La sal es imprescindible en la cocina para condimentar los alimentos junto a otras especias, hierbas aromáticas o condimentos; aunque en algunos casos nos referimos a sazonar las comidas, lo que indica dar sabor precisamente a través de la sal. Por tanto, se agrega a las comidas en la cantidad necesaria y de acuerdo al gusto de cada persona.
La recomendación de la Organización Mundial para la Salud (OMS) es de consumir menos de 5 gramos al día. Además, de la sal que se le agrega a la comida, es importante considerar que los alimentos por sí mismos ya contienen sal como la carne, los vegetales o incluso las frutas.
De hecho, muchos alimentos procesados exceden esa cantidad por lo que es mejor limitar su consumo al mínimo. Por tanto, la sal es necesaria para el organismo, aunque el sodio, componente de la sal, es responsable de aumentar la presión arterial y provocar retención de líquidos. Es aquí donde un nivel alto de sal en la dieta puede resultar dañina para el organismo.
Un nivel alto de sal en la dieta puede resultar dañino para el organismo.
Al momento de cocinar considere reducir la cantidad de sal en las comidas, o dejar de agregarla. Parece complicado eliminarla de las preparaciones culinarias, pero la mejor manera para reducir la sal en las comidas es dejar de agregarla a la misma. Sorprendentemente, logrará acostumbrar al paladar. Por cierto, no se nace con el gusto por la sal, ya que se adquiere de niños, pero sí la evita gradualmente podrá lograr su cometido y agrega bienestar a su vida.
Algunos consejos al momento de seleccionar de mejor manera los alimentos a ingerir: evite las comidas saladas como el jamón, los embutidos, los alimentos enlatados, las sopas o las salsas de sobre, los
frutos secos salados, entre muchos otros.
Por el contrario, elija los productos frescos. De igual manera, reduzca el uso de salsas como mostaza, soya, salsa de tomate (ketchup) o mayonesa y disfrute de salsas preparadas en casa a base de verduras. Otro consejo práctico consiste en dejar de agregar sal en el plato servido a la mesa, estará subiendo la ingesta diaria.
¿Cómo dar sabor a las comidas? Es una pregunta compleja para algunos y es sencilla de responder porque podrá recurrir al uso de hierbas aromáticas, ajo, especias o la pimienta. Por ejemplo, el cerdo va bien con el orégano, romero, jengibre o el tomillo y la naranja.
El pescado con el eneldo, la mostaza, el pimentón, el limón o el curry. La carne con cebolla, tomillo, laurel o la nuez moscada y el cerdo con pimienta, ajo, cebolla y orégano. Es así como podrá reducir el nivel de sal a sus comidas y logrará el cometido de servirlos con un mejor sabor. La sal común es también un conservante, que deshidrata alimentos, además de sazonarlos.
Recuerde que es más sencillo rectificar una preparación con poca sal que una salsa, de manera que pruebe y rectifique tantas veces como sea necesario hasta que el sabor sea de su agrado. Es decir, irá de poco a más, nunca al revés cuando ya no podrá eliminar el gusto salado a una comida.