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Revista Viernes

Gobierno-prensa, historia de una relación ríspida

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La luna de miel entre autoridades gubernamentales y medios de comunicación regularmente dura poco tiempo y para el gobierno de Juan José Arévalo (1945-1951) no fue la excepción

No habían pasado ni 20 días de haber asumido como Presidente, el 15 de marzo de 1945, y las páginas de los periódicos ya registraban la primera sublevación en contra del mandato de Juan José Arévalo, ante lo cual el gobernante tuvo que implementar una restricción temporal de garantías, tal y como lo presenta León Aguilera en el libro Treinta años de El Imparcial, que recoge la historia del diario entre 1922 y 1952.
La medida llevó a la suspensión de los periódicos El Mercurio, Demócrata y Actualidad, lo que se convertiría en el primer roce entre periodistas y la nueva administración gubernamental. En su portada, según Aguilera, El Imparcial titula: “Nos ufanamos de haber conquistado nuestras libertades en Guatemala. No las perdamos tan pronto”. Ante ello, Adolfo Almengor, ministro de Gobernación de la época, sale al paso y afirma: “Será respetada la libre emisión del pensamiento, así como la circulación de los órganos de publicidad”.


El resto del año continuó en cierta armonía. La relación encontró su punto de inflexión en enero de 1946, cuando decidió separar de su gabinete a Jorge Toriello, líder civil de la Revolución de Octubre de 1944 e integrante de la Junta Revolucionaria, que guio la transición hacia las elecciones que culminaron con la victoria de Arévalo.


“El 11 (enero de 1946) los diarios de la mañana y los de la tarde propalaron la noticia increíble: Arévalo da las gracias a Toriello. Indescriptible la resonancia del suceso. Para los adversarios del arevalismo, dentro y fuera del Gobierno, aquello significaba la caída de Arévalo”, relata el propio gobernante en su libro Despacho Presidencial, en el cual describe detalles de su administración.


En torno al tema, El Imparcial destaca que Toriello hizo “declaraciones punzantes” al detallar que “seguirá su lucha por la revolución y sus ideales, que no se han llevado a cabo”. Mientras, en sus memorias, Arévalo apunta: “No perdamos de vista el magnífico telón de fondo que nos ofrecía la prensa de aquellos meses. El Gobierno disponía del gran diario Mediodía para sus necesidades de información, propaganda y doctrina. La circunstancia de estar inscrito en el Presupuesto de la Nación, daba al diario una libertad de espacios para ofrecer colaboraciones de alta calidad intelectual…”.


Además, el mandatario sostiene que “la defensa elogiosa de la obra gubernativa estaba en todas las páginas, y la figura personal del Presidente de la República, pedagogo, escritor y político de nuevas aguas merecía no pocas referencias encomiásticas, disgustó a la vieja prensa, recostada financieramente en los anuncios de comerciantes locales y de empresas extranjeras, situación que les impedía elogiar la obra revolucionaria, contraria en un todo a los intereses mercantiles sobre que se amparaban los periódicos de siempre”.


Ataques entre medios


Los escritos consultados para este artículo dan cuenta de ataques directos entre medios oficiales y comerciales, aspecto que Arévalo documenta así: Mediodía se fue convirtiendo en la bestia negra del régimen Arevalista, y la otra prensa se disciplinó en el embate contra el moderno y juvenil diario oficial. Principalmente El Imparcial (famosa tribuna ubiquista) y La Hora, escrita casi totalmente por su propietario, recientemente separado del Registro de la Propiedad Inmueble”. Según el gobernante, “la salida de Toriello, indicio claro de que Arévalo caería pronto, fue como un acicate”.


La rivalidad entre unos y otros continuó en ascenso. La llegada de Francisco Villagrán al Ministerio de Gobernación en enero de 1947 supuso una tregua entre medios, así como entre estos y el Gobierno. El nuevo funcionario sugirió al mandatario el cierre de Mediodía, para calmar los ánimos. Supuestamente, era algo pactado con los dueños de algunos periódicos.


Arévalo accedió a la propuesta y ordenó el cierre del medio, pero no se cumplió lo que supuestamente habían pactado y los embates contra el Gobierno continuaron.


Una manifestación organizada por opositores gubernamentales terminó en una riña tumultuaria cuando seguidores de Arévalo trataron de impedirla. En sus memorias el mandatario lo describe así: “Fue un tumulto grotesco, muy democrático, pero bochornoso. Los principales manifestantes huyeron. Toriello, pistola en mano, se guareció en un negocio, sin disparar”.


El hecho fue el titular principal de El Imparcial, el 17 de marzo de1947, que lo tituló: Rota a palos manifestación. Según Aguilera, Villagrán acusó a la prensa comercial de “propagandista de la manifestación y echándole encima la responsabilidad de los sucesos”. Según el medio, el país se encontraba “al borde del abismo” y a su criterio la democracia estaba en peligro.


