Francia comenzó ayer una tensa semana de huelgas y manifestaciones, contra la reforma laboral del gobierno socialista, que el presidente Francois Hollande volvió a defender, afirmando que no cederá a la presión.
A un mes de la Eurocopa de futbol en Francia, han sido también anunciados paros prorrogables desde hoy en la Sociedad Nacional de Ferrocarriles, en la que reivindicaciones internas se suman al rechazo a los cambios legislativos, que son apoyados por estibadores, marinos, carteros y en los aeropuertos de París.
También se esperan perturbaciones el jueves en el transporte aéreo, día de la movilización para los controladores aéreos.
“Cuando no se nos escucha, hay que intentar hacerse oír”, advirtió Philippe Martinez, líder del mayor sindicato francés, CGT.
Puertos paralizados
Desde las 6:00, no menos de 3 mil personas, según fuentes sindicales, paralizaron el gran puerto de Le Havre (noroeste), y sus zonas portuarias e industriales. También instalaron una quincena de piquetes en la autopista.
En Rennes se produjo una operación tortuga, la cual comenzó con una decena de vehículos.
Las gremiales de transportistas temen posibles recortes salariales por la reforma de la ley de trabajo, que prevé la posibilidad de que un acuerdo de empresas reduzca el pago de las horas extra a no menos del 10 por ciento, en lugar del 25 por ciento suplementario actual.
Petición
Las organizaciones piden una retirada total del proyecto de ley de reforma laboral, adoptado ya en primera lectura. Tras ser debatido en junio en el Senado, volverá a la Cámara Baja, para una adopción definitiva prevista antes de fines de julio.
El mandatario del país europeo, aseguró ayer que no dará marcha atrás en esta reforma laboral promovida por su gobierno, pese a las protestas en la calle y la oposición de un sector de los propios parlamentarios socialistas.
“No cederé. Esta ley va a ser adoptada porque ha sido debatida, concertada, corregida y enmendada”, dijo el gobernante.
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