COLUMNAS
¿Podemos disminuir los suicidios? (V)
Enrique Aubá
Médico psiquiatra
Revista Nuestro Tiempo
Más o menos el 20 por ciento de los universitarios tiene un trastorno mental definido; alrededor del 40 por ciento puede tener en algún momento niveles significativos de malestar; más del 80 por ciento de sus trastornos ha empezado antes de terminar el instituto, a los 16 o 17 años.
La pandemia lo ha acentuado, pero el incremento ya venía de antes, y todavía nos falta ver si su efecto es transitorio o estable. Las autolesiones, por cierto, son un problema en sí, no solo en la medida en que son conductas previas o preparatorias para el suicidio: indican que la persona no puede manejar estados de estrés y sufrimiento. No es adaptativo calmar la ansiedad con dolor, como tampoco lo es hacerlo con violencia, sexo o comida.
Las causas que hay detrás del aumento de desregulación emocional en jóvenes son múltiples. La vida y la evidencia señalan direcciones sólidas por las que actuar y seguir investigando. Me atrevo a apuntar al menos cuatro.
Las causas que hay detrás del aumento de desregulación emocional en jóvenes son
múltiples.
Primero: la amenaza que ha supuesto la pandemia. Segundo: esta generación se ha configurado desde la pubertad con smartphones de alta velocidad y tarifa plana en el bolsillo, con lo que supone de hiperestímulo, potenciación de conductas adictivas y homogeneización. A este respecto me ha resultado iluminador el libro Salmones, hormonas y pantallas (2023), del profesor Miguel Ángel Martínez González.
El libro muestra las evidencias científicas que relacionan la epidemia de trastornos psicopatológicos y desregulación emocional en jóvenes y el aumento de agresiones y delitos sexuales con las conductas adictivas mediadas por los dispositivos digitales, incluida la pornografía, y con hábitos relacionados con la sexualidad. Es claro que falta consenso y determinación social para hacer verdadera prevención y promoción de la salud en lo que tiene que ver con el uso de los móviles y con los modos de vivir la sexualidad.
En tercer lugar, es también bastante razonable pensar que influyen estilos educativos adoptados en las últimas décadas que conllevan una baja tolerancia a la frustración, falta de límites definidos y referencias poco claras para el crecimiento. Estos cambios pueden deberse en parte a un movimiento pendular tras unos estilos más rígidos o disciplinarios, a la vez que manifiestan una desestructuración progresiva de la familia.
Cuarto: un nuevo paradigma de valores que afecta a la construcción de la identidad. Lo líquido y el cambio han pasado a ser la norma. “Modernidad líquida” lo llamó el sociólogo Zygmunt Bauman. Yo lo aprendí del doctor Manuel Martín Carrasco, actual presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, quien señala que los problemas de identidad están en la base de muchos trastornos psiquiátricos.
Todos actuamos en la prevención. Se necesita facilitar que las personas con ideación suicida puedan acceder a recursos para la petición de ayuda, para la expresión y regulación emocional.
Continuará…
COLUMNAS
El informe Draghi y la banca
Antonio Carrascosa
Profesor del Máster en banca y Regulación Financiera
El reciente informe sobre el futuro de la competitividad de la Unión Europea liderado por Mario Draghi ha tenido mucha repercusión en los medios europeos.
En este artículo nos vamos a centrar en su análisis del sector financiero europeo y, especialmente, de la banca, y sus propuestas de reforma.
Otros problemas son el menor uso por los bancos europeos de la titulación de activos.
El informe constata un bajo nivel de financiación de la inversión en Europa. ¿Cómo se explica ese bajo nivel? Básicamente, por unos mercados de capitales en la Unión Europea muy fragmentados y, consecuentemente, por un “excesivo” papel de la banca en dicha financiación (además de un menor desarrollo de los planes de pensiones; algunas limitaciones a la inversión a largo plazo de compañías aseguradoras; un elevado coste de la inversión en activos financieros por particulares; etc.).
Comparando la banca norteamericana y europea, según el informe, la primera tiene mayor tamaño, menores costes y una mayor rentabilidad.
La rentabilidad sobre el capital (ROE, por sus siglas en inglés) de la banca norteamericana es persistentemente mayor que el de la europea, y la relevancia de las comisiones (especialmente, las ligadas a operaciones en los mercados financieros) en la banca norteamericana es el factor explicativo esencial.
¿Qué problemas tienen los bancos como financiadores de empresas innovadoras, especialmente si son de nueva creación? Su accionariado suele ser relativamente averso al riesgo, lo que no favorece la financiación de dichas empresas, especialmente a largo plazo, cuando pueden no registrar flujos de caja positivos durante varios años y no disponen de garantías tangibles que aportar en una financiación vía deuda; los bancos no están acostumbrados a identificar las start up con proyección y gestionar el riesgo de crédito que suponen; este tipo de empresas necesitan una proporción elevada de capital; el peso de los depósitos bancarios (muy volátiles en momentos de incertidumbre sobre la calidad de su balance) ha generado una regulación prudencial que limita significativamente la inversión bancaria en activos de mayor riesgo; etc.
Otros problemas, según el informe, son el menor uso por los bancos europeos de la titulización de activos y la implementación completa de Basilea III en la Unión Europea, que puede ser una fuente de desventaja competitiva con respecto a la banca norteamericana, al haber decidido las autoridades estadounidenses posponer dicha entrada en vigor.
Propuestas de reforma. Además de un mayor desarrollo de la titulización y de una necesaria valoración de la carga regulatoria de las entidades, el informe propone completar la unión bancaria como vía para reducir la fragmentación de la banca europea y aumentar su tamaño, eficiencia y rentabilidad.