En ese sentido, Arévalo detalla que Villagrán tomó a su cargo la investigación y pudo informar que la contramanifestación tuvo origen en medios sindicales. Además, explica que “el honorable Ministro, que entró al Gobierno como padrino y protector de los periodistas ´independientes´, se sintió burlado”. De hecho, fue el mismo funcionario quien días después le sugirió al gobernante “modificar las leyes de la materia a fin de infundir en el periodismo nacional (otrora sumiso, ahora insurrecto) cierto sentido de responsabilidad”.


Esta medida enfrentó aún más al Gobierno con la prensa y a medida que avanzaba en el Congreso la aprobación de la normativa, la lucha de los periodistas conllevaba a la creación de la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), entidad fundada el 10 de abril de 1947.


Arévalo logró controlar 28 intentos de sublevación por parte de las fuerzas armadas y los embates de la llamada prensa independiente, y traspasó el mando a Jacobo Árbenz el 15 de marzo de 1951. Incluso, el 20 de agosto de 1949 concretó la creación del periódico Diario de la Mañana.

Rodolfo Zelada
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Así fue la vida del genio de las letras

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Miguel Ángel Asturias conoció las precariedades de los habitantes de sitios alejados de la capital, así como sus costumbres y tradiciones. De igual forma, las opulencias de Europa, pasando por América del Sur, toda una vida que hoy es celebrada a 125 años de su nacimiento.

Katheryn Ibarra Fotógrafo: Sergio Espada
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El Nobel también tuvo detractores

No todo fue regocijo en la vida de Asturias, incluso estuvo envuelto en polémicas

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No todo en la vida es miel sobre hojuelas y eso puede comprobarse también en el contexto que envuelve a nuestro premio Nobel. En las siguientes líneas conocerá algunos textos dedicados a Asturias que no son favorables hacia sus escritos o forma de pensar y que han quedado plasmados para la posteridad. 

Luis Cardoza y Aragón, con libro Miguel Ángel Asturias, casi novela

El texto Miguel Ángel Asturias, casi novela evidencia el enfrentamiento con los discursos de lo que Cardoza diagnostica como elementos conservadores tanto en la conducta de Miguel Ángel Asturias como en las concepciones aislacionistas del indígena. El discurso cardociano es una reacción a este tipo de elaboraciones discursivas.

La recepción de Miguel Ángel Asturias, casi novela se sitúa también en los bordes de la contradicción. Para algunos críticos, el trabajo final de Cardoza no es más que una arremetida envidiosa que procura degradar a Asturias señalándolo como traidor de las causas indígenas y aliado de los dictadores. Señala Mario Payeras que “no es este un libro afortunado y contrasta con otros de Luis Cardoza. Dos veces lo leí, esperando modificar mi primera impresión desfavorable, pero confirmo el juicio original. Es en mi opinión un libro dogmático como estética, lo hallo pletórico de las pretensiones de todo vanguardismo y lo siento ajeno sobre todo a la cultura democrática que Guatemala reclama con apremio”. 

Publicado en la revista Comunicación Vol. 11, de 2001.

Rodríguez Monegal lo acusa de monótono

Literaria es la reflexión de Emir Rodríguez Monegal, quien, en oportunos tiempos del llamado boom, decidió que la obra asturiana se dividía en dos épocas. La que va de Leyendas de Guatemala a Week-end en Guatemala, y la restante. Con singular maniqueísmo, el crítico uruguayo señalaba que la grandeza de Asturias estaba en la primera etapa, mientras que la segunda caía por exceso de compromiso social, criollismo, indigenismo y, sobre todo, repetición (424-426). Rodríguez Monegal encontró pronta respuesta en Gerald Martín, pero no retrocedió en sus severos juicios. 

Publicado en la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes (www.cervantesvirtual.com). 

Acusaciones políticas de persecución 

Un ejemplo de mezquindad fue la del escritor y renegado comunista guatemalteco Carlos Manuel Pellecer (1920-2009), quien en 1964 “recordó” que cuando él era un perseguido político por el gobierno de Jorge Ubico “La prensa se mantuvo discreta, sin atacarme (…). Solo el radio-periódico Diario del Aire en donde a partir del director contaba entre el personal corrompidos aduladores, me dedicó violentos ataques.

El poeta Miguel Ángel Asturias era el director, José Manuel Fortuny uno de los locutores más ambiciosos. Hoy día se conducen en ‘moralistas’ y propagan otras ideas y, como entonces, siguen cobrando por su literatura zalamera, ahora a favor de las tiranías comunistas”.

Esto lo publicó Pellecer en Memoria en dos geografías. Nuevamente, en julio de 1971 vuelve a la carga contra Asturias al indicar en su artículo Las Moscas del Señor, que cuando la prensa dio a conocer que el poeta cubano Heberto Padilla (fiel defensor de Fidel Castro en el extranjero) había sido encarcelado por orden de este acusándolo de contrarrevolucionario, el dictador se vio obligado a dejarlo libre un mes después, aunque el poeta hubo de firmar una carta con su “confesión autocrítica”, la cual fue vista con suspicacia por muchos intelectuales en el extranjero.

