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COLUMNAS

Batalla decisiva

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Dr. Jorge Antonio Ortega G.
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El inicio del segundo año de la guerra de Ucrania y la Federación Rusa llega sumergida en un mar de incertidumbre, las posiciones políticas diplomáticas se mantienen inmutables, no se visualiza ninguna iniciativa hacia un alto al fuego. No existe una propuesta para diseñar una ruta hacia la paz y la devastación continúa ganando terreno.

La muerte es la dueña y señora en el teatro de guerra, la capacidad de destrucción está dando pasos exagerados en relación con la confrontación de las fuerzas. Los daños colaterales aumentan en forma descomunal los cuales afectan directamente a las poblaciones ubicadas en los escenarios de guerra, los servicios básicos se encuentran dañados o interrumpidos como el fluido de la energía eléctrica, la distribución del líquido vital, las comunicaciones en general y la actividad productiva paralizada.

Las tropas y los civiles involucrados en la lucha pasaron uno de los inviernos boreales más crudos de la historia contemporánea, no solo por las bajas temperaturas sino por la precariedad de los medios y el sostenimiento de las posiciones en el terreno.

El frente de batalla se paralizó en buena medida debido a las condiciones climáticas severas, a pesar de lo anterior la iniciativa de la ofensiva fue arrancada por los soldados ucranianos que lograron cambiar la dinámica de las operaciones y pasar de la defensa a la ofensiva, situación favorable y que se mantuvo durante toda la estación invernal.

Con la llegada de la primavera es muy posible que se dé una batalla decisiva que defina las maniobras de las unidades de tierra, la visibilidad aumenta y permite mayor flexibilidad de las operaciones aeromóviles, vuelos de reconocimiento de naves no tripuladas, el uso de drones y cualquier tipo de actividades logísticas de reabastecimiento y evacuación aérea.

Se avecina una batalla clave que puede definir el principio del fin de la guerra.

En fin, las condiciones favorecen la ofensiva como la defensa. Dependerá de los mandos militares y políticos cómo aprovechar este período, que es la entrada al segundo año de guerra.

Según el jefe de inteligencia ucraniano, teniente general Kyrylo Budanov: “Moscú ha desperdiciado numerosos recursos humanos y materiales, sin capacidad de reponerlos, por lo que si no logra sus objetivos en esta primavera se quedará sin herramientas militares”.

Por lo tanto, no va lograr sus objetivos tras la invasión a Ucrania, por ello se avecina una batalla clave que puede definir el principio del fin de la guerra.

Lo anterior surge en medio de la incertidumbre sobre cómo será la próxima fase de la guerra, mucho se especuló sobre una agresiva ofensiva por parte de las fuerzas militares de la Federación Rusa, pero, las condiciones logísticas y humanas no son las más adecuadas por el momento para generar una operación de esa magnitud y de una intensidad que garantice la victoria en una arremetida sin precedentes.

En otro escenario, se dio un encuentro entre Sergéi Lavrov, jefe de la Diplomacia de Rusia y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en la Cumbre de Cancilleres del G-20 organizado en la India. El breve encuentro coincide con el enfriamiento de la relación de Moscú y Washington y el aumento de las tenciones por la invasión rusa en Ucrania.

El funcionario estadounidense afirmó que Estados Unidos seguirá apoyando a Ucrania durante el tiempo que sea necesario y presionará para que la guerra termine a través de los términos diplomáticos que Kiev acepte. También inquirió al funcionario ruso a revertir la decisión irresponsable y volver a participar en el tratado nuclear New START.

“El cumplimiento mutuo es de interés para nuestros países”, dijo Binken a Lavrov y agrego que Estados Unidos siempre estuvo dispuesto a discutir el control de las armas con Rusia sin importar los roces existentes en la relación bilateral. El jefe diplomático ruso negó el encuentro y se limitó a condenar la actitud de occidente hacia Moscú.

Al inicio de la primavera, las tropas listas al combate y los diplomáticos enfrascados en discusiones que no alientan el fin de la guerra.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Los retos de la actividad cultural en Guatemala

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Luis Rodrigo Carrillo Flores

Viceministro de Cultura

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Guatemala es un país rico en diversidad cultural e historia, resultado de la fusión de las tradiciones indígenas mayas y la influencia colonial española. Sin embargo, a pesar de esta riqueza, la actividad del arte y la cultura en Guatemala enfrenta diversos retos para mantener la preservación de su patrimonio y el desarrollo de nuestra identidad. 

