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Revista Viernes

La Paach una danza ancestral

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Ritual que fortalece la identidad maya mam en nuestro país

Fotos: E. Sacayón / FLAAR

El libro Ceremonial de la Paach de Olga Lidia Xicará Méndez y Byron René Hernández García, edición especial de 2014 en el que participó el Ministerio de Cultura y Deportes (MCD), recopila una cantidad importante de información acerca de esta danza ancestral.


El 3 de diciembre de 2013 fue inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial Inmaterial de la Unesco y desde el 13 de noviembre de 2002 fue declarado Patrinomio Cultural Inmaterial de la Nación, por el MCD.


Su significado


“En idioma maya mam Pa’ch significa mazorcas de maíz unidas entre sí, con dos, tres, o más cabezas. Es llamada Santa Madre, porque su leche fomenta la vida y da fuerzas para que los hijos sean sanos y buenos ciudadanos, por esa razón se le vincula con ‘la madre que nos vio nacer’. Es el fruto de las entrañas de la tierra como el hombre y la mujer de las entrañas de la madre, por esa razón existe una vinculación filosófica con el espacio y tiempo de gestación del ser humano y el cultivo de la Paach”, se lee en el documento mencionado. Agrega que para los abuelos significa el retomar por las nuevas generaciones los principios de respeto a la naturaleza, a los ancianos, al fomento del diálogo y al fortalecimiento de la identidad maya-mam.


Se realiza en el municipio de San Pedro Sacatepéquez, San Marcos, y en la antigüedad (de 1950 hacia atrás), se iniciaba el 25 de julio, día de Santiago Apóstol, con una ceremonia maya en los cerros que se localizan en los cuatro puntos cardinales del pueblo y terminaba en septiembre.


En la actualidad cita el texto: “Debido a los procesos políticos, económicos y culturales suscitados a lo largo de la vida de la sociedad sampedrana, ha hecho que en el ceremonial ya no desarrollen todas las actividades que se hacían. Sin embargo, la esencia sigue vigente, como los principios de la cosmogonía maya mam, en la realización de la práctica de agradecimiento, conservación y de compartir el fruto de la madre tierra con los hombres y mujeres de la comunidad”.


Resalta que “en su esencia es una celebración de agradecimiento por la cosecha y la manifestación de compartir en forma comunitaria los alimentos generados por la madre tierra. A lo largo de su existencia, el ceremonial enfrentó procesos que lo pusieron en peligro de desaparición en las décadas de 1970, 1980 y 1990, entre las causas de orden político está el conflicto armado interno, que afectó a todo el país. Sumado a ello, la precariedad económica en la que sobreviven quienes la practican y la influencia de factores culturales producto de los procesos de la globalización económica”.


Se tiene registro de algunos datos en La Recordación Florida, de Francisco Fuentes y Guzmán, donde se indica que se siguió realizando en tiempos de la colonia. Su contenido y particularidad expresan sin lugar a dudas que, en algún momento fue efectuado de manera muy similar antes de la llegada de los españoles.


Los componentes


Para poder hacer la ceremonia se necesita a Los Señores del Pregón, El Parlamento, Las Madrinas de la Paach, La Danza de la Paach y la música (El son de la Paach).


Los Señores del Pregón, son los encargados de la tradición, cuyo conocimiento y liderazgo en la comunidad pretenten ser la salvaguarda de esta ceremonia.


El Parlamento consta de 707 palabras y se expresa en maya mam. Su contenido evoca el agradecimiento a la Santa Madre, y ha sido transmitido de generación en generación.


Las madrinas de la Paach son las esposas de los parlamenteros, si por una razón alguna no puede acompañarlo se suple por la hija mayor. Y cierran con la danza, que es acompañada con una marimba sencilla, tun, chirimía y pitos de agua. Además, en la casa de la familia que apadrina, espera una marimba a que lleguen los pregoneros para iniciar la danza.


Hoy en día…


Xicará y Hernández, en su edición de 2014, manifiestan que desde la iglesia de la localidad salen desde muy temprano Los Señores del Pregón, Las Madrinas e invitados para recibir la bendición y hacer el recorrido por las calles “y detenerse en el espacio ceremonial donde se ubican las cuatro cruces que han sido bautizadas en la creencia católica como: a) Cruz Blanca, b) Cruz de la Madre, c) Cruz de San Sebastián, y d) Cruz de los Bautista”, todo es acompañado del sonido del tambor que anuncia la llegada.


