miércoles , 27 noviembre 2024
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Zoé: Una nueva era de SKR

Desde el estreno del primer sencillo en mayo del 2020, SKR (Sonido de Karmática Resonancia), la banda mexicana puso fin a un par de años de receso. SKR fue el anuncio de algo grande, incluso en medio de este desastre mundial. El álbum fue recién estrenado, el 16 de abril, y es la séptima placa de la banda. Es un disco maduro, pensado, homologado y ejecutado con maestría.

¿Si este es el mejor disco de Zoé? Aún es prematuro, pero con cada escucha, SKR no duda en seducir. León Larregui (vocalista), Sergio Acosta (guitarra líder), Jesús Baez (tecladista), Ángel Mosqueda (bajo) y Beto Cabrera (batería) usaron el synth pop como un sonido etéreo y al mismo tiempo roquero. 

Popular abre el disco y último sencillo estrenado. Es un corte con ese espíritu ingenuo o adolescente de los 80, donde se soñaba con la popularidad y la chica porrista bajo el brazo, pero todo “termina en una nevera tibia de amistad”.

Le sigue Karmadame, una constelación de sintetizadores que pintan atmósferas que provocan sensaciones evaporadas hasta encontrar solidez.

Velur es un homenaje a The Cure y su Friday I’m in Love. El título hace relación a un trozo de tela que olemos para intoxicarnos con la esencia de la persona.

SKR es un disco que se vuelve más profundo con cada escucha.

El Duelo es otro gran sencillo. Anuncia una final de las cosas, un hartazgo y un adiós como la única manera de sanar, sin remordimiento y con alivio. 

SKR huele a ausencia, a abandono de musa. En sus letras envueltas en electrónica sintética y un coro roquero se explaya esta canción. Canción de cuna para marte es una balada rock-synth escrita por Ángel Mosqueda y con arreglos líricos de Larregui.

Tepoztlán, quien conoce ese pueblo sabe lo místico que es. Pareciera que ahí hay una puerta directa a otras dimensiones y otras vidas. Tan así, que los niños en su inocencia y sensorialidad desean saber de dónde viene su espíritu y el de su familia.  

Fiebre es como fiebre de frío, de un amor que se congela y se diluye entre lo mundano. El coro de la canción puede tomarse como una postura política frente a lo mundano. “No me vas a callar, no me vas a volver un robot / No me vas a parar, no me engañas con tus mentiras / No me vas a matar, no me vas a automatizar, uh uh / Aunque me amenaces o me quieras silenciar”. 

Ese cuadro no me pinta es una canción que refuerza el mensaje de Fiebre: Huir a otro lado donde se pueda vivir feliz, harto ya de la manipulación y el adoctrinamiento de la política y de los esclavos o tontos útiles. 

Bestiario es una crítica a lo falso que puede parecer la felicidad en las redes sociales. SKR es un disco que se vuelve más profundo con cada escucha. Zoé no ha perdido su filo e innovación musical y en los Sonidos de Kármica Resonancia demuestran que se encuentran en un gran momento creativo y sonoro. 

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