Frank Gálvez
Locutor y periodista [email protected]
Generalmente, las personas se sienten frustradas por la forma en que han sido tratadas en su existencia. Están estancadas en virtud de su familia, su situación económica o su escenario social.
Pero la mayor parte del mundo no está deprimido. La gente decide inconscientemente no dejar que su entorno las abata, pues cada uno crea a su modo felicidad y alegría. Ejemplo coherente son los niños que siempre juegan donde estén, con lo que disponen. Se divierten. Mantienen el sabor a nuevo y el asombro del descubridor. Recordemos al personaje de Guido en la triple ganadora del Oscar La vita è bella: a pesar de que todo se derrumbaba a su alrededor, no perdía esa llama interior. La base de este asunto es ir a un lugar tranquilo dentro de cada uno, muy lejos de la rutina exterior tan llena de ruido y caos. Un sitio sereno y propio. Una vez ahí, hay que trabajar en uno mismo y preguntarse: ¿qué consigues con sentirte frustrado? ¿Por qué la forma de ser de otras personas es un problema para ti? ¿Muestras esta tendencia en otras áreas del diario vivir? ¿Sirve para algo sentirse así? ¿Qué precio estás pagando? Es necesario admitir y entender el porqué de nuestras frustraciones para generar un cambio positivo.
”Nuestra fatiga está causada a menudo, no por el trabajo, sino por la preocupación, la frustración y el resentimiento.“ Dale Carnegie.
Cuando tengas todas estas respuestas endógenas, será más fácil concentrarte en lo bueno y usar la gratitud para cambiar de paradigma. A veces, estamos demasiado absortos en las metas a las que intentamos llegar y perdemos de vista lo que tenemos al frente. Toma unos minutos para mentalizarte sobre las cosas por las que estas agradecido, o un instante al final del día para escribir una lista enorme de cada pequeña cosa que te hace ser quién eres. Al reflexionar sobre todo esto, llegarás a un estado mental más efectivo para salir adelante, mientras calmas la frustración interna; y cuando sientas que todo alrededor tuyo no va bien, detente un momento para pensar en lo que es posible controlar y has algo al respecto. La escritora Beverly Engel en su libro The Nice Girl Syndrome nos hace una observación muy asertiva: “Si vives tu vida para complacer a los demás, seguirás sintiéndote frustrado e impotente. Esto se debe a que lo que otros quieren puede no ser bueno para ti. No estás siendo cruel cuando dices NO a demandas irracionales o cuando expresas tu ideas, sentimientos y opiniones, incluso si difieren de los demás”. Pon atención y toma las riendas de tu vida.
Recuerda: Todo pasa y esto también pasará. Tu trabajo es prepararte para cuando suceda.
