“Hoy recibo con júbilo inaudito el reconocimiento que lleva el nombre de un gran poeta. Lo dedico a mis padres, a mis hermanos, a mis amigos y a la comunidad LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales), de la cual soy parte. También, a los lectores que pudieran identificarse con alguna de mis líneas”. Con la voz entrecortada, el guatemalteco Ramón Urzúa-Navas agradeció el jueves el XII Premio Mesoamericano de Poesía Luis Cardoza y Aragón, otorgado por la Embajada de México en Guatemala con el apoyo del Ministerio de Cultura y Deportes. Luego de la ceremonia, el Diario de Centro América conversó con el autor.
Retoño del alma
Un jurado, compuesto por los poetas mexicanos Renato Tinajero y Eduardo Hurtado y la guatemalteca Gloría Hernández, concedió a Ramón Urzúa-Navas el XII Premio Mesoamericano de Poesía Luis Cardoza y Aragón por la obra En un diluvio de úvulas y lenguas. El autor nacional recordó la emoción y sorpresa que representó conocer el fallo: “No creí que mis textos pudieran tener la calidad suficiente para merecer un galardón de semejante magnitud. Fue un bálsamo que vino a aliviarme un poco en momentos en los que, emocionalmente, no estaba en el mejor de los lugares”.
Urzúa-Navas definió la escritura como el acto más verdadero, y explicó que la poesía da origen a las palabras que forman sensaciones y transforman fibras en un retoño íntimo del alma.
Formación lenta
En un diluvio de úvulas y lenguas surgió de manera espontánea y se ha formado lentamente. “El trabajo tiene distintos estilos porque el punto de inspiración son los poemas como tal. Es como un añejado de vino que lleva fermentado mucho tiempo y al cuajar, debía salir”, manifestó.
Admiración
El reconocimiento se hace aún más significativo, pues Urzúa-Navas siente una especial admiración por Cardoza y Aragón. El ganador recordó que su tesis de licenciatura estuvo dedicada al escritor y su texto Maesltrom. “Me atrevería a decir que es el mejor poeta que ha tenido Guatemala en el siglo XX”, puntualizó.