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COLUMNAS

Catalizador para el desarrollo económico del país

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Ing. Byron Gaitán,

Gerente General ZOLIC

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La reciente autorización y habilitación de quinta Zona de Desarrollo Económico Especial Pública (ZDEEP), Zona Libre Quetzal, marca un hito crucial en el avance económico del país. Esta decisión, tomada por las autoridades de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) y la Junta Directiva de Zona Libre de Industria y Comercio Santo Tomás de Castilla (ZOLIC), resalta la importancia estratégica de las ZDEEP como motores de crecimiento y progreso.

En el corazón de esta decisión radica la confianza y certeza jurídica que ofrece el régimen de Zonas Libres en el país. Esta figura vigente en Guatemala desde hace 51 años, conocida por su capacidad para fomentar la inversión y el desarrollo, se consolida aún más con la creación de la Zona Libre Quetzal. Desde su concepción hasta la construcción de las primeras ZDEEP, se han invertido significativos recursos, evidenciando el compromiso del país con el crecimiento económico sostenible.

Zona Libre Quetzal, es mucho más que un proyecto de infraestructura. Es una señal clara de que Guatemala está abierta para las inversiones transparentes y comprometidas con el progreso y la generación de desarrollo. Esta afirmación resume el sentir general en torno al fomento en los últimos años de este régimen su promoción nacional e internacional desde ZOLIC, porque estamos claros que se perfila como un motor clave para la atracción de inversiones y la creación de empleo en la región.

”Zona Libre Quetzal es mucho más que un proyecto de infraestructura. Es una señal clara de que Guatemala está abierta para las inversiones transparentes y comprometidas con el progreso y la generación de desarrollo.“

Un aspecto notable de la ZDEEP Zona Libre Quetzal es su enfoque en la sostenibilidad ambiental. La integración de tecnologías eco-amigables, como paneles solares y sistemas de iluminación eficientes, demuestra un compromiso con la preservación del entorno natural mientras se impulsa el crecimiento económico, y a esto hay sumarle el compromiso por generar empleo local que impacte positivamente en la transformación económica y social de su entorno.

Ubicada estratégicamente a cuatro kilómetros de distancia de Puerto Quetzal, esta nueva ZDEEP se posiciona como un centro logístico crucial para el comercio internacional. Esta proximidad a las principales rutas comerciales ofrece una ventaja competitiva invaluable, no solo para las empresas locales, sino también para aquellas que buscan expandirse en la región y aprovechar en Nearshoring.

En los últimos tres años, se han puesto en marcha otras ZDEEP en Zacapa, San Marcos y Escuintla, junto con PUMA I, la primera ZDEEP aprobada hace más de 10 años. Actualmente, existen cinco zonas en funcionamiento y ocho más autorizadas por ZOLIC, listas para iniciar operaciones una vez autorizadas por SAT. Además, siete proyectos han iniciado el proceso para convertirse en nuevas Zonas de
Desarrollo.

Guatemala tiene ante sí una gran oportunidad de despegue económico de la mano de estas Zonas de Oportunidad, las ZDEEP. Son un instrumento vital para atraer inversión, crear empleo y estimular el crecimiento económico en todo el país, cada Zona de Desarrollo está pensada, diseñada y construida con infraestructura de primer nivel con la mejor calidad.

La autorización y habilitación de la Zona Libre Quetzal es un paso crucial en este viaje, pero seguramente lo será más la pronta entrada en operación solo uno de los primeros usuarios augura la generación de 400 empleos nuevos y esto nos encamina hacia un futuro más próspero y sostenible para todos los guatemaltecos.

Ing. Byron Gaitán
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COLUMNAS

Así nació la imagen real del mundo (II)

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Ana Eva Fraile
Revista Nuestro Tiempo

Desde este puerto inicia su viaje Una tierra prometida y muestra, sobre fondo azul, los álbumes científicos e intelectuales del siglo XVIII. Entre ellos, los cuadernillos L’Anatomie y L’Astronomie de La Enciclopedia, de Diderot y D’Alembert, dos dimensiones que ilustran la ambición de la ciencia por desentrañar cualquier área de conocimiento.

