miércoles , 27 noviembre 2024
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La última frontera del conocimiento (IV)

Dr. José Luis Lanciego

Investigador del Programa de Neurociencias del Cima

Por el momento, su cartografía está restringida al estudio de las grandes rutas cerebrales. La principal iniciativa es el Human Connectome Project, financiado en 2010 por los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. y dotado con 40 millones de dólares, que pretende mapear las conexiones del cerebro humano en alta resolución. Estudiará el conectoma de mil doscientas personas, incluyendo pares de gemelos idénticos y sus hermanos, pertenecientes a un total de 300 familias, para comprender el peso de las contribuciones de los genes y del entorno a la hora de esculpir la organización de los circuitos cerebrales. 

En el Reino Unido, el Developing Human Connectome Project se propone analizarlo en fases tempranas de la vida, entre 20 y 44 semanas después del nacimiento del bebé, aunando información genética, conductual, clínica y de neuroimagen, para observar si van variando esas conexiones.

Otro enfoque diferente ha surgido de la colaboración entre matemáticos, científicos computacionales y expertos en inteligencia artificial y robótica. Buscan aplicar teorías de redes que permitan modelizar la arquitectura del cerebro y simularla mediante algoritmos en plataformas de hardware y software. Es el caso de Human Brain Project, lanzado en 2013 por la Unión Europea, y de la iniciativa BRAIN, impulsada en ese mismo año por el expresidente Obama bajo la coordinación del neurobiólogo español de la Universidad de Columbia Rafael Yuste. The Australian Brain Alliance, The China Brain Project, The Brain/MINDS Project en Japón o el Brain Canada Joint Funding son otras acciones similares.

Actualmente, se han catalogado más de 200 patologías degenerativas.

El avance en el conocimiento del conectoma favorecerá el desarrollo de nuevas técnicas para modificarlo y restaurar las funciones que se hayan visto afectadas como consecuencia de traumatismos, infecciones o enfermedades neurodegenerativas. Conociendo la localización precisa de estos daños y las alteraciones inducidas en el conectoma, será posible ofrecer mejores tratamientos a los pacientes que sufren alzhéimer, párkinson, depresión o autismo.

Actualmente, se han catalogado más de 200 patologías degenerativas, que destruyen el tejido en el que reside nuestro raciocinio, nuestra memoria y el control del resto del organismo. El progresivo envejecimiento de la población ha incidido en el aumento de estas enfermedades, y se calcula que uno de cada dos niños nacidos a principios del siglo XXI desarrollará demencia antes de alcanzar los 80 años. 

Continuará…

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