miércoles , 27 noviembre 2024
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Padrós de Palacios, un cuentista para recuperar (I)

Joseluís González 

Profesor y escritor

@dosvecescuento 

La hispanista suiza y traductora al alemán Erna Brandenberger defendió su tesis doctoral en los primerísimos años setenta. Resumida y divulgada en su libro Estudios sobre el cuento español actual (1973), ofrecía un panorama de la narrativa breve desde la Guerra del 36. Pionera, Brandenberger aportó nociones que hoy resultan consabidas porque tienen el vigor de la verdad. 

Subrayaba que las ideas orteguianas de deshumanización del arte en los años veinte del siglo xx y su depreciación del contenido de las historias habían lesionado, en parte, esta modalidad de relato. Varias circunstancias favorecieron que sobre 1955 y el lustro siguiente se rehiciera en España este “género independiente” aunque en él desembocaban diversos influjos. 

Brandenberger aportó nociones que hoy resultan consabidas porque tienen el vigor de la verdad.

Capaz de esbozar problemas de aquellos tiempos del franquismo, “la España de los años cincuenta está mejor reflejada en el cuento; la de los sesenta, en la novela”, aseguraba la investigadora. Otro factor positivo: bastantes revistas y algunos diarios poderosos, y aquí sí que ha transmutado sus hábitos la sociedad, acogían en sus páginas efímeras piezas breves. 

También de firmas jóvenes: Ignacio Aldecoa (1925-1969) fue cuentista de referencia. El género toma cuerpo en antologías, decisiva la inaugural de García Pavón en 1959, prolifera en premios y convocatorias, mucha cantidad y no tanta calidad, pero sigue considerándose, ya entonces, un género menor. La necedad de confundir valor y precio, tamaño y grandeza. A quien le sacan cuentos en un libro es que cuenta. 

Uno de los nombres que rescató la estudiosa suiza fue el de Esteban Padrós de Palacios (1925-2005). Médico dentista, había publicado hasta ese momento, además de artículos, dos volúmenes de narrativa breve: Aljaba (1958), es decir, la caja donde transporta sus flechas un arquero, y La lumbre y las tinieblas (1966). Había sido uno de los fundadores del premio para libros de cuentos Leopoldo Alas. Con esta particularidad: galardonar, remunerar y editar un libro de narraciones cortas. 

              Continuará… 

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