El grupo de danza Maíz y Frijol promueve y extiende este arte al mundo
Danza Maíz y Frijol se creó hace 31 años, uno de sus fundadores es Héctor Leal, actor y bailarín de danzas tradicionales que tiene una trayectoria de 40 años. A mediados de este 2024, 30 integrantes salieron de gira por algunas ciudades de Europa, donde participaron en la Villa de Alenzón, en la Fiesta Nacional de Francia y el Festifolk de España. La delegación, que viajó con sus propios recursos económicos, la conformaron voluntarios, invitados especiales y personeros de teatro. El objetivo es promover la cultura danzaria de Guatemala a todo el mundo, portar su vestimenta maya, bailar los sones tradicionales y con máscaras de madera, que, a decir del también cantante, es una de las partes más difíciles.
Durante el Festifolk, Maíz y Frijol bailó al son de algunas piezas guatemaltecas de marimba, como El grito, danzas de Cobán, Huehuetenango, de los Monos, de Quetzaltenango y de los Venados. Con sus bailes se ganó el aplauso del público español y la admiración por el colorido y originalidad de la indumentaria. También fue entrevistado por los organizadores, a quienes contaron que hay aproximadamente 250 trajes diferentes en todo el país; algunos de uso cotidiano y otros para actividades ceremoniales. “En su confección, se observan varios ornamentos, y cuanto más se utilicen, identifica el rol y la jerarquía en la sociedad de la persona que los porta”, indicó. La elaboración de la vestimenta, incluso hoy, guarda una estructura artesanal elaborada por las mujeres indígenas, afirmó, desde la creación del hilo, la fabricación del color de estos con productos 100 por ciento encontrados en la naturaleza, hasta su confección por medio de telares de cintura.
“Actualmente, nuestra preocupación es la gran influencia que ha tenido la tecnología y moda en estos últimos años, ya que los trajes tradicionales se ven menos en algunos lugares, pues solo los utilizan para alguna fiesta patronal o bodas. Los hombres ya no los utilizan o los usan poco”, expresó. Al respecto, Leal añadió: “Si trabajara en el Ministerio de Cultura y Deportes obligaba a todas las Casas de Cultura a que en cada departamento se investigara cuántos grupos danzarios existen y grabarlo todo, documentarlo, puesto que mucho se ha perdido”. Sugiere que se cuiden las agrupaciones musicales porque con ellas no se puede dejar escrita una transcripción, sino de oído se aprende.
Con respecto a los instrumentos musicales
La marimba: refieren que esta es diferente de las demás por las maderas utilizadas, que aportan un sonido único. Para el teclado se usa la madera de un árbol llamado hormigo, y las cajas de resonancia, de ciprés; otras como el roble y caoba pueden utilizarse para ciertos acabados.
El tun es un tronco vacío, en el que se corta una H sobre una de sus caras, que brinda un sonido particular. En la antigüedad, se usaba este instrumento para alertar la llegada de los pueblos enemigos.
El pito (tzijolaj) imita el canto de unos pájaros llamados coronaditos, construido de jade, barro cocido o hueso de venado, es acompañado del tambor o tamborón.
Tres décadas de baile
Aunque su formación se originó en 1993, Leal relató que cuando vino de Huehuetenango a la capital, sus vecinos los trataban tanto a él y a su hermano como que fueran sus nietos, organizaban las celebraciones y la que más le gustaba era la de la Concepción.
Desde sus primeros años se vio inmerso en las tradiciones, grupos folclóricos, máscaras, convites, bailes que fortalecieron sus conocimientos para lo que se dedicaría más adelante. “Al principio quería estudiar arte, pero no me daban permiso; antes consideraban que era para gente sin oficio ni beneficio”. Agregó que tenía la espinita de ser músico, por ello ingresó en el Conservatorio Nacional de Música y, al estar ahí, un maestro le sugirió que por su porte debería bailar. Así que el coreógrafo tomó su recomendación y estudió en la escuela de danza a los 25 años, reconoce que le tocó ensayar muy duro.
Uno de sus miembros, Marco Mayén, narró que se encontró con Héctor gracias a las artes. “Nos conocimos cuando grabamos un especial para un programa de televisión en 2008 y entablamos una amistad y me invitó a formar parte del grupo, al cual me integré en el 2011”. Comentó que aunque no cuentan con apoyo económico, ya que son artistas independientes, para ellos es una responsabilidad pararse en escenarios internacionales porque representan a Guatemala.
En su fundación participaron los maestros: Rodolfo Orozco, Zully Ruiz y Elbia Sanabria. Han participado en diferentes festivales de danzas tradicionales de Guatemala y en el extranjero. En 2003 representaron a la nación en la Feria de Independencia en Estados Unidos; al siguiente año, en el Festival de Juegos para Niños en Ilan, Taiwán. Desde 2007 es parte de la Asociación Nacional de Danzas Tradicionales en Gannat, Francia; adicionalmente, se presentaron en el festival de danzas folclóricas en el país galo, España e Italia.
Han compartido escena con los conjuntos de marimba Flor del Café, Chapinlandia, Maderas de Mi Tierra, Teclas Morenas, de las Hermanitas Vargas Jordán y la Suspiros Chapines y Grupo Zoel Valdés. Con Alicia Azurdia, Elizabeth de Guatemala y en las Gala de la Canción de Guatemala, la Gala del Día del Artista Nacional, en la Ópera el Elíxir del Amor, con la Orquesta de Roberto Estrada, la Orquesta Sinfónica Nacional y la Orquesta de Cámara de la Universidad Francisco Marroquín. Además, han realizado temporadas teatrales en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias.
“Las danzas de nosotros se bailan en cualquier lugar, entre el pino, en el atrio de una iglesia o en un salón, como debería ser, como sucede con el hecho folclórico”, aseveró Leal.
Agregó que junto a sus colegas proyectan una creación de la cultura de la danza.
Héctor Leal
Es actor, bailarín y técnico de artes escénicas.
Ha estado en los principales escenarios tanto dentro como fuera del país. También es cantante de música popular guatemalteca, realizador de vestuario, escenografía, utilería, coreografía y dramaturgia.
Inició sus estudios de teatro con la maestra Aracely Palarea de Luna, en el Conservatorio Nacional de Música, en 1977, y sus primeras presentaciones fueron en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, bajo la dirección de la actriz, Mildred Chávez en 1983, con la obra El Quijote de La Mancha.
Después, pasó a formar parte de la Compañía de Teatro Para Niños guiado por Miguel Cuevas, quien lo llama a ser bailarín invitado del Ballet Moderno y Folklórico de Guatemala, donde también trabajó con las maestras Lizzette Mertins y Lucía Armas.
En 2009 comienza a trabajar en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias como encargado del Taller de Vestuario. Confecciona prendas para obras de teatro, danza y óperas, representadas en el icónico lugar.
Marco Mayén
Actor con más de 20 años de trayectoria, ha participado en varias piezas para teatro, cine y televisión. “Mi formación actoral comenzó en Guatemala y me mudé a México para continuarla porque considero que las artes escénicas son parte fundamental de mi vida”, indicó. Hoy reside en el país y se dedica a otras actividades en paralelo con lo artístico.