Sus dibujos enriquecieron los compendios sobre cartografía, astronomía, geodesia y nuevas especies.

Con precisión científica trabajaron también los artistas que se embarcaban en las expediciones, numerosas en ese periodo, para levantar acta del horizonte conocido o de nuevas maravillas. Sus dibujos enriquecieron los compendios sobre cartografía, astronomía, geodesia y nuevas especies, especialmente a raíz de que Carl von Linneo publicara en 1735 Systema naturae, su innovadora propuesta taxonómica para los reinos vegetal, mineral y animal.

En sala se encuentran, por ejemplo, los grabados coloreados a mano de Plantae Selectae, obra de los botánicos Trew y Ehret (que había conocido a Linneo), los dibujos en acuarela incluidos en la enciclopedia Libros ilustrados para niños, los álbumes Plantae officinales de Nees von Esenbeck, que investigó las propiedades médicas de las plantas, las litografías de orquídeas de James Bateman o el trabajo Historia natural de los loros, a los que François Le Vaillant pintó en sus hábitats, un acercamiento novedoso a la realidad.

La siguiente escala en esta travesía traslada al visitante a tierras egipcias, adonde el general Napoleón Bonaparte se dirigió en 1798 con hambre de conquista. A los más de 40 mil soldados se unieron 167 savants, que conformaban la Comisión de Ciencias y Artes.

El cometido de estos ingenieros, científicos y artistas era llevar a cabo una investigación exhaustiva sobre el país. Incluso se fundó el Instituto de Egipto. Aunque la campaña militar fracasó, los miembros de ambas instituciones no regresaron a Francia hasta la capitulación del general Menou, en agosto de 1801.

Solo unos meses después, a principios de 1802, comenzó la aventura editorial.

Continuará…

Colaborador DCA
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COLUMNAS

La seducción del negacionismo climático

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Cristóbal Bellolio

Escuela de Gobierno

El Demoledor es una película de 1993 protagonizada por Silvester Stallone, que versa sobre una armónica distopía donde se castigan los garabatos, la dieta es comida molecular y las relaciones sexuales son virtuales. La única disidencia vive en las cloacas a punta de hamburguesas de ratas, y de cuando en cuando sale a la superficie para asestar golpes terroristas. Su líder es Edgar Friendly.

El credo de Edgar Friendly es sencillo: no está dispuesto a que le digan cómo son las cosas, le gusta decir lo que piensa, y elegir cómo carajo vivir su vida, incluso si se trata de estallar de colesterol. Quiere comer carne hasta hartarse, fumar un cigarro “del tamaño de Cincinnati”, y correr empelota leyendo una Playboy, únicamente porque puede. Los malos no son ellos, que hacen lo que pueden por sobrevivir. Los malos son los de arriba, los que imponen su tiranía frígida y bien portada, que abusan del poder y secuestran los beneficios del progreso.

La negación del consenso climático tiene antecedentes ideológicos, o identitarios.

Friendly es un populista libertario. Populista, porque piensa que la sociedad está dividida en dos: la elite atiborrada y el pueblo postergado. No ve posibilidad de acuerdo, solo de conflicto. Lo que viene de arriba es paquete sospechoso. Pero también es libertario: quiere que la autoridad retroceda de su espacio vital, que no amenace su estilo de vida, que no arrebate sus hábitos de consumo.

El populismo libertario que representa Edgar Friendly es uno de los principales obstáculos que hoy enfrenta la lucha contra el cambio climático. Mucha gente le echa la culpa a la industria de combustibles fósiles y su lobby descarado. Pero hay otros factores que trascienden el interés pecuniario.

