Jorge Mario Andrino Grotewold
Gerente
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El desarrollo urbano y rural es una de las obligaciones actuales más importantes del Estado, entendiéndose este como el conjunto de elementos que incluye a una sociedad, sus instituciones de poder público, su cultura y su personalidad.
Este desarrollo, que conlleva una responsabilidad, principalmente dirigida hacia aquellas poblaciones de distintas áreas del país, requiere para su avance, una estrategia singular que permita a la institucionalidad pública, local y nacional, unirse en función de mejorar índices de vida para las poblaciones que viven en pobreza y pobreza extrema.
Para ello fue creado el Instituto de Fomento Municipal (Infom) en 1957, con la visión de alcanzar un nivel superior de progreso en las comunidades del país, para lo cual el Estado le dotó de un patrimonio legal, financiero e institucional.
Este año el Infom se reinventa y genera una apuesta novedosa para la gestión pública.
Este Instituto, casa de los poderes locales para todas sus gestiones administrativas y de proyectos, ha sido abandonado por muchos años por distintos gobiernos, sin que el sentido real y verdadero de su creación pueda hacerse sentir, como sucedió en los últimos 25 años del siglo pasado.
Este año el Infom se reinventa y genera una apuesta novedosa para la gestión pública municipal que encuentra su fundamento a partir del apoyo que puede alcanzarse en esa unión entre comunidad (poder ciudadano), municipalidad (poder local) y Estado, mediante la creación de proyectos de desarrollo financiados con enfoque comunitario, y con seguimiento de mecanismos técnicos como los que utiliza Segeplan y otras instituciones.
El agua y el saneamiento, por dar un ejemplo, conjuntamente con el estímulo económico del municipio, se constituyen como parte prioritaria de esa nueva agenda, que denominamos el Infom 2.0 y que confía que Guatemala encuentre una luz para lograr que comunidades y poblaciones alcancen mejores niveles de vida, bajo parámetros de respeto a las leyes, la solidaridad entre personas, la dignidad y el apoyo frontal, directo y decidido de sus gobernantes, nacionales y municipales.
Este compromiso y gran reto lo asumimos con decisión de alcanzar las metas que las normas legales y las políticas públicas establezcan, utilizando de forma transversal y como parte del corazón mismo del proceso, la integridad, la transparencia y la rendición de cuentas.