Sin embargo, se consideró que el atropello fue “instigado” por Moscú como una “maniobra antifidelista” para “aislar a Fidel de sus amigos y admiradores europeos y americanos”, motivo por el cual los rusos ordenaron a varios intelectuales romper lazos con el barbudo, aunque según Pellecer, utilizando tácticas distractoras del verdadero fondo del asunto, señalando que “Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel de Literatura, el 19 de junio lanzó contra el joven y famoso escritor colombiano Gabriel García Márquez, la acusación de haber plagiado groseramente La Búsqueda del Absoluto de Balzac, con su obra Cien años de Soledad. Y no para aplacar el revuelo causado por el asunto Padilla que no se aplaca (…) García Márquez, pese a la grita armada por intelectuales y artistas en torno al caso Padilla (dijo que) ‘Yo no sé si de veras Heberto Padilla le estaba haciendo daño a la revolución con su actitud, pero su autocrítica sí le está haciendo daño, y muy grave’. (…) Hay que silenciarlo. Inducir a los intelectuales y artistas a pensar en otra cosa, al menos por un tiempo.  

Publicado en el libro Opiniones en 1967 sobre el otorgamiento del premio Nobel a Miguel Ángel Asturias Tomo I (junio 2017) de Ariel Batres.

Katheryn Ibarra Fotógrafo: Archivo
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Revista Viernes

Miguel Ángel Asturias… el abuelo

El nieto mayor del Nobel de Literatura de 1967 retrata de forma sucinta a su abuelo, con quien compartió algunas temporadas en México y Francia. Sandino Asturias Valenzuela es hijo de Rodrigo Asturias Amado, quien llegó a ser conocido como el comandante guerrillero Gaspar Ilom

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Foto: Sandino Asturias

Sandino. Desde antes de mi nacimiento, ya mi abuelo tenía influencia en mi vida. En 1956 prologó el libro del investigador argentino Gregorio Selser Sandino, general de hombres libres. Lo tituló “Del prólogo a la arenga”, donde narraba su admiración por el héroe nicaragüense. Este hecho histórico definió por qué me llamo Sandino, nombre que marcó mi vida y mi lucha.

Nietecito amigo. El día que nací, mi abuelo publicó en varios periódicos, entre ellos, El Imparcial de Guatemala, dos sonetos dedicados a mí. Uno se llamó Mi nietecito amigo y otro Si ya no hay hadas.

El recorte del periódico llegó a mis manos, gracias al cariño y paciencia de José Barnoya (el Sordo), quien guardó durante más de 25 años el trozo del diario y me lo entregó en 1997. Mi nietecito amigo es un poema de amor y dulzura que también expresa una posición dura y firme, en relación con la realidad que había en Guatemala en 1962 y la esperanza de que su nietecito amigo fuera parte del cambio que necesitaba Guatemala.

Espejito con Ojos. Mi abuelo siempre me dijo “Espejito con Ojos”. En todas sus cartas y conversaciones se refería de esa manera a mí. En su cuento El hombre que lo tenía todo, todo, el personaje principal es Espejito con Ojos, y de esa manera inmortaliza su manera de llamarme.

Cuando mi padre fue exiliado en 1964 por Miguel Idígoras Fuentes nos fuimos a vivir a México. Mi abuelo vivía en París, Francia, y nos visitaba. Las casas de Alaide Foppa y Luis Cardoza y Aragón, que también estaban exilados, eran los lugares de encuentro, muchos de los cuales quedaron registrados en fotografías.

En 1971, con 8 años de edad, estando mi padre en la lucha revolucionaria, mi madre fue secuestrada y gracias a la intervención de mi abuelo fue liberada. En ese contexto, mi madre y yo debimos salir a un segundo exilio. Esta vez pasamos unos meses en París con mi abuelo, quien nos acogió con todo su cariño. Es en esta etapa donde seguramente fortalecimos nuestra relación. Miguel Ángel Asturias fue un abuelo tierno, cómplice. A ambos nos encantaba el chocolate y él compartía todos sus escondrijos conmigo. Con él recorrí museos y teatros de París. Fue una estancia plena de ternura y amor.

En 2017, creamos junto a mi tío Miguel Ángel Asturias Amado la Fundación Asturias, desde donde hemos desarrollado una serie de proyectos para promover y ampliar el conocimiento de su obra y de su vida. Entre otros proyectos, impulsamos la creación del Museo Miguel Ángel Asturias y este año, que ha sido declarado por el Gobierno de Guatemala como el año de Miguel Ángel Asturias, en conmemoración del 50 aniversario de su muerte y 125 de su nacimiento, decidimos repatriar los restos de Miguel Angel Asturias a Guatemala, que es el lugar donde él siempre soñó para descansar para siempre. Para este acontecimiento contamos con el apoyo de las autoridades de Francia y Guatemala.

Mi abuelo heredó en mí todo el amor a Guatemala, a su cultura, su admiración y respeto a los pueblos originarios y su capacidad de resistencia, su deseo de una nueva Patria “que no es Patria esa pobre factoría, donde todo se entrega o se ha vendido”, como escribió el 24 de julio de 1962 en Mi nietecito amigo.

Sandino Asturias Valenzuela

Redacción DCA
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