En concreto, el informe propone la eliminación de competencias de las autoridades nacionales de supervisión y resolución sobre bancos con actividades transfronterizas significativas (generalmente, los de mayor tamaño). Esto evitaría episodios de ring-fencing, en situaciones de crisis, afectando a filiales transfronterizas de un mismo grupo bancario.
En este apartado, el informe señala que habría que crear un sistema de garantía de depósitos (SGD) diferente para ese grupo de bancos transfronterizos gestionado de manera centralizada. Para el resto de entidades podrían mantenerse los actuales sistemas de garantía
nacionales.
COLUMNAS
Juan José Arévalo Bermejo (1904-1990), fascismo, neofascismo y autoritarismo (III)
Oscar Peláez Almengor, Ph.D. (Tulane University, 1996).
Profesor Titular XII
Centro de Estudios Urbanos y Regionales
Universidad de San Carlos de Guatemala
En pleno siglo XX, posteriormente al derrocamiento de la Revolución de Octubre en 1954, se sucedieron varios gobiernos con tintes autoritarios, como el del coronel Carlos Castillo Armas (1914-1957), asesinado en la misma casa presidencial.
Fue presidente de la república de 1954 a 1957; posteriormente, el régimen del general Carlos Manuel Arana Osorio (1918-2003), presidente de 1970 a 1974; los también militares Kjell Eugenio Laugerud García (1930-2009), presidente de 1974 a 1978, y Fernando Romeo Lucas García (1924-2006), presidente de 1978 a 1982. El general Efraín Ríos Montt (1926-2018), presidente de facto entre 1982 y 1983, instaló los “tribunales de fuero especial” para juzgar y condenar subversivos, negándoles derechos legales.
Una pléyade de criminales le debe al país más de 250,000 muertos y desaparecidos.
Como ellos, una pléyade de criminales que le deben al país más de 250,000 muertos y desaparecidos. La eliminación física de sus oponentes políticos fue moneda corriente; la organización de escuadrones de la muerte y la desaparición de militantes políticos de izquierda estuvo a la orden del día. Esto, con el asesoramiento y guía de oficiales estadounidenses bajo la cobija de la “Guerra Fría”.
Pero el presidente Juan José Arévalo Bermejo lo había vislumbrado claramente cuando señaló: “Solo quiero expresar gratitud pública a dos estamentos de la vida nacional. En primer lugar, a los trabajadores y campesinos de todo el país.
Fueron ellos los que me inspiraron desde 1944, cuando aún no estaban organizados sindicalmente, las superiores directivas de la revolución guatemalteca. Fueron ellos los que, mostrándome sus espaldas cruzadas por el látigo de los jefes políticos o de los mercaderes, me indicaron la monstruosidad de los regímenes del pasado y el camino donde podíamos impedirla.
Y fueron ellos los que en los días y en las noches de los seis años palpitaron y velaron conmigo las angustias de la revolución, ofreciendo sus brazos y su sangre cada vez que los cartagineses se presentaban a las puertas… el grito de las mujeres, de los trabajadores, de los niños —grito de dolor y de esperanza—, me indicó nuevas rutas en el horizonte y me confirmó en la voluntad rectilínea de servir a la nación sobre todas las cosas.”
El fascismo, el neofascismo y el totalitarismo aún perviven en la mente y en el corazón de muchos, y deben ser desterrados a través de su conocimiento, por los costos humanos y materiales que han causado a la humanidad y especialmente a Guatemala.
COLUMNAS
El ADN censor de la élite económica
Raúl Figueroa Sarti
[email protected]
Recientemente, en su columna de “El País”, Irene Vallejo expresó: “Con intolerable osadía, las bibliotecas públicas cobijan en su silencio la algarabía de las innumerables voces. Proponen un pacto que protege todas las disidencias: tenemos derecho a elegir lo que leemos, pero no a imponer qué libros eligen libremente los demás”.
Más o menos en los mismos días en que se publicaba esta columna, en Guatemala, en la biblioteca del Banco Industrial en la zona 4 de Guatemala se realizó la “Primera Feria del Libro de Biblioteca BI”.
”Proscribir un libro, cualquier libro, es una forma particularmente ingenua de barbarie“. Irene Vallejo
Los expositores participantes debían firmar una “Carta de compromiso para proveedores Feria del Libro” que en su cláusula 7 dice: “Temáticas de libros. Por el grupo objetivo del evento, se deberá evitar exhibir y vender materiales relacionados con los títulos que tengan alguna connotación política extremista o sesgos políticos, contenido religioso controversial o temáticas sexuales explícitas”.
Aunque no es sorpresa que una institución tan representativa de la élite económica guatemalteca sin ningún recato censure la venta de libros que no son de su agrado, no por eso debe dejar de denunciarse tal hecho, y destacar que el mismo es una expresión más del miedo a las ideas.
Recordemos algunos hechos recientes: en 2011 los directivos de la Cámara de Industria quisieron vetar la presentación en Filgua del libro “Crimen de Estado. El caso Parlacen”, escrito por el periodista Lafitte Fernández, porque en el mismo se alude a la responsabilidad que en ejecuciones extrajudiciales tuvo Carlos Vielman, expresidente de dicha cámara.
Más recientemente, también sin ningún recato, Javier Zepeda entonces director ejecutivo de la Cámara de Industria, ahora embajador de Guatemala en República Dominicana– expresó a directivos de la Asociación Gremial de Editores que si aceptaban ceder la marca de Filgua, la Cámara “les daría permiso” de usarla a cambio de “dos plazas en el comité organizador con derecho de veto”. La carta de compromiso aludida no es nada nuevo, pero tiene la virtud de dejar plasmada en un documento escrito esa vocación censora.
Para terminar, unas palabras también de Irene Vallejo: “Proscribir un libro, cualquier libro, es una forma particularmente ingenua de barbarie”.