Se insiste en este número, diciendo que 40 días pasaron los espías israelíes observando las tierras de Canaán (Núm. 13,25). Y así, este número aparece cuando menos unas 100 veces en la Biblia, según explica Santiago Guijarro, catedrático de Nuevo Testamento en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca.

Y los 40 días que contempla la Cuaresma del domingo después del Miércoles de Ceniza, que es un día después del martes de Carnaval, una fiesta vinculada con las celebraciones precristianas que tienen que ver con el cambio de estación, y también es conocido como Mardi Gras en portugués (Martes de Grasa), por ser el día antes de comenzar el ayuno y la penitencia, antes de la Pascua cristiana, que conmemora y celebra la resurrección de Cristo.

El ayuno

El tiempo cuaresmal está marcado por el ayuno y la penitencia, para preparar el cuerpo y el alma para el encuentro con Jesús Resucitado, que es el triunfo de la Luz sobre las tinieblas, y es el cumplimiento de la palabra sagrada de destruir el templo y reconstruirlo en tres días. Y la promesa de vida después de la muerte.

Fue en el concilio de Nicea, que tuvo lugar en mayo y julio de 325, y convocado por el emperador Constantino, en el cual se estableció la Pascua como la principal celebración eucarística de la iglesia cristiana. Después de haber tenido discusiones sobre la naturaleza del Hijo en su relación con el Padre: en particular, si el Hijo había sido “engendrado” por el Padre desde su propio ser, y por lo tanto no tenía principio, o bien fue creado de la nada, y por lo tanto tenía un principio.

El conteo cuaresmal para este año se inicia con el Miércoles de Ceniza, el 14 de febrero, y se suman 3 días de ceniza o penitencia (jueves, viernes y sábado), comenzando a contar 40 días a partir del domingo 18 y termina Jueves Santo a las 18 horas, cuando se inicia el Triduo Pascual, que termina el Domingo de Resurrección, explica Wálter Gutiérrez, maestro en Historia del Arte.

El Triduo Pascual comienza en la segunda parte del día Jueves Santo (pasión), el Viernes Santo (muerte), Sábado Santo (meditación sobre la muerte), primera mitad del Domingo de Resurrección (triunfo sobre la muerte).

Conmemoración

Con la señal de ceniza sobre la frente, los católicos inician 4 días de penitencia, hasta llegar al primer domingo de Cuaresma, cuando comienza la cuenta de 40 días. En Guatemala, cada viernes en las casas católicas, así como en los comedores y restaurantes, se ofrece pescado como comida, pues es día de guardar y no comer carne, como parte de la preparación para la fiesta del Señor Resucitado. Además, los domingos hay una procesión de Jesús Nazareno que recorre las calles llevando bendiciones y un mensaje litúrgico en la alegoría de las andas. Son días de alfombras de pino y corozo, son días con aroma a mirra e incienso, apunta en sus estudios el historiador Fernando Urquizú.

Cinco sentidos

La conmemoración de la Cuaresma tiene elementos que satisfacen a los cinco sentidos, ubicando así a las personas en un entorno especial una vez al año. Los ojos ven lo colores de la alfombras y adornos, por el olfato se siente el aroma a incienso y mirra, las marchas recrean el oído con sonidos dramáticos, mientras el paladar degusta los sabores de la época: pescado rebosado, bacalao, curtido, arroz blanco, molletes o torrejas; y las manos tocan las texturas del aserrín, las telas de la túnicas, así como siente los guantes blancos y negros que cubren la piel como muestra de respeto. Así enumera Urquizú el sentir de la Cuaresma guatemalteca, en la que todo está hecho para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

Rodrigo Carrillo