La danza


Dura un promedio de 6 a 8 horas, dependiendo de la cantidad de personas invitadas y en ese tiempo la marimba ejecuta ininterrumpidamente El son de la Paach. Los últimos en bailar son Las Madrinas y los dueños de la casa. Besan la Paach, le dan a besar a todos los invitados y por último hincándose nuevamente frente al altar, colocan a las Paach en su risco, se persignan, besan la tierra, se levantan y se sientan en sus respectivos lugares. La marimba deja de tocar y se queman cohetes, indicando que la danza ha terminado. Posteriormente, se ofrece un tamal y en algunas ocasiones pepián o mole. El aperitivo de aguardiente no falta y este se da al final de la danza (para los que deseen), relatan los autores.

Sincretismo

“De Paxil, de K’ayala’, así llamados, vinieron las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas. Estos son los nombres de los animales que trajeron el alimento: el gato de monte, el cuervo, coyote y el chocoyo que dieron la noticia de las mazorcas blancas y de las mazorcas amarillas.


Ellos venían de Paxil, y fueron los que enseñaron el camino a Paxil. Allí encontraron el alimento, los ingredientes para el cuerpo de la gente creada, la gente formada, maíz fue lo utilizado por Alom K’ajolom.. .(Popol Wuj).


Y así continúa narrando la forma en que los creadores y formadores hicieron a las primeras madres y primeros padres. Es en este marco en que nace el Ceremonial de la Paach”, menciona el libro Ceremonial de la Paach.

Katheryn Ibarra
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Soplo lírico de Miguel Ángel Asturias

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El autor escribió la sustancia más profunda de su pueblo en sus versos

“La obra literaria Sien de Alondra, de Miguel Ángel Asturias, de formato rectangular, orientación vertical. Encuadernación cartoné fresada cosida, compuesta por tapas cartulina marrón. Cubierta enmarcada, lomo impreso con texto imprenta de distintos tamaños alineados en cabecera y piecera, en su primera edición”, así describe al ejemplar del Nobel guatemalteco el programa Surdoc.


Libro que perteneció a la biblioteca personal de Gabriela Mistral, donada en vida por la Nobel a Barnard College, Universidad de Columbia, institución donde se desempeñó como profesora visitante entre 1930-1931. En el 2009 donó esta colección completa al Estado de Chile. En el 2010, la colección es transferida al Museo Gabriela Mistral de Vicuña.


El hispanista italiano Giuseppe Bellini en su ensayo expresó que ante todo la poesía es una constante de toda la obra de este escritor, porque también su prosa es esencialmente poética. “Con razón, por ello, un crítico italiano, Cesco Vian, ha podido definirlo ‘novelista-poeta, de los Mayas de hoy’. En efecto, la poesía, constituye la raíz de toda su creación artística y se manifiesta en ese sentido lírico-narrativo con que vive su mundo, en una ‘indianidad’ que no es motivo folklórico, sino parte esencial de su espíritu”, indicó.


Agregó el experto: “La posición sincera, de Asturias, que lo une íntimamente a (sus raíces), no haga de él un lírico limitado y regional, antes bien amplía su significado al ámbito todo de la más alta poesía, a la que aporta una sensibilidad nueva, sorprendente, una frescura de ritmos y colores que no decaen nunca en la nota de lo pintoresco superficial; expresan directamente, con el sentido vivo de una tremenda tragedia humana, una permanente nota lírica que se impone sobre sí misma”.


Sien de Alondra


Comprende la producción poética desde 1918 hasta 1954, dividida en etapas según las motivaciones y los viajes hechos por el poeta (época 1918-1928, Guatemala-París).


A decir de Alfonso Reyes, que escribió un extracto del prólogo para la obra, “aquel sobresalto gustoso con que nos atraían y punzaban los poemas de Miguel Ángel Asturias, cuando los leíamos en orden disperso, uno aquí y otro allá.


Hay en este libro algo de hazaña, hazaña de investigación poética, la cual no podría llegar a tal término de excelencia (dejémonos por ahora de estímulos, inspiraciones, fuentes y demás armas de la
cultura).

ADIÓS

¡A tu risa, tu pena, tu color, tu ilusión, tu cabello es el viento suavemente ondulado, tu silueta de nardo, tu perfume, tu voz!
¡Ah mi llanto, mi llanto, mi inconforme dolor, mi camino en el viento débilmente trazado mi pañuelo de niño con ahogos de adiós!

Fuentes consultadas, Surdoc, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y Miguel Ángel Asturias, libro de Marta Pilón.

Programa Surdoc

Es una herramienta informática para la administración y manejo de las colecciones de los museos.

Marisol Vásquez
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Las navegantes del Pacífico

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En estos meses son liberados miles de crías de tortugas marinas

Las nubes grises sobre el mar anunciaban una tormenta durante una tarde de sábado, cuando un grupo de personas documentó la liberación de las tortugas marinas en Taxisco, Santa Rosa. A cada uno se le entregó una jícara en la que estaban las recién nacidas que no pueden ser tocadas, para ponerlas en la arena. Con pasos lentos, unas más que otras, dirigidas por su instinto de sobrevivencia, avanzan a la inmensidad de las aguas y se marchan.


Este proceso se realizó en la Estación Biológica comunitaria El Banco, ubicada en la carretera a Monterrico, donde se protege a las especies que están en peligro de extinción en la costa del Pacífico de Guatemala. Establecida por la Asociación Fundaselva de Guatemala e Índigo Expeditions, en 2017, para monitorear las poblaciones y asegurarles la supervivencia. Las hembras, durante la temporada de anidación, regresan a la playa para poner sus huevos y cada nido puede contener hasta 120.


Otra de las labores en el lugar es la limpieza de la playa de plásticos y basura, para mantener el medioambiente saludable y trabajan con las escuelas locales para concienciar sobre la contaminación.
Asimismo, en las comunidades de los alrededores se recolectan huevos y los incuban en sus criadores para ayudar a que más crías sobrevivan. Luego, liberan a los neonatos en el océano Pacífico y dan la oportunidad al público de participar y promover la conservación.


Puede adquirir una docena de huevos de un miembro de la comunidad local que los ha recolectado legalmente de un nido en la playa o adoptar estos reptiles y el dinero ayuda a realizar un trabajo vital para preservarlos. También se liberan por las tardes de septiembre hasta diciembre, a partir de las 16:45, por una contribución de 10 quetzales.


Experiencias


“Es la primera vez que participé, siempre me había surgido la inquietud de saber cómo era el proceso, y es una experiencia inigualable colaborar con el ciclo de la vida animal. Es una actividad que recomiendo, apta para toda la familia y se fomenta en los niños el respeto a la naturaleza”, expresó Alejandro Ávila.
Mónica Duarte comentó que fue una práctica muy enriquecedora asistir a las crías a que continúen con su ciclo de la vida.


“La liberación nos forma parte de la naturaleza y aprendamos sobre la conservación de la especie. Desafortunadamente, no sabemos cuántas van a sobrevivir de los depredadores, pero debemos estar satisfechos de que cumplimos con este apoyo”, manifestó.


El Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) menciona que los esfuerzos para la conservación de las tortugas marinas en el país continúa con el apoyo de socios estratégicos, los cuales se iniciaron en los años 80, con el establecimiento de los primeros tortugarios y un sistema informal de cuotas de conservación.

Datos

Desovar
Las hembras pueden poner entre 80 y 100 huevos en un nido.

Incubación
Los huevos de los quelonios marinos incuban entre 40 y 45 días.

Vida marina
Pueden pasar más de 10 años antes de que las hembras regresen a su playa.

Marisol Vásquez
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Los cuentos de Yolanda Oreamuno

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El mérito de esta compilación radica en la búsqueda, el rastreo del mito y la riqueza literaria que la autora decidió publicar en vida. Los 16 cuentos que integran esta edición comparten la voz de la pérdida, la resistencia al paso del tiempo y la necedad de la naturaleza humana.


Sutiles y sugerentes, los cuentos de Las mareas vuelven de noche y otros cuentos se revelan al lector con la complicidad de un secreto compartido por la autora.


Esta publicación es un homenaje a su memoria. Yolanda Oreamuno escribe el primer cuento a los 16 años. Aproximarse a su trabajo literario es entrar en el cuarto de los espejos. Su narrativa es nebulosa y nostálgica, en ella gravitan personajes perversos e inocentes, que odian o aman a ciegas.

Colaborador DCA
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