Uno de los principales retos es la pobreza que afecta a más del 50%  de la población guatemalteca, según datos del Banco Mundial. Esta realidad limita el acceso de muchas comunidades a actividades artísticas y culturales, desviando la atención y los recursos hacia la satisfacción de necesidades básicas como la alimentación, la salud y la educación, lo que a su vez implica que muchas iniciativas queden desatendidas, ya que las comunidades no pueden priorizar actividades que no sean de supervivencia
inmediata.

La falta de inversión en el sector cultural también es un desafío significativo. A menudo, los gobiernos han priorizado otras áreas de desarrollo, dejando al arte y la cultura en un segundo plano. Esto se traduce en falta de infraestructura adecuada, como museos, teatros y espacios públicos. 

Abordar estos desafíos requiere un esfuerzo conjunto.

De esa cuenta, a nivel del Viceministerio de Cultura estamos convencidos que el apoyo gubernamental es vital para el fomento y desarrollo del quehacer cultural, y para que las iniciativas prosperen y lleguen a todo el país.

La globalización representa otro reto importante. Si bien la globalización puede facilitar el acceso a nuevas ideas y formas de expresión, también puede llevar a la homogeneización cultural, donde las tradiciones y prácticas locales son opacadas por influencias externas. 

En Guatemala, esto es visible con el auge de la cultura pop global, que a menudo eclipsa las manifestaciones artísticas locales. La necesidad de promover y preservar la cultura guatemalteca ante esta tendencia es crucial, no solo para mantener la identidad nacional, sino también para fomentar el orgullo artístico-cultural.

Finalmente, el acceso a la educación cultural es fundamental para el desarrollo de una conciencia crítica y apreciativa entre la población. La educación formal en Guatemala enfrenta retos significativos, como la deserción escolar y la calidad de la enseñanza, factores en los cuales se está trabajando. 

Sin una educación que fomente el conocimiento y la apreciación por las diversas formas de arte y cultura, será difícil construir un público que valore y participe activamente en la vida cultural del país. Por eso implementar programas educativos que integren arte y cultura guatemalteca en el currículo escolar y promuevan la participación de los jóvenes en actividades artísticas son vitales.

Abordar estos desafíos requiere un esfuerzo conjunto entre el gobierno, las comunidades y las organizaciones culturales para garantizar que la riqueza de Guatemala no solo se preserve, sino que también se celebre y se comparta con el mundo.

Las políticas constituyen uno de los escenarios estratégicos en materia de decisión pública sobre la identidad, las artes, los valores y el patrimonio tangible e intangible de nuestro país, de tal manera que desde nuestro viceministerio estamos haciendo no solo el trabajo necesario, sino también las proyecciones para que las políticas públicas sean sostenibles en el tiempo.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

El miedo y la ira vencen a la razón

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Patricia Letona D.  Innovación y Relacionamiento Estratégico

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¿Es posible combatir las mentiras con la verdad en un mundo donde las noticias falsas y la desinformación nos rodean? La respuesta es sí, pero va más allá de simplemente exponer hechos. Requiere una estrategia de comunicación que conecte emocionalmente, repita el mensaje y provenga de fuentes creíbles.

Peter Pomerantsev, reconocido experto en propaganda y desinformación, en su libro How to Win an Information War, cuenta la historia de Sefton Delmer, el propagandista británico que, con juegos psicológicos y distintas estrategias, usó la propaganda Nazi durante la II Guerra Mundial para ayudar a los aliados a ganar y desmoralizar a las tropas alemanas. En su obra explora cómo la desinformación se ha transformado en un arma poderosa en el escenario global. 

Las campañas de influencia se dirigen a las emociones.

La democracia está en juego, ya que la desinformación socava la confianza en los líderes, las instituciones y el proceso político. Según Pomerantsev, la guerra de la información no se limita a la difusión intencional de mentiras.  

Hoy día, las tácticas para manipular a la opinión pública incluyen la creación de cuentas falsas en redes sociales y la infiltración de medios de comunicación con objetivos oscuros. Para enfrentar esta amenaza, se necesita la cooperación de gobiernos, empresas tecnológicas y la sociedad civil.

La próxima semana, la Asamblea General de la ONU acogerá la “Cumbre del Futuro”, donde, según anunciaron, abordarán los desequilibrios del mundo digital. La desinformación es uno de los mayores peligros que enfrenta nuestra sociedad, aunque queda por ver si será tratada a fondo en este foro.

La velocidad con la que se difunden las mentiras supera a la de la verificación. Incluso los medios tradicionales, a pesar de su credibilidad, son vulnerables a la manipulación. Por ello, la alfabetización mediática es clave para que los ciudadanos distingan entre verdad y mentira. En contextos como emergencias sanitarias, desastres naturales o conflictos bélicos, esta habilidad puede ser literalmente una cuestión de vida o muerte.

Las campañas de influencia se dirigen a las emociones, como el miedo, la ira o el resentimiento, siendo una táctica efectiva para manipular la opinión pública. Las redes sociales son el principal campo de batalla, amplificando el alcance de la desinformación y polarizando a la sociedad.

La desinformación es un arma estratégica de largo alcance. La repetición constante de una mentira, por obvia que sea, puede impactar en las masas, influyendo en el entorno político y social.

Pomerantsev ofrece lecciones valiosas sobre las guerras de influencia actuales. La verdad por sí sola no es suficiente para combatir la desinformación; las mentiras bien estructuradas y repetidas pueden tener mayor impacto. Además, las narrativas emocionales son más poderosas que los hechos fríos, lo que hace que las campañas de propaganda manipulen las emociones para lograr sus objetivos.

La gente rechaza los hechos que no quiere escuchar, por lo que controlar la narrativa es esencial en cualquier guerra de información. Quien controla el mensaje público controla, en gran parte, la percepción de la realidad. Las mentiras se vuelven más creíbles cuando se alinean con prejuicios preexistentes o cuando falta pensamiento crítico. Incluso desmentidas, sus efectos perduran, alterando la memoria colectiva y debilitando la confianza pública.

Cuando la percepción se convierte en realidad recordamos la frase de Gabriel García Márquez: “La vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla”.

Colaborador DCA
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COLUMNAS

Realcemos el Derecho a la Lengua de Señas en Guatemala

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Unidad de Comunicación y Relaciones Públicas
CONADI, Guatemala.

La Lengua de Señas Guatemalteca (Lensegua), es el principal vehículo de comunicación para la comunidad sorda en Guatemala. Es un derecho humano fundamental que garantiza a las personas sordas su plena participación en la sociedad. 

Sin embargo, el reconocimiento y la accesibilidad plena de esta lengua siguen siendo un reto dentro del contexto actual de derechos para personas con discapacidad.  

A pesar de los avances normativos, como la Ley de Atención a las Personas con Discapacidad (Decreto 135-96), la inclusión efectiva de las personas sordas aún enfrenta barreras significativas. 

El respeto a la Lensegua contribuye a una sociedad más equitativa e inclusiva.

En Guatemala, la comunidad sorda sigue luchando para que la Lensegua, sea vista no solo como una herramienta de comunicación, sino como un derecho humano fundamental, a pesar de la ratificada por Guatemala en el marco de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD); que exige el respeto y la promoción de las lenguas de señas en todos los ámbitos de la vida de una persona sorda.

La coyuntura actual refleja un esfuerzo creciente de diversas organizaciones, como la Unidad de Lengua de Señas de CONADI y colectivos de personas sordas, para que la Lensegua, sea reconocida oficialmente, abogando por el establecimiento de políticas públicas más inclusivas, que no solo apoyen a las personas sordas en su acceso a la educación bilingüe (español y Lensegua), sino que también promuevan el aprendizaje de este idioma, la capacitación de intérpretes y el uso de la lengua de señas en los medios de comunicación, la justicia y la salud entre otros.

En Guatemala se establece el 23 de septiembre como el Día Nacional de la Lengua de Señas en Guatemala; considerado como un paso significativo hacia la visibilización y el respeto de los derechos lingüísticos de la comunidad sorda en el país; siendo clave para fortalecer la lucha por la inclusión y la accesibilidad, subrayando que la Lengua de Señas es un derecho humano. 

Este día sirve no solo para celebrar la cultura y la identidad de la comunidad sorda, sino también para concienciar a la sociedad sobre la importancia de la inclusión lingüística y la eliminación de barreras de comunicación.

La comunidad sorda hace un llamado a la inclusión plena, trabajando bajo un enfoque intersectorial que involucre a instituciones gubernamentales, organizaciones no gubernamentales, y a la sociedad en general, para realzar el derecho a la Lensegua, fomentandosu uso no solo entre la comunidad sorda, sino también entre los oyentes, promoviendo una sociedad más inclusiva y respetuosa de la diversidad lingüística.

Colaborador DCA
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