COLUMNAS
Ante un proceso de elecciones generales que ya es inminente
El proceso electoral de elecciones generales se inicia con la convocatoria a celebrarlas y termina con la adjudicación de los cargos y el caso es que si no se produce ningún cambio en la Ley Electoral y de Partidos Políticos –tal la reforma que fue aprobada y que se encuentra vigente– las próximas elecciones generales serán convocadas en la primera o segunda semana de enero del año próximo por lo que, a la presente fecha, nos encontramos ya a menos de un año de que las elecciones se convoquen.
De igual forma, salvo que se produzca cambio en la ley, los dos meses siguientes a la convocatoria se destinarán exclusivamente para que se realice la inscripción de candidatos sin que pueda hacerse en este lapso ningún tipo de propaganda electoral. Cerrada la inscripción de candidatos quedará abierta la campaña electoral propiamente dicha y podrá hacerse propaganda hasta el mediodía del viernes anterior a las votaciones, que, con la reforma que se hizo, serán celebradas en el mes de junio. La segunda vuelta electoral, si fuere necesaria, se celebrará entre 45 y 60 días después y, en consecuencia es más que posible que en agosto se hayan adjudicado los cargos.
Más de cuatro (casi cinco) largos y tediosos meses para las autoridades salientes, existiendo ya otras electas. Las reformas que se hicieron a la Ley Electoral y de Partidos Políticos –ya mala la ley– fue plagada, además, de muchas “ocurrencias”, como las ya citadas y, así, la que exige, por ejemplo, que si una entidad mercantil quiere hacer un aporte económico a la campaña política debe dejar registrados sus estados financieros (pocos serán los aportes) o como la que impide la divulgación de encuestas desde la fecha que se le vino en gana al legislador, inconstitucional mordaza en contra de la libre emisión del pensamiento. A todo esto vendrá a sumarse, si pasan, las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos de “segundo hervor”, un mal remedo de lo que es una elección por distritos pequeños, reforma que establece –para taparle el ojo al macho– ocho departamentos distribuidos en inconstitucionales “sub distritos”, dejando vigente el listado nacional de diputados (la negación misma del sistema de distritos pequeños) como también vigentes, el resto de distritos departamentales inmensos, con sus consecuentes listados distritales y las formas raras en que se adjudican los cargos.
En otras palabras, reformas que le dejarán a Usted exactamente igual que hoy sin saber quién es SU diputado (La clave de todo el Congreso, en su manos el presupuesto y las leyes). Pero en fin, sin dejar de sentirnos agobiados por tantas “ocurrencias”, volvemos al tema central: estamos a menos de un año de la convocatoria (a 10 meses) y aunque ya pululan los nombres de varios posibles candidatos carecen casi todos de un reconocimiento nacional que difícilmente podrán alcanzar a estas alturas y máxime, con todas las “ocurrentes” limitaciones señaladas. Figuras nacionales, quienes ya fueron Presidente pero ninguno de ellos –prohibida la reelección– puede ser candidato, teniéndola también y, en su orden, Sandra Torres, Alejandro Giammatei y Zury Ríos. Sin lugar a dudas la tienen Alejandro Maldonado Aguirre –este no tendría impedimento dada la brevedad de su mandato– y, sin lugar a dudas, Eduardo Suger, pero no se citan ya como posibles candidatos. Edwin Escobar se evidencia como claro líder de los alcaldes, pero carece aún de un reconocimiento nacional.
Algunos pensarán que es muy fácil llegar a la Presidencia de la República poniendo como ejemplo al actual Presidente, casi un desconocido en el ámbito político pero, no quiere decir que no gozara, de un amplio y profundo reconocimiento popular –y a nivel nacional– muy querido artista, como era y arte, el suyo, en el que desarrolló una crítica ingenua, a veces, pero no por ello menos firme en contra de inequidades e injusticias. En otras palabras, el Presidente Morales era un desconocido en el ámbito de las élites políticas pero no lo era –en absoluto– y a nivel nacional –impresionante la fuerza de la televisión abierta– para los electores. En cuanto a “conocimiento” abundan además los espejismos y, así, existen muchos que confunden el conocimiento con la clase mediática y se creen conocidos por aparecer en titulares e informaciones de prensa, incluidas entrevistas y coloquios. A guisa de ejemplo, una señora me comentaba, hace poco, sobre Iván Rodríguez –tal el conocimiento de la población, ocupada en lo suyo, en su propia vida, en sus problemas– sobre una de las figuras más divulgadas del momento, el Comisionado Iván Velásquez. ¡Cuidado –pues los aspirantes– con los cantos de sirena! La experiencia –a base de golpes– lo va haciendo a uno un perro viejo que ladra echado.