La negación del consenso climático tiene antecedentes ideológicos, o identitarios. No todo populismo descree del consenso científico en la materia. Algún eco-populismo de izquierda habrá por ahí. No todos los movimientos plebeyos que resisten la agenda verde progresista, descreen de la realidad de la crisis climática. Algunos sencillamente no quieren pagar la cuenta del festín de economía carbonizada que se dieron otros.

Tampoco todo libertarianismo es negacionista. En principio, se puede aceptar la ciencia climática y discrepar de una política climática que implique ensanchar las atribuciones del estado. Más de alguno insistirá en soluciones privadas a los problemas públicos. Autores como Jason Brennan elaboran una justificación libertaria para la obligatoriedad de las vacunas. Del mismo modo, otros sostienen que la reducción de emisiones es un imperativo del principio de no-agresión.

Pero la combinación entre ambas vertientes ideológicas (el populismo libertario) combustiona un tipo distintivo de rechazo a la ciencia climática, que tiene un poder seductor en ascenso. De hecho, gran parte de los partidos de “derecha populista radical”, para utilizar la etiqueta de Cas Mudde, despliega esta narrativa: las elites buenistas y cosmopolitas que tienen sus necesidades materiales satisfechas, y pueden darse el lujo de posar de ciclistas veganos, le imponen al resto de la gente ordinaria una moralina verde tan paternalista como inviable: para moverse a la pega hay que echarle bencina al auto.

Adicionalmente, la sombra de las futuras restricciones toca la fibra de las clases medias y trabajadoras que se han partido el lomo por llegar aquí. Han hecho de sus hábitos de consumo contaminante un proxy de estatus. Y nada se defiende como el estatus. Mientras tanto, las Greta Thunbergs de este mundo amenazan con una distopía de brócolis y viajes de 35 horas en tren.

Aquí entra la seducción del discurso de Edgar Friendly. Su populismo libertario mata dos pájaros de un tiro: sospecho de la agenda climática porque (a) viene de las elites globalistas y (b) arrebata mis libertades.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Municipios al rescate de los SLEP

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Mauricio Bravo

Vicedecano de la Facultad de Educación

La implementación de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) ha sido un tema recurrente en el debate público.

Desde su creación, esta política se propuso como una gran reforma educativa destinada a mejorar la calidad y equidad en la educación pública. Sin embargo, debido a errores de diseño o al poco tiempo transcurrido, no ha logrado superar a los municipios en varios indicadores claves, como asistencia, deserción, rotación docente y puntajes Simce.

Estos resultados ponen en entredicho la eficacia de una reforma que, a pesar de sus buenas intenciones, no parece estar alcanzando los objetivos esperados.

Una de las principales falencias identificadas es que no se consideraron las buenas prácticas preexistentes en algunos municipios. 

Una de las principales falencias identificadas es que no se consideraron las buenas prácticas preexistentes en algunos municipios. Las reformas educativas de gran envergadura siempre deben tomar en cuenta las prácticas efectivas ya implementadas.

De lo contrario, no solo se desaprovechan conocimientos y experiencias valiosas, sino que también puede llevar a una implementación que no se ajusta a las realidades específicas de cada comunidad educativa.

Por otra parte, el corto plazo de implementación de los SLEP ha sido insuficiente para evaluar y ajustar adecuadamente sus resultados: “Las incidencias de las políticas educativas son muy diversas y pueden tardar años, incluso generaciones, en hacerse completamente visibles” (OECD Education Policy Evaluation 236, año 2020). Por tanto, antes de seguir avanzando en la implementación de nuevos SLEP, debemos realizar una evaluación robusta que permita identificar sus fortalezas y oportunidades de mejora.

Por último, la suposición de que un sistema educativo uniforme es la solución óptima para fortalecer la educación pública es un error. La diversidad de sostenedores, acompañados de mecanismos efectivos de regulación y supervisión, permite que estos funcionen como un sistema coherente y ordenado.

Además, la diversidad institucional puede ofrecer una respuesta más ágil y adecuada a las diversas necesidades locales, promoviendo así una mayor equidad y eficacia en el sistema educativo.

Colaborador DCA
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