miércoles , 27 noviembre 2024
Inicio Todos los herederos
de Ulises (II)

Todos los herederos
de Ulises (II)

José María
Sánchez Galera
Revista Nuestro Tiempo

Hace tres décadas, Luis Alberto de Cuenca, en El héroe y sus máscaras (Mondadori, 1991), observaba al héroe a lo largo de toda su vida, con sus detalles, matices y contradicciones, en un recorrido por la literatura e historia antigua y medieval (y reelaboraciones o reinterpretaciones modernas de los clásicos), desde Gilgamesh, Hércules, Julio César u Homero hasta los bizantinos y los cruzados; estos últimos, héroes de una humanidad más resaltada.

Sus defectos son pecados y sus virtudes, reflejos de santidad. Quizá aquí hallemos el nudo gordiano, en la comparación entre los héroes de la Antigüedad gentil y los del Medievo cristiano.

Por eso toda la leyenda artúrica está repleta de lucha ascética.

Un contrapunto: el héroe cristiano. El héroe cristiano medieval, el caballero, es quizá el héroe “por antonomasia, porque ha sido el más excelso, el más acabado”, de acuerdo con García-Máiquez. Su código de conducta “con ciertos paralelismos con el código del samurái, como advertía Inazo Nitobe en Bushido: The Soul of Japan (Leeds & Biddle, 1899)”está regido por una exigencia moral superior a la destreza con las armas, a su formación intelectual y a sus gestas.

El caballero es, en primer lugar, un buen cristiano. Por eso Rodrigo Díaz de Vivar comienza el día rezando y asistiendo a misa, según el Cantar. Por eso toda la leyenda artúrica está repleta de lucha ascética, y por eso el respeto a las mujeres cobra más importancia que la victoria sobre el enemigo.

Por eso, el romancero castellano está trufado de referencias al regio desliz lujurioso que acarreó la derrota de Guadalete y la perdición de la España visigoda; si el caballero no sigue los senderos de Dios, de nada le sirven su corcel, su loriga, su espada.

En palabras de Victoria Hernández, profesora de Literatura y coordinadora en el grado de Humanidades de la Universidad Francisco de Vitoria, la cristianización del héroe supone una apuesta “por las virtudes de la caridad y la misericordia”. Para Hernández, “el héroe es un hombre que se eleva sobre sí mismo, sobre las miserias humanas y las trasciende en busca del bien común”.

El caballero cristiano tiene algo de eremita y mucho de enamorado. De ahí que, a pesar del trazo satírico de Cervantes, Alonso Quijano asegure que la apetecible labriega Aldonza Lorenzo es la “señora de sus pensamientos”. Como anotaba José Ortega y Gasset, no resulta casual que la corte papal de Aviñón fuese un vórtice del amor cortés. Y ese amor cortés es la fuerza que Dante y Petrarca, e incluso el arcipreste Juan Ruiz, reconocen como motor de la vida y señal de la verdad y belleza de Dios.

Continuará…

Artículos relacionados

EN EL PAÍS

Proyectos de salud impactan positivamente en Huehuetenango

Como parte de la fiscalización a los programas de salud y contención...

PORTADA

“Se están rompiendo las barreras de la pobreza”, afirma mandatario

Foto: Sandra Sebastián “Guatemala avanza, pero aún hay retos que no podemos...

EN EL PAÍS

Nueva denuncia por defraudación suma 6.9 millones de quetzales

Foto: Cecilia Vicente Un nuevo caso de posible defraudación tributaria por 6.9...

EN EL PAÍS

Diputados aprueban Ley de la PNC

Foto: Archivo / Danilo Ramírez De urgencia nacional, el Pleno del Congreso...