*Pedro Bal Cumes
COLUMNAS
Política Cultural Municipal: un impulso para el desarrollo local
Lic. Ernesto Salvador Flores Jerez
Dirección General de Desarrollo Cultural
La Política Cultural Municipal (PCM) es un instrumento clave que integra un plan de acción y organización a nivel municipal con un enfoque a mediano y largo plazo. Su objetivo es impulsar el desarrollo cultural, posicionando a la cultura como un motor de crecimiento para las comunidades locales. Desde su inicio en 2016, se han formulado 130 PCM, que han sido aprobadas por sus respectivos consejos municipales, alcanzando un hito importante en 2024.
Este proyecto, impulsado por el Ministerio de Cultura y Deportes, a través de la Dirección General de Desarrollo Cultural, se centra en la descentralización de los procesos culturales, asegurando la salvaguarda y promoción de las expresiones culturales, tradiciones y patrimonio local.
Este proyecto se centra en la descentralización de los procesos culturales, asegurando la salvaguarda y promoción de las expresiones, tradiciones y patrimonio.
A lo largo de cinco fases, el proyecto busca involucrar a las autoridades edilicias, organizaciones de la sociedad civil y actores culturales locales, en un proceso colaborativo que refuerza la identidad y riqueza cultural de cada municipio.
La primera fase se enfoca en la vinculación entre el Ministerio de Cultura y Deportes con las autoridades municipales, asegurando el compromiso y aprobación del Concejo Municipal para formular la PCM.
En la segunda fase, se realizan encuentros presenciales en los municipios con la participación de actores culturales clave, en donde se discuten temas esenciales como las artes, patrimonio cultural y deporte, identificando problemáticas y soluciones para su desarrollo.
La tercera fase comprende la redacción de la propuesta de PCM, basada en la información recopilada durante los encuentros. Seguidamente, en la cuarta fase, se lleva a cabo un taller final para validar y corregir la propuesta antes de su presentación oficial al Concejo Municipal para su aprobación.
Finalmente, la quinta fase culmina con la entrega pública de las PCM a nivel nacional, un acto que formaliza el compromiso de las autoridades y actores culturales para la implementación de estas políticas. Este esfuerzo conjunto tiene como meta principal el rescate, la promoción y la preservación de la diversidad cultural y deportiva en cada municipio, fomentando el buen vivir y fortaleciendo el tejido social a través de la cultura.
Con estas acciones, la Política Cultural Municipal se consolida como una herramienta fundamental para el desarrollo sostenible de las comunidades locales, garantizando que las futuras generaciones puedan disfrutar y participar en la rica herencia cultural de sus municipios. Este 2024 se logra un éxito al acumular ya 130 PCM a nivel nacional.
COLUMNAS
Pueblos de mujeres y niños
Patricia Letona
Innovación y Relacionamiento Estratégico
¿Qué futuro le espera a un pueblo cuyo tejido social se ha roto, donde la mayor aspiración de sus jóvenes es encontrar los recursos necesarios para migrar?
¿Cómo hemos fallado como país para que la migración se haya convertido en la principal opción para garantizar el sustento económico?
Tan solo en el 2021, cerca de 300 mil guatemaltecos llegaron de manera irregular a la frontera sur con Estados Unidos, no todos lograron pasar. Muchos de ellos comprometieron todo su patrimonio familiar.
Conozco a guatemaltecos migrantes que desean regresar, pero no saben qué hacer al volver.
En lo profundo de Guatemala encontramos pueblos habitados casi en su totalidad por mujeres, niños y ancianos porque sus hombres y jóvenes ya han migrado. Estamos comprometiendo seriamente las posibilidades de nuestro país si no hacemos un alto e invertimos en la educación tanto de niñas como niños, de los jóvenes. No solo educación formal que de por sí es tan precaria, sino también en habilidades blandas y de desarrollo personal que les permitan encontrar oportunidades para desarrollar negocios en sus propias comunidades.
El impacto de esta fractura en el tejido social tiene dimensiones profundas. La migración no solo ha separado familias, sino que ha debilitado los lazos comunitarios que solían ser el pilar de la cohesión social en muchas aldeas guatemaltecas. La ausencia de los hombres ha reconfigurado la estructura familiar y ha impuesto mayores cargas sobre las mujeres, quienes, además de cuidar de sus hijos y del hogar, deben manejar la incertidumbre de si sus parejas lograrán enviar remesas regularmente y de si los volverán a ver.
Aunque las remesas son una fuente significativa de ingresos para muchas familias, no se traducen siempre en desarrollo económico sostenible ya que a menudo se destinan únicamente a cubrir necesidades básicas y consumo inmediato, en lugar de invertirse de manera productiva en negocios o ahorro a largo plazo. Sin conocimientos sobre cómo gestionar esos recursos de manera eficiente, las oportunidades para generar riqueza sostenible se ven reducidas. Esto perpetúa la dependencia económica y evita que las remesas se conviertan en un motor de desarrollo económico y social en las comunidades receptoras.
La dependencia económica de las remesas es otro factor preocupante. Si bien estas contribuyen a la economía familiar, no reemplazan la presencia emocional y física del padre o del joven migrante. A largo plazo, la migración de hombres podría transformar no solo la dinámica familiar, sino también la identidad misma de las comunidades.
Los niños crecen en un entorno donde la figura paterna o masculina está ausente, lo que afecta su desarrollo emocional y la transmisión de valores culturales y sociales.
Desde un punto de vista económico, ya se siente con intensidad la falta de mano de obra en sectores como la construcción, la agricultura o el transporte, donde muchos trabajadores han optado por migrar.
Conozco a guatemaltecos migrantes que desean regresar, pero no saben qué hacer al volver. Preguntan: ¿Cómo puedo tener una vida digna en Guatemala? ¿Cómo puedo poner un negocio o encontrar un buen trabajo? Muchos han logrado regresar y salir adelante, pero no es tarea fácil. La falta de oportunidades sigue siendo un reto para aquellos que desean volver y construir una vida en su propio país.
Es momento de que enfrentemos este fenómeno, no solo desde una perspectiva económica, sino desde una visión social y humana. La migración toca el corazón de nuestras comunidades. Sin hombres, sin jóvenes, los pueblos corren el riesgo de perder su esencia, y con ello, una parte fundamental de nuestra identidad como nación.
Comunicación y Relaciones Públicas – CONADI
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “el bienestar que una persona experimenta como resultado de su buen funcionamiento en los aspectos cognoscitivos, afectivos y conductuales; en última instancia, el despliegue óptimo de sus potencialidades individuales para la convivencia, el trabajo y la recreación”. Este concepto nos recuerda que la salud mental no es solo la ausencia de trastornos, sino un estado integral de bienestar que abarca nuestras dimensiones emocional, psicológica y social.
Para el 2024, la celebración del Día Mundial de la Salud Mental será el 10 de octubre.
No podemos concebir la salud física sin cuidar la mental, ya que ambas están profundamente interrelacionadas. El bienestar mental influye directamente en el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico, y es un factor clave en la calidad de vida. Por ello, debemos entender que cultivar la salud mental va más allá de evitar enfermedades, implica construir un equilibrio que nos permita desarrollarnos plenamente en todos los ámbitos de nuestra vida.
El autocuidado de la salud mental es importante, desde la niñez hasta la vejez. A lo largo de nuestra vida, enfrentamos desafíos y factores que pueden fortalecer o debilitar nuestra salud mental: desde la estructura social y el entorno en el que vivimos, hasta las circunstancias personales que nos afectan. Estos determinantes influyen directamente en nuestra capacidad para manejar el estrés, las emociones y las relaciones, por lo que debemos incluir en nuestra rutina diaria prácticas de autocuidado orientadas a mejorar tanto la salud física como la mental.
Es preocupante que el gasto destinado a los servicios de salud mental a nivel mundial representa solo un 2.8 por ciento del gasto total en salud. Esta insuficiencia ha contribuido al aumento de problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad, que a su vez impactan negativamente en la salud física. Esto refleja una falta de atención hacia un problema que afecta a millones de personas.