La Delegación de la Unión Europea en Nicaragua y el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) hicieron un llamado al “cese de la violencia y toda represión” en este país centroamericano, cuya crisis ha dejado al menos 285 muertos, según organizaciones humanitarias.
En una declaración emitida este martes, la Unión Europea hizo “un llamamiento a cumplir” las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), “muy especialmente el cese de violencia y toda represión”.
La CIDH ha responsabilizado al Gobierno de Daniel Ortega de graves violaciones a los derechos humanos. Las violaciones incluyen “asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidas en contra de la población mayoritariamente joven del país”, según la CIDH, lo que fue rechazado por el Gobierno de Nicaragua.
La Unión Europea, que mostró su respaldo “al diálogo y al rol de mediación en el diálogo de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN)”, agregó que “está consultando con sus Estados Miembros la mejor forma de apoyar” dichas negociaciones entre el Gobierno y la Alianza Cívica que aglutina a diversos sectores.
El organismo también saludó el ingreso a Nicaragua “del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI) y la próxima llegada del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ACNUDH)”.
La Unión Europea afirmó que, junto con sus Estados Miembros, ha “ampliado sus programas en materia de derechos humanos y ayuda humanitaria” en Nicaragua. Desde el 18 de abril pasado, el país centroamericano atraviesa la crisis más sangrienta desde los años de 1980, también con Daniel Ortega como presidente.
Las protestas contra el Gobierno comenzaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, tras once años consecutivos en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.