Como un mecanismo para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), Guatemala ha llevado a cabo una priorización de metas, por medio de la Metodología para la integración de la Agenda 2030 en la planificación nacional, mediante la identificación de eslabones y nodos críticos, un instrumento presentado recientemente en la Organización de las Naciones Unidas por parte del titular de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan), Miguel Ángel Moir. El funcionario expone, en las siguientes líneas, los detalles de la referida herramienta.
Estuvo recientemente en la ONU, por el tema de los ODS. ¿Cuál fue el papel de Guatemala?
Participamos en el Foro Político de Alto Nivel de la ONU. En ese marco, Guatemala presentó un instrumento que sirve para anclar los Objetivos de Desarrollo Sostenible a la planificación nacional.
Es un trabajo que elaboramos junto a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y lo que se pretende es llevar a los países un instrumento para que puedan adaptar la agenda internacional a la local; en nuestro caso, al Plan Nacional de Desarrollo K’atun, nuestra Guatemala 2032.
¿Qué obtienen las naciones con el mecanismo?
Se ofrece a los países una herramienta técnica para el cumplimiento de la resolución Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada en septiembre de 2015, en la cual todos los países deben adaptar el compromiso a la realidad nacional. Esta metodología permite eso, y se puso a disposición de los 193 países que conforman la instancia global.
La presentación fue valorada; y ahora las naciones pueden utilizarla como una referencia del ejercicio hecho en Guatemala, y, de acuerdo con sus propias realidades y necesidades, definir sus prioridades de desarrollo, como ya lo están en nuestro país.
¿Cuáles son esas prioridades nacionales?
Cabe indicar que se logró capitalizar 10 prioridades y 16 metas. Las prioridades son: la reducción de la pobreza y la protección social; acceso a los servicios de salud; acceso al agua y gestión de los recursos naturales; seguridad alimentaria y nutricional; empleo y promoción de la inversión; valor económico de los recursos naturales; educación; fortalecimiento institucional, seguridad y justicia; gasto social y reforma integral, y el ordenamiento territorial.
Las últimas dos son condiciones que debe tener el Estado de Guatemala. Elevar el gasto social y meterse a una reforma fiscal integral permitirá oxigenar y dar recursos a las finanzas del Estado para financiar el desarrollo. El ordenamiento territorial generará condiciones en las comunidades, ya que permitirá la alineación a las prioridades locales y la actualización de los planes de desarrollo municipal. Esas condiciones conllevarán a que los bienes y servicios lleguen a donde tienen que llegar, y comenzar así el proceso de
transición al progreso que el país necesita.
¿Y las metas?
Guatemala priorizó 129 de las 169 metas de los ODS e hizo un análisis y un ejercicio de correlación mediante la metodología mencionada. De esa cuenta, con las 80 metas de K’atun más las 129 de desarrollo sostenible priorizadas se hizo una correlación, y ahora hay una alta conciencia en 99 metas, que contienen unas a otras; algunas están en el lenguaje de desarrollo nacional, y otras en el de los ODS.
Las 99 metas se distribuyeron en las 10 prioridades, por lo cual el país tiene ahora 16 metas, las que debe iniciar su proceso de implementación mediante la institucionalidad pública, y darle seguimiento estableciendo las líneas basales y las mediciones y los indicadores.
¿Cómo será la implementación, y quiénes participan?
Todo esto se hace mediante una estrategia de implementación, que partió con la coordinación política y técnica, en la cual participaron todos los actores y sectores que son corresponsables del desarrollo; entre estos, la iniciativa privada, la sociedad civil, los tres poderes del Estado y la cooperación internacional.
Después se plasmó en una declaración que firmaron los tres organismos del Estado, el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano y Rural, la iniciativa privada y la cooperación internacional, para comprometernos a una agenda por el país, a una sola visión.
Se establecieron los medios de implementación y los arreglos institucionales, se hizo la metodología para adaptar la Agenda 2030 a la planificación nacional, y en eso se definieron los roles y competencias de cada sector. Asimismo, se integraron las 10 prioridades y posteriormente la planificación para el desarrollo, que es la etapa en la que actualmente estamos.
¿En qué consiste esa etapa?
No solo es actualizar el marco de políticas públicas relacionadas con las prioridades nacionales de desarrollo, sino, además, implica alinearlas a la planificación territorial en todos los niveles, definiéndolas con las diferencias y características socioeconómicas y ambientales de cada uno de los municipios. Con ello se logrará la actualización de sus líneas estratégicas de desarrollo diferenciadas.
La siguiente etapa de implementación es el financiamiento para el desarrollo. Ahí se requiere de contar con ingresos fiscales y una buena redistribución del presupuesto, y así adjudicar valor a las prioridades, en donde cada ministerio tiene rectoría y responsabilidades.
Como ejemplo están las acciones e intervenciones para la reducción de la desnutrición crónica, que, como una prioridad nacional, tiene una vinculación con una serie de programas y subprogramas, productos y subproductos que involucran a 17 instituciones, las cuales deben tener presupuesto. Lo que se busca es impactar en la reducción de 25 puntos porcentuales del padecimiento a 2032. Así como esa meta,
están definidas las demás.
Sobre la metodología, ¿hubo interés particular de algún país?
En la actividad paralela que organizaron Guatemala y la Cepal, los países mostraron su interés para dar cooperación sur-sur y asistir técnicamente a encaminar su proceso de alineación, priorización y jerarquización de necesidades. Tenemos dos demandas puntuales, de El Salvador y Perú, que han requerido una colaboración desde la Segeplan, para aplicar la metodología, la cual es un aporte que Guatemala está haciendo al mundo, para que los países encuentren la mejor ruta hacia su propio desarrollo.