje Una tierra prometida y muestra, sobre fondo azul, los álbumes científicos e intelectuales del siglo XVIII. Entre ellos, los cuadernillos L’Anatomie y L’Astronomie de La Enciclopedia, de Diderot y D’Alembert, dos dimensiones que ilustran la ambición de la ciencia por desentrañar cualquier área de conocimiento.

Sus dibujos enriquecieron los compendios sobre cartografía, astronomía, geodesia y nuevas especies.

Con precisión científica trabajaron también los artistas que se embarcaban en las expediciones, numerosas en ese periodo, para levantar acta del horizonte conocido o de nuevas maravillas. Sus dibujos enriquecieron los compendios sobre cartografía, astronomía, geodesia y nuevas especies, especialmente a raíz de que Carl von Linneo publicara en 1735 Systema naturae, su innovadora propuesta taxonómica para los reinos vegetal, mineral y animal.

En sala se encuentran, por ejemplo, los grabados coloreados a mano de Plantae Selectae, obra de los botánicos Trew y Ehret (que había conocido a Linneo), los dibujos en acuarela incluidos en la enciclopedia Libros ilustrados para niños, los álbumes Plantae officinales de Nees von Esenbeck, que investigó las propiedades médicas de las plantas, las litografías de orquídeas de James Bateman o el trabajo Historia natural de los loros, a los que François Le Vaillant pintó en sus hábitats, un acercamiento novedoso a la realidad.

La siguiente escala en esta travesía traslada al visitante a tierras egipcias, adonde el general Napoleón Bonaparte se dirigió en 1798 con hambre de conquista. A los más de 40 mil soldados se unieron 167 savants, que conformaban la Comisión de Ciencias y Artes.

El cometido de estos ingenieros, científicos y artistas era llevar a cabo una investigación exhaustiva sobre el país. Incluso se fundó el Instituto de Egipto. Aunque la campaña militar fracasó, los miembros de ambas instituciones no regresaron a Francia hasta la capitulación del general Menou, en agosto de 1801.

Solo unos meses después, a principios de 1802, comenzó la aventura editorial.

Continuará…

Colaborador DCA
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COLUMNAS

La seducción del negacionismo climático

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Cristóbal Bellolio

Escuela de Gobierno

El Demoledor es una película de 1993 protagonizada por Silvester Stallone, que versa sobre una armónica distopía donde se castigan los garabatos, la dieta es comida molecular y las relaciones sexuales son virtuales. La única disidencia vive en las cloacas a punta de hamburguesas de ratas, y de cuando en cuando sale a la superficie para asestar golpes terroristas. Su líder es Edgar Friendly.

El credo de Edgar Friendly es sencillo: no está dispuesto a que le digan cómo son las cosas, le gusta decir lo que piensa, y elegir cómo carajo vivir su vida, incluso si se trata de estallar de colesterol. Quiere comer carne hasta hartarse, fumar un cigarro “del tamaño de Cincinnati”, y correr empelota leyendo una Playboy, únicamente porque puede. Los malos no son ellos, que hacen lo que pueden por sobrevivir. Los malos son los de arriba, los que imponen su tiranía frígida y bien portada, que abusan del poder y secuestran los beneficios del progreso.

La negación del consenso climático tiene antecedentes ideológicos, o identitarios.

Friendly es un populista libertario. Populista, porque piensa que la sociedad está dividida en dos: la elite atiborrada y el pueblo postergado. No ve posibilidad de acuerdo, solo de conflicto. Lo que viene de arriba es paquete sospechoso. Pero también es libertario: quiere que la autoridad retroceda de su espacio vital, que no amenace su estilo de vida, que no arrebate sus hábitos de consumo.

El populismo libertario que representa Edgar Friendly es uno de los principales obstáculos que hoy enfrenta la lucha contra el cambio climático. Mucha gente le echa la culpa a la industria de combustibles fósiles y su lobby descarado. Pero hay otros factores que trascienden el interés pecuniario.

La negación del consenso climático tiene antecedentes ideológicos, o identitarios. No todo populismo descree del consenso científico en la materia. Algún eco-populismo de izquierda habrá por ahí. No todos los movimientos plebeyos que resisten la agenda verde progresista, descreen de la realidad de la crisis climática. Algunos sencillamente no quieren pagar la cuenta del festín de economía carbonizada que se dieron otros.

Tampoco todo libertarianismo es negacionista. En principio, se puede aceptar la ciencia climática y discrepar de una política climática que implique ensanchar las atribuciones del estado. Más de alguno insistirá en soluciones privadas a los problemas públicos. Autores como Jason Brennan elaboran una justificación libertaria para la obligatoriedad de las vacunas. Del mismo modo, otros sostienen que la reducción de emisiones es un imperativo del principio de no-agresión.

Pero la combinación entre ambas vertientes ideológicas (el populismo libertario) combustiona un tipo distintivo de rechazo a la ciencia climática, que tiene un poder seductor en ascenso. De hecho, gran parte de los partidos de “derecha populista radical”, para utilizar la etiqueta de Cas Mudde, despliega esta narrativa: las elites buenistas y cosmopolitas que tienen sus necesidades materiales satisfechas, y pueden darse el lujo de posar de ciclistas veganos, le imponen al resto de la gente ordinaria una moralina verde tan paternalista como inviable: para moverse a la pega hay que echarle bencina al auto.

Adicionalmente, la sombra de las futuras restricciones toca la fibra de las clases medias y trabajadoras que se han partido el lomo por llegar aquí. Han hecho de sus hábitos de consumo contaminante un proxy de estatus. Y nada se defiende como el estatus. Mientras tanto, las Greta Thunbergs de este mundo amenazan con una distopía de brócolis y viajes de 35 horas en tren.

Aquí entra la seducción del discurso de Edgar Friendly. Su populismo libertario mata dos pájaros de un tiro: sospecho de la agenda climática porque (a) viene de las elites globalistas y (b) arrebata mis libertades.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Municipios al rescate de los SLEP

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Mauricio Bravo

Vicedecano de la Facultad de Educación

La implementación de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) ha sido un tema recurrente en el debate público.

Desde su creación, esta política se propuso como una gran reforma educativa destinada a mejorar la calidad y equidad en la educación pública. Sin embargo, debido a errores de diseño o al poco tiempo transcurrido, no ha logrado superar a los municipios en varios indicadores claves, como asistencia, deserción, rotación docente y puntajes Simce.

Estos resultados ponen en entredicho la eficacia de una reforma que, a pesar de sus buenas intenciones, no parece estar alcanzando los objetivos esperados.

Una de las principales falencias identificadas es que no se consideraron las buenas prácticas preexistentes en algunos municipios. 

Una de las principales falencias identificadas es que no se consideraron las buenas prácticas preexistentes en algunos municipios. Las reformas educativas de gran envergadura siempre deben tomar en cuenta las prácticas efectivas ya implementadas.

De lo contrario, no solo se desaprovechan conocimientos y experiencias valiosas, sino que también puede llevar a una implementación que no se ajusta a las realidades específicas de cada comunidad educativa.

Por otra parte, el corto plazo de implementación de los SLEP ha sido insuficiente para evaluar y ajustar adecuadamente sus resultados: “Las incidencias de las políticas educativas son muy diversas y pueden tardar años, incluso generaciones, en hacerse completamente visibles” (OECD Education Policy Evaluation 236, año 2020). Por tanto, antes de seguir avanzando en la implementación de nuevos SLEP, debemos realizar una evaluación robusta que permita identificar sus fortalezas y oportunidades de mejora.

Por último, la suposición de que un sistema educativo uniforme es la solución óptima para fortalecer la educación pública es un error. La diversidad de sostenedores, acompañados de mecanismos efectivos de regulación y supervisión, permite que estos funcionen como un sistema coherente y ordenado.

Además, la diversidad institucional puede ofrecer una respuesta más ágil y adecuada a las diversas necesidades locales, promoviendo así una mayor equidad y eficacia en el sistema educativo.

Colaborador DCA
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