El presidente cubano, Raúl Castro, comenzó ayer una visita de Estado a Francia, dominada por temas económicos pero que reviste una fuerte dimensión simbólica de su apertura al mundo tras la reconciliación con Estados Unidos.
El mandatario caribeño fue recibido con una ceremonia solemne en el Arco del Triunfo de París, donde recibió honores militares tras recorrer la avenida de los Campos Elíseos, engalanada para la ocasión y rodeada de un riguroso dispositivo de seguridad.
Protocolo
En el acto se interpretaron los respectivos himnos nacionales, y el dirigente cubano hizo una ofrenda floral ante la tumba del soldado desconocido, junto a la ministra de Ecología, Ségolène Royal, la número tres del Ejecutivo.
Como parte de la agenda, el gobernante isleño se reunió con el presidente Francois Hollande en el palacio del Elíseo, donde firmaron acuerdos, incluyendo uno de anulación de parte de la deuda cubana con Francia.
Por la noche, fue el invitado de honor en una cena de gala en el palacio presidencial donde hubo oportunidad para dialogar.
Antecedente
Hollande fue el primer líder occidental en visitar la isla después del deshielo con Estados Unidos, que se inició a finales de 2014 y se concretó con la apertura de embajadas de ambos países a mediados de 2015.
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