Con perdón de Un monstruo viene a verme y sus cuatro estatuillas, la gran triunfadora en la IV edición de los premios Platino fue El ciudadano ilustre. En la gala, celebrada el sábado en Madrid, España, esta cinta fue reconocida como mejor película iberoamericana de ficción, y le dio a Argentina su segundo galardón en esta categoría, tras Relatos Salvajes (2015).
Joyas iberoamericanas
En una ceremonia muy repartida, El ciudadano ilustre, una comedia dramática que narra el regreso de un premio nobel de Literatura a su pueblo natal, conquistó otros dos Platino: guion (Andrés Duprat) e interpretación masculina (Óscar Martínez).
Uno de los nombres más representativos del cine iberoamericano, Pedro Almodóvar, fue distinguido por la dirección de Julieta. Por esa misma producción, su eterno compañero de equipo, el compositor Alberto Iglesias recibió el galardón de música original.
Los pronósticos no fallaron, y Sonia Braga abrazó la estatuilla de interpretación femenina por el drama Aquarius. Visiblemente emocionada, esta figura del séptimo arte agradeció al realizador Kleber Mendonça Filho haberle devuelto “la vida como actriz brasileña”.
De olvidados a celebrados
Gran olvidada en las ramas principales, en las técnicas (montaje, arte, fotografía y sonido) la que arrasó fue Un
monstruo viene a verme, de Juan Antonio Bayona. Mientras que la chilena Neruda y la española El hombre de las mil caras, con cuatro candidaturas cada una, se quedaron en cero.
Otras de las producciones ganadoras de esta edición fueron: Desde allá (ópera prima), Esteban (cine y educación en valores), Psiconautas, los niños olvidados (animación), Nacido en Siria (documental) y Cuatro
estaciones en La Habana (serie o miniserie).
Los Platino, que se encendieron más por los shows musicales de Gente de zona y Miguel Bosé que por la plana conducción de Natalia Oreiro y Carlos Latre, también celebraron la trayectoria de Edward James Olmos. Al recoger el premio de honor, el actor recordó la importancia